De cacería

Era una tarde cualquiera en una isla de west blue donde solía haber calma, pero esta tarde no era como cualquier otra vista muchos barcos piratas estaban en la costa y cada vez más gente se encontraba dirigiéndose al bar, el boato se hacía cada vez más fuerte, tesoro algo que atraía tanto cazas como piratas, se escuchaba hablar sobre un capitán que dejo allí su tesoro gente de lo más temible se encontraba en esa isla buscando información y no era de menos esperar que allí también estuviera el Silversoul anclado entre los barcos, algunos del puerto miraban aquel barco y murmuraban si podía ser posible que ellos estuvieran aquí, mientras tanto dentro del navío se preparaba una reunión, una reunión de demons estaban allí presentes algunos no todos de ellos.

Poe había salido antes de la reunión a pasear y hacer lo que dentro de la isla nada imaginaba, Como otros integrantes aun se encontraban descansado en el navío, pero allí estaban esperando a Norcisa, “la bruja” sus Demonsfire convocados eran Erza “Titania”, Kenner “el fénix negro” como también Namida estaban todos en aquella habitación esperando un informe, la bruja había obtenido datos de lo que se cocía en aquella isla como solo ella lo sabe y como obtendrá aquello solo el destino lo puede decir

Un par de cuchillas al cuello, un baile macabro de mecanismos artefactos, dos gritos en la sombra, todo encubierto desde una posición alta mientras las marionetas danzaban al ritmo de las confesiones.

Volví al navío.

- Chicos... los rumores apuntan al bar Los Boatos... deberíamos ir a ver que se cuece, y si no obtenemos nada, siempre podremos beber algo...

Me encontraba mirando el horizonte podía ver algunos lugareños observándonos con temor y rumoreando sobre nosotros y sobre lo que pasaba, ajuste mi capucha de nuevo sin que se me pudiera ver el rostro cuando sentí unos pasos me di vuelta era la capitana parecía que nos iba a comentar algo asi que la segui en silencio hasta la habitación esperando a ver lo que ella nos tenia que decir apenas entramos me apoye en el costado de la puerta quedando esperando su habla


-Chicos... los rumores apuntan al bar Los Boatos... deberíamos ir a ver que se cuece, y si no obtenemos nada, siempre podremos beber algo...

Suspire mirando a mis compañeros de equipo por debajo de la capucha siempre, la utlima vez que tomamos algo en un bar en esta isla acabamos destruyendo una bar entero

-tsk… bueno si lo dices taicho

Me encontraba sentada frente a mi escritorio. Con el libro abierto y mi libreta de apuntes enfrente. La verdad es que no le había hecho mucho caso desde que había vuelto solo lo había puesto ahí. Suspiro mientras miro por la pequeña ventana y vuelvo a repetirme lo cobarde que he resultado ser al final. Lanzo un gruñido mientras arraso, con mi mano, con todo lo que hay sobre la mesa. Una vez que todo está en el suelo me levanto de la silla, todavía furiosa, y salgo de la enfermería cerrando con un portazo.

Entro a la cocina y me siento en la mesa. Dejo que mi mirada se pierda y vuelvo a suspirar mientras me intento olvidar de todo. Es entonces cuando entra Norcissa. La miro de reojo, y vuelvo a lo mío. Apoyo la cabeza en la pared y cierro los ojos.

—Chicos... los rumores apuntan al bar Los Boatos... deberíamos ir a ver que se cuece, y si no obtenemos nada, siempre podremos beber algo...

“Beber... buena idea” pienso mientras presto atención. “Muertes... buena idea” comenta la pantera con voz sádica, sonrío ante su comentario.

—Tsk… bueno si lo dices taicho.

Es en ese momento cuando me doy cuenta de la persona encapuchada que está apoyada en la puerta. Lo ignoro y presto atención a Norcissa.

—¿Algún plan sobre cómo proceder? —pregunto alzando una ceja. Mi voz suena irónica— ¿O vamos a lo loco?

Disfrutaba -todo lo que podía dadas las circunstancias- de la brisa, sentada sobre un barril alto en cubierta, con las piernas y brazos cruzados y la cabeza recargada en la pared. Aquello comenzaba a ser realmente aburrido.

Entró Norcissa.

-Chicos... los rumores apuntan al bar Los Boatos... deberíamos ir a ver que se cuece, y si no obtenemos nada, siempre podremos beber algo.... - suspiró, incorporándose y sin decir nada.

