Demonsfire Dream. La emperatriz.

No se que le pasa a Nami, si le ha dado una neura, si ha cogido una enfermedad, ni idea. La cuestión es que esta rara. Se acerca a nosotros, después de que le preguntase si estaba bien y cae desplomada. Me acerco rápidamente a ella, preocupado, mientras oigo como Norcissa y Poe discuten sobre si Poe podrá curarla o no. Decidimos volver al barco a pie, para no arriesgarnos a que le pase algo mas, por lo que cambio a mi forma humana y cojo a Nami lo mas delicadamente que puedo.

Al llegar al barco, Poe nos confirma que solo es cansancio, que estará bien pronto.

Joer...Menos mal - Suspiro aliviado - Bue, ya me quedo yo con ella, que no tengo nada que hacer.

Al final, todos salen de la enfermería, excepto yo. Cierro la puerta, para amortiguar un poco los ruidos de fuera, y me siento en una silla de la enfermería, cerca de la cama donde esta Nami, esperando a que despierte y, por lo menos, a intentar que no pase nada.

off:

Off: Todos de acuerdo de que tanto Namida como t-rot vuelvan a postear hasta que hagan una escena , y mientras nosotros hacemos el cafre por el barco tranquilamente?

Alan se marcha a buscar a Norcissa, ojalá alguien pudiera darse cuenta de que estoy aquí. Suspiro con pesadez mientras la pantera frota su cabeza contra mi costado, sin darme cuenta acaricio levemente su pelaje. Miro hacia el lado e intento detallarla, es un animal enorme, casi me llega al pecho con la cabeza estirada. Es totalmente negro y sus ojos son de un verde brillante.

En ese momento llega la capitana.

–Vamos a llevarla al barco ahí Poe la curará –comenta Norcissa.

–Pero... aún no se que le pas... –las palabras del más joven de mis acompañantes enmudecieron de pronto.

–La curarás –responde de manera tajante la capitana.

Mientras el chico y Norcissa hablan, Jack se acerca rápidamente a mi cuerpo y lo mira preocupado.

–Por favor –sollozo mientras me acerco a ellos. Estoy harta de ser ignorada, harta de que nadie me pueda ayudar. Y tengo miedo, miedo de lo que esa mujer pueda hacer con mi cuerpo– ayúdame.

Jack levanta mi cuerpo entre sus brazos y comienza a caminar con él hacia el barco. Me acerco a mi capitana.

–Capitana –grito, para ser ignorada, mientras caminamos hacia el barco– maldición, necesito ayuda.

Llegamos a nuestro destino y dejan a Kaya en la enfermería. Poe comienza a examinarla y al final comenta que solo ha sido cansancio. Jack decide quedarse con ella, cuando todos salen del camarote el chico cierra la puerta y se sienta en una silla cerca de la cama.

Pasada una hora, más o menos, Kaya comienza a despertar. Suspira mientras se roza la garganta, parece que le duele. La miro dubitativa. Esa mujer me da mala espina.

–Perdona –musita con voz débil– ¿Podrías darme algo de agua?

Sonríe con suficiencia al ver como él se da la vuelta para tomar un vaso y echarle algo de agua. Ella recibe el vaso, pero antes de poder tomar su contenido hace que se derrame sobre su pecho. Los colores se suben a mi rostro. ¿Qué ha hecho esa idiota?

Al rato de estar en la enfermería con Nami, me quedo dormido en la silla. No se cuanto tiempo paso, pero una voz débil me despertó.

Nami, con cara dolorida y voz casi inaudible, me pide que le lleve agua.

Claro, como no - Me levanto de la silla, crujiendome la espalda, y me dirijo hacia el grifo de la enfermería. Cuando ya tengo un vaso lleno, vuelvo con Nami.

Me alegro de que estés bien - Le sonrío mientras le doy el vaso - Me tenias preocupado.

Justo termino la frase, Nami, no se que le pasa, derrama el agua sobre su pecho...sus pechos.

Sorprendido, me quedo mirando esa zona durante unos dos o tres segundos, para luego mirar a Nami a la cara, darme cuenta de que ha pasado y girarme rápidamente.

