Camino a Grandline. Cuidado Marines.

Por mucho que quisiera disparar la pistola para silenciarla y conseguir de alguna manera que dejara de manipuar su mente, habia prometido llevarla con vida y Nero necesitaba aquel dinero para la operacion de su hermana.

-Ya, callate!, esto no es un juego, no hago esto por diversion como lo haces tu... Una vez reuna el dinero se acabo-. Explicaba algo nervioso por los comentarios que Norcissa iba soltando mientras se la llevaba por los pasillos del barco.

¿Le amenazaba?, Nero no lo entendia, una mujer, maniatada y que practicamente contaba con la mitad de su arsenal, era capaz de infundir con unas palabras y una leve mirada el terror de una muerte segura...Por un segundo el muchacho se sintio acobardado y le dieron ganas de soltarla, pero el simple recuerdo de su hermana le llevo a apretar ligeramente las muñecas de la capitana.

-Mira, ya te lo dije, siento mucho que seas tu quien deba pagar los errores de la vida, nadie puede curar a mi hermana si no hay una gran cantidad de dinero por medio, por favor no me hagas esto mas dificil-. Te pedia Nero haciendo caso omiso de tus provocaciones, el no estaba alli por el placer de tenerte atada y lo habias comprobado a lo largo del tiempo que habias estado hablando con el, poco le importaba que fueras mujer, tal vez le dolia mas tirar un talento como el tuyo en lo que a musica se referia, pero con su objetivo en mente, era incapaz de pensar en ti de otra manera que no fuera la moneda de cambio para liberarse de una pesada carga que habia llevado por años.

- Posiblemente si hubieran sido otras circustancias, habria seguido tus juegos y no niego que eres atractiva... Mierda, porque tiene que ser todo tan complicado, no estoy echo para ser un maldito asesino-. Se quejaba finalmente intentando olvidarse de todo lo que Norcissa le habia ido metiendo con sumo cuidado en la cabeza, como si hubiera plantado una semilla y esta floreciera con cada palabra o gesto.

-¿El niño?-. Dijo algo intrigado. -Para que liberarlo, es un esclavo, su vida es mediocre, pero desde luego ha tenido suerte de venir a este lugar, en otros sitios podria haber terminado de mula de carga-. Te explicaba mientras llegabas al exterior del barco y te presentaba aquella estructura.

-Mira, si de verdad quieres salvar a ese niño, deberias eliminar a quien lo ha comprado, en este caso el mismo que ofrecio el dinero para que te llevara alli-. Dijo con un tono mas serio, parecia que aquella persona era una gran influencia a pesar de estar aqui encerrado.

A lo lejos eres capaz de ver al niño, colocando la plataforma de madera para ir desembarcando, corriendo al interior del lugar. Pocos segundos despues, eres conducida hasta tu celda, en donde te apresan. -Permaneceras aqui hasta que aquel hombre te llame, puedo dejarte al niño si asi lo deseas, ya que veo que no le tratas como la basura que es-. Dijo Nero mientras te daba la opcion de estar con el niño, el cual, por las palabras de aquel hombre, bajo un poco la mirada y se llevo uno de los brazos al hombro contrario, frotandoselo lentamente como si quisiera contestar aquellas palabras, pero no lo hiciera por saber cuales serian las consecuencias.

Tengo que mejorar el sentimiento de mis palabras, mis expresiones, y pronto, el susurro oscuro será perfecto. (Off, tecnica futura comecocos ya moderada)

-...yo no voy a matarle, serás tú, tu mismo quien le mate. Cuando la sangre recorra tus sienes y no puedas hacerlo, lo harás.- vaticinio, como buena bruja que soy.

- Porsupuesto que quiero que el crío se quede conmigo, necesitaré algún tipo de compañía, además, sigue teniendo a Niko y a mi guitarra... Y ahora venga, ve a buscar a tu amo, pequeño y lascivo perrito... ale ale...- continuo atada, pero no por mucho tiempo... toco con la frente la jaula, eso será suficiente.-...pronto saldrás de aquí...

"yo no voy a matarle, serás tú, tu mismo quien le mate. Cuando la sangre recorra tus sienes y no puedas hacerlo, lo harás." ¿Que se suponia que significaban esas palabras?, Nero no lo entendia y evidentemente penso que finalmente habia perdido la cabeza al ver en donde se estaba metiendo.

Ignorando cualquier comentario, el muchacho empujo al niño al interior de la celda detras de ti, provocando que este cayera al suelo y se quedara por unos segundos tendido en el mismo.

-Ya te lo dije, me da igual como me llames, no estoy aqui para ver cuantos nombres eres capaz de idear pirata-. Dijo con un tono de desprecio, tratando de borrar la mas minima intencion de ayudarles de su mente. -Volvere a por vosotros cuando sea el momento, nos vemos-. Musito al tiempo que se marchaba con una de sus manos alzadas, dejando tras de si a Norcissa y al niño, quien se reincorporaba y antes que preocuparse por el iba a ver el estado de la capitana.

- Gracias por haber aceptado, normalmente ahora me toca ir a los baños a limpiarlos, y siempre me culpan de cualquier desperfecto que aquel marine hace cuando se enfurece-. Te explicaba mientras miraba si tenias alguna herida. -Por suerte no ha ocurrido nada, pero... ¿Porque has dicho que saldremos de aqui?, pense que querias quedarte, cuando te di la oportunidad de emboscar a ese rubio, no la quisiste aprovechar-. Decia el niño algo confuso por tu manera de actuar, a veces pensaba que eras su salvacion y otras que tu destino y el suyo eran permanecer para siempre en aquella niebla.

