De cacería

Le sorprendió la perpicaz anotación de Norcissa. aunque quizá no tanto, con el numerito que habían montado en aquel mismo bar, era bastante obvio en entre ellos había algo más que una simple relación de compañerismo, era algo mucho más profundo y dificil de describir.

Miró a su capitana, Parecía que le divertía bastante todo aquello. ¿Quería un culebrón en el barco?

-No lo voy a negar, tuvimos algo así hace mucho tiempo... - se detuvo al hablar, a pesar de que parecía que añadiría algo.

Miró a Kenner, que ahora estaba en la barra junto a Namida. El Rata se había escabullido entre las vigas del techo con la rata que era hasta llegar junto al camarero, que seguí con su arma de Kairoseki en la mano. Si tenía una arma con esas cualidades significaba que habían allí más usuarios de Akuma.

Aquella presa escurridiza tenía una agilidad buena, aunque insuficiente.

-Bueno bueno, esto esta mucho mejor , solo os diré una cosa, hay mas gente en este bar interesada por ese tesoro y tenéis que asegurarme que me protegeréis a cambio de toda la información de la que poseo, que no es poco, ademas de un objeto que podría ayudaros con todo esto, pero tenéis que prometerme que mi adorado trasero ratesco estará sano y salvo ¿hay trato o no hay trato?

El rato sonrió mostrando así su asquerosa dentadura mientras le extendía la mano a los piratas, el no quería tener nada que ver con aquel tesoro, era un simple informante que había escuchado las numerosas leyendas acerca del tesoro maldito de aquella pirata, el trago grueso al notar una mirada de color oscuro sobre él, de pronto se puso pálido y asustado, no se había dado cuenta de que los otros interesados en el tesoro, estaban mas cerca de lo que pensaba, tan cerca que andaban escuchando todo aquello..

-V-vamos! trato o no trato!

Un alma desesperada por hacer un trato en pos de salvar su despreciable vida... me encanta.

Nunca hagas tratos con un demonio.

Me levanté de la silla, avanzando hasta la escena, con paso firme, serio, y seguro.Cogiendo a la par mi arpón.

- Trato. - Tomé su mano con rapidez, obligandola a girarse de Kenner hacia a mí.- Chicos, encargaos de matar a los inútiles que se opongan ante nuestro...- moví la mano circularmente, en busca de inspiración divina- "cliente".

Sentado al lado de la chica de cabellos negros que parecía tener una akuma de tipo pantera, una zoan carnívora y no hacia interés de esconderlo, en mi empezó a vibrar cerca de ella el estaba empezando a ponerse nervioso pero tenía que controlarme o esto terminaría mal hasta para mi tripulación, así que me cruce de brazo y mire de reojo a la chica y hable en voz baja
- Aquellos dos del fondo son sospechoso deben ser a los que el rata les tiene miedo yo me encargo del rata y tu diviértete

Dije mientras la miraba de lado un poco sin humor ya que esto me había sacado de juicio al escuchar a la capitana me pare poniéndome entre el rata y los sospechosos mirándola y afirmando su orden debajo de la capucha mis ojos brillaron rojos por unos instantes y volvieron a la normalidad una sonrisa sádica salió de mi rostro mientras cubría al cliente según la capitana

—Mis oídos son demasiado delicados como para no escuchar las conversaciones ajenas —comenta la pantera en voz alta mientras se acerca lentamente hacia la mesa de los dos desconocidos. Sonríe coquetamente y se detiene frente a la mesa, mirando a ambos. La cola se mueve de un lado a otro y siguen el movimiento en silencio. La cola se acerca al que mejor está. Ambos son grandes, y de apariencia fuerte, pero nada pueden hacer contra mis reflejos felinos. La pantera pasa la cola por la barbilla del hombre mientras se acerca al otro y le toma con sus manos la cara. Sonríe con seducción mientras se acerca lentamente.

—Me gustaría que me dijeras lo que sabes sobre lo que buscamos —comenta la pantera mientras fija sus ojos en los de él—. Sé que sabes algo, mucho más que nosotros. Y te llevarías un premio.

“¿Qué haces con mi cuerpo?” pregunto a la pantera totalmente sonrojada. Ella me responde con una sonrisa ladeada. “No deberías sorprenderte. Ya estuvimos una vez en una situación parecida, ¿Lo recuerdas?” “Sí, pero esa vez fue con...”

