¡Nos vemos Loguetown! Algun dia volveremos a ver tus empedradas calles

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La noche ya estaba presente para toda el oceano cardina de East Blue, las estrellas brillaban y hacian hermosa a la boveda la cual estaba pintada con sus ahora pixeles azul oscuro y negro. Las luces nocturnas de la zona hurbana comenzaban a encenderse una por una, los candelabros centellaban con su hermoso fuego, el cual era incapaz de apagarse, al no correr ni una gota de viento por alli. La conmocion aun seguia en aquel lugar, dias anteriores, un espectaculo de lo mas peculiar habia hecho de Logutown su cede, mas no podia realizarse en otro lugar, al no haber un factor importante en otras partes del mundo, la plataforma en donde Gol D. Roger fue ejecutado. Kiricco Madarame y Yamamoto Bellwether, ellos habia sido los revoltosos que destruyeran una cantidad moderada de edificios al colicionar contra la superfiecie, aquella enorme plataforma que ahora solo era pila de escombros que debian ser retirados. Estos personajes habian estado en la oscuridad por dias, preparando sus cosas para el viaje, por fin, su vuelta al mundo comenzaba, aquel enorme pero modesto barco llamado "Varia" parecia estar con ancias de zarpar, y sus cañones, entuciasmados por dispara, y Kiricco no tardaria en dalres el gusto.

-¡Apresura apresura!-

Dijo aquella oscura figura que se movia velozmente entre la oscuridad, en sus espalda, llevaba una mochila, sin nada mas que una muda de ropa exactamente igual a la que llevaba, y el dinero que le habia sobrado luego de comprar el barco, que no era mucho, pero gracias a dios a que su hermano lo habia ayudado bastante, bueno con la mitad, realmente invirtieron bien sus berries. En la mente de Madarame se encontraba un nuevo objetivo, el de conseguir un carpintero, y seguir armando lios para hacerse bien conocido por el mundo. Buscaba prepararse para los problemas que traigan los Mares Cardinales, y peor aun para los problemas que pudiera traer el Grand Line, que mucho era. El barco tenia que estar mas preparado, asi que la siguiente parada, seria en West Blue, al lado opuesto en donde actualmente se encontraban, y alli buscarian a un carpintero experimentado, y lo convencerian de unirse a la tripulacion.

-¡Vamos Yamamoto antes de que termine la guardia de estos!-

Dijo Kiricco subiendo sigilosamente al barco, mientras que acomodandose la mochila, miro hacia su hermano, como si le estuviera consultando si estaba preparado para lo que venia, en aquel momento, solo cinco civiles se encontraban alli, y dos marines ademas, que hacian guardias, unos que dias atras habian visto los jovenes piratas, el atacar a un niño por robar una hogaza de pan, ahora llegaria la venganza, dulce venganza. Madarame, acercandose a uno de los cañones moviles, poso sus manos sobre el helado hierro, e hizo seña a su hermano, para que preparara las velas, para zarpar.

** El ébano del cielo se había hecho presente, acaparando toda la bóveda celeste en sólo insantantes. El firmamento conformado por la infinidad de estrellas se veía hermoso, y más desde un lugar despejado como era un muelle, que no hay casi luz, excepto la de unos cuantos faros que ya comenzaban a encenderse por efecto de una vela que iba prendiendo uno por uno. Era un clima de cierta manera hermoso y el suceso que se daría en ese lugar en unos minutos seguro acabaría de golpe con aquella paz, literalmente.

Por las sombras, se movían Kiricco Madarame y Yamamoto Bellwether, la pareja de hermanos que hace pocos días atrás habían dado lugar al fatídico hecho de derrumbar la plataforma de ejecución del Rey pirata Gol D. Roger ¿Por qué? Sólo ambos sabían la razón precisa de por qué habían hecho tal acción. Sus acciones habían dejado una gran cicatriz en el pueblo, ésa que hará que sus personas entren en la historia del todos los tiempos. Su andar era más o menos rápido, puesto que tenían algo que cumplir.