E... - Digo, no tan nervioso como esperaba - ¿ Te traigo una toalla, o algo ?

No se porque, pero la situación no me resulta tan incomoda como seria de esperar.

Rememoro, una y otra vez, en mi mente como esa mujer se ha lanzado el vaso sobre el escote. Está loca. Por favor, que está encerrada con un hombre en una habitación, ¿Qué diablos está buscando? Mi mente se queda en blanco y abro los ojos con rapidez. El color vuelve a ascender por mi rostro y siento como el calor se instala en mis mejillas.

–Estás loca –logro gritar entre tartamudeos. Noto como él, algo sorprendido, se queda mirando el escote de mi cuerpo durante unos segundos.

–En cualquier momento hay que traerle un pozal –comenta la pantera mientras las tonalidades de rojo se hacen más intensas en mi rostro. Como si hubiera escuchado esas palabras Jack desvía la mirada hacia el rostro de ella.

–E... –no vacila mucho al hablar, no se le nota demasiado nervioso. La chica frunce el ceño levemente al igual que los labios, nada le ha salido como planeaba– ¿Te traigo una toalla, o algo?

Al escuchar sus palabras comienzo a reír fuertemente. Tanto que me tomo el estómago ya que comienza a dolerme. La pantera se sienta a mi lado y en sus ojos puedo leer la burla dirigida hacia la que habita en nuestro cuerpo.

–Cállate –musita. La furia se ve impresa en cada una de las letras de esa simple palabra. Y entonces grita– ¡Cierra tu maldita boca!

Me callo de pronto. La risa se ha cortado y el miedo inunda mi alma. Ella me mira con odio. Se levanta, tambaleante, de la cama y se acerca lentamente y con pasos felinos y elegantes hasta Jack. Cuando se encuentra muy cerca de él mira hacia detrás, en mi dirección, y sonríe levemente.

–¿Nada de lo que ves aquí te gusta? –pregunta mientras comienza a abrir los primeros botones de la camisa blanca.

Abro los ojos con sorpresa, no me esperaba ese movimiento. Mierda, ¿Qué hacer? Grito, una y otra vez, que se detenga. Pero parece ignorarme.

Namida parece musitar algo, por lo que me giro, para luego recordar que tiene la camiseta mojada.

Sin embargo, no se porque, no siento la necesidad de volver a girarme como antes, y no me siento nada incomodo cuando mi mirada se vuelve de nuevo hacia sus pechos...mojados y marcados en la camisa...

" ! Joder, compórtate ¡ "

Durante medio segundo, me parece ver ira en la cara de Namida, mientras grita cosas que me son incomprensibles, como decirle a alguien que se calle la boca, pero en seguida se va, por lo que supongo que ha sido una ilusión mía, aunque no me quedo muy tranquilo.

Se levanta de la cama un poco temblando, y anda hasta mi de una forma elegante y sensual.

¿ Estas bien ? - Pregunto mientras, por razones desconocidas, mira hacia atrás, esbozando una pequeña sonrisa - Nam...

Antes de que pueda siquiera seguir con mi pregunta, Nami me interrumpe.

¿Nada de lo que ves aquí te gusta? –pregunta mientras comienza a abrir los primeros botones de la camisa blanca.

...Si, si me gusta... - Durante unos pequeños instantes, mi mente queda en blanco, incapaz de pensar en nada mas que en la belleza de Nami; hasta que me recupero, y aparto a Nami de un pequeño empujon, no tan serio como esperaba, como si no quisiese apartarla de verdad.

Me alejo un poco de ella, no se que pasa, pero durante el empujon le he tocado los pechos y no me he sentido incomodo, al contrario, como si eso fuese lo que habia que hacer.

Nami, ¿ te encuentras bien, que te pasa ? - Pregunto, confuso, mientras mi mirada se dirige sola hacia sus pechos mojados, por muchas veces que la corrija.

–Sí, si me gusta... –durante unos instantes se queda mirándola fijamente mientras mi rostro comienza a enrojecer todavía más. Tanto la pantera como yo sabemos lo que está intentando y me frustra que lo haga con mi cuerpo. Maldición, chillo una y otra vez. Me fijo en que parece absorto en el escote que ha abierto hasta que la separa levemente, sin apenas fuerza, como si la quisiera junto a él.