-Por cierto señorita-. Dijo el niño mientras la miraba mas fijamente. - ¿Puedo preguntar porque estas aqui?, ¿acaso tu tambien quieres vivir aqui para siempre?-. Pregunto curioso el muchacho para de esta manera acortar el tiempo que tardaria el rubio en volver a por ellos.

- Porque saldremos de aquí... y tú antes que yo... Estoy porque aquí hay alguien que fue tan importante para mí, que me hubiera complacido en demasía quedarme la eternidad a su lado, pero por supuesto prefirío otros placeres, prefirio hundirme, prefirió no amarme, siquiera un mínimo, solo... era una marioneta...

Las cuerdas se desanudan imperceptiblemente con mi poder, y me permiten arrastrarme hasta afuera de las mismas, mientras la recojo , dejandola en el suelo.

-Espero no ofenderte con esto pero... No pareces tan mala-. Dijo el niño mientras no apartaba su mirada de la tuya. -Es cierto que eres muy fuerte, valiente y sabes como manipular a los demas, pero... No se, hay algo de ti que me gusta, si es cierto que podemos salir de aqui, me gustaria hacer una promesa contigo-. Conforme hablaba el muchacho estiraba su dedo meñique, un gesto evidentemente infantil que siempre se habia usado para realizar una promesa.

-Si de verdad salgo vivo de aqui y si mis calculos no son erroneos, nos conoceremos con mi edad original...Si eso llegara a ocurrir... ¿Podria irme contigo de aventuras?, a cambio te promero ser mas fuerte y ayudarte en todo lo que este en mi mano-. Aquella promesa parecia contener mas emociones y sentimientos de aquel muchacho de los que nunca habia puesto en ninguna de sus tareas...No era unicamente un promesa para asegurar su futuro, mas bien era una promesa con la que quedar en deuda para asi poder devolverte el gran favor que le harias de dejarle libre.

-Por como te he visto, se que no te gustan este tipo de sensibilidades, pero puedo asegurarte que no te arrepentiras-. Finalizo el muchacho mientras que con el dedo extendido esperaba tu respuesta, en su rostro no se le veia muy ilusionado, mas por pensar que ibas a negarle la promesa, que por la ilusion de estar con alguien fuerte y encima una pirata.

Mientras todo esto ocurria, en los aposentos del marine.

-Señor ya la he traido, ¿que quiere que haga con ella?-. Dijo el rubio mientras esperaba las ordenes de aquel hombre, quien, al escuchar las buenas noticias no pudo dejar escapar una sonrisa que mezclaba la alegria y la locura, mostrando unos dientes puntiagudos y unas pupilas contraidas...Finalmente su sueño estaba por llegar.

-Traemela, pero bien atada, no sabes el temperamento que tiene esa mujer-. Dijo mientras recordaba lo que en un pasado le hizo, lo que llevo a romper con sus manos uno de los laterales de la silla en la que se encontraba sentado. -Norcissa...Norcissa... Cuantas veces habre maldecido ese nombre, por fin te devolvere la humillacion que me hiciste sentir-. Repetia una y otra vez mientras que su expresion cambiaba poco a poco a la de un lunatico, estaba claro que eras la causa principal de que ese hombre se hubiera convertido en lo que era.

Espero que el niño que tanto parece admirarme y tanto sentimiento tiene no esté colado ni nada por mí, que como me convierta en el primer amor de mi hermano juro por dios que me pego un tiro, habré cometido atrocidades respectoa ese tema por influencia de aquél, pero incesto no eh, incesto NO.

-...veamos si aguantas con esa promesa diez años... - seguro que no... y en cierta manera lo esperaba. Tomo su meñique. Ahora que caigo... sería mi medio hermano mayor... es curioso como tecnicamente ahora yo soy la hermana mayor y siente admiración por mí... no, no soy nada, no es mi familia. Suelto su meñique, quedandome depié, mirando hacia donde había ido aquel encapuchado, apoyandome en los barrotes, pegada a ellos.

- Tranquila, eres la primera persona que no me trata como basura, seria una deshonra para mi el no cumplir una promesa como esta-. Dijo el muchacho una vez hubo respirado tranquilo al comprobar que no ibas a hacerle nada malo por haber juzgado tu personalidad tan a la ligera.

Una vez la promesa se hubo cerrado el niño observo como te pegaste a los barrotes. -No te molestes, este pasillo es muy largo, me llevo 2 dias limpiarlo decentemente, si de verdad quieres ir a ver a ese sujeto, puedo conducirte hasta el, pero no entiendo como vamos a salir de aqui si no es con la llave de aquel rubiales-. Se preguntaba a si mismo el pelirojo mientras trataba de colarse por los barrotes sin resultado alguno, no porque no pudiera pasar, si no porque los continuos golpes y maltratos de sus superiores, le habian provocado ematomas que le dolian al minimo contacto, lo que le llevaba a retroceder por puro instinto.

-Por cierto-. se sobresalto ligeramente al recordar algo que por poco se le olvida. -Probablemente tu instrumento, tus armas y nuestro pequeño amigo (la marioneta), esten en la sala de armas, en el piso intermedio, tambien conozco el camino hasta alli, y por suerte no hay guardias, este tipo es un solitario, quiere todo el poder para el y piensa que cuantas mas personas vivamos aqui, menos tiempo tendra el de juventud eterna-. Conforme te contaba la vida de aquel marine, empezabas a comprender que desde el momento en el que tuviste el atrevimiento de despojarle de su hombria, toda su vida se habia centrado en dinero, vida y venganza, parecia que ese tipo guardaba rencor a todo y a todos, pero en cierto modo era una baza con la que jugar a tu favor, pues el no tener quien te parara hacia mas facil la temida hora de su muerte.

