Demonsfire, nuestro primer barco

Suspiro mientras mis manos juegan nerviosas. No sé por dónde empezar. Hemos llegado a un pueblo de mala muerte con un puerto que no valía ni hace veinte años, mi capitana me ha mandado a trabajar mientras ella se iba a tomarse algo. Porque, por mucho que diga otra cosa, ha ido a eso.

Miro a los lados y me encuentro acompañada con aquel que habíamos recogido en la prisión. La verdad es que me daba un poco de miedo, pero no por eso iba a dejar de ser simpática.

Suspiro por segunda vez mientras niego con la cabeza. Mis ojos se dirigen a mi acompañante y le dirijo una sonrisa leve.

–Bueno, compañero, ¿Qué vamos a hacer ahora? –pregunto mientras, con las manos entrelazadas en la espalda, me doy una vuelta sobre mí misma.

-Tú capitana dijo que necesitaba un barco para vuestra banda ¿no?- Dijo C-003 secamente, porque al fin y al cabo, él no deseaba aún formar parte de otra tripulación pirata, pues acababa de abandonar una... y las cosas nunca deben ser tan repentinas.

-Bueno, bueno, bueno... Puesto que Norcissa me ayudó a escapar de la base... voy a ayudaros a encontrar embarcación... Lo fundamental es decidir si robar (Cosa que no me agrada mucho), o construir. Pero construir llevará mucho tiempo y dinero... así que... tendremos que conformarnos con la primera opción. ¿Qué te parece? ¿Te apuntas?-

Al cyborg le gustaba mucho la carpintería, y se notaba por el entusiasmo con el que hablaba. Pero pronto se dió cuenta de algo no "furulaba".

-Perdona que no me halla presentado... Me llamo...- Pero se calló de repente... porque justamente en ese instante recordaba de que carecía de nombre alguno.

"Ya metí la pata."

Mientras yo jugueteaba él comenzó a hablar. ¿Buscar un barco? Eso era lo que debíamos hacer, pero odiaba que mi capitana me hubiera mandado a trabajar mientras ella se divertía con el otro nuevo. Hacía unos minutos que ellos habían desaparecido por el puerto, entre las gentes.

–Tu capitana dijo que necesitaba un barco para vuestra banda ¿no? –había dicho él secamente, parecía que no le agradaba estar aquí. Que no le agradaba estar con nosotros. Esa había sido mi impresión principal.

–Bueno, bueno, bueno... Puesto que Norcissa me ayudó a escapar de la base... voy a ayudaros a encontrar embarcación... Lo fundamental es decidir si robar, o construir. Pero construir llevará mucho tiempo y dinero... así que... tendremos que conformarnos con la primera opción. ¿Qué te parece? ¿Te apuntas? –continuaba hablando él.

Recordé lo que me había pedido la capitana antes de marcharse. Había hecho hincapié en ese hecho, aunque podría desobedecerla. Negué con la cabeza para expulsar esos pensamientos de mi mente. Yo odiaba robar, por lo que rápidamente se deshicieron.

–No causéis problemas –había dicho Norcissa antes de bajar del barco.

–Perdona que no me haya presentado... Me llamo... –pero se calló de repente, antes de terminar la frase.

Lo miré con una interrogante y una sonrisa adornó mis labios.

–Yo soy Namida –le digo y antes de que pueda agregar nada agrego– Norcissa no quería problemas, por eso es mejor que lo compremos.

-Ehhh, sí... claro.- Dijo C-003. -Menudo desmemoriado soy... En fin, como no hay remedio...-

El cyborg metió su mano dentro de su gabardina y sacó 20 pequeñas bolsas de tela repletas de caras berris. Antes de que Namida abriese la boca para preguntar por qué tenía tanto dinero cuando en Loguetown le había dicho a Norcissa que era pobre y que no tenía nada, C-003 soltó de pronto:

-Sí, sí. Ya sé que mentí, pero quería salir de la celda gratis sin necesidad de pagar a nadie... Pero que esto quede entre nosotros.-

Y entonces ocurrió un milagro: El cyborg sonrió por primera vez en su vida, aunque pícaramente.

-Creo que hoy el único que va a tener que gastarse algo soy yo.-

–Sí, sí. Ya sé que mentí, pero quería salir de la celda gratis sin necesidad de pagar a nadie... Pero que esto quede entre nosotros –dijo él. Tras esas palabras lanzó una sonrisa.

–Seré una tumba andante –bromeo mientras le lanzo una sonrisa con los ojos cerrados. Sinceramente, cada vez me cae mejor– creo que deberíamos comenzar a movernos, no deberíamos quedarnos aquí parados. La gente comienza a mirar hacia los dos extraños parados en mitad de una calle.

Saco la lengua con algo de burla mientras una de mis manos viaja a mi nuca. Es cierto, estamos en mitad de la concurrida calle. Es extraño ya que parece que no tenemos intención de movernos y eso hace que muchas personas se fijen, algunas disimuladamente, en nosotros.

–Y por cierto –suspiro mientras me acerco un poco a él. En voz baja añado– mi cabeza tiene un precio, no es muy alto, pero algún tonto podría quererla... y la podríamos liar.

Le mando otra sonrisa mientras comienzo a andar, más bien a pegar pequeños brincos.

–Creo que hoy el único que va a tener que gastarse algo soy yo –dice. Yo río mientras continúo mi camino.

–No te preocupes –suspiro mientras dejo de reír y me doy la vuelta para mirarlo a los ojos.

-Sí, sí. Ya sé que hay recompensa por tu cabeza. Si mal no recuerdo... 3.800.000 berris ¿no?.- Obviamente, C-003 había acertado de lleno. ¿Por qué? Pues porque en Loguetown había visto un cartel Wanted de Namida en las manos de un marine. Pero... ¿Cómo pudo acordarse del número exacto de las berris tras haber pasado tanto tiempo tras ese suceso? La respuesta es que el cyborg poseía memoria fotográfica artificial, otorgada gracias a las nanomáquinas implantadas en su cerebro. Un verdadero milagro. Pero esas mismas nanomáquinas a veces fallaban misteriosamente en sus respectivas funciones últimamente. Cosa que inquietaba en gran medida a C-003, aunque claro, trataba de ocultarlo a la vista de la gente.

-A ver, a ver... Busquemos algún muelle importante o algo así y comencemos a buscar barcos en venta. Puede que encontremos algún que otro chollo; quién sabe...-

En ese momento se sintió culpable por aquello de no decir su nombre... nombre que nunca tuvo ni tenía.

-Emmm, siento no haberte dicho mi nombre... pero en mi caso hay ciertas circunstancias en las que prefiero no pensar. Perdón por no ser concreto, pero preferiría olvidar los 18 años de vida que tengo y que me gustaría mandar a "freir tortillas"

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–Emmm, siento no haberte dicho mi nombre... pero en mi caso hay ciertas circunstancias en las que prefiero no pensar. Perdón por no ser concreto, pero preferiría olvidar los 18 años de vida que tengo y que me gustaría mandar a "freir tortillas" –me dice.

–No te preocupes –comento mientras doy saltitos alegremente. Parezco una niña pequeña, pero poco me importa lo que piensen los demás. Según sus palabras tiene dieciocho años, pero es algo extraño ya que aparenta muchos más. Niego con la cabeza y seguimos caminando. La curiosidad pica en mí pero decido no preguntar por respeto.

Pronto llegamos a un muelle en el que hay anclados muchos barcos, algunos de ellos en venta.

–No entiendo mucho de barcos –suspiro mirando incrédulamente, y con una ceja alzada, los barcos que hay allí. La mayoría eran tan viejos que parecía increíble que se mantuvieran a flote– pero creo que la mitad de estos barcos están... que no valen, vamos. O esa es mi opinión.

Un hombre se acerca a nuestra posición, parece no tener malas intenciones. Se para cuando llega frente a nosotros y sonríe de manera amigable. Le respondo a la sonrisa mientras espero a ver si dice algo.

–¿Habéis venido buscando un barco? –pregunta sin borrar su enorme sonrisa. En mi mente solo aparece una cosa... "¿Cómo diablos puede saber eso?"– tu cara lo dice todo. He acertado, ¿Verdad? Lo he supuesto al ver tu rostro pensativo mirando los barcos.

–No entiendo mucho de barcos. Pero creo que la mitad de estos barcos están... que no valen, vamos. O esa es mi opinión.- Dijo Namida.