Se aleja un poco más, al empujarla ha tocado sus pechos y eso hace que ella lance un gemido de satisfacción. Me doy la vuelta. Ya estoy más roja que un tomate y no me gusta el camino que va tomando todo esto.

–Nami, ¿Te encuentras bien, que te pasa? –pregunta, confuso. Su mirada es atraída por el escote, casi totalmente descubierto, por culpa de Kaya.

–Kaya, maldita zorra –grito mientras me dirijo a mi cuerpo. Intento tocarlo pero algo me lo impide, solo lo atravieso. Cierro los ojos con fuerza y siento un tacto duro bajo mis manos, al abrir los ojos me doy cuenta de que es la madera de la puerta.

Frunzo el ceño mientras pienso en lo que podría hacer con esta ventaja. De pronto me doy cuenta de que Kaya se acerca mucho a Jack. Son apenas unos centímetros lo que separan sus labios. Los colores hace tiempo que han bajado de mi rostro, pero de nuevo un leve tono rosado aparece en mis mejillas. Busco algo con lo que distraerlos.

–Cállate y bésame –musita muy cerca de él. En ese momento, de espaldas a Kaya y frente a Jack, me dirijo hacia una de las estanterías con puertas de cristal, puerta que golpeo para que vibre. Ojalá que algo así funcione.

Nami gime cuando la empujo, no de dolor o mareo, si no de placer y satisfacción. Eso me hace sentir...¿ incomodo ? No, incomodo no es...Es como si me sintiese contento de que serle útil...como si el hecho de que ella hubiese disfrutado eso le daba sentido a vivir...

" ¿ Que cojones esta pasando ? " - Pienso, asustado.

Nami esta cada vez mas cerca, hasta que solo unos minúsculos centímetros nos separan.

Cállate y bésame - Me susurra, sus labios a dos centímetros de los míos.

Al sentir su aliento sobre mis labios y sus palabras, mi mente se despeja de toda preocupación.

" Es Namida " - Pienso para mi mismo, sin ofrecer resistencia hacia esta - " No hay ningún problema "

Cuando me disponía a besarla, ya tranquilo y confiado, una vibración delante de mi me saca de ese trance. Se trata del cristal de una de las estanterías, que esta vibrando como si alguien o algo la golpease, pero no hay nadie.

No...Tu no eres Nami - Susurro, aprovechando este momento de lucidez para intentar alejarme, para intentar avisar al resto. Sin embargo, una caricia suya en mi mejilla, junto con su aliento, me devuelven de nuevo a aquella sumisa despreocupación anterior - Eres tan bella...

Son mis ultimas palabras, dichas en un susurro solo audible por ella, antes de besarla, abandonándome a mi mismo en aquella extraña sensación de sumisión.

off:

Chillo y grito, una y otra vez, intentando alejarla de él. Me siento cada vez más furiosa, y a la vez más dolorida. La pantera gruñe a mi lado y se frota contra mí. Sé que ella siente lo mismo que yo e intenta tranquilizarme. Unas cuantas lágrimas escapan de mis ojos y me acerco a ellos.

Jack se deja llevar por el beso y mis lágrimas se multiplican, ¿Por qué a mí? Me pregunto una y otra vez.

–¿Te gusta? –me pregunta la pantera. La verdad es que es un joven apuesto, pero no me gusta tanto como para llorar por él– ¿Entonces por qué tu llanto?

Me sentía impotente, impotente de no poder controlar mi cuerpo, de que hicieran lo que quisieran con él. Frustrada, por no poder golpear a esa zorra que se estaba aprovechando de mi cuerpo. Y todo eso hacía que no pudiera pensar con claridad.

Me doy cuenta que ella se separa un poco de él y se da la vuelta. Me lanza una sonrisa satisfecha y, sin esperármelo roza el lugar donde está mi rostro, pero no toca nada.

–Dentro de poco dejarás de sufrir, querida –musita con dulce cinismo– muy pronto tu cuerpo será solo mío. Igual que pronto lo será él.

