Misión: La bolsa o la vida.

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Tema: Misión: La bolsa o la vida. Dom Abr 08, 2012 1:36 pm

El día era magnífico, el cielo estaba completamente despejado y el majestuoso sol brillaba en todo su esplendor. Había llegado a esa isla por casualidad, hacía tiempo que no descansaba del mar, y en cuanto vi tierra firme cerca no lo pensé ni un segundo en cuanto me dispuse a desembarcar. Los lugareños no parecían muy hospitalarios, pero me era indiferente, caminaba a paso tranquilo, protegiéndome del sol con mi blanco sombrero. Lucía unos pantalones largos y ajustados, de color morado, y una corta camiseta de tirantes muy ceñida.
Mi altura hacía que destacara entre la multitud, era la mujer mas alta que paseaba por esas calles, aunque tampoco tenía demasiada competencia puesto que la mayoría de los concurrían el lugar eran hombres. Solo atisbé la presencia de marines en una calle cercana, sin embargo parecían ignorar a los criminales que campaban a sus anchas por la villa. No buscaba nada en especial, solo descansar un tiempo y respirar un aire que no oliera a mar.

Tema: Re: Misión: La bolsa o la vida. Dom Abr 08, 2012 1:53 pm

Estaba dispuesta a encontrar una taberna, necesitaba aplacar la sed que tenía, en el fondo sabía que, si empezaba a beber, no podría parar, sin embargo acabar borracha era lo que menos me preocupaba ese día. Fue un pequeño capricho que decidí darme después de tanto tiempo en alta mar, también la soledad me estaba afectando demasiado, necesitaba encontrar un compañero cuanto antes. Sin embargo, buscar un nakama no sería tarea fácil, puesto que no solo tendría que reunir una serie de requisitos para ser mi acompañante, sino que tendría que tener mi mas absoluta confianza, además de mi amistad. Pensar que tendría que volver a navegar en ese solitario barco me daba dolor de cabeza, tenía la pequeña esperanza de conocer a alguna persona adecuada que quisiera viajar a mi lado, sin embargo, sabía que solo se trataba de una mísera ilusión, ya que, aparentemente, en esa ciudad solo habían despojos humanos, hombres y mujeres a los que el oficio de Pirata les quedaba grande. Miré hacia todos los negocios que me rodeaban, no localizaba ni una sola taberna que no fuera un vulgar nido de ratas, pero a eso tendría que ir acostumbrándome, pues un pirata no gozaba de muchos lujos, y menos en sus inicios. Algún día tendría mi propio negocio a nombre de mi futura banda pirata, y así no me vería obligada a acudir a semejantes antros cuando me apeteciese beber hasta la saciedad.

Tema: Re: Misión: La bolsa o la vida. Dom Abr 08, 2012 2:07 pm

No me había criado en la Aristocracia, pero tampoco entre pobres. Gracias a Franchesca y Fígaro tuve un hogar y unas comodidades, con lo cual siempre me definí como una Pirata ''refinada''. Aunque tendría que hacer una excepción por esa vez, y entrar en la única taberna medianamente decente que encontré tras casi una hora de búsqueda. Se encontraba a las afueras de la ciudad, estaba tan escondida que, antes de entrar, dudé unos segundos acerca de si tendría o no clientela, puesto que en el camino habían muchísimos negocios, y cuando un borracho tiene sed, lo último que quiere es perder el tiempo.
Si estuviese desierta, me marcharía y buscaría otra, puesto que necesitaba conocer gente, o, al menos, relacionarme con alguien que no fuera el timón de mi barco. Últimamente estaba pensando en fabricar a mi propio amigo con un coco, tal vez eso me diese compañía. Entré en el local, no era muy amplio, aunque si que estaba muy bien iluminado. Mirase donde mirase, muchísima gente bebía, cantaba y reía en ese antro, no entendía como podía tener tantos clientes dado el lugar en el que se encontraba. Sonreí, y me dirigí hacia la barra, dispuesta a pedir la primera de muchas jarras de cerveza que esa noche bebería.