-Voy… Voy…

A pesar de que ya andaba en la calle caminando, Yamamoto iba un par de pasos más atrasado puesto que pesé al empacar sólo una prenda, también tenía que cargar son su Katana. Hasta hace unos instantes los dos habían estado conversando sobre lo que les faltaba, recalcando una vez más su plan de que el próximo nakama que aceptarían sería un carpintero, pero no podía ser cualquiera, debía ser alguien que vaya son sus expectativas… Sí, ya tenía un barco, que había sido bautizado como “Varia”, un nombre extraño, pero que de igual manera tenían sus razones para otorgárselo.

- Descuida… Deseo hacerlo tanto como tú, no podrán salir ilesos.

Yamamoto una vez más se había despojado de su habitual sonrisa, puesto que su persona entera había presenciado que había hecho uno de los guardias hace un par de días al arrebatar un pedazo de pan a un niño indefenso, y se lo arrebató sin ningún reparo. El cobarde ser se encontraba con su compañero, que había sido expectante en tal acción… Escoria, eso es lo que son los de la marina. Sin decir nada más, Yamamoto esperó el momento preciso, el momento acordado y jaló la soca que desató a la vela… Al fin zarpaban, al fin su destino seguía escribiéndose. **

Los metalicos cilindros que constituian las reudas de los cañones, rodaban lentamente, y con su paso hacian crujir la madera del "Varia". Encima del barco, todo se movia de aqui para alla, tambaleandose fervientemente por los movimientos que la marea realizaba. Luego de que todos los Cañones moviles estuvieran posicionados en estribor, junto al cañon fijo en estribor, lentamente el barco doblo a la derecha, siendo manejado por Madarame, quien se tomo unos minutos para posicionar bien la embarcacion para que quede paralelamente apuntando hacia el puerto. Parecia que todo indicaba que intentaria destruir la ahora despoblada zona portuaria ¿Por que lo harian? Kiricco tenia solo una razon, el ser aun mas reconocido, queria estar en boca de todo el mundo, la gente de los oceanos cardinales tenia que concoer su nombre, eso era a lo que el aspiraba, y no iria hasta la Grand Line, hasta que esto sucediera.

Ya el navio en posicion, solo era cuestion de tiempo para que Madarame comenzara a hacer las jugadas. Los zapatos de Kiricco hacian eco cuando chocaban firmemente con la madera de la cubierta lustrosa del barco, su vestimenta estaba solo constituida por una camisa blanca y unos pantalones negros, parecia que queria estar lo mas comodo posible en aquel momento. En una esquina, reposaban unas cuantas balas de cañon, a las que Madarame facilmente podia levantar, teniendo una fuerza capaz de agrietar paredes, y solo con una mano, pudo tomar dos balas, y cargarlas como si nada hubiera pasado. Las primeras dos espferas explosivas fueron destinadas a los cañones moviles.

-Ya puedes comenzar-

Dijo cargando la ultima bala en el cañon que carecia de movimiento alguno. Sus ojos carmesí brillaban con la excitacion que dias atras habian presenciado, su emocion era insaciable, era un momento de extasis para el joven. Cruzado de brazos, miraba hacia la zona portuaria, y se imaginaba como los fragiles maderos del lugar se partirian en mil pedazos, y como la vida de aquellos egoistas marines carecerian de vida, y caerian al agua para desaparecer en las profundidades de una fosa marina. Parecia que no podria encender el fuego, no con sus cualidades, asi que para darle un poco de trabajo a Yamamoto, le encargo que velozmente enciendierda todas las llamas posibles, que ni siquiera le dieran tiempo de respirar, que llegaran como balazos de una pistola, un segundo de diferencia, no mas.