—Jack —escapa de mis labios. El simple recuerdo del chico hizo que la pantera se enervara y sus ojos brillaran cuerdos. Estaba tomando el control de mi cuerpo en un momento no muy bueno—. ¡Maldición!

“Fue tu culpa, tú decidiste abandonarlo” pienso mientras me obligo a tomar el control nuevamente. Suspiro y siento como todo va desapareciendo lentamente. Me alejo a trompicones de ellos y me dirijo a la barra.

“Pues si que te ha afectado la escena” comenta la pantera en mi mente.

—Lo siento —comento hacia la capitana—. Que se encargue de ellos otra persona.

¿Un trato? Apestaba a nerviosismo e información poco creíble, solo buscaba nuestra protección porque es una rata cobarde. Pero no tenían nada que perder y quizá mucho que ganar.

Nor se levantó con rápidez y aceptó el trato antes de que Kenner o Namida lo hiciesen. Torció los labios en una mueca de gracia ante la escena, en cuanto se trata de poder apoderarse de una alma poco afortunada, Norcissa siempre está en primera fila.

Se levató y se recargó en la pared, custodiando la puerta trasera tal y como le habían pedido, solo atacaría a quien quisiese escapar.

Sonrió.

Ojalá alguien quisiese escapar.

-Yo se todo, se lo que buscáis y se lo que queréis el problema es que no sois los únicos que han venido a amenazarme y a pedirme esa información, yo no quiero ese tesoro, no sabría que hacer con el, así que solo quiero estar tranquilo y vivo, pero sospecho que la banda de Drake no vaya a dejarme, ellos también vinieron a por información como vosotros, pero mi buen amigo el barman impidió que me hicieran algo, los que vuestra amiga intento seducir sin conseguirlo son sus artilleros, o al menos los mas importantes, si Drake se entera de que he hablado con vosotros me matara, por eso quiero protección...

El rata estaba dispuesto ha hablar, no había mentira en sus palabras, mas bien miedo a que el pirata de cabello blanco y ojos negros mas temido de aquella isla apareciera, si, Drake el rojo, era un pirata bastante conocido y poderoso que era mejor esquivar si se cruzaba en su camino , aquel era su rival en la caza de aquel tesoro que les daría mas de una sorpresa, mientras tanto los dos jóvenes del fondo seguían sin inmutarse, tampoco se inmutaron ante el intento de la pantera y ahora solo observaban a la banda rival con un poco de intriga.

Uuuh Drake... ni puta idea de quien es.

-...bueno, habrá que matarlos a todos o algo así. Supongo... Lo primero, es llevarte a un lugar seguro y que me digas tooodo lo que sepas sobre el tesoro. Así... que vayamos al barco.- me giré para andar hacia la salida.- Venga...

- Chicos, al barco.- menciono en voz alta, para irnos de la posada... vamos, se creen que un par de artilleros nos harán algo... además, tengo escudos humanos tambien llamado compañeros.

Me voltee mirando a la capitana mientras vigilaba a los sujetos parece que nuestra amiga pantera no había podido seducirlos ni nada por el estilo suspiro mirando a Nor mientras le hago una seña a Erza para que viniera ya que nos íbamos antes de salir le pregunte a la capitana

- Que quieres que hagamos con los artilleros?

Me apoye en la puerta esperando las instrucciones de mi capitana aun vigilando a aquellos sujetos, a ver qué hacían nos dejarían llévanos su fuente e de información por las buenas o no eso lo descubriríamos, mire a la pelinegra que parecía algo mal pero no me importaba en lo mas mínimo solo observaba desde la oscuridad de mi capucha mirando y de brazos cruzados espera a erza venir hacia nosotros y de la capitana instruirnos

Drake... ese nombre le era extrañamente familiar, quizá lo había escuchado cuando aún era cazarrecompensas, provablemente un pirata con una buena suma por su cabeza.

Y ahora iban al barco, dios, que aburrido se estaba volviendo todo. Se acercó a Norcissa y Kenner, hasta llegar a su lado.
Cuando había visto a Namida lanzarse al cuello de aquel pobre desgraciado en un ataque de deseos de sangre incontrolada, en ella estaba volviendo a ganar terreno su lado animal, estaba demasiado acostumbrada a reprimirlo para no acabar explotando y matar a todo por lo que corriera sangre, tenía suficiente autocontrol como para evitar una masacre, hacía muchos años que no perdía el control. Pero mientras salía del lugar al lado de Kenner sus uñas luchaban por crecer y sus ojos por volverse amarillentos, adoptando estos mátices esporadicamente.