Tema: Re: Misión: La bolsa o la vida. Dom Abr 08, 2012 3:07 pm

El ambiente de la taberna era ideal, en medio del alboroto, me acerqué a la barra, y le hice un gesto al camarero para que se acercase. Se trataba de un hombre excesivamente robusto y corpulento, aparentaba mas edad de la que tenía, casi no le quedaba pelo, y el tono rojizo de su nariz desvelaba que era un habitual bebedor. Mas que camarero, era el tabernero y, muy probablemente, propietario del local. Vestía con harapos sudorosos, y no podía presumir de higiene corporal. A pesar de todo, sus ojos eran hermosos: un color verde, brillante tal y como un diamante.
-Una jarra de cerveza bien fresca, preferiblemente sin espuma, caballero.-Pedí, con educación.
-Te has equivocado de antro, preciosa, no soy un caballero, pero gustoso te serviré la birra, con la condición de que te marches, un bellezón como tú corre peligro en este lugar.-Respondió, con la máxima educación a la que podía aspirar.
-No suelo ir de sobrada, pero le aseguro que no corro ningún peligro. y si lo hiciera, ese sería MI problema, algo que a usted no le concierne, y beberé aquí todas las que me vengan en gana, no solo una, así que traiga el alcohol antes de que me muera de aburrimiento.-Respondí con total seguridad.
-Como guste la señora.-Se limitó a responder.
No se me pasó por la cabeza la idea de marcharme, el orgullo me podía, y el machismo me enfermaba. ¿Es que una mujer atractiva no podía beber hasta reventar en una taberna? Me dieron ganas de escupirle a ese metomentodo.

Tema: Re: Misión: La bolsa o la vida. Dom Abr 08, 2012 3:21 pm

Me convertí en el objetivo de muchas miradas, al parecer, había alzado demasiado la voz al contestar a el tabernero, de por sí no pasé desapercibido cuando entré en el local, y ahora, una decena de indeseados y repulsivos hombres me miraban con atención. El tabernero me sirvió la bebida, y atendió a unos clientes que se encontraban en el otro extremo de la barra. Intenté disfrutar de la cerveza e ignorar a esos idiotas, pero mi humor había empeorado, y si no dejaban de provocarme con sus estúpidas miradas, todo acabaría muy mal. Estaba a punto de ser víctima de uno de los tantos impulsos que me caracterizaban, y sabía que no podría controlarme. Tras dos tragos, terminé la primera cerveza. Esta vez, de malos modos, llamé a voces al tabernero, y le pedí la cerveza, dejé la estúpida educación con la que le hablé en un principio, tenía que aprender a no tratar a todo el mundo por igual, y saber distinguir entre los diversos tipos de personas, sino, nada bueno me depararía el futuro. Aun era una principiante, me quedaba mucho por aprender.
-¡Eh, tu, traeme la segunda, pero no me hagas esperar mucho, tengo la boca seca!-Grité lo mas alto que pude.
El tabernero dirigió la mirada hacia donde yo estaba, y, tras fruncir el ceño, fue a por la bebida.