-...no te preocupes, esperaremos al rubio... pero si quieres puedes ir saliendo tú...- tomo dos barrotes, y haciendo cómo si los doblara, pero usando mi poder, los doblo.-...por ahí... y así podrás salir de aquí. Vas a por mis cosas y antes me las traes... luego puedes salir de la niebla...

Una vez sale dejo los barrotes como estaban.
Ahora solo quedaba esperar...

De primeras el niño se mostro reacio a dejarte alli aprisionada, sin embargo cuando escucho tu plan para recuperar las cosas, decidio que era el momento de mostrarte que era util, aunque fuera en una situacion tan simple como recuperar un par de cosas.

Una vez cerraste los barrotes, el niño se quedo mirandote por unos segundos. -Entendido ire a por tus cosas-. Dijo convencido de si mismo mientras abandonaba el lugar corriendo hasta que , por donde te encontrabas metida, no pudiste verle mas.

El niño iba corriendo en solitario, apenas se escuchaba un ruido aparte de sus propios pasos haciendo eco en las paredes, en cada esquina iba deteniendose para comprobar que el rubio o el propio marine se encontraran cerca y pudieran matarle, ya que no solo estaba desobedeciendo ordenes si no que iba a ayudar a quien mas odio tenia aquel sujeto.

-Tranquilo, calmate, ya vas a salir de aqui, eso, aunque sea una promesa, es mejor que una eternidad de sufrimiento-. Se decia a si mismo, mientras se acariciaba el ojo con la cicatriz, posiblemente de alguna reprimenda por haber echo algo mal. Poco importaba ahora, y el lo sabia, por lo que corrio rapidamente hasta llegar a la sala que le habia dicho previamente a Norcissa, tomo el pomo y al girarla se encontro una habitacion llena de mugre, con armas oxidadas, espadas, lanzas, todo tipo de balas y, sobre una mesa, las pertenencias de Norcissa, ademas de algunas que el no habia visto, como un arpon...Como no estaba seguro de si todo pertenecia a Nor, decicio llevarselo, y en caso de que algo no fuera suyo usarlo el para ayudarla a pelear.

Con la idea basica en mente, el muchacho tomo todas las pertenencias de la capitana entre unas cuerdas que habia encontrado por el suelo, las ato y se las echo a la espalda, llegando estas a no tocar el suelo por poco..Realmente le resultaba algo humillante presentarse con esa apariencia a pesar de la edad mental que poseia, sin embargo ahora no era momento para pensar en aquellas minucias.

Tomo todo lo necesario y recorrio el camino de vuelta, sin embargo cuando justo estaba por alcanzar el ultimo de los pasillos para encontrarse con la pirata, observo que esta ya habia tenido visita y ahora mismo estaba charlando con ella.

-Es la hora, ese marine quiere tenerte delante, y esta que no cabe de alegria...O de locura-. Dijo algo preocupado el rubio mientras abria la puerta de la celda con las llaves. Cuando te obligo a salir, el pelirojo aprovecho un momento en el que no estaba mirando para hacerte ver que en su espalda tenia todos los objetos que habias perdido, incluido la pequeña marioneta, que ahora descansaba en uno de los bolsillos de aquel niño.

-...no se si te habrás dado cuenta...- menciono al rato de ser llevada por el pasillo- Pero ya no estoy atada...- comento , divertida de que no se haya dado cuenta.

-...supongo que la persona a la que comprendía y amaba... ha acabado mostrando su verdadera faz... es curioso como la locura y el dolor nos vuelven lo que de verdad somos... unos contemplan el abismo... y otros caen a el.

- Yo que tu saldría ya de aquí... si no es posible que la profecía se cumpla y mueras...

-Ahh, deberia pedir mas dinero a cambio de entregarte, realmente das dolor de cabeza a todo el que esta contigo-. Decia resignado el rubio mientras caminaba detras de ti, indicandote con leves gestos de su mano derecha la direccion que deberias tomar.

-No importa, no tienes ninguna de tus armas cerca y dudo que sepas donde se encuentran, asique, aunque seas peligrosa y puedas matar a ese marine, mientras el dinero me sea entregado, todo me da igual-. Explicaba mientras, sin quererlo, seguia escuchando tus juegos de palabras al tiempo que el niño os seguia muy de cerca, escondiendose en cada esquina y hueco de las puertas, no podia dejarte ir sola sin tus armas y eso lo sabia perfectamente.

- Mira...Si es cierto que voy a morir aqui, estare contento si mi hermana sale con vida de su enfermedad, no pienso en nada mas, no quiero nada mas y si tu intencion es volverme loco no te cortes, podre sobrellevarlo, tan solo dejame acabar este encargo...Nisiquiera pido tu muerte, solo el dinero que se me va a dar por dejarte frente a ese tipo-. Decia algo angustiado, era evidente que tus palabras le habian afectado aunque tratara de ocultarlo...¿De que le serviria curar a su hermana, si no estaba el para verla mejorar y alegrarse?, seria estupido, pero fue lo primero que se le ocurrio para contrarestar las palabras de aquella mujer.

-Por lo que veo sois viejos conocidos, y no muy amigos... No entiendo que os traeis entre manos, pero si tuviera que elegir, preferiria que fueras tu quien saliera viva de aqui-. Reconocia finalmente ante ti, tus palabras habian echo efecto y se habian mezclado cuidadosamente con el cariño que le procesaba a su hermana. Tal vez verte decir aquellas palabras, sin malicia, solo revelandole lo que le podria ocurrir o contandole tu historia, hicieron que no te viera como una amenaza.