Poco le importaba la estúpida rata, el tal Drake o sus secuaces. Poco le importaba Norcissa y sus tripulantes. Lo único que le importaba de verdad era Kenner... y que nadie le diera motivos a su lado animal para poder explotar.

Mierda. Las palabras habían dejado de brotar de mi boca. Estaba furiosa nuevamente pero no iba a permitir que los instintos me controlaran nuevamente. Había decidido dejar de preocuparme por los demás, solo me movería mi propio bienestar. Las cosas no siempre salían como uno deseaba, siempre se torcían debido a algún punto imprevisto. Con “el Rata” mis ganas de tortura habían sido casi infinitas. Una pequeña tortura para que nos dijera todo y luego al mar, si podía salvarse eso que se ganaba.

Al barco, había dicho la capitana. Estaba de acuerdo con volver y meterme en mi enfermería para así poder estudiar más sobre ataques médicos. Estaba buscando la manera de no ser solo la inútil que cura después de la batalla. Río sin humor, ¿A quién quiero engañar?, lo que yo deseo es ayudar y enmendar lo que hice. Mi duda es... ¿Me estaría torturando así si hubiese sido alguno de mis otros compañeros? ¿Cómo por ejemplo C-003? “Sí, hubiera sido exactamente igual. Deberías borrar esos sentimientos de tu corazón, o al menos rodearlos para que no te afecte perderlos.”

Un tiro, limpio, tal como entro salió con ello se implanto justo en el pecho del rata, hiriéndole de muerte, los artilleros reían, los allí presentes se asustaban, Drake había vuelto hacer de las suyas y nadie sabia como lo había hecho, el rata apenas aguantaba mas con vida, así que sin pensarlo les dijo una pista, algo que podría ayudarles.

-E-l a-ancla...esca-escarlata...

Esa era la clave de todo, el ancla escarlata, donde estuviera ese ancla estaría el tesoro, ¿oh a caso no era un ancla en si y era un lugar?, o...quien sabe, quizás fuera un barco...los artilleros rieron levemente, ellos sabían como era Drake, conseguiría aquel tesoro como fuera, tuviera que llevarse a quien fuera por delante.

Vaya, qué contratiempo... pero bueno, tengo algo más interesante que hacer, empecé a registrar al rata, nada interesante.

-Saben señores... sus risas, me incomodan.- La viga sobre sus cabezas cayó, aplastandoles a uno por el pecho y a otro por las piernas; ciertamente fue un duro golpe. - Ahora... van a decirme, donde está Drake...- clavé mis manos en el pecho del rata, previo ponerme de cuclillas. Para alzarlo cual marioneta, cual zombi.

- O... se convertirán en mis nuevos juguetes..

Un disparo, el Rata cayó al suelo, risas se mezclaban con los gritos de la gente, provablemente de los que hirieron de muerte al único que poseía información sobre el maldito tesoro. Teniendo esos conocimientos, lo raro es que no lo hayan matado antes.

Se acercó hacia el cuerpo tendido del hombre. Una herida que acabaría con su vida después de ahogarse en su propia sangre.Podrían aberlo matado de un disparo certero directamentea la cabeza para que no soltase información pero preferían que sufriera antes de morir.
Era tan...

-*Hermoso* - una voz demasiado conocida sonó en su interior, ¿Tan descontrolado estaba su lado animal que hasta podía escuchar su voz?

Frunció el ceño, apretó los puños y mostró los dientes en un silencioso gruñido de rabia, pero se controló, Norcissa estaba frente a ella, y no le convenía que notase -más- que no estaba muy lejos de perder el control.
El mantenerse tanto tiempo en calma y ver asesinar a varias personas en ta poco tiempo era provablemente el detonante, anque quizá, la nueva oleada de sentimientos que le había causado Kenner tras rencontrarse con él, tambien era un factor a tener en cuenta.

La muerte del estúpido Rata no le importaba, lo que le importaba era la información que dejó escapar.

-Ancla Escarlata es el nombre del barco de Drake, posiblemente esté allí.

Lo había recordado nada más oir al Rata. Drake era un conocido pirata que solía ''decorar'' su barco con la sangre de sus victimas, de ahí el ''Escarlata'' de su nombre. Con suerte él ya les había ahorrado el conseguir el tesoro y ahora solo tenian que robarselo.

