Namida, la nueva adquisición.

–¿Convencer? –pregunto mientras siento como mis sentidos se vuelven normales– es mejor dejarlos fuera de juego, o eso pienso yo.

Vale, hablo sola ya que mi 'capitana' se ha ido a buscar, según ella, algo de comida. “Primer defecto: Borracha.” Miro hacia delante y veo que más que un barco parece una barca con una vela en el centro. Suspiro intentando tranquilizarme. No vale la pena enfadarme por algo como esto “Segundo defecto: Medio ciega.” Hablando de eso, la verdad es que todavía no le he visto la cara. Solo supongo que es una chica por su nombre.

–Esto... Hola chicos –comento ya en mi forma completamente humana. Son dos idiotas babosos así que no me costará demasiado dejarlos fuera de juego. Suspiro con cansancio y algo de dramatismo para que me presten toda su atención– veréis es que mi amiga y yo nos hemos quedado aquí ya que el barco con el que viajábamos se ha ido sin nosotras.

–Y estás buscando un barco que os lleve, ¿Cierto? –pregunta uno de los dos. Él ve como asiento y entonces ambos comienzan a acercarse.

Cuando están a unos pasos de mí entrecierro los ojos y con una sonrisa me coloco entre los dos rápidamente. Haciendo uso de mis habilidades como médica, presiono un punto en sus cuellos que los hace caer instantáneamente, a mis pies, inconscientes.

Hágome pasar por un interesado en los alimentos, agenciandome alguna de las cajas que son transportadas por los muchachos de la tienda, en espera de un pago, el barco está cargado Namida adentro, o eso supongo... las provisiones están dispuestas, tenemos para un viaje medianamente lejano, ya que mis dotes como navegante son nulas y podríamos perdernos.

Una vez todo listo...
- Bueno, ahora solo queda que nos pague...- lo hago, más cuando se van, las monedas vuelven una a una hacia mi bolsillo.

Descuelgo el barco de su cordón, partimos hacia nuevas tierras, nuevos horizontes... botella en mano, espero que salgamos vivos de nuestra travesía. Ahora un puesto ha sido ocupado en mi banda, y puedo colgar mi bandera de lo alto...

El nombre de los Demonsfire ha nacido hoy... y se extenderá impregnando el mundo de respeto, admiración... y terror.

Me quito la capucha, volviendo mis ojos hacia Namida... el sol cae, y nosotros nos alzamos.
-... Bueno... ahora eres la mascota de la tripulación, felicidades- digo levemente sonriendo, mi mascara se convierte en cara.

Un nuevo horizonte se abre para mí con este viaje. Suspiro mientras le arrebato la botella de las manos a Norcissa, se que lo dice en tono de broma por lo que le lanzo una sonrisa de medio lado. Me fijé en sus ojos “Son magníficos” abro los míos con sorpresa y si no fuera porque estoy sentada me hubiera caído de culo.

–Tus ojos son increíbles –comento con una sonrisa. La esclerótica es de un color negro, como un profundo pozo o las aguas más profundas del mar; su iris es rojo, como la sangre que transportan las venas; y sus pupilas son de un color morado oscuro. No tengo comparación alguna para tales ojos, simplemente puedo decir que son magníficos.

Bebo un trago del líquido y le devuelvo la botella. Miro el cielo oscuro, taponado por las negras nubes y suspiro mientras me recuesto como puedo en ese lugar tan reducido.

–Solo quiero una condición –suspiro. Cuando estoy segura de que Noricssa me presta toda su atención continúo– me tienes que dejar que te escuche tocar.

Tras esas palabras lanzo una alegre sonrisa al cielo y me quedo totalmente dormida, esperando que nuestro siguiente destino se asome en el horizonte.