La letra pequeña, acuerdate de ella

Había un gran grupo de hombres, de todo tipo, algunos poseían una fuerte complexión, pero otros parecían valerse de sus propias habilidades. De todas formas, no parecía haber ningún tipo de novato, era un campeonato en Little Garden, y nadie de poca experiencia iba a ponerse en peligro en tan peligrosa isla. Las armas habían sido requisadas por los guardias del torneo, puesto que se distribuirían unas armas comunes, para "la igualdad de condiciones entre concursantes". Eran tres enormes barcazas llenas de personas, todas buscaban el mismo premio, pero solo había un premio, sería una lucha encarnizada. Todos habían sido informados de que tenían que llevar a cabo la caza mas grande. Algo le había olido mal desde el principio, pero no le parecía muy problemático, de mayores problemas había salido. Las barcazas arribaron pronto a su destino, impactaron sonoramente contra la costa, haciendo que la mayoría de los participantes cayeran al suelo por el choque. Un caracolofono sonó.

- Probando, probando, me oyen?, da igual, esta caza no es realmente lo que parece, si no una manera de comprobar nuestros productos-

Zefiro sentía que algo no iba bien, por lo que bajo su ropa comenzaron a moverse unos bultos, en el interior de esa barcaza no tendría problemas para defenderse, aunque ese no sería un gran problema puesto que los presentes no parecían capaces de hacerle frente, por lo que no necesitaría hacer uso de ello. El caracolofono continuó sonando.

- Tendrán que eliminar a cinco concursantes, además tendrán que cazar la bestia mas grande, porque esto será una competición al lo grande, no importa los medios que usen, solo necesitan conseguir cinco armas diferentes a la que ya poseen, si no nunca serán capaces de salir de esta isla-

La multitud empezó a bacilar, el ambiente normal acabo en máxima tensión, los que hablaban tranquilamente ahora se miraban nerviosamente buscando un síntoma de hostilidad.

El arma que a Zefiro se le había proporcionado era una simple espada, pero por muy simple que fuera siempre sería un arma capaz de matar a alguien. El había venido por el premio y estaba dispuesto a ganarlo. por lo que de un tajo corto al hombre que mas cerca tenía. Esto desencadeno una reacción de pánico que desembocó en un campo de batalla en el interior del barco. En aquella atmósfera de caos, Zefiro se mantenía relajado, muchos de aquellos cazadores no habían pisado nunca en su vida un campo de batalla. un hombre con mosquete apunto a Zefiro, pero este únicamente cogió al combatiente mas cercano y lo uso como escudo humano. La bala impactó con gran precisión en la cabeza del improvisado escudo. Zefiro dio una patada que mando el cuerpo en dirección al cazador, el cual evito chocar contra este, pero usando el cuerpo para cubrir su avance, Zefiro ya había cortado el cuello a aquel fusilero, apoderándose de su arma tras la acción. Nadie mas parecía advertir su presencia, por lo que se limito a robar una daga, cuyo usuario se volteo rápidamente para quedar ensartado en una espada, parecía que este prefería pelear con los puños, puesto que no había desenfundado su arma. Se dirigió a la salida, algunos sablazos intentaron alcanzarle, pero este los desvió rápidamente.

Cojió un par de armas del suelo, las cuales por puro nerviosismo no habían sido recogidas por sus vencedores, Saliendo del barco completamente intacto. Los marineros que antes habían conducido el barco habían desaparecido sin dejar rastro, por lo que denotaban que estos sabían los planes desde un comienzo. Bajo la cubierta aun se oían sonidos del combate, pero nada comparado con el principio. Zefiro cerro las de la bodega atrancando estas con todo lo que encontró, y prendió fuego al barco, cuantos menos fueran mas fácil sería de ganar el concurso. Salto a tierra desde el barco que empezaba a arder, el cual ardia mas rápido de lo normal, no debía haber sido bien tratado, aunque Zefiro estaba acostumbrado a tratar con barcos de guerra, por lo que pensó que no estaba preparado para soportar el fuego. En el interior parecía que ya se habían enterado de las llamas, por lo que los gritos se alzaron al cielo, el cual ya nada podia hacer por ellos mas que abrirles las puertas al mismo.

La isla parecía tranquila, se veía extraño el enorme árbol que esta soportaba, no se veían otras barcazas, debía ser por la gran espesura en la maleza. Zefiro no sabía por donde empezar a buscar a su presa, hasta entonces no había visto ningún animal por entonces. Usando un hacha a modo de machete, se adentró en la densa maleza, pero pronto se topo con un gran arbol, por lo que decidió empezar a escalarlo. se ato una daga a su bota, y acto seguido uso su espada y una especie de pico con cadena para ascender por el viejo árbol. Había dos personas combatiendo bajo el, pero ninguno parecía portar ninguna arma a distancia por lo que no prestó atención a ello, era extraño, parecía que no todos había hecho una masacre nada mas recibir las malas noticias.Zefiro continuó escalando, pero una de las armas que llevaba se le desprendió, en concreto una maza, y fue a caer cerca del combate, el cual se detuvo un instante por la sorpresa, la cual fue aprovechada por uno de ellos para acabar con su adbersario, mala suerte, pero la suerte siempre es un factor a tener en cuenta.

Zefiro exploró esa parte del árbol, pero no no encontró ningún animal, que demonios había pasado allí que no encontraba a ningún animal, debía de ser que se habían ido a zonas mas altas. Siguió buscando por el resto de aquel nivel del árbol, pero siguió sin encontrar nada, ¿es que los animales le sentían?

"Sienten que estas pudriéndote por dentro"

Instantaneamente, Zefiro cogió una daga y se la clavo en el brazo, eso le haría callar. Se vendo malamente el brazo y continuó, había perdido mucho. Tuvo una idea que podría resultar, era muy burda, pero funcionaría de seguro. Bajó usando el "pico con cadena" a base de cuerda para rappel. Fue dando saltos hasta que llego al suelo de nuevo a la planta baja. Entonces espero la señal preestablecida. Una explosión sonó al chocar un objeto de enormes proporciones contra el suelo.

Un enorme pájaro había caído de los cielos aplastando una inmensa superficie de maleza, el animal hizo uno o dos movimientos bruscos, pero acabó por dejar de moverse, puesto que su ultimo aliento de vida le abandonó. La causa había sido un hombre, el cual acababa de arrancar de las entrañas de la bestia una gran espada de dos manos, la cual volvió a ser envainada. Zefiro se había posicionado cerca, expectante de que su enemigo se mostrase, puesto que estaba en un punto muerto, no alcanzaba a apuntarle con el mosquete, pero finalmente se movió y acabó por mostrarse, dando un blanco imposible de fallar. Disparo, pero el mosquete exploto en vez de disparar, un fallo de fabricación. De todas formas, la bala continuó su camino, pero no atinó en su objetivo, el cual al oír el ruido salto hacia un lado, pero la bala, al estar muy desviada, acabó pegando le en un brazo. Zefiro salió a la carga de los setos para interceptar a su victima antes de que se recuperara del salto, pero su enemigo, hábil de si, desenvaino su pesada arma y bloqueó el tajo de Zefiro, este volvió a pegar un tajo desde arriba y fue bloqueado otra vez, tuvo que usar la segunda mano porque el brazo el cual había alcanzado era su brazo mas hábil."Craso error". Zefiro pegó una patada al estomago de su contrincante para empujarlo contra una roca. Manteniendo la presión para que no pudiera soltar el arma, saco una daga y se la clavo en el indefenso enemigo. El enemigo dejó de hacer fuerza y acabó tirado en el suelo. Zefiro cojió su arma, con esa ya eran tres. Cogió su arma, así volviendo a completar el su colección y puso su banderilla sobre el enorme pájaro.

La banderilla, como le habían indicado, debía colocarse sobre el animal cazado en cuanto se hubiera recolectado las cinco armas. Coloco sobre el pecho del animal dicha banderilla y esperó, se preguntó quien había sido aquel que hacía un control de calidad tan sangriento y de un nivel de ilegalidad que supondría la desaparición de la compañía al completo. Poco despues vino un grupo de hombres que comprobaron al animal y escoltaron a Zefiro hacia un puerto improvisado para poder atracar un barco, reconoció sobre el los marineros de su barco, pero no a los del resto. Escuchando conversaciones se enteró que los otros dos barcos habían naufragado y que muy pocos concursantes se habían salvado, pero por alguna razón no los marineros. Un hombre gordo y notoriamente mas adineradose acerco.

- Enhorabuena, eres el ganador de este fatídico concurso, le felicito, ademas le proporcionaremos un transporte para llegar a una isla cercana- era la misma voz que había dictado las ordenes del principio.

Lo subieron rápidamente en un barco cargando con su recompensa, parecía que lo querían alejar de aquel lugar.