Vio a Norcissa levantarse. Una viga cayó sobre los artilleros que reían confiados en un golpe... basto. Sus risas se convirtieron chillidos. Miró a su capitana extrañada, dudaba de qeu aquello nubiese sido casualidad. La mujer enterró las uñas en el pecho del rata y este se alzó, a pesar de que hacía minutos que había muerto.
¿Como no lo había visto antes?

Telequinesia, ese era su verdadero poder.

Los gritos de los desgraciados hombres le taladraban la cabeza.

-*Es hermoso, es tan hermoso* - cerró los ojos con fuerza. Odiaba el placer con el que hablaba al ver sufrir a aquellos hombres. -*Sus gritos son una sinfonia tan hermosa*

Abrió los ojos, dandole la espalda a la grotesca escena y acercandose a Kenner, contarrestraba los deseos de sangre con una fríaldad extrema porque de no ser así perdería la batalla mental. Miró a Kenner, con los ojos amarillentos, aferrandose a la manga de su chaqueta y perforandola con las uñas, tenía que parar, tenía que controlarse.

Mire a al chico siendo disparado a acompañe la bala con la mirada pero no hice nada para pararlo ellos se reían a lo loco yo seguí apoyado en la pared observando lo que acontecía, observe como la capitana incrustaba las manos en el rata al ver aquello sentí algo dentro de mi cuerpo que parecía renacer algo que quería despertar dentro de mi mierda mierda pensé lo había tenido controlado todos estos años y ahora con esta tripulación no lo podría controlar por mucho tiempo.

Enseguida mire como les caía en la cabeza algo a los artilleros que parecía dolerle bastante así que mis ojos se volvieron de un color escarlata casi rojo sangre ver lo que hacia nor y con una sonrisa maligna en mis ojos camine en dirección a los sujetos golpeados tire una de las sillas a mi lado y sonríe para ellos de una forma macabra mi rostro había cambiado bastante mi mirada era asesina sin piedad ni escrúpulos le dé una patada a uno que estaba tirado y al otro le puse mi pie en la garganta golpeándole contra la pared, podía ser bueno disparando pero no en combate de cuerpo a cuerpo alli asi que le mire con unos ojos rojos brillantes

- Sabes que te has sentenciado a muerte verdad?

Otra sonrisa sádica salió de mis labios mientras aumentaba la precisión sobre su garganta

Off, Nami no está hasta el lunes que viene; así que nos la saltaremos por lo que voy a poner.

- Tranquiilo Kenner, las cosas no se hacen así, un periodo de extorsión, aún pueden sernos... de utilidad.- caminó; sacando su arpón mientras la apesumbrada nueva marioneta arrastraba los pies a su lado. Pero, en vez de lanzar el arpón contra sus enemigos, enarboló la cadena al cuello de namida, en un largo y demasiado rápido movimiento, que, combinado con la mente ida momentaneamente de la pantera, se cernía sobre su cuello, apretándolo.

Poco a poco, mientras ninguna sonrisa aparecia en en rostro de Norcissa, Namida fue perdiendo aire hasta caer, destransformandose, quitó la cadena del cuello; miró a sus compañeros...
- ¿Qué? Ha desobedecido una orden mía, se lo merece...- andó hacia los artilleros- Kenner, quitale el pie, que te apestará a queso...- dije negando comicamente, apuntando a la cabeza del mismo artillero, arpón en mano.

- Ahora dime... ¿dónde... está tu barco, y qué hace tu jefe.?

Norcissa había castiado a Namida frente a todos. Desobediencia, parece que la joven capitana no toleraba que sus ordenes no fueran acatadas.

Le ordenó a Kenner que le arrancara un pie al artillero atrapado bajo la viga, encañonandolo ella misma con su arpón y questionandole la posición de su barco.
Miró al peliazul, estaba en un estado similar al de ella, una zoan que luchaba por despetar y tenirlo todo con el rojo de la sangre.
Aquel pobre desgraciado tendría suerte si solo le arrancaba el pie.

Miró a Norcissa, y su ''metodologia'' poco ortodoxa de interrogatorio. Era consciente de que con ver más sangre acabaría perdiendo el control y quizá la capitana ya era consciente de eso, parecía que hacía todo aquello a proposito.