Mientras todo aquello ocurria el niño que iba tras de vosotros, se detuvo por unos instantes. -¿Una familia eh?...Entiendo muy bien por lo que pasa ese chico...No es de la misma forma, pero yo tambien perdi lo mas querido-. Se dijo a si mismo, recordando un pasado que creia ya olvidado, tomando de nuevo la foto de sus padres y mirandola por ultima vez. -Quien sabe, lo mismo hoy termino con vosotros-. Sonrio ligeramente al tiempo que retomaba la caminata, algo mas despreocupado, pues aquel chico rubio parecia haberse centrado en su mision y nada que le rodeara parecia molestarle.

Entre charlas y confesiones habias llegado al punto de encuentro, frente a ti se encontraba una enorme sala, el suelo estaba formador por restos de piedra y algun que otro barco, realmente no parecia los aposentos de alguien que quisiera destacar por su dinero. Lo mas destacable era una especie de altar y una silla, en la cual se encontraba sentado quien hizo que tu mirada se volviera seria.

-Jajaja, por fin mi querida Norcissa, no te ves muy bien, eras mas divertida con tus ropajes andrajosos y tus intentos por caer bien a la gente con tus marionetas-. Se burlaba mientras descencia lentamente por las escaleras, quedando a la misma altura que tu, pero alejado un par de metros. -Tu, Nero, porque no esta atada como acordamos-. Dijo, deteniendose en el acto, era evidente que aun te tenia miedo, te habia investigado y sabia que el dolor de perder todo lo que amas, vuelve a uno un autentico monstruo.

-No te preocupes no tiene armas, nisiquiera un objeto con el que poder pegarte...Olvidate de eso, donde esta mi dinero, la traje como prometi, he cumplido-. Decia Nero con un tono acelerado, queria terminar lo antes posible antes de que tus palabras le obligaran a ayudarte y quedarse sin la recompensa.

-Jajaja, tranquilo Nero, tan solo dejame saborear un rato mas este momento, pero antes, hazme un favor y colocale estas esposas-. Ordeno mientras se las arrojaba al muchacho rubio, el cual se vio obligado a colocartelas si queria terminar ya con esa pesadilla.

-Y bien querida, que piensas, ¿te gusta lo que ves?-. Se insinuo el muchacho mientras te mostraba finalmente su rostro el cual, para tu sorpresa apenas habia envejecido unos meses desde que le conociste, tenia exactamente la misma cara que cuando le viste por ultima vez, sin embargo, no era la misma, ya no contenia ni un apice de cariño, inocencia o, por decirlo generalmente, de niño, su rostro reflejaba odio, y ganas de descuartizarte en aquel mismo lugar.

El dolor de estómago avanzaba según llegabamos, pero cuando lo contemplé se fue... era... como si no hubiera... como si no hubiera sido el, como si... hubiera aceptado de repente todo... ya no era el, ya era la emoción que sucumbia su recuerdo, pero no él, no la realidad...

La sonrisa escapaba de mis labios... todo este tiempo preocupada, agolpada por las emociones, y ahora... no siento nada. Río.

-...dios, y yo preocupada... creía... que iba a seguir sintiendo algo, y era todo por un absurdo recuerdo...- caigo de rodillas, desternillante, el dolor de barriga por la preocupacion pasa a serlo por risa.

Segun escuchaba tu risa, aquel hombre comenzaba a ponerse mas y mas furioso, cerrando su puño y emergiendo de el una pequeña vena por la compresion que el puño tenia.

-...Deja de reirte...¡¡Deja de reirte!!-. Gritaba de manera gradual mientras corria hacia a ti y te golpeaba violentamente en el estomago con un puñetazo. - ¡Que nadie mas se ria de mi!-. Seguia gritando, fuera de si, tu risa le habia recordado lo que en años habia tardado en tapar, las burlas continuas de sus amigos, el desprestigio que sufrio su familia...Todo ello provocado por una estupida niña, niña que ahora tenia delante, por lo que sujetandote del pelo te miro fijamente a la cara.

- Tu, amargaste mi vida, provocaste que toda mi familia fuera desgraciada, ¡por mi!, desde que ocurrio aquello, mis amigos me olvidaron y los altos cargos menospreciaron a mi padre porque una simple vagabunda habia terminado capando a su hijo, ¿Te haces una idea de lo que he tenido que soportar?, las palizas, las humillaciones, todo por ti, mi padre se convirtio en un borracho que solo se contentaba repitiendome la escoria de hijo que tenia-. Conforme hablaba sus ojos iban volviendose gradualmente mas rojos, hasta que finalmente solto tu cabellera de un golpe hacia abajo, balanceando ligeramente tu cabeza sin ningun daño.

Estaba furioso, recordar esas palabras le habia devuelto al pasado, sin embargo, al igual que habia recordado todo eso, de pronto sus gritos y quejas se silenciaron, llevandolo a mirar a aquel cielo oscuro en completo silencio. -Pero...Tambien deberia darte las gracias...-. Rompio totalmente el rumbo de la conversacion girando su rostro y devolviendote una mirada asesina. -Gracias a ti me hize mas fuerte, tan solo tuve que aprender a manejar una pistola... Y sencillamente matarlos a todos, mis amigos, mis padres, todos sucumbieron a balazos, la ira hacia ti me hizo lo que soy ahora, ya nada ni nadie me importa, solo me quedas tu...El asunto pendiente, aquella que me arruino y me dio una nueva vida-. Sus palabras te dieron todos los datos que necesitabas, estaba loco y habia perdido completamente la razon, los años que habia pasado aqui , oculto en soledad, solo sirvieron para acrecentar una ira y una locura latentes en su interior, y que ahora le provocaba dolor y placer al mismo tiempo con ver tu cara.