Tema: Re: Misión: La bolsa o la vida. Dom Abr 08, 2012 3:50 pm

Me sirvió la segunda jarra de malas maneras, parecía enfadado por mi comportamiento, pero el se lo había buscado. Los hombres me atravesaban con las miradas, cargadas de todo tipo de pensamientos obscenos. Me di cuenta de que no fueron mis formas las que llamaron la atención, sino mi físico. Por lo visto, no era muy habitual que una mujer acudiera a un lugar de tal ''categoría'', al menos en esa isla. Comprendí a que se refirió el tabernero al afirmar que corría peligro, pues en cualquier momento alguno de esos asquerosos borrachos podría abalanzarse sobre mí, y entonces yo no dudaría ni un segundo en patearle el trasero. Terminé de beber, la cerveza solo me duró un trago y medio, me dispuse a pedir la siguiente, pero mi paciencia acabó antes de que el tabernero se percatara de que le estaba llamando.
-¡QUERÉIS DEJAR DE MIRARME!-Grité con todas mis fuerzas.
La multitud que concurría la taberna comenzó a murmullar, alcanzaba a oír algunas quejas sobre mí, y poco más. Sin embargo, nadie me dijo nada directamente. Me hubiera gustado saber que habría pasado si quien gritaba en medio del local hubiera sido otro hombre más.
-No necesito vuestro cutre ''caballerismo'', tratadme como a un tío mas, no por tener tetas soy menos que uno de vosotros.-Les espeté.
Sin embargo, no obtuve respuesta alguna. Decidí marcharme, caminé hacia la salida y, antes de pasar por la puerta, les dediqué unas palabras.
-Que os jodan a todos.-Dije con desprecio tras escupir en el suelo.
Salí al exterior, el cielo se había nublado un poco, aunque el sol seguía brillando. Deambulé por las calles, presa de la indignación, murmurando insultos y desprecios a mas no poder. Localicé a un pequeño grupo de marines, estaban charlando. Atravesé la calle contigua para no cruzarme con ellos, así me ahorraría problemas, aunque tal vez por mi estúpida apariencia de ''señorita'' no se percatarían de que era una pirata. Me empezaba a molestar eso de ser una absoluta desconocida, deseaba comenzar aventuras que me otorgaran una fama sin igual, y así, entrara en la taberna en la que entrase, todos me reconocieran, y el simple hecho de mirarme les provocara un terrorífico miedo. Pero en aquellos momentos no eran mas que ilusiones y sueños que no cambiaban el hecho de que todavía era una principiante a la que nadie en todo el mundo conocía.
Estaba tan absuelta en mi enfado que no me percaté de que alguien me seguía, y del verdadero peligro que en esos momentos corría.

Tema: Re: Misión: La bolsa o la vida. Dom Abr 08, 2012 4:11 pm

Afortunadamente, hice el esfuerzo de apartar mi enfado por un momento, para centrar toda mi atención en comprobar si de verdad me estaban siguiendo, o eran simples imaginaciones mías. Sin embargo, fuese quien fuese, no se trataba de un experto en el sigilo, pues podía escuchar sus pasos detrás de mí. Seguí caminando, en ningún momento le di señal alguna de que me había percatado de su presencia, aproveché ese tiempo para aclarar mis ideas y pensar en lo que podría suceder. Habían posibilidades de que fuera cualquier indeseable de la taberna, o un simple ladrón de los alrededores. Temí que se tratase de un pervertido o alguien por el estilo, aun así no bajé la guardia en ningún momento. Los pasos aumentaron su velocidad, cada vez los oía mas cerca. Introduje la mano bajo el pantalón para poder sacar cualquiera de mis pocas armas, y me detuve al instante.
-Que quieres.-Dije en un tono frío, sin darme siquiera la vuelta para mirarle, demostrando que no le temía.
-Quiero todo el dinero y todos las cosas de valor que lleves encima, ¡Rápido o te dejo seca de un balazo!-Gritó, desenfundando su pistola.
Me di la vuelta, y contemplé al atracador. Se trataba de un simple pirata que aparentemente vivía en la mas absoluta pobreza. Un fracasado que se dedicaba a asaltar a las mujeres, amenazarlas y robarles hasta el último Berry. Era el tipo de persona para la que el fin justifica los medios, es decir, si para conseguir un mísero Berry tenía que matarme, lo haría sin tener ningún tipo de cargo de conciencia.
Intenté mantener la calma, pues mi enfado no se había calmado, y este hecho lo empeoraba bastante.
-Bien, te lo daré todo.-Le contesté con sequedad.
-No pienses que voy a subestimarte, estaba en la taberna cuando diste ese espectáculo, se bien que eres una mujer de armas tomar, quiero que te acerques con las manos en alto, y no las bajes en ningún momento.-Me ordenó.

Perfecto, el problema me lo había buscado yo sola.