—¿Algún plan sobre cómo proceder? ¿O vamos a lo loco? - dijo una chica de cabellos negros a la que no conocía.

-A lo loco. - repitió sarcástica. Sabía que su capitana no debía estar muy bien de la azotea, pero dudaba mucho que fuese tan imprudente como para hacer las cosas ''a lo loco''

Tras algo parecido a una reunión, ya que sus integrantes habían decidido como siempre ir a lo loco, es decir, dejándose llevar por sus instintos y matando o dándole una paliza al primero que les mirara mal decidieron encaminarse al susodicho bar con varias cosas rondandole por la mente, algunos pensaban en alcohol, otros en matanza, otros en bueno, en cosa nada bonitas para hacer y mejor volvamos al hilo de todo esto, tras un par de horas llegaron al lugar, no parecía una taberna de mala muerte, parecía un lugar tranquilo, pero toda la tranquilidad se rompió cuando una botella salió disparada hacía la puerta, eta se parte y mojó a los integrantes de susodicha banda, cosa que no les agrado demasiado...comenzaban bien.

Todos, absolutamente todos, les miraban, algo escondía la gente de aquel bar que en cuanto aquellos nuevos clientes habían entrado, el ambiente se había transformado, el silencio reinó en aquel lugar mientras que los piratas se acomodaban en una mesa o algunos en la barra, todo al gusto de los cliente y permanecían atentos a lo que pasaba, por que si algo era obvio, era que algo en ese bar se escondía.

Levanté mis descalzos pies, andando entre los cristales, esquivando las esquirlas con cuidado, pero seriedad, mirando el charco con desprecio...
Cómo malgastan los joputas un buen vino...

- ¿Quien... ... ha tirado la puta botella?- exigí, con total tranquilidad, aunque cierto tono de exigencia, mirando a los clientes del bar.

Habíamos salido caminando por las calles hasta el bar que la taicho había dicho, respire profundo cuando escuche sus comentarios al estilos kamikaze no me gustaba en lo mas mínimo, peor era así que esta tripulación actuaba me encontraba caminando atrás de la capitana al lado de la chica de cabellos negros, con la mano en los bolsillos podía resumir que ella también era luchadora al no llevar arma consigo, cuando estábamos en frente del bar una botella salió para afuera y se rompió delante nuestro,

Tsk… Malditos piratas Dije en cuanto me sacaba los restos de lo que fuera la bebida escuche la taicho quejándose como siempre pero parecía mas irónico que otra cosa entramos al bar y yo fui hasta la barra y me senté mirando al cantinero

Ron… Nada más le dije desde bajo de mi capucha esperando ser atendido y vigilando de reojo lo que haría mi tripulación

Salimos del barco en dirección al bar del que hemos hablado. Delante de mí va Norcissa y a mi lado el encapuchado. Suspiro mientras me aseguro de que las dagas estén bien escondidas. Una bajo la falda y la otra dentro de la mochila que llevo a mi espalda. Desvío la mirada buscando algo con lo que entretenerme en el camino. He decidido dejar la katana en el barco para ir menos cargada ya que con mis garras y las dagas es más que suficiente.

Casi sin darme cuenta llegamos al bar y de golpe una botella sale, volando, por la puerta. Al caer al suelo todo su contenido es esparcido y salpicado en nuestra dirección. Frunzo el ceño al sentir el líquido correr por mi rostro. “Déjame” masculla la voz de la pantera. “Espera un poco” contesto enfurecida. Al parecer se tranquiliza un poco, más no del todo ya que la siento removiéndose en mi interior.

Los deseos de matar son grandes en mí. Necesito sacarlos de alguna forma. Todos entran en el bar, y los que hay dentro se quedan callados. Todos nos siguen con la mirada, unos con más disimulo que otros. Lanzo un gruñido animal a uno que se halla a mi alcance y al estirar las manos me doy cuenta de que ya no poseo uñas sino garras. Sonrío con malicia mientras veo como él me mira con miedo. Me acerco a la barra y fijo mis fluorescentes ojos verdes en los del camarero mientras agrando mi sonrisa.

Nada más entraron por la puerta una botella se estrelló y los cuatro acabaron empapados en alcohol. Quien quiera que hubiese lanzado la botella debía estar borracho, no era muy seguro arremeter contra cuatro piratas con pintas de pocos amigos, y desde luego, debía estar borracho si creía que se iba a librar de esa.
Kenner y la pelinegra fueron a la barra.

Miró a Norcissa, la que estaba seria y con el pelo goteando del líquido que había lanzado.

-¿Que quieres que hagamos? - le preguntó levantando con la punta de los dedos el kimono, ahora esquerosamente sucio.

Off: Como no van a contestar ni nada.

Silencio sepulcral, a Nami se le va típicamente la pinza, y Kenner pasa a la barra para ver si puede beber algo... me sorprende la disposición de Erza, joder, por fin tengo un nakama en condiciones.

- Gracias por preguntar Erza... pues si, ve calmando un poco a Namida e impide que haga nada demasiado... demasiado suyo. Suele darle la vena de ir matando gente...- avanzo mientras digo esta ultma frase, dirección a las mesas en las que vea un poco más de destrozo.

Tomo una silla vacía, arrastrandola hasta presidir la mesa, me siento, tomo mi guitarra de mi espalda, dejando caer el arpón al suelo, giro las clavijas de la guitarra, poniendola a tono.

- Creo... que no me han respondido a mi pregunta.- acorde de sol.

Los mojados piratas, por que si, estaban bastante mojados,cabellos que goteaban alcohol y que manchaban las ropas, charcos pequeños de alcohol que se formaban bajo los pies de cada uno, ellos lanzaban preguntas al aire, preguntas que nunca tendrían una contestación por parte de los paisanos que se encontraban en el bar, que aun seguían en silencio, hasta que un grupo al final del bar volvió ha hablar y el bar recuperó su ambiente habitual , ignorando todos claramente a los piratas mojados, no pensaban hacerles caso , por muchas preguntas que lanzaran o muchas acciones que hicieran los paisanos del bar seguirían a lo suyo

Al fondo del bar, fuera de vuestro alcance dos hombres hablaban sin que los piratas pudieran oírles, uno de ellos al que le hablaba el otro era un hombre alto, de largo cabello negro y mirada atemorizante que escuchaba como su amigo le hablaba, su amigo un corpulento y fuerte hombre de cabello castaño le hablaba de aquello que andaban buscando los Demonsfire , claro que ellos no se harían notar a no ser que fuera estrictamente necesario...

Me senté el camarero me atendía, dándome lo que le había pedido vi a mi compañera, sentada al lado mío un poco nerviosa, en cuanto a eso miraba a la gente como estaban callados mirándonos, algo bastante molesto me entraban ganas de querer partirlos al medio pero había obtenido un alto autocontrol, pero no sería suficiente si las cosas empeoraran.
Tome unos tragos del sake pedido en cuanto, no te que todos volvían a estar como ante, mire de reojo a la chica y le dije
- Todo bien, quieres tomar algo?
Noto que algo no está bien en ella pero, yo soy una criatura mitológica mas anormal que yo será difícil encontrar, pero quien sabe miro camarero para preguntarle sobre lo que vinimos a ver
- Sabe algo sobre ese tal tesoro?

—... Ataca —escucho como un susurro. Mis ojos se vuelven fluorescentes otra vez y mi cola aparece a mi lado, siendo mecida de un lado a otro. Fijo mis ojos verdes y brillantes en el camarero y clavo las garras en la barra, atravesando su mano y sacando un grito de su garganta.

Las ganas de asesinar a todos en ese bar eran enormes, más sabía que había que sacar información sobre el tesoro allí escondido por eso todavía no había actuado. “No creo que por un par pase nada” comenta la pantera mientras sonríe de forma maliciosa. “El chico de antes” comento mientras en mi cara aparece también una sonrisa maliciosa.

Me doy la vuelta y me acerco a la mesa donde estaba el joven al que antes he mirado. Suspiro mientras me mira impresionado y con una nota de alarma en sus ojos. No es para menos al ver la sonrisa de afilados dientes que poseo en este momento. Salto a su cuello y lo desgarro mientras los demás de la mesa se quedan inmóviles y sorprendidos. Clavo las garras en los costados mientras el chico agoniza. Toda mi ropa está manchada de sangre y eso me hace sentir un poco mejor.

—¿A alguien le apetece hablar ahora? —pregunto mientras mis ojos brillan. Todavía me queda un poco de consciencia y eso me hace menos peligrosa—. Antes de que pierda por completo la cabeza y los mate a todos.

Nadie se movió, es mas lo que paso fue algo que realmente era extraño, la gran mayoría salió del bar, pero no a paso rápido o asustado, no, la gente se iba caminando como si nada, como si poco les importara todo aquello y al final quedaron cinco mesas completas que permanecían inmóviles y seguían a lo suyo, por ellos como si destrozaban el bar, no era algo que les importara, y aquellos dos sujetos seguían ocultos en las sombras, no saldrían ante un espectáculo tan burdo y escueto, no pensaban arriesgarse por semejante estupidez, que era un simple camarero comparado con el tesoro escondido que tanto trabajo les había costado encontrar el mapa, a ellos no les importan las vidas que desperdicien los piratas, si hace falta se llevaran el fruto de su trabajo a la tumba y con ello el secreto de aquel tesoro, estaban listos para todo.

De repente el dueño del bar salió de detrás de la barra, en su mano una escopeta mas no hecha de un metal cualquiera si no de Kairoseki al igual que sus balas, el cañón de la escote apuntó directamente a Kenner a la cabeza sin posibilidad de error.

-Marchaos de aquí no quiero líos en mi bar, y sí, es de Kairoseki así que acertare y te matare si te doy si o si, así que, largo!

Se acercó a la barra para intentar controlar a su compañera de la que ahora sabía el nombre. Miró a Kenner hasta que el grito del camarero llamó su atención casi tanto como la cosa que asomaba bajo las ropas de Namida. Una akuma zoan, de un felino.

Pero antes de que pudiese decirle nada ya se había avalanzado sobre un chico que estaba sentado en unas de las pocas que quedaban llenas en el lugar, se estaba convirtiendo en un animal salvaje. Miró a Norcissa, que los miraba con tranquilidad. ¿Es que en su tripulación eran todos un atajo de idiotas sin autocontrol ni sesera?

Se acercó a Namida, poniendole una mano en el hombro. -Ya basta, deja algo para la cena. - comentó con naturalidad.

Escuchó como el dueño del bar los hechaba de su local a punta de escopeta, y al ver que apuntaba a bocajarro a Kenner quiso empalarlo o hacer que se ahogara en su propia sangre, consiguiendo que gracias a estos deseos poco comunes en ella sus ojos centellearan en un matiz amarillento, pero no tardó e controlarse. La pelinegra ya la había liado bastante como para que ella la ayudase,
Se acercó a la barra, captando la atención del hombre, y apartando de un manotazo la escopeta de la sien de Kenner.

-Nos marcharemos. - dijo biendo como el rostro del hombre se relajaba levemente. -Pero cuando nos diga todo lo que sabe del tesoro.

(Off: establezcamos un orden para postear, esto es un cachondeo. Narrador - Norcissa - Kenner - Namida - Erza - Narrador - Norcissa etc. Está en el orden de como nos incorporamos a la misión)

-Tesoro? no se de que demonios estáis hablando yo no se nada acerca de los líos que se montan en mi bar solo se que debo de pararlo y punto así que os agradecería que os fuerais, oh que dejarais de armar escándalo...

El dueño del bar decía la verdad, el no sabía nada de los líos que se montaban en su bar, solo sabía que numerosos piratas iban a el para hablar acerca de numerosas cosas que pasaban en él, el señor no bajaba la escopeta ni le temblaba el pulso llevaba numerosos años ahuyentado a gente de su bar así que aquello solo eran unos piratas mas.

-¿Por que no le preguntáis a él rata? el sabe todo lo que se cuece por estos lugares , es aquel tipo pequeño y bajito de cabello negro.

El jefe del bar señalo con la mirada a un tipo situado en la esquina del bar con un baso de ron delante del y mirando a todos lados como asustado pero precavido a la vez.

-Os aconsejo ser amables con el, solo así hablara....

Sentí el arma de alguien apuntándome en la sien no sé como sabia donde quedaba mi cien su estaba encapuchado hasta los pelos nadie me veía ni el rostro, note como mi compañera se ponía nerviosa y empezaba armar mas jaleo de lo que ya había lastimo algunos de los clientes empleados suspire tomando mi copa y bebiendo otro poco, sin importarme el arma en mi cabeza como si ni estuviera allí, ha matarme ojala pudiera así acababa mi sufrimiento pensé, para cuando escuche la voz de erza, calmando al hombre y pensé para mi hoy no sería el día, el nos dio alguna información interesante pero seguía firma apuntado ahora para un lado gracias a erza, voltee mi mirada al viejo mientras hablaba apenas se podía ver mi ojo izquierda y le miraba amenazante, cuando termino de contarnos quien podía ser el sujeto, mire en su dirección allí estaba parecía preparada para cualquier imprevisto suspire tomando el vaso de ron y me pare quedando de lado a erza la mira deje que viera mis ojos

Le susurre: cuida la puerta de atrás, que no intente nada raro, mire a la puerta trasera que daba a los establecimientos internos y empecé a caminar con una mano en el bolsillo y la otra sosteniendo el vaso en dirección a nuestra compañera revoltosa me pare a un metro de ella y lleve la copa a la boca tomando un trago

Y dije: Cuida la puerta de adelante que nuestro ratón puede intentar escapar con el tesoro, podemos tener algo

La mire fría y seriamente mostrando que sabía lo que hacía y no me andaba con bromas, odiaba perder el tiempo y si esto se volvía complicado, me aburriría como la ostra así que seguí caminando esperando que entendiera lo que le decía sino ella correría atrás del ratón, si se llegaba a escapar, mire a la capitana esperando que desviara su atención hacia a mi cuando lo hizo me reí y le hice un gesto que me siguiera con una sonrisa sádica para que se diera cuenta que sabia alguna cosa y tenía algo en mente, camine hasta la mesa que me había dicho el sujeto dejando mi vaso de ron sobre la mesa lo mira apenas visibles mis ojos

-Usted debe ser el rata?

Me senté a su lado sin esperar afirmación y tome otro trago de mi ron

- A su salud!

Tras mi ataque todo se queda en silencio durante unos minutos, hasta que todo vuelve a la normalidad. Me quedo parada, sin cambiar de forma, junto al cuerpo del chico mientras sonrío de forma maliciosa. Pronto escucho pisadas en la trastienda, alguien corre y carga un arma, entonces sale el dueño del local y apunta al de la capucha con el arma.

Al parecer la pelirroja se adelanta y aparta el arma. Escucho la conversación desde mi posición. Dirijo mi mirada a Rata. Como lo ha llamado el dueño. Entonces se me acerca el encapuchado y me dice que cubra la puerta delantera, para que no escape. Le gruño al recibir su mirada.

—Me encanta perseguir ratoncitos —comento con voz cínica. Mientras dirijo mí afilada mirada hacia el que se halla sentado—. Más cuando sé que no pueden huir de mí. Pero como quieras, cubriré la parte delantera. No huirá.

Las ratas son solo presas.

-Bien. - le dedicó una sonrisa y caminó hasta la puerta trasera, que estaba tras la mesa de la que Norcissa se había apoderado, que divertido.

Miró a Kenner, que le había dado instrucciones similares a la pelinegra; diciendole que cubriera la puerta delantera.

Se sentó al lado de Norcissa. Conociendolo como lo conocía y siendo consciente de lo poco que le gustaba perder el tiempo, fuera lo que fuese que Kenner tuviese en mente acabaría rápido.

Off; como antes no postee, solo voy a poner la descripción de mi pensamiento momentaneo, kufufufu.

No hablaban, pero parecía que el nuevo se la estabas apañando bien, sinceramente, me gustan estos dos novatos, una me pregunta que puede hacer, el otro tiene iniciativa... la suficiente como para que todos crean que sea el capitán y que sea él el objetivo de las armas... una escopeta hecha de y con balas de karaikoseki... será mia. Así podré comprobar si mis creaciones son debiles ante él, o solo yo. Ha mandado a la banda a cerrar las puertas, bien bien, chico listo, se acerca a una mesa, posiblemente con información...
- Vaya Erza, tu novio lo hace muy bien...- comento, casi en susurro para que ella lo oiga, pero los demás, lo hagan con dificultad- Oh vamos... se nota a la legua el cariño que os tenéis... no me vengas mirando con, no es mi novio... porque desearias- la do mi.- que lo fuera.


Off: Se ve aShiki levantando barcos con la parte de abajo de karaikosei, así que, tecnicamente mis creaciones no son debiles ante el karaikoseki. Si, está muy over, ya moriré por historia no os preocupeis.