Nero, quien asistia impotente a la escena, se encontraba algo atemorizado, cierto era que aquel niño era mas bajo y debil que el, pero esa mirada en los ojos...Algo le decia que ocultaba algo mas de lo que decia...

-Mari...-

-Tu callate-. Interrumpio rapidamente el marine harto de las quejas de aquel muchacho. -No te lo queria revelar ahora, pero me importa poco, olvidate... Tu hermana esta muerta, murio hace dos semanas, lo que tardabas en buscar a esta pirata-. No se lo podia creer, no era cierto, no podia serlo, su razon para hacer eso, todo por lo que habia luchado...Se habia ido.

-¡Mientes!, no puede ser, ¡mi hermana sigue viva!-. Exclamo mientras corria hacia su enemigo, agarrandole de la camisa y levantandolo cual muñeco del suelo, cosa que no parecio importarle, pues sonrio macabramente, consiguiendo de esta manera pasar su dolor a alguien ajeno, olvidandose por unos instantes de su pasado, comenzo a jugar con la mente de aquel hombre.

-Me da igual que me creas o no, hace poco mas de dos semanas uno de mis lacayos me llamo de que tu hermana habia muerto, el tratameinto que estaban siguiendo se quedo sin presupuesto, podria haberlo pagado pero... para que, no iba a perder mi dinero contigo ¿no crees?-. Las palabras de aquel tipo eran verdaderamente repulsivas, tanto que Nero, sin hacer caso a sus palabras se dispuso a romperle en mil pedazos con sus guantes metalicos...Cosa que no ocurrio, puesto que aquel niño, mientras le confundia, extrajo una pistola y disparo en el pecho de aquel hombre, lo que le devolvio al suelo y a Nero con el.

-Ridiculo...No deberias confiar en nadie, eso es algo que se muy bien-. Dijo el marine entre risas mientras se acercaba con pistola en mano hasta tu rostro. -Y finalmente, despues de las muertes que he provocado y de las peleas que he tenido, mi ultimo problema esta frente a mi, a punto de desaparecer-. Decia mientras, cuando estaba apunto de dispararte, un objeto golpeo su cabeza... Se trataba de Niko, la pequeña marioneta habia golpeado la cabeza del marine con la ayuda del pelirojo.

-No toques a mi amiga, estupido enano-. Resultaba ironico que fuera el quien lo dijera, pero surtio efecto, no por sus palabras, si no por la reaccion que tuvo aquel hombre al ver aquella marioneta. Aprovechando aquello, el pelirojo, con la poca fuerza que le quedaba, tomo el arpon de Norcissa y cual caballero se lanzo para tratar de empalar a aquel marine, quien estaba mas preocupado alzando su pie con la intencion de aplastar la marioneta.

Justo cuando el impacto parecia ser certero, aquel marine se aparto, dejando pasar de largo al niño, quien, por la inercia que llevaba el arpon, no pudo frenar a tiempo, quedando con la pistola de aquel hombre en su nuca. -Estupido esclavo, como te atreves, yo que te iba a dar una buena vida sirviendome...Se acabo-. Dijo lleno de colera al tiempo que el gatillo poco a poco iba siendo presionado.

Ese puño acabó por quitarme el aliento... pero pronto lo recuperé... toda mi vida había soñado conque... con que no hubiera hecho nada... pero al parecer... no parece que haya hecho mal... es una rata... un insecto... una mancha.

Me reincorporo.
-...no malgastes tus balas con el crío, nunca tuviste los cojones bien puestos, yo solo reflejé en la realidad esa metáfora...

- No te metas con mi amigo waaay¡¡¡- la marionetita salto hacia el que había considerado mi amor... no se lo esperaba, no lo creía verdad, disparó a la marioneta, que cayó al suelo, soltando al niño.- Mira que te dije que huyeras... maldito crío...-pero sonreí, levemente orgullosa.

Le contemplé, mientras parecía mantener la compostura que había perdido, y me apuntaba.

-...y yo... que jamás podría hacerte daño...- comenté, reavivando el recuerdo... para luego extinguirlo, de una vez por todas, consumidos por el fuego.Y la sonrisa, la máscara, se convirtió en el verdadero y final rostro, con una mueca de superioridad, y tras mucho tiempo, felicidad- Pero... él... él si que puede.

Los puños mecánicos se cernieron sobre su cráneo, una y otra y otra vez... mientras aquel que deseaba vengar a su hermana y no podía, era llevado cual marioneta por mi poder... a hacer lo que ansiaba.

Cuando la polvora de la pistola iba a ser prendida, una marioneta, un simple trozo de madera inerte se abalanzo sobre el marine, quien , evidentemente asustado pensando que era algun tipo de arma secreta, trato de apartarla llenandola de agujeros por todos lados, pero evitando que el niño pelirojo resultara herido, cayendo a pocos metros de distancia por el peso que llevaba, algo asombrado por permanecer con vida.

-Menos mal, pensaba que ahi terminaba todo para mi-. Respiraba aliviado mientras que los insultos de aquella mujer resaltaron de nuevo la vena homicida del marine, quien retomo una postura desafiante, apuntando con su pistola y tratando de borrarle aquella sonrisa de superioridad sin conseguirlo, ya que, antes de poder apretar nuevamente el gatillo, una manos fria...aunque firme sujeto su hombro, provocando que este se girara y contemplara el autentico rostro del infierno.

La cara del rubio estaba levemente demacrada por la perdida de sangre y el dolor, pero eso no quitaba aquella mirada asesina tras descrubir la verdad sobre su hermana. Tan pronto pronunciaste tus ultimas palabras, aquellos guantes, comenzaron a moverse a una velocidad endiablada, golpeando todas y cada una de las partes del niño, quien, con una mezcla de incredulidad y dolor, no pudo mas que sorportar todos y cada uno de los golpes que iba recibiendo, mostrando detras de cada uno una cara magullada y ensangrentada, terminando finalmente con un gancho en la barbilla que lo desplomo inerte sobre el suelo.

-N...no es suficiente-. Exclamaba el rubio mientras se dirigia a por el, sin embargo los movimientos y la cantidad de sangre perdida hicieron que todo su peso se volviera peso muerto para los guantes, que ni con tu poder podian ser movidos. -Maldicion, maldicion, hermana...-. Comenzo a llorar el rubio, escupiendo en cada palabra una bocanada de sangre, pero sin retirar aquella mirada, que no se apartaba del cuerpo de aquel marine, ese odioso que habia convertido su vida en un infierno con tan solo una conversacion de 20 segundos.

La escena era lamentable, por un lado el marine muerto, por otro el rubio perdiendo poco a poco su vida, y finalmente el pelirojo, quien aun se encontraba agotado y conmoccionado por lo cercana que habia tenido la muerte.

Tras unos segundos Nero se calmo, al comprobar que aquel niño no se movia en lo absoluto, devolviendo la mirada a Norcissa con una leve sonrisa. -Sabia que no eras tan malvada... Te agradezco que me permitieras vengarme, ya nada me retiene en este mundo y odiaria hacerlo permitiendole vivir a este insecto-. Segun hablaba notabas en sus palabras que poco a poco se iba apagando, ya poco quedaba nada de vida en su cuerpo, pero almenos tenia la conciencia tranquila y era lo suficientemente educado como para invertir sus ultimas palabras en agradecerte lo que habias echo.

Me quedo mirándole... no merece morir, no va a morir..
- No me seas tan dramático, en el momento que te saquemos, las heridas se irán. Y nada habrá pasado... igual que este volverá a su tiempo... así que venga, para arriba.

Vondage. Con las cuerdas lo agarro, tirando de el y levitandole, para salir de ahí.
- Vamos enano...- parecio que sus ojos se henchían de orgullo y admiración. - Y tu tambien, pelirrojo...- si, se lo decía a Niko, ¿qué pasa?

Nero se sintio algo aliviado al comprobar que aquella muchacha tenia razon, sin embargo, aunque sus heridas sanarian su hermana moriria, ya que segun los informes, el ya estaba fuera cuando ella fallecio.

Por unos segundos intento levantarse para acompañaros, sin embargo quedo tendido en el suelo. -Olvidate de mi, no tengo nada alli fuera para mi...Sera mejor que subais a lo alto de la torre y destrullais esa estupida maquina que controla la niebla, para que el se quede dentro conmigo para la eternidad, asi podre ajustar cuentas con ese criajo-. Conforme hablaba, observabas que no le quedaba mucho tiempo, sin embargo su mirada te indicaba que queria estar alli y sus gestos te indicaban que te marcharas por las escaleras que se encontraban tras el altar.

El niño pelirojo se reincorporo rapidamente, tomando la pequeña marioneta entre sus manos y obedeciendo a las palabras de aquel muchacho cubierto de sangre sin hacer la mas minima afirmacion o pregunta, bastante tenia con lo que habia descubierto en tan solo unos segundos, como para agravarlo con quejas e intentos de animo. -Se de que maquina habla, vamos capitana, alli se terminara toda esta pesadilla-. Dijo el niño mientras subia por las escaleras dejandote previamente todas tus armas a ti, ya que su cuerpo apenas podia cargar con mas peso.

Tu ultima imagen fue la de tu antiguo amor completamente incosciente, con los ojos en blanco y la cara totalmente magullada, el muchacho, Nero, practicamente muerto y por ultimo aquel niño de mirada penetrante que subia las escaleras con la intencion de terminar su agonia. Al comprender todo aquello decidiste subir al piso superior en donde viste una maquina de un tamaño bastante considerable, repleto de mecanismos compuestos por los restos que habia ido recolectando de antiguos barcos o robandolos mediante numerosos esbirros.

Ante ti se encontraba la duda...Permanecer en aquel mundo, a apesar de los resultados que habian tenido para el pelirrojo y tu antiguo amor... O destruirlo, volver a tu mundo real y, a pesar de seguir envejeciendo, poder disfrutar de la vida misma.

Por favor... que poca imaginación tienen los pobrecillos... yo se que todo, saldrá perfecto, no me quedaré ahí, ya no hay nada para mí, no se me rece mi odio, si no mi olvido.

-...tu hermana te estará esperando ahí afuera, así que cállate... además, ya está muerto.
-¿...Pregunta, nos cargamos esto y todo vuelve a la normalidad en sus respectivos tiempos, cierto?