Tema: Re: Misión: La bolsa o la vida. Dom Abr 08, 2012 4:40 pm

Elevé las manos tal y como el dijo, tuve que dejar de lado la idea de sacar la daga o el puñal, pues el tenía ventaja sobre mí al llevar la pistola, y no iba a arriesgarme.
-Acércate lentamente, sin bajar las manos en ningún momento.-Ordenó de nuevo.
No dije nada, me limité a obedecer. Caminé paso a paso hacia el, con las manos en alto, y pensando en las posibles salidas que tenía ante esa situación. Me estaba apuntando con el arma, y sabía perfectamente que si me rebelaba, acabaría con mi vida sin dudarlo. Recordé al grupo de marines que charlaban en la calle contigua, sin embargo, la idea de recurrir a la ayuda de oficiales del Gobierno en esa situación me repugnaba, con lo cual, la descarté al instante. Era un asunto entre piratas, y lo resolvería con mis propios métodos. Gritar como si fuera una estúpida dama en apuros solo me haría conseguir un balazo en la cabeza, y poco más. Estábamos frente a frente, el maldito ladrón no soltaba la pistola, aunque a juzgar por el temblor del arma en sus manos, denoté cierta inseguridad por su parte.
-Ya estoy cerca de ti, ¿Ahora que?-Pregunté.
-Ahora, mientras mantienes las manos en alto, vas a dejar que te quite todo lo que yo vea conveniente, y si intentas rebelarte, te mato.-Explicó.
La idea de que ese engendro se tomara la libertad de tocarme contra mi voluntad con la excusa de robarme, me hacía arder de ira. Pasó su otra mano por mis bolsillos, sin embargo, parecía mas interesado en toquetearme, que en robarme.
-¿Es que no tienes nada de dinero?-Preguntó extrañado.
-Pues no mucho, ni siquiera tenía para pagar las cervezas, me fui sin pagar de la taberna. Has ido a robar a la persona menos adecuada.-Respondí con sinceridad.
-¡Algo tienes que tener!-Exclamó ofuscado.
Empezó a pasar su mano por todo mi cuerpo, tocándome hasta los pechos, en busca de algún objeto de valor. Era tan torpe, que ni encontraba las armas ocultas bajo el pantalón, sin embargo, yo no soportaba mas la situación. En un momento de descuido, le asesté una dura patada en sus miembros genitales, el ladrón no se lo esperó, y soltó un tremendo grito de dolor, aproveché ese instante para arrebatarle rápidamente el arma de su mano, impulsándole el brazo hacia arriba para así alejar la pistola de mi radio de alcance. De repente, la situación se convirtió en un competitivo pulso entre dos fuerzas, el luchaba contra mi fuerza para bajar el brazo y tenerme a tiro de nuevo, si eso ocurría me podía dar por muerta. Mientras manteníamos el pulso, con la otra mano me asestó un puñetazo en la cara que me hizo sangrar por la nariz, yo no solté su brazo en ningún momento, no conseguía quitarle la pistola, pero al menos podía alejarme de su punto de mira. Encajé el golpe lo mejor que pude, y, con mi otra mano, saqué el puñal oculto bajo mi pantalón, dispuesta a asestarle una letal puñalada en el estómago.
Sin embargo, antes de que emprendiera el ataque, unos gritos llamaron la atención de ambos. El grupo de marines que habían estado charlando en la calle contigua ahora pasaban por ahí, y nos vieron forcejear. Le asesté la dura puñalada al ladrón sin perder ni un segundo mas, la sangré brotó, y le di tres rápidas puñaladas mas. El ladrón dejó de forcejear y calló de rodillas, dolorido e insultándome, los marines corrían hacia donde estábamos. Le arrebaté la pistola y le apunté a la cara.
-No te voy a matar, pero tal vez ellos no te den un trato tan cordial como el mío. Disfruta en la cárcel, amigo, seguro que es un lugar maravilloso.-Le dije, entonando una gélida ironía, y dedicándole una sonrisa. Huí antes de que ellos se acercaran al pirata, varios marines se lanzaron a perseguirme, mientras que el resto detenía al criminal.
Recorrí infinidad de callejones hasta que logré que me perdieran el rastro, me guardé la pistola que le había robado y en cuanto estuve libre de peligro, me dirigí hacia mi barco, dispuesta a marcharme de esa asquerosa isla para no volver nunca.

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» La dura vida de un pirata
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