El rata miró al barman y miró a al gente que le rodeaba, sonrió de forma en la que sus dientes, ya amarillos y semi rotos se hicieron presentes, antes de que ninguno de los allí presentes pudiera hacer anda se había subido a una viga del techo y caminaba hasta la barra donde se sentó al lado de su buen amigo el barman, aun atento con su escopeta a lo que pasaba, no le gustaban las amenazas y que aquella niña de ojos verdes dijera aquello mucho menos, así que se quede ahí al lado de su buen amigo y negó.

-No me gusta que me traten mal, mucho menos que chiquillas de ojos raros me anden amenazando se lo que buscáis y lo que queréis, pero mi amigo apretara el gatillo antes de que alguno de ustedes vuelva a ser así, fijaos que hasta el ron me ha caído mal...

Rió levemente mientras que notó como los hombres del fondo del bar miraban la situación atentamente, sabían que aquel hombre sabía demasiado, pero arremeter contra él sería tener problemas innecesaria, así que suspiraron y se limitaron a esperar a ver si los Demonsfire conseguían que el Rata dijera algo sin usar amenazas...

No somos los unicos que estamos por él aquí. Tampoco somos los unicos con fruta; si no, no se habría tomado las molestias de comprar aquella arma de karaikoseki; muy, muy interesante... jamás había oído hablar del karaikosei exceptuando en las leyendas marinas, y si acaso, a algun marine que lo mencionaba... sería interesante ver como acabaría todo.

Por mi parte dirigía mi mirada hacia la barra, escurriendo mis ropajes en mientras mientras sacaba mis armas y las ponía en la mesa, tanto como señal de que no las "usaría" y por hacer inventario... Nico emergió, sentandose en la mesa, girando su cabeza confundido por la escena, y mirando a los presentes.

Suspire al verlo saltando por las vigas mientras tomaba otro trago de mi sake, lo seguí con la mirada simplemente viendo como se sentaba al lado del camarero, deje el vaso y volví a suspirar, a ver qué haría Nor era la capitana a mi ya no me importaba mas aquello ya me estaba aburriendo cuando me fui a levantar para observar de mejor manera note a dos sujetos al fondo que parecía interesados en lo que el rata podría decirnos a nosotros, ahora que lo pensaba mejor estaban así desde que llegamos, observándonos con más interés de lo que los demás nos miraban, cruce mirada fría y sanguinaria con uno de ellos que no pareció reaccionar muy bien porque no lo sabía, tome mi copa aun mirándoles de frente para luego voltearme y sentarme sobre una mesa que quedaba delante del mostrador aun vigilando aquellos dos sujetos, volví a tomar el último trago de sake que quedaba, indicándole al cantineo si podía traerme más después de eso miro al rata
- Y que deseas a cambio de esta información, joven rata,

Se hizo silencio en la sala mientras yo vigilaba de reojo a los dos sujetos por debajo de mi capucha nadie podría darse cuenta ni ellos ahora mismo ya que mi rostro estaba todo oculto en la capucha
- yo soy hombre de poca paciencia y me aburro rapido, asi que me dices lo que pides y nos largamos

—Vaya Erza, tu novio lo hace muy bien... —escucho la voz de Noricssa un tanto alejada. Erza debe de ser la nueva. La verdad es que no me he preocupado por descubrir los nombres de los nuevos— Oh vamos... se nota a la legua el cariño que os tenéis... no me vengas mirando con, no es mi novio... porque desearía que lo fuera.

—No me gusta que me traten mal —presto atención al Rata— mucho menos que chiquillas de ojos raros me anden amenazando, sé lo que buscáis y lo que queréis, pero mi amigo apretara el gatillo antes de que alguno de ustedes vuelva a ser así, fijaos que hasta el ron me ha caído mal...

Un momento... ¿Me está llamando chiquilla de ojos raros? Aprieto los dientes mientras dejo escapar un intento de sonrisa. Creo que el cabreo que llevo encima se está multiplicando por cien. Veo como el tipo se dirige hacia la barra. Lo sigo con la mirada y mis ojos se fijan en el cañón del arma.

“Discúlpate” ordeno con voz dura. Siento el ceño fruncido “Como quieras” responde la pantera.

—Siento haberte amenazado, no pretendía... —hablo entre dientes. Desvío la mirada—... no pretendía insultarte. ¿Te importaría decirnos lo que queremos saber?