( En caso afirmativo)
- Tu, rubito, tu nombre completo, pero ya de ya para el epitafio.- comento, como una orden mezclada con un macabro humor. (Off Y cuando lo obtenga)
- Muy bien...- froté mis manos, pero antes me acerqué aquél, que podía sellar el destino, y que le daba la posibilidad a quien se lo merecía, aunque no demasiado ahora que recuerdo el golpe que me dio en mi hermosa cara, de que su hermana viviera.
-...veamos... cuando salgas de aquí, en tu tiempo, y hayas entrenado... irás a buscar a su hermana, y a una semana para atrás de aquí... la sacarás de allí no sin antes hacer que sus hombres le comuniquen por den-den mushi su muerte, si lo que pienso, es que la estaba envenenando para mantenerla enferma y así tener controlado a el puñitos de hierro, no necesitarás un médico... pero por si acaso... tienes diez años... bueno, diez menos dos o tres semanas, para encontrar a uno lo suficientemente bueno... como para que pueda curarla... así que recuerda bien el nombre que ha pronunciado... pues va a ser tu primera misión...- me quedé mirando a sus ojos, que posiblemente tenían una expresión de " Jopé, señor, usted si que es listo " ( OFf, si , es Hércules mode)

Me reincorporé, para ir hacia la máquina y tocarla.
- Lo que me da pena, es que no me voy a poder llevar el dinero que hay aquí joder, tanto dinero y si me lo llevara no aparecería con el afuera...-reí, mientras me encogía de hombros- Es que esto es absuurdo...
Y quebré la máquina con mi poder...

Hace... cuanto que no reía... al menos no sarcásticamente.

Off: Y la petición de busqueda del médico hace posible a Sir, su personaje medico, y que entrelacéis historias.

Al no tener razon para vivir, el muchacho rubio te dijo su nombre sin ningun tipo de esperanza, ignorando por completo tus ganas para el humor o tus ya conocidas burlas. -Mi nombre es Nero Wild Straiker (se mi imaginacion para los nombres es pesima XD), y ahora dejame en paz por favor necesito pensar-. Dijo el chico rubio mientras se quedaba parado en el suelo, con la mirada perdida y levemente difuminada.

Conforme explicabas el plan, el pelirrojo comenzo a mostrar en sus rostro una expresion de incredulidad y finalmente termino golpeando su puño derecho sobre la palma de su mano izquierda en gesto de asombro. -Oh!, es cierto-. Dijeron de manera algo comica, con la cara reflejando la estupidez que habia tenido al no haber caido en ese plan, aunque, bien pensado, era la oportunidad perfecta para demostrar ser el heroe que siempre soño.

-Tienes razon, eres muy lista, sabia que nos salvarias, pero nunca pense que serias capaz de planear algo como eso...De acuerdo tienes mi palabra, encontrare un medico y juntos la salvaremos-. Decia energicamente mientras sus palabras, aunque serias, carecian de importancia al observar que las decia un retaco que no llegaba a la cintura de los presentes, cosa que le cabreo y le hizo alejarse hasta lo alto de la torre, ubicacion de la maquina.

-Ha sido un placer conocerte, imagino que para ti esto sera un pestañeo, pero a mi me esperan 10 años de espera, tratare de mejorar y serte util-. Prometia el pelirojo mientras miraba a Norcissa destruir el artefacto, provocando que la niebla dejara de ser consumida y un fuerte vendabal derrumbara a los presentes y desplazara al moribundo marine que se perdio de la vista de todos. Segundos despues, ese mismo aire tomo mayor fuera en direccion contraria, atrayendo a todos aquellos que no pertenecian a ese mundo y expulsandolos al exterior.

Segundos antes de que pudieras observar la orilla del puerto, viste como aquel niño iba desapareciendo gradualmente, terminando con un leve saludo de mano y unas palabras casi imperceptibles por el odio humano, desapareciendo por completo entre un haz de luz...De momento parecia que tod habia ido bien.

Una vez fuera te encontrabas con el rubio, quien, tal y como habias predicho, se encontraba totalmente sanado, aunque emocionalmente destrozado por la perdida de su hermana.

Miré al de los puños de hierro... ahora me debía algo.... porsupuesto iba a tomarlo.
- Ahora, por el don de la vida, me darás tus guantes...- porsupuesto creería que me referiá a dejarle a él con vida, y no al asustuto plan.

Observé el cielo... era de un azul... tan... claro y... alegre...

A pesar de los años que habian pasado, el pelirojo no pudo olvidar aquella ciudad...Shelltown, ya que para el fue el comienzo de su infierno y mas tarde el de su nueva vida como persona.

-Ahh, este sitio me trae tantos recuerdos...Ojala todos ellos fueran buenos-. Se decia a si mismo mientras caminaba por las calles acompañado por Fausto y una pequeña muchacha de cabellos rubios y aspecto delicado, provocando las miradas de cuantos la veian por lo fragil que se veia.

-Bueno, segun mis calculos... Deberian aparecer aqui, el problema esque no se a que hora entraron en la niebla, solo el dia en el que lo hicieron-. Explicaba Lavi mientras se llevaba una mano a la barbilla, ojeando sobre todo la zona del puerto, lugar donde esperaba que aparecieran al igual que lo hizo el.

Las personas caminaban lentamente, algunos charlaban y otros se dedicaban al comercio, cosa que ilusionaba a la pequeña niña, ya que hacia muchisimo tiempo que no habia visto la calle o el simple movimiento de las personas por la ciudad. -Se te ve contenta eh?, preparada para ver a tu hermano?-. Pregunto el pelirojo son una sonrisa mientras que la niña se la devolvia con la poca fuerza que podia, ya que los efectos de aquel veneno estaban remitiendo pero aun se encontraban en su cuerpo.

Las horas pasaban, los tres se encontraban medio tirados por el suelo, ya habian visitado tiendas, ido a la taberna, todo lo que se les ocurrio para matar el tiempo, sin embargo parecia que las personas por las que habian esperado tanto tiempo no iban a aparecer.

-En fin, puede que me haya equivocado con el dia, pero tiene que estar cer...-. Antes de que pudiera terminar la frase un haz de luz trajo consigo a dos personas, un chico cuya expresion era de abandono y una mujer, quien parecia querer lo que aquel rubio portaba, mas eso era lo de menos, pues su rostro no habia cambiado en absoluto y Lavi pudo identificarla sin ningun esfuerzo.

-Hey, pero mira a quien tenemos aqui-. Dijo el pelirojo con una sonrisa mientras se acercaba a los dos. -Aqui esta lo que prometi, señorita-. Tras esas ultimas palabras, se aparto ligeramente de la vista del rubio permitiendole ver a su hermana pequeña, lo que primero provoco un shock y luego un grito de felicidad, abrazandola como si pudiera perderse, de manera posesiva a la vez que cariñosa.

Saqueo, un rapido movimiento, y los guantes son míos... suerte que estaba ocupado abrazandolas, me los calzo, un poco grandes.

- Si que te han tratado bien las hormonas... pequeño...- avanzo, solemne; las hormonas que debido a mi desnutrición a mi me han dejado en una fragil estructura.- Una cosa menos...- miro hacia su acompañante, un tanto pintoresco, bastante Burtoniano, me encanta. Tambien mis ojos van a parar a mi hermano, estructura recia, parece sano...

-¿...bien, y ahora que harás?- pues ahora su vida... carece de metas...

Luego de muchas horas de aburrida espera veo como de un haz de luz aparecen 2 figuras, una mujer y un chico, se me hace agua a la boca, no todos los días se ven cosas tan extrañas.

-Muuuuyyy interesanteee!!!- Digo emocionado y me acerco a ellos -De verdad que era algo extraño como me prometiste!- Comienzo a examinarlos a ambos tomando medidas, viendo el estado de sus cuerpos, tomo notas escritas de todos los detalles y los dibujo a ambos.

-Me encanta! Dos nuevas muestras!- Me giro hacia la mujer, se ve muy desnutrida y decaída -mmm muy mal... no puedo dejar que mis preciados experimentos mueran antes de que me conforme- Aprieto sus brazos, piernas y el resto de cuerpo -Estas en los huesos! Ya vengo!-

Salgo corriendo hacia las tiendas cercanas para tomar mucha comida peleándome con los dueños de dichos lugares

-Jejeje, tienes que disculparle, el pobre es un tanto...Peculiar-. Dijo el pelirojo mientras le veia tomar medidas, enloquecer y correr como si su vida dependiera de ello. -Me alegra ver que estais todos bien, para mi ha sido una decada sin veros chicos-. Dijo Lavi con una sonrisa mientras se acercaba a Norcissa, tomando por un segundo su mano.

-Se que no te gustan los momentos sentimentales, y mas cuando te has quedado con los guantes...Sin embargo, me gustaria agradecerte de nuevo tu ayuda, gracias a ti soy lo que ves ahora-. Explicaba el joven sin retirar la sonrisa de su rostro, era evidente que sentia una gran admiracion por ti, la cual quedo aun mas notoria cuando escucho la segunda de tus preguntas.

-¿Que voy a hacer?, jajaja, esa pregunta es muy sencilla-. Conforme hablaba se alejaba unos pasos de los presentes y miraba con una cierta ternura al mar. -Pienso encontrar mi propia banda y ser uno de los piratas mas fuertes del mundo, para terminar con todo el esclavismo de este mundo...No quiero que mas personas pasen por el infierno que tuve que pasar yo-. Sus ojos reflejaban melancolia y ganas de olvidar aquel pasado turbio.

-Pero aun me queda mucho-. Se interrumpio a si mismo regresando con el resto de los presentes. -Asique por el momento me unire a ese medico loco, es de lo mas extraño, pero se que en el fondo es buena persona, tan solo quiere conocerlo todo en este mundo-. Decia el muchacho para despues mirar hacia los dos hermanos.

-Venga chicos, lo mejor sera que os vayais de aqui cuanto antes, aun no sabemos si queda algun enemigo o secuaz de aquel marine, y seria una pena perderos despues de lo que habeis vivido-. Explicaba el muchacho mientras observaba como el rubio, le miraba intrigado, posiblemente su rostro le recordaba a aquel niño, sin embargo no dijo nada, tal vez por pensar que era una coincidencia, o por la verguenza que suponia que un niño, que habia sido maltratado e insultado por el, fuera el responsable de tener a su hermana entre sus brazos.

De pronto la escena cambio, Lavi y Norcissa se quedaron solos, momento que el pelirojo aprovecho.

- Por cierto... Mi memoria es algo vaga, asique no recuerdo si me presente, por lo que aprovecho ahora...Ya sabes, mejor tarde que nunca, jaja-. Reia con una de sus manos colocada en la nuca, en señal de despreocupacion total. -Me llamo Lavi Deak, es un placer volver a verte y espero que en un futuro nos encontremos en el mar...Aunque no como enemigos-. Seguia bromeando mientras esperaba la respuesta a todo el monologo que habia echo minutos atras.

Aquel niño... seguía siendolo....

-...no querrías tenerme como enemiga Lavi...- no se merece su apellido, no lo merece...- podrías salir gravemente herido...

Le miro mientras su expresion muestra extrañez, y con un rapido movimiento tirado por mis nuevos guantes le cojo del cuello de la camisa.

-¿...Crees acaso... que vas a llegar a algo? ¿Que acaso conseguirás cambiar el orden de las cosas? Solo eres un niño... y además, sin inventiva... no se te ocurrió quizás evitar lo de aquel estúpido hombre y evitarte todos los problemas... siquiera pudiste salvar a tu familia... y ahora, intentas buscar un remplazo, en esos extraños nakamas que ten por seguro... no te mereces.