La miro sorprendida por sus palabras. Entonces entiendo a lo que se refiere y me alejo corriendo de ella para acercarme a Jack. Me pongo delante de él y grito. Chillo una y otra vez intentando llamar su atención.

Ella se pone a mi nivel, me atraviesa y toma mi misma posición, estoy dentro de mi cuerpo. O eso parece. Ella se acerca nuevamente a Jack pero esta vez también lo hago yo. Apenas quedan unos milímetros entre nosotras y él. Entonces lo besamos, yo intento que sea diferente, un beso tranquilo y dulce mientras ella lo besa con pasión. Soy un fantasma, por lo que es probable que no sienta nada. Aunque no perdemos nada por intentarlo, de igual manera ya perdí mi primer beso con él.

Está claro que a Jack le mola, si no no se habría quedado con ella, estos espadachines siempre tan locos con sus amoríos sus locuras, sus espadas... un momento... si Namida es de mi propiedad... pero Jackie se opondrá a eso... entonces perdería propiedades... ¡seria como si me robaran¡ . Ah, no, a mi no me roba nadie, ya estoy sacando a ese de la habitacion y que vaya Poe que es el médico a quedarse con ella.

Me dirijo a la habitación tras zafarme de la insulsa charla de preocupacion del resto de la banda, naranja en mano, pelándola.

Y parece ser que otra persona está haciendo lo mismo, y no precisamente con una naranja.
- Vaya vaya, comiendoos la boca en la enfermería, mira tu que bonito.- me apoyo sonriendo francamente divertida, ahora podría manipularles, chantajearles... no , no podría hacer eso, extorsionarles sí, la X le da mucha clase. - No es por interrumpiros ni nada parecido, pero creo que deberíamos dejar de preocuparnos tantísimo y decir a tooodita la tripulación que estáis en perfectísimas condiciones... los tres

Nami deja de besarme durante unos instantes. Es lo mas duro que me ha pasado en la vida. Me siento inútil, vacío, abandonado...y encima siento que es culpa mía. Veo, en un trance que me impide actuar, aunque no deseo hacerlo, como Nami se gira, separandose de mi, para rozar el aire con la mano.

Dentro de poco dejarás de sufrir, querida –susurra al aire – muy pronto tu cuerpo será solo mío. Igual que pronto lo será él.

Esas palabras, al contrario que lo que habrían hecho antes del beso, me inundan de la mas absoluta alegría. El hecho de que pronuncie esas palabras significa que no me ha abandonado, que aun me considera útil. Lo cual es lo único que deseo.

Ella vuelve a acercarse, cual preciosa divinidad, para besarme de nuevo, esta vez con una pasión que no hace mas que hundirme mas aun en este repentino sentimiento de adoración. Siento, aun así, una presencia durante el beso. Una presencia triste, melancólica, que me proporciona otra beso, dulce y tranquilo. Sin embargo es rápidamente eclipsado por el primero, por lo que pronto lo olvido, como si nunca hubiese existido.

Oigo entonces la voz de Norcissa, que me saca del trance. Sin embargo, Nami me sigue besando. Durante un momento, mi mente recuerda algo, algo malo, algo que tengo que contarle a todo el mundo. Aun así, el beso de Nami, tal cálido, hace que pronto me olvide. Normalmente esta situación me seria muy incomoda, pero mi adoración por Nami es tal que me da igual Norcissa, lo único que deseo es estar con Nami.

" ¿ Tres, que tres ? " - Pienso al oír las ultimas palabras de Norcissa. No sigo pensando demasiado en eso, no necesito pensar si estoy con Nami.

Me separo lentamente de él, sabiendo que no ha sentido nada por culpa de mi condición.

–No estés tan segura –me comenta la pantera con esa voz tan gutural. La miro con sorpresa y en ese momento entra Norcissa a la habitación.

–¡Vaya, vaya! Comiéndoos la boca en la enfermería, mira tú qué bonito –Norcissa sonríe divertida. Sin querer me sonrojo ya que es mi cuerpo el que está viendo ahí– no es por interrumpiros ni nada parecido, pero creo que deberíamos dejar de preocuparnos tantísimo y decir a toda la tripulación que estáis en perfectísimas condiciones... los tres.