**Yamamoto había desatado al fin las velas. El barco al son del viento y del movimiento del mar, se comenzaba a mover. Los dos personajes se encontraban aún parados en el lugar, hasta que Kiricco comenzó a mover los cañones de la embarcación a estribor. Ambos jóvenes estaba extasiados, puesto que ahora iban a destruir parte del muelle de Longuetown ¿Por qué? Eran acciones que no muchos se atreverían a hacer, y no se podía dictaminar correctamente si era o muy valientes o muy tontos… Sin embargo, una vez más sólo ellos sabían las verdades razones que los llevaban a hacer tales acciones. Todo tenía que ser perfecto antes de seguir su camino de mar en mar, tenían que dejar otra gran marca en su pueblo natal, y esa sería su acción final.

Mientras Kiricco terminaba de poner todo en orden, Yamamoto estaba un poco sumergido en sus pensamientos, observando como la vela de su pequeño pero significativo navío comenzaba a moverse, el sueño que algunos años atrás habían planeado ya había comenzado… Estaba recordando quizás aquellas escenas en las cuales se veía en una interminable lucha con su hermano, en las cuales nunca ninguno de los dos podía salir heridos... Sin embargo, esas eran las luchas que les dieron las habilidades de las cuales ahora se jactan, muchos e interminables años de entrenamiento habían tenido que pasar… La voz de orden se escuchó por parte de su hermanastro, el cual terminó con la burbuja de su pensar para proceder.

-¡Yoy!..

La palma de su mano derecha se había encendido un poco, pasaría su mano por encima de las tres mechas en poco tiempo, para que estas salieran una detrás de otra, con un retraso de menos de un segundo, y así fue… Pasó su mano en un rápido movimiento horizontal, haciendo que se encendieran, era como si las tres se hubieran encendido a la vez, todo eso era gracias a la velocidad que había ganado debido al entrenamiento con la espada, del cual estaba muy orgulloso, pero sin embargo, su habilidad de cuerpo a cuerpo seguía siendo muy superior.

-…Esos tipos no merecen seguir con vida.

Con otros vocablos de manera sería, dictaba que su personalidad variaba cuando su persona era espectador de injusticias contra personas que nada tienen que ver… Bueno, mucho más al ver que son de la “justicia” que cuida el mundo. **

Oscultos en la espesura de la noche, ni siquiera las luces portuarias podian alcanzar ahora su locacion, quiza solo la luz de la luna les podia delatar en aquel momento. Los dos parines, casi domirtando en sus puestos de lugares, ni siquiera pudieron ver cuando el barco salio de puerto, y ahora lo lamentarian con creces. El miedo permanecia tasito, como un personaje omniciente que contaba la historia desde su propio punto de vista, pero pronto apareceria, y mostraria sus garras hacia los pobres marines y las pocas personas que se encontraban alli, quienes se suponia no saldrian herido con la prominente explosion de las balas de cañon. Las sombras hacian del factor asesino, aguardando y recubriendo todo lo que la luz no podia alcanzar, ganandole en aquel momento, en la batalla constante que los opuestos libran, era momento de que se utilizaran bien sus cualidades, y lo serian, seguramente lo serian.

Con un solo moviemiento, las mechas de de los cañones fueron incendiadas como si de combustible se tratase, y sin ni siquiera un segundo de diferencia, se iban carcomiendo y disminuyendo su largo, y mientras en la punta encendia salian chispas ardientes que desaparecian antes de tocar la lustrosa madera de la cubierta del barco, pero de la mecha nunca se apagarian, a menos que alguno de los dos hermanos decidiera que tiene que ser asi. Las bocas de los cañones estaban bien abiertas, impacientes por lanzar su contenido y acabar con las fragiles estructuras de astillosa madera de los barcos, y si era posible, con la vida de los marines. Cada uno de las bestias de hierro estaban apuntadas estrategicamente hacia un punto que favoreceria a la destruccion del lugar.

Los tres disparos se escucharon con un estruendoso ¡Boom! Y los dos que eran moviles, terminaron siendo impulsados hacia atras debilo a la fuerza de tiro, era algo impresionante, si por lo menos uno de los marines no carecia de vida despues de eso, quien sabe que podia asesinarlos. La madera comenzo a volar por todo el lugar con cada uno de los tres impactos, y nos gritos del dolor fueron apagados, por fatidicas muertes.