-Bueno, ¿has oído hablar de ese dicho tan conocido que dice: "Las apariencias engañan" ? Además, la suerte está de nuestro lado. SÉ carpinería.- Murmuró C-003 marcando exageradamente el "Sé".

Un hombre que por allí rondaba se acercó al dúo y preguntó si buscaban un barco. C-003 quiso abrir la boca para contestar pero aquel señor fue más rápido y dijo a su acompañante:

-Tu cara lo dice todo. He acertado, ¿Verdad? Lo he supuesto al ver tu rostro pensativo mirando los barcos.-

Al parecer, Namida era esa clase de gente que suele mostrar sus emociones abiertamente. Si está enfadada, muestra estar enfadada, si está contenta, muestra estar contenta, si tiene desconfianza, muestra desconfianza.

Mostrar emociones de ese modo es señal de que se puede confiar plenamente en esa persona. A menos que Namida estuviese fingiendo, pero de momento, esa opción quedaba descartada.

"Ey, ey. Aquí hay algo que puede ser peligroso" Pensó el cyborg.

"¿Cómo que tu cara lo dice todo? Esto parece ser una indirecta total. La cara de Namida, la cabeza de Namida, la recompensa. No creo que este hombre pueda ser tan inofensivo como parece. Es mejor estar alerta. Puede que me equivoque. De hecho esas probabilidades de error superan el 50%. Pero no son el 100%. Yo no confío en nadie. Éste hombre puede estar compinchado con la marina... o no. Pero quién sabe... Acabamos de montar un buen lío en Loguetown y supongo que deberíamos andarnos con mucho cuidado."

A pesar de que C-003 estaba teniendo un lío mental, seguía firme y quieto. Finalmente preguntó fríamente :

-¿Es usted vendedor de alguno de estos barcos?-

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–¿Es usted vendedor de alguno de estos barcos? –pequé un pequeño brinco al escuchar la voz del chico. Por lo que me toqué la nuca un poco sonrojada.

–Me temo que sí –dijo con una sonrisa de oreja a oreja. Parecía feliz de que hubiera preguntado. Comenzó a hablar pero dejé de prestarle atención para dirigir mi mirada y todos mis pensamientos al mar– si quieren ver el barco, se los puedo enseñar.

–A mí me parece bien –suspiro con una sonrisa alegre– ¿Y a ti?

Comienzo a caminar sin esperar su respuesta. Me siento alegre. Una leve punzada de dolor hace que me agarre el hombro con la otra mano, el efecto de la medicina que había tomado en el barco se ha pasado. Suspiro mientras aguanto el dolor y lanzo una sonrisa para no preocupar a nadie.

–Estoy bien –digo antes de que nadie pregunte. Odio preocupar a la gente que me rodea. Recuerdo mi curiosidad y miro a mi acompañante– ¿Te puedo hacer una pregunta?

Sin esperar su respuesta continúo con mi pregunta.

–Antes has dicho que tenías dieciocho años –suspiro “Espero no ser demasiado entrometida”– pero aparentas muchos más.

-Oh, mecachis, ya me pasé hablando. Bueno, vale, te mostraré la respuesta.-

Se acercó a la oreja de Namida sin apartar el ojo del vendedor que caminaba por delante y susurró:

-Me creas o no, soy un cyborg.-

Interiormente, C-003 se estaba riendo al sospechar la expresión de WTF? que probablemente Namida estaba poniendo.

-He aquí la maravilla.- Soltó con entusiasmo el hombre desconocido señalando dos barcos majestuosos pero realmente viejos amarrados al muelle. -Estas preciosidades han visto y navegado parte del Grand Line, lo aseguro. ¿Qué os parecen?-

-No me convence a simple vista. Déjeme examinarlos más de cerca.-

-De acuerdo.-

C-003 se acercó a los navíos, tocando y mirando detenidamente, como si de un exámen médico se tratase.

-Ya me he decidido.- Dijo finalmente. -Nos llevamos ese.- Señaló el barco que aparentaba ser más viejo. Pagó lo que hubo que pagar y se dirigió a Namida diciendo:

-Si te preguntas por qué me he decantado por ese. No dudes de mi decisión. -

C-003 había decidido unirse definitivamente a la banda de Norcissa, y es que estaba dispuesto a modificar aquella vieja nave para convertirla en una leyenda.