Abro los ojos por la sorpresa. ¿Tres? Me pregunto en mi mente. ¿Qué quiere decir con eso? Corro delante de ella y la llamo por su nombre una y otra vez. Ojalá esto no sea un error.

–Ayúdame, capitana, por favor –suplico una y otra vez– Jack, capitana, os necesito, audadme. Os lo suplico.

Comienzo a llorar otra vez, las lágrimas de antes todavía no se han borrado de mis mejillas y nuevas siguen el mismo recorrido.

Espero que alguien me escuche. Me siento furiosa, cada vez más, con esa mujer que ahora ocupa mi cuerpo. Estoy segura de que cuando salga de él la vamos a despedazar entre la Pantera y yo. La haremos jirones y la devolveremos a ese castillo suyo tan feo.

La pantera gruñe en señal de asentimiento y en ese momento le lanzo una sonrisa entre lágrimas. Les mando una mirada a mi cuerpo y a Jack. Ignoran a Norcissa.

En ese momento, Kaya se aleja un poco de Jack para sonreír a mi capitana.

- Bueno chicos, querréis privacidad- cierro la puerta, mientras vuelvo con la banda.

- ¿Poe, hay alguna enfermedad de... bueno esta zona que te convierta en una puta? Es que los espadachines estan comiendose la boca en la enfermería... no vaya a ser que rompan algo...

La cara de incredulidad del grupo fue épica.

Namida se aleja de mi de nuevo para sonreír a la capitana. Ya no siento tristeza, ni vacío ni nada parecido. Simplemente, lo que haga ella, esta bien.

Norcissa se va de la enfermería, alegando que querríamos intimidad. Yo no digo nada, ni siquiera me muevo del sitio. Nami sonríe y mira hacia un lugar de la habitación fijamente, con una sonrisa de suficiencia preciosa, como ella.

Acto seguido se me acerca, me besa ligeramente de nuevo, y empujándome ligeramente el hombro hacia abajo, me hace arrodillarme delante de ella. No me importa la humillación, si Nami lo desea esta bien.

¿ Que es lo que quieres ? - Me pregunta, sonriendo sensualmente, mientras me acaricia la mejilla suavemente.

Lo que tu quieras, Nami - La respuesta parece contener el mensaje mas normal, mas lógico, algo indiscutible. Nami debe ser complacida.

Ella sonríe y mira hacia el mismo lugar que antes.

¿ Lo ves ? - Dice a lo que parece ser el aire - Así acabaran todos, todos serán míos...y lo disfrutaran.

Esas palabras, al ver como le gustan a ella, me alegran a mi también, por lo que sonrió.

Nami me mira, viendo como sonrio, y se agacha para besarme de nuevo.

Que buen chico - Ríe - Tu me servirás, ¿ lo haras ?

Si, Nami. Lo que desees.

Nami esboza una sonrisa que a cualquier otro le habría asustado. Sin embargo, a mi me parece bellisima.

Llamame Kaya - Dice, para luego besarme de nuevo tras varios segundos, tal vez un minuto.

Me levanta tras eso, para luego agarrarme las manos.

No le cuentes a nadie lo que ha pasado aquí - Dice, con voz burlescamente inocente - Llámame Nami delante de otros, como si nada hubiera pasado...Y tráeme gente, para que les haga lo mismo que te he hecho a ti. Pero obedeceme si te lo mando

Lo que desees, Kaya - No se a que viene ese nombre, no se a que vienen esas ordenes, pero quiero obedecerla, quiero hacerla feliz.

Bien... - Se gira, por tercera vez, hasta el mismo punto de la habitación, para afirmar de forma cruel - Ahora el es mio, querida, y todos lo seran...¿ Sentias acaso algo por el ? - Se gira hacia mi de nuevo - Tu, vete

Salgo de la enfermería, contento por servirla, y me dirijo hacia el resto del grupo, donde esta Norcissa también.

Hola - Saludo sentandome, como si nada - Namida ya ha despertado, por cierto.

Me acaba de ignorar. Pero... ¿Lo ha hecho adrede? Niego con la cabeza, esperando que no sea así. Nocissa sale de la enfermería.

–¿Cuál de las dos es más zorra? –pregunta la pantera exteriorizando mis pensamientos. En ese momento Kaya mira en nuestra dirección y sonríe de nuevo.

Acto seguido se acerca a Jack, más cerca de lo que ya se encuentra, y lo besa ligeramente de nuevo. Empujando ligeramente el hombro hacia abajo, hace que se arrodille frente a ella.

–¿Qué es lo que quieres? –le pregunta sensualmente. Mientras habla le pasa la mano por la mejilla lentamente, acariciándola.

–Lo que tú quieras, Nami –contesta simplemente. Le grito, una y otra vez, intentando que no se deje controlar por esa arpía. “Tanto me parezco a ella que no me reconocen” me pregunto en mi mente. Cada vez mi cabeza se confunde más y más, ¿Por qué nadie se da cuenta de que no es yo? La pantera ronronea en un tono bajo.

Ella sonríe ante la respuesta de Jack, está satisfecha con su trabajo.

–¿Lo ves? –me pregunta con sensualidad. Con una sonrisa zorruna agrega– así acabaran todos, todos serán míos... y lo disfrutarán.

Tras esas palabras Jack sonríe. Kaya le mira y tras unos segundos se agacha y lo vuelve a besar.

–¡Para ya! –grito mientras golpeo el cristal de la estantería una y otra vez–¡Deja de controlarlo! ¡Basta ya!

–Que buen chico –comenta mientras ríe gustosa– Tu me servirás, ¿Lo harás?

–Si, Nami. Lo que desees –responde él. Tras su respuesta Kaya lanza una sonrisa siniestra.

–Llamame Kaya –Dice, para luego besarle de nuevo tras varios segundos, tal vez un minuto. Lo levanta tras eso y le manda una mirada.

–No le cuentes a nadie lo que ha pasado aquí –Dice, con voz falsamente inocente– Llámame Nami delante de otros, como si nada hubiera pasado... Y tráeme gente, para que les haga lo mismo que te he hecho a ti. Pero obedéceme si te lo mando.

–Lo que desees, Kaya –“Maldita arpía” chillo en mi mente.

–Bien... –Se gira, por tercera vez, hacia el lugar donde yo me hallo plantada, para afirmar de forma cruel– Ahora el es mío, querida, y todos lo serán... ¿Sentías, acaso, algo por él?

Me muerdo el labio, nada más que atracción podía sentir por él, pero más que eso lo había sentido como un nuevo amigo. Algo que no tenía desde hacía mucho tiempo. Todos ellos los sentía como amigos. Puede que por él sintiera algo más que por los demás, no podía negar que era un chico atractivo.

Mis pensamientos hicieron que el color tomara mis mejillas. Kaya ordenó a Jack que saliera fuera y en ese momento me lanzó una sonrisa burlesca.

–Basta ya –musito encolerizada– no podrás jugar con mi cuerpo y salirte con la tuya.

–Así si que te gusta el chico, ¿Eh? –pregunta mientras sale de la enfermería. Tras sus palabras golpeo, de manera potente, el cristal de los estantes y eso hace que se rompan y salten millones de pedacitos.

Un fuerte dolor en la muñeca hace que me la mire. Kaya grita de dolor desde la puerta y yo me doy la vuelta. La misma herida que tengo yo en mi muñeca está llena de sangre en la suya. Me mira con odio y yo le respondo con otra mirada de sorpresa.

"¡¿Un grito?! ¡¡¡QUÉ DEMONIOS PASA AHORA!!!"

C-003 estaba trabajando como de costumbre en el barco. Se podía decir que las reparaciones estaban concluidas en un 30%... No estaba nada mal .

Sin embargo, había escuchado un grito proveniente de la enfermería donde Namida se encontraba. Esa interrupción había provocado que el cyborg se hubiese pegado con su martillo particular en el dedo .

Alan se incorporó y marchó decidido y malhumorado a la enfermería... Abrió la puerta de golpe sin darse cuenta de que Kaya estaba detrás.