El primer impacto dio de lleno contra la superficie de la madera que sostenia unos asientos varcias, y destruyendos asi gran parte de los pilares de roble que sostenian ese sector, como si de un puente se tratase. El segundo disparo, lamentablemente para uno de los marines este dio completamente en su estomago, provocando una gran explosion pero no sin artes ser impulsado junto con la bomba hacia uno de los edificios, y gracias a esto, un par de tiendas, quedaron sumidas en llamas, mientras el cadaver ardia en la llamarada. La tarcer explosion, fue la que hizo menos daños, destruyendo con su paso una columna que al derrumbarse cayo sobre el pobre marine que intentaba asimilar la situacion, causandole una muerte aplastando el centro de su cuerpo, hacian alli un charco de sangre.

-Un gran expectaculo... pero el mundo espera-

El fuego lleno de pixeles rojos, naranjas y amarillos, brillaban con ardor y rabia, quemando todo a su paso, la madera que estructuraba la plataforma de madera, se resecaba y se resquebrajaba, debilitando el exoesqueleto mientras unas personas un poco lejos gritaban "¡Los que destruyeron la plataforma!" o "¡Ellos de nuevo!" mientras sus ojos horrorizados, miraban como su puerto era destruido sin remordimiento ni reproches. Aquel navio modesto pero bien equipado por ahora, viró hacia su derecha nuevamente, y alejandose, se perdio en el horizonte, siendo navegado por Madarame.

** Antes de que las mechas de los cañones se terminaran de consumir, para lanzar sus grandes municiones, un silencio espectral invadió el lugar. Yamamoto se encontraba con los ojos cerrados, mientras que sus orejas sólo prestaban suma atención al sonido de los retazos de soga consumiéndose en sus llamas… Nada más estaba en su mente, que la de seguir con su destino.

En una poca cantidad de segundos más, se escucharon los tres “Boom” consecutivos, las bestias de metal, habían disparado ya sus poderosas armas a gran velocidad y potencia, cada una con un destino diferente al cual golpear… Los poderosos sonidos que ocasionaron al salir, hicieron que Bellwether abriera en ese mismo instante sus orbes, para que pudiera observar el espectáculo que de pronto se daría ¿Seguirían con esa línea de caos? No es que siempre buscaran destrucción, pero sus primeras acciones para ser reconocidos como verdaderos piratas, tenían que ser grandes, nada común como un simple robo u riña con Marines, es por eso que días atrás habían hecho perecer el gran coloso de metal que en su historia tuvo a Gol D. Roger como principal actor.

El primer impacto, no fue en nada notable, sólo fueron cosas antiguas y sin valor alguno, como eran los bancos de madera que se habían establecido por todo el puerto, los cuales volaban en miles de fragmentos. El siguiente proyectil impacto de lleno en contra del marine que había sido el que arrebató el pan al niño hace un par de días, Yamamoto no se encontraba feliz de que haya recibido fatídico final, puesto que a él no le había hecho nada, pero se lo merecía. Y el último de las balas, impactó sobre una columna, nada significativo, pero hizo que lo que sostenía cayera encima del otro sujeto.

-Jhm…

Sólo se pudo escuchar una especie de gemido hasta ahora. Sus orbes se llenaron del rojo que este también posee, ya que visualizaba las llamas que ya se habían encendido debido a los cañonazos, se podía escuchar aquel sonido de la madera llorando porque se quemaba poco a poco en un inevitable final.

-Adiós Longuetown…

Yamamoto echo un último vistazo a lo que había dejado. Mientras se alejaba y veía el paisaje que había dejado, su persona se comenzaba a llenar de nostalgia, puesto que aunque no era la primera vez que salía de Longuetown, no regresaría con la frecuencia que había hecho antes, el lugar donde aprendió todo lo que sabe. Sin decir nada más a su hermano, este caminó hasta entrar a la recámara, donde se echó en la cama del lado derecho… Había decidido que dormiría temprano. **

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