¿Al fin partimos?

Al fin llegue al barco desde la taberna de Kox, había llegado con paso acelerado para que Laila no tuviese que esperar en exceso las medicinas. Ella estaba en la cubierta, su pelo ondeaba al viento, con la luz del sol era aun mas guapa si podía ser eso cierto. Subi la rampilla y ella me miró a los ojos.

- Ya he llegado. - Dije dejando la bolsa en el suelo de la cubierta y acercándome a ella.- ¿Que tal estas?

Ella miro la bolsa y luego me miro a mi, se coloco el pelo por detrás de la oreja mientras miraba al suelo. - Mejor. Creo que lo de salir de la isla me vendrá bien... y a ti también. - Levanto la mirada y me acaricio la cara, yo le cogí la mano y mire el horizonte.

- Si... en el mar tienes la sensación de ser libre de todo. Lo se.

Luego de unas horas de estar caminando por toda la isla y de tomar un descanso, Arata había llegado al puerto para poder encontrarse con su compañero Lyon de nuevo en el bote con el que habían llegado al lugar, pero luego de unos momentos el joven cazador se dio cuenta de una cosa, que se había perdido en el puerto y no podía encontrar el bote. Después de unos minutos caminando en una sola dirección, Arata se rinde y se sienta, cerca de un barco que se encontraba en mal estado y sin dar mucha importancia a las personas que se encuentran en el lugar, se pone a esperar a que su compañero lo encuentre a el.

Despues de mirar al cielo con la mirada perdida, baje mis ojos al barco... Ya tenia ganas de partir cuando vi la cara de Laila horrorizada mirando hacia el puerto y entonces volvi a girar mi cabeza.

No quería verlo, no quería creer que uno de ellos estaba alli. Un angel, un maldito angel en el puerto en frente de mi barco. ¿Sabria algo? ¿ Seria un Angel Buster? No podia esperar, ver otra vez esa cara a Laila me arrancaba el corazón del pecho. Lleno de rabia baje de un salto desde la cubierta, saque mis dagas y me dispuse a atacar esperando respuestas.

- ¿Quien coño eres y que haces aqui?

Arata se encontraba tranquilamente esperando sentando a que su compañero lo encontraba, todo se encontraba normal, hasta que desde atrás de el oyó una voz diciendo "¿Quien coño eres y que haces aquí?". Al oírla se voltea ya que parecía que era a el, al voltearse ve como un chico, cae desde el barco, con una daga en su mano dispuesto a atacar, sus ojos aprecian estar llenos de furia.

Arata esquiva el ataque dando un salto hacia un lado, mientra daba pasos hacia atrás y sacaba sus katanas, este se dispone a decir:

Pero ¿Que te pasa?

Dice para luego ponerse su tercera katana en su boca y se prepara para cualquier ataque.

Mierda lo sabia... el tambien se disponia a atacar asi que no podia ser otro que vino en busca de mi. Malditos angeles. No queria volver a empezar una pelea, ya habia tenido suficiente con Lyon y la pelea del bar esto ya era demasiado, pero la sangre me hervía y mi cabeza no queria hacerme caso. Mis actos eran presa de la rabia y el odio las mismas sensaciones que tuve cuando pelee con ellos en la tragedia de mi academia volvieron a mis pensamientos y eso no mejoraba mi estado.

- Dejadnos en paz!! Llegara vuestro momento. - Llevado por la ira lanzo ataques sin pensar en exceso en lo que hago, asi que seguramente el los esquivaria, pero no queria volver a pasar lo que pasamos. No... no queria! Me extraño mucho que usara tres espadas, era algo que no habia visto nunca. El debio entrenar mucho para poder dominarlo lo que quiere decir que era bueno en las batallas asi que no podia permitirme lanzar ataques como un loco. Debia relajarme.

Parecía que el chico no iba parar, Arata tendrá que hacer lo que trataba de evitar, confrontarse contra otra persona, parecía como si solamente lo odiara por tener alas,. El chico parecía estar muy furioso, lo podía ver en sus ojos, mientras se acercaba corriendo hacia Arata con sus armas en sus manos, agarrándolas fuertemente preparando un ataque, Arata lo esperaba atentamente a lo que hacia.

Cuando el chico logro estar lo suficientemente cerca como para para que sus ataques llegara, este comienza a atacar frenéticamente, eran muy facil de esquivarlo, ya que eran ataques muy simples, Arata cuando ve la oportunidad de actuar la aprovecha. El espadachín desvía sus ataques y en un movimiento veloz trata de coartarle el abdomen con una de sus katanas.