-¡¡¡Oh, mierda!!! Lo siento, Nami... ¿Ya te encuentras mej...? ¿¿¿¡¡¡PERO QUÉ COÑO HAS HECHO!!!???- Gritó C-003 al ver los pedacitos de cristal en el suelo...

Como se puede ver, Ómicron estaba muy cabreado...

Salto temporal a esa misma noche.

Nadie parece que me ha creído, bueno, que su romance quede en secreto, mientras no perturben al funcionamiento de la banda, estará... bien, supongo. Aún así sigue molestandome el robo de Namida por parte de Jack, es mi pertenencia, mi posesión, pero supongo que puedo prestarsela para sus conquistas sexuales.

Escribo, la pluma se desliza sobre el papel, el éxtasis de la creación se suma al olor de la cera. Llaman a la puerta.

-¿...quien va?. Namida asoma por la puerta.- Ah... ¿qué quieres?
- Tan solo... me gustaría aclarar lo de antes...
- No necesito detalles, pero sé más discreta- vuelvo mi vista al papel, pero no abandona la habitacion, si no que entra, cerrando la puerta tras de si.
- Puedes marcharte, estoy ocupada...- no es una sugerencia, más bien un permiso.
- Siempre estás ocupada...-afirma, mientras avanza y se apoya en la mesa, apartando el papel de mi vista. Parece que acaba de ducharse, tiene el pelo ligeramente húmedo.- Nunca te he visto tomarte un tiempo para disfrutar y relajarte.
-...- Esta no es la Namida de siempre, a lo mejor ha aprendido algo de mí tanto verme...- No me hace falta ningún descanso.
Parecio decepcionarse, ¿tanto se preocupaba por mí?, un momento, ese gesto lo suelo hacer yo para que piensen esto... pero ella no es tan malvada, quizás se esté preocupando de verdad por mí.
-...pero lo necesitas, vamos, serán unos minutos, luego te dejaré en paz...
- ¿Es que acaso te planteas quedarte en mi descanso?
- Bueno, si, a menos que te inquiete...
- ¿ Tú, inquietarme?-...claro que lo hacía, al menos... así- Paparruchas.
- ¿Entonces qué problema hay...?-...me ha encerrado...

Dejo la pluma sobre el escritorio, miro hacia el vacío, el vacío de mi alma, todo desaparece, ninguna sensación es útil, ningún tesoro lo suficientemente valioso, ninguna comida es sabrosa, y ninguna compañía calienta mi corazón...

Comencé a reír sabiendo que Norcissa era demasiado inteligente como para caer en algo así. O al menos eso creía yo.

Me coloco delante de ella mientras deja la pluma sobre la mesa de madera. Suspiro mientras le mando una sonrisa. Sé que ella puede liberarme de esta prisión en la que se ha convertido la libertad de mi alma.

–Bueno pues dime, querida capitana, ¿Qué deseas que haga en este momento? –pregunta Kaya mientras se frota la muñeca recién vendada. Miro la mía y me encuentro la herida realizada por los vidrios del cristal. Alzo las cejas mientras escapan unas cuantas carcajadas de mis labios. Su voz ha sonado, o al menos lo ha intentado, sensual.

–Maldita bruja –musita con voz gutural la pantera mientras le dirige un gruñido.

–Te doy toda la razón –respondo mientras vuelvo a acariciar su pelaje. Tras eso dirijo una palabra a Kaya– zorra.

El cyborg irrumpió de pronto en la estancia. Tenía formidables noticias: ¡Acababa de descubrir un compartimento secreto que escondía un cofre lleno de reliquias extrañas dentro del barco! Al parecer, el anterior propietario no se había percatado de ello.

Dentro de la habitación se encuentran Namida y Norcissa. Ómicron se percató entonces de que acababa de interrumpir una conversación. Probablemente la capitana le daría un buen sermón acerca de tocar a la puerta antes de entrar o algo. Pero ya era tarde para evitar la bronca... Así que procedió a proclamar a los cuatro vientos:

-¡Oigan! ¡Acabo de descubrir un tesoro antiguo oculto en este mismo navío!-