Observe lo que hacia la capitana mientras mantenía mi pierna en la garganta del artillero, el había torturado a la pelinegra hasta dejarle sin aire así había calmado a su zoan pantera interesante método pero algo inútil, para alguien que se recupera a una velocidad alta. Suspire al escuchar su indicación soltándole el chico cayó al suelo tratando de respirar y di una patada que trinco la pared al lado de su cara

-Tienes suerte, o debería decir se te acabo la misma

Mis ojos volvieron a destellar un rojo intenso debajo de la capucha mientras me recostaba a la pared mirando al que estaba en el suelo que tenía una cara de horrorizado

-ya escuchasteis, habla y quizás sea mas rápido

-¿El ancla roja el barco de Drake? de que hablas, su barco es la luna escarlata no el ancla escarlata, eso que decís era un antiguo burdel que se encontraba cerca del puerto, pero acabo cerrando por que la dueña fue asesinada en un altercado que hubo en el lugar, no hay mas ancla roja que esa que yo sepa...

El barman había contado aquello sin problemas ya que en su juventud había ido mucho aquellos burdeles, lo que nadie sabía era que la dueña de aquel burdel era nada mas y nada menos que la pirata dueña del tesoro que andaban buscando, así que Erza estaba equivocada, entonces antes de que los piratas pudieran seguir con su tortura, los dos tipos enterrados en las vigas murieron sin decir nada, una bala en la frente de cada uno, otra vez había entrado por la ventana , el misterioso francotirador desapareció entre las sombras mientes iba a Drake a avisarle de que ya sabían donde era el lugar exacto donde el tesoros e encontraba...

-Bueno, ¿ahora si podéis iros de mi bar, no?

-...llevas un error Erza ( off: te pasa por dar cosa sin preguntar a narratore, nunca dar naaada por sentado)- Vayamos hacia allí entonces... disculpe el destrozo...- andé hacia la salida, arrastrando el cuerpo inerte de Namida con la cadena y recogiendo mis cosas.

-Vaya, me he confundido. - dijo con naturalidad y como si nada hubiese pasado. Bueno, había acertado una palabra. Era normal, hacía mucho que había dejado de perseguir a Drake, aunque las excusas son como los culos, todo el mundo tiene una,

Siguió a Norcissa, agradecia que ahora se fueran, estaba calmandose. Aunque seguia sorprendiendole su forma de tratar a Namida, sabía que aquella mujerno era la Señorita Caridad, pero aún así...

La oscuridad de la noche era el amparo de los piratas de ambas bandas, mientras que los Demonsfire caminaban hacía el puerto Drake y su grupo ya hacía tiempo que habían llegado y no habían encontrado nada, Drake era un joven de cabello negro corto hasta la altura del cuello, ojos rojos como la sangre y mirada realmente aterradora y en aquel mismo instante estaba desesperado, el burdel estaba patas arriba y no habían encontrado nada.

-Tsk maldita zorra, escondiste ese tesoro demasiado bien...chicos vayámonos, mi tiempo es mas importante que ese estúpido tesoro...

La banda se fue de allí y justo cuando ellos se perdían en la noche, aparecieron los Demonsfire por aquel burdel, entraron viendo que estaba todo destrozado, levantado y caído...todo aquello rastro de que alguien había estado buscando ahí antes que ellos...

- O aquí ya han encontrado algo, o no han encontrado nada... pero, miremos por si acaso...-extendí mi mano, tras pisar la estancia, levantando los tablones en el aire, levantando el suelo bajo la propia estructura, en busqueda del tesoro.

- Si no encontramos nada... iremos a matar a Drake.- afirmó la capitana a su banda- Y echad una mano, no me seáis vagos.

Empleó sus valiosos ojos para seguir las ordenes de Norcissa, que había levantado el suelo. Y en habil escaneo hasta los mas reconditas esquinas del lugar no vio nada.

-No lo veo. - cerró los ojos, que adoptaron su tono normal. -O ya se lo han llevado, o está tan bien escondido que no han podido encontrarlo.

Suspire al entrar y ver aquello en ese estado era aburrido y pesado ahora teníamos que buscar un maldito tesoro mientras ellas buscaban bajo el burdel yo di unos saltos acrobáticos y me subí en la parte superior buscando algo por allí a ver si encontraba alguna cosa
- Parece que tus nuevos amigos hicieron cierta fiesta aquí erza
Dije de una forma burlona, no nos hablábamos desde que nos rencontramos quizás el problema de no vernos o de vernos tan repentinamente hacia que nos ignoráramos la mayoría del tiempo suspire y sentándome en una viga seguí recorriendo el lugar desde esa altura quizás veía algo