La otra isla.

** Yamamoto, ya se estaba haciendo muy reconocido en Longuetown, bueno, ya lo era en demasiado. Los atentados que había cometido días atrás, ya lo habían puesto en boca de todo el mundo ¿Por qué? Sus acciones, nunca fueron de lo más discretas, las cosas que hizo hasta ahora siempre han sido una forma directa de enfrentarse al gobierno mundial… Ahora que se encontraba en Longuetown, de nuevo, era reconocido por varias personas mientras este caminaba solo por la ciudad, ya que le causaba algo de nostalgia regresar a ese pueblo, el pueblo que lo vio nacer… Ese lugar que fue el inicio de que los ojos del mundo comenzaran a posarse en él y su hermanastro. Las personas de la ciudad, se apartaban de a dos o en grupos de más, para poder chismosear, comentando todos sobre quién era ese joven y el por qué de su regreso… Sin duda, esas palabras que se lleva el viento, llegarían a entrar en los oídos de un Marine y el poder de” justicia” de seguro no tardaría en llegar hasta donde se encontraba el joven Bellwether, que hasta ahora, se mostraba tan despreocupado como siempre, ya que seguía pensando aún y con todo ese clima que: “Es bueno estar cerca de casa”. **

** Sus sospechas no fueron equivocadas, después de todo, era obvio lo que sucedería. El joven antes mencionado, que se encontraba en una especie de plazuela, se encontraba rodeado por Marines… Todos de bajo rango y sin ningún capitán a la vista, al menos no por el momento. Yamamoto estaba tranquilo, y veía de un lado a otro calmado, y sabía que si armaba revuelo en aquel lugar alguien aparte de los propios Marine saldrían heridos… Pero por otro lado, tenía a intención de hacer algo diferente, pensaba sentir la adrenalina que vivían muchos al huir al puerto rápidamente y se van en un barco ¿Por qué? Era cierto que tenía a Varia, pero no quería causar molestias a su hermano por esa simple forma de diversión, así que buscaría cualquier otro.

Corrió hacia un Marine, y arremetió contra este con una patada en la cara, abriéndose paso para salir corriendo en dirección al puerto. En su andar, sus ojos no podían ver nada más que un pequeño bote de pesca amarrado por una soga al puerto, esa era su única alternativa, una alternativa interesante ¿En qué pensaba? Muchas veces, las cosas que hacía eran tontas y sin pensar, pero eso lo que lo hacía divertido e interesante, claro, mientras no preocupara a nadie. **

** Cuando ya estaba a la misma altura que el pequeño botecito, paró en seco, para echarle un vistazo rápido y se dio cuenta de que la superficie estaba repleto de pescados, después de todo esa era la función que cumplía el pequeño navío ¿Qué haría? No podía pensar mucho, después de todo los Marine ya se encontraba pisando los talones al joven, por unos treinta metros y nada más, lo que no le daría tiempo a seguir huyendo y mucho menos dar media vuelta.

-¡Yoy! Bien… Tú serás mi transporte.

De un salto, se paró en el suelo de cardúmenes. Que uno que otro seguía moviéndose, en señal de que habían sido recién sacados de alta mar, y entre tanta humedad había dejado el suelo resbaloso, pero se podía navegar, y así fue, se puso en camino dentro del mar. Todos sus perseguidores parecían haber quedados inutilizados en la orilla... Pero muchos de ellos sonreían de medio lado, como si hubiesen hecho algo bien ¿Por qué? **

** Uno de los tantos Marine, traía en su muñeca un Kero Den Den Mushi, especiales para comunicación de espionaje o cosas parecidas, el mismo que acercó a su boca para hablar… ¿Cuánto tiempo pasó? El joven Yamamoto no sabía, pero detrás de él, venía un navío de los Marine que se aproximaba a gran velocidad detrás del joven… Sin lugar a dudas, había caído en una trampa muy bien elaborada por el gobierno, quizás no hubiese caído en ella de no ser por su afán de experimentar cosas nuevas.

-Hahaha… Parece que no se puede evitar. Esto me gano por querer hacer cosas de esa manera.

Su palma derecha estaba sobre su cabeza, con la cabeza inclinada en treinta y cinco grados se podría decir, en señal de que había cometido un error, pero que no le importaba mucho. Sin embargo, no se dejaría alcanzar tan rápidamente y sacaba pescados con sus pies, pateándolos, no le daba una gran velocidad, pero lo hacía más divertido. Su persona disfrutaba de ese tipo de situaciones, a pesar de saber que en cuestión de nada sería atrapado... Alguien muy interesante.**

** De entre el barco, muchos Marine se asomaron a cubierta, eran unas siete personas contando a su capitán que estaba en el medio de todos ellos, como era de esperar, siempre uno al centro el más fuerte e indicado para comandar tropa... Y se veía imponente, con su capa caraterística, y de aspecto rudo... Todo un gran Marine, pero no conocía su fuerza, no era bueno subestimar o sobrestimar.

-Yamamoto Bellewether. Detente ahora si no quieres que tu “barco” se vaya al fondo del mar contigo, tienes diez segundos pare pensar en lo que harás, de rechazar nuestra oferta nos veremos obligados a proceder de manera que nos gustaría evitar.

Por otro lado, Yamamoto que se encontraba de espaldas a los justicieros, dio media vuelta para escuchar de cara a cara todas y cada uno de las palabras dichas por el capitán de esa embarcación ¿Qué haría? Era un oferta tentadora, además de que ya había visto los cañones que apuntaba a su barco, pero algo era cierto, no se dejaría atrapar, no era momento. **

** El barco del guardián de la lluvia, se paró lentamente, a la vez que era alcanzado por el navío ya antes mencionado de los Marine, el cual se puso uno al lado de otro de manera que quedara la escalera para que Yamamoto pudiera subir de manera pacífica. Se sujetó del primer escalón y comenzó a escalar, valga la redundancia, en su escalada, un artillero por el lado derecho y otro por el izquierdo le apuntaba por si acaso intentaba hacer algo en contra de ellos… Al momento que subió el último escalón, y pisó superficie exclamó.

-¡Yoy! Por un momento pensé que terminaría muerto… Gracias.

Estaba dando las gracias, bueno, no es muy común observar a Marine que dieran alternativas a Piratas y menos a uno que ha causado tanto revuelo anteriormente… Sin embargo, Yamamoto permanecía en su posición y no se movía por más indicaciones que se le daba.

-Sin embargo, soy un pirata de Vongola Famiglia… Aún no puedo ser capturado.

De nuevo había retado a los Marine, y ahora era de cara a cara. Sin duda se libraría una lucha. **

** Yamamoto se ajustó los guantes en cuestión de segundos y los artilleros comenzaron a dispararle, eran balas normales por lo que su cuerpo intangible hacía que pasaran de largo, dejando ver nada más como las aberturas se cerraban…Y eso fue durante unos segundos, sin embargo ¿A quién le gustaba ver su cuerpo con huecos a cada segundo?

-Dejen de hacer eso… Es un poco perturbarte ver mi cuerpo de esa manera muchas veces.

Dio un giro de 360ª en su propio eje, despidiendo llamas de su mano a la vez, formando un círculo que se expandió y alcanzó a los artilleros. Sin embargo, se acercaron cuatro tipos, los que quedaban, cada uno por cada lado con unas mazas… Uno de ellos, arremetió apurado y rozó a joven y pudo rasgas sus ropajes y sacarle un poco de sangra.

-¿Kairouseki? No pensaba que marines con tan bajo nivel ofensivo contaran con tales armas, debo acabar con ellos…

El joven Bellwether, pegó un salto y se elevó por un metro encima de sus contrincantes. Sus dedos índices y medio, estaban apuntando a dos de ellos, y de los mismos salieron proyectiles de fuego, como si fueran balas, dejándolos fuera de combate. Y cuando cayó, se puso en cuclillas y aprovechando que estaba bajo, con la misma acción detuvo los otros dos que quedaban. **

** Ahora faltaba el capitán de ellos, que ni siquiera había volteado, se encontraba aún en cubierta sin hacer nada de nada. Mientras que Yamamoto se encontraba de nuevo parado, mirando la espada del mismo, y se encontraban dos katanas cruzadas… Era obvio y propicio pensar que eran de Kairouseki, después de todo, si lo tenían sus subordinados.

-Un gran aplauso para ti… Pero verás, soy diferente a ellos.

Sin decir nada, dio media vuelta y emprendió corrida, y para sorpresa del joven, las katanas ya no estaban en su espalda, sino cada una en una mano diferente ¿Cómo? ¿En qué momento? En verdad estaba un nivel diferente… Movió ambas armas para atacar al Vongola, y de no ser por sus guantes, sus manos habrían sido cortadas en un instante, aparte de no tener el poder de la intangibilidad…

-Parece que será un largo combate.

Esas fueron sus últimas palabras. Su combate había empezado, Yamamoto daba golpes ceteros y rival daba cortes, dejando muchas marcas sobre el pecho y brazos del joven ¿Quién ganaría? Ya llevaban bastante tiempo luchando encima del navío, era como si hubiese pasado ya treinta minutos, nadie había durado tanto tiempo, bueno, su hermano era el único que había podido hacerlo… Luego de otra cuenta de minutos, Yamamoto estaba lejos de su agresor, y era la oportunidad perfecta para acabarlo, antes de que pudiera acercarse y anular sus poderes de Akuma no Mi. En su mano, se comenzó a crear una pequeña bola de fuego, de unos cinco centímetros de radio…

-Fue una gran batalla… ¡Endan! [¡Bala de fuego!]

Tirando su mano hacia adelante y aprovechando su el capitán del barco iba corriendo, la lanzó. El ataque impactó contra su pecho tirándolo atrás y dejándolo fuera de combate. Sin esperar a más… Yamamoto tomó el control del barco con las fuerzas que aún tenía y se dirigió al puerto. Todo el mundo dentro estaba inconsciente, y la gente estaba tranquila, puesto era un barco de la justicia…

-Me llevaré esto como botín…

Yamamoto que aún se encontraba dentro, y cerca de la escalera para bajar, se encargó de quitar las armas a los dos artilleros, eran dos escopetas y una pequeña carga de polvora que puso en su espalda, para luego regresar a donde debería de estar. **