De cacería

“¡Dios que dolor!” pienso mientras rozo mi cuello, lugar que me molesta de sobremanera. Inspiro de forma profunda buscando abrir todo lo posible mis pulmones para recuperar el aliento robado hace tiempo. Miro a mi alrededor, no sé donde me hallo. Norcissa me ha dejado inconsciente en el bar, antes. Lanzo un gruñido enfadado mientras busco a esa bruja con la mirada. Tengo unas ganas terribles de lanzar sobre su cuello y abrírselo a bocados.

—Joder, pues menos mal que aun no sabe lo de Jack —musito mientras intento localizarme. No tengo éxito y sigo igual de perdida que al principio—. Dios que bruta es la pobre.

La pantera lanza un gruñido de asentimiento mientras me levanto del suelo en el que me encuentro.

—¿Dónde... donde estoy? —pregunto en voz alta, esperando que alguien me conteste y me haga salir de mi estupor—. Mierda, maldita bruja.

Le sonrió a Kenner, comenzaba a pensar que no volvería a dirijirle la palabra.

-Una fiesta sin nosostros no es una fiesta. - le sonrió con amabilidad y cariño, siendo esa su primera sonrisa sincera desde que se unió a Norcissa y la primera que veía el peliazul en mucho tiempo.

Saltó hacía el interior del lugar, apoyándose en barandillas y vigas rotas caídas al suelo. Sus saltos eran ligeros y muy largos, lo que hacía parecer que flotaba en el aire.

Mientras que ellos buscaban y buscaban, una extraña sombra se movía por detrás del escenario, produciendo un extraño silbido que causaba escalofríos,la luna llena que estaba fuera y alumbraba todo de repente fue tapada por unas nubes, en eso, Namida despertaba aun mareada, sin darse cuenta de que estaba con sus compañeros en el antiguo burdel por el mareo, mientras tanto, bajo el escenario, donde se producía el silbido había una extraña entrada con una trampilla de la cual salía el sonido de una extraña caja de música que ahora comenzaba a escucharse, en medio de la oscuridad del lugar, ya que toda luz posible se había apagado,se escucho un estruendo,el escenario se derrumbo de pronto y la trampilla quedo expuesta....¿qué estaba pasando allí? no se sabía, lo único era que a todos los demonsfire les recorrió un escalofrío por la espalda y comenzaron a sentirse incómodos, ya que era como si el aire se hubiera congelado y se hubiera vuelto mas pesado, y entonces la caja de música sonó mas fuerte, como si les estuviera llamando...

Norcissa se acercó a donde provenía la musica, levantando los escombros a su paso. ( Fin de mi turno)

Observe a la chica despertando, la luna fue cubierta ya se hacía de noche o más bien era de noche con esa luna todos se movió cayendo al suelo, por suerte yo estaba sobre una viga observando desde arriba así que eso no me preocupo en lo mas mínimo esa música maldita música pensé que problemático mire a la capitana, yendo en su dirección suspire vigilando a la chica pantera y a Erza pero me quede allí sentado mirando a las jóvenes acercarse no me exponía por tan poco a menos que fuera necesario, me apoye sobre mis piernas y me incline un poco para mirar a ver de qué se trataba aquel lugar
-Que linda música…. Y muy conveniente… tsk

Un terrible escalofrío recorrió de lleno mi espalda. Escuchaba la música claramente gracias a mis, mejor desarrollados, sentidos. Y no me gustaba nada sentirlo. Era una bonita música, pero a la vez me ponía los vellos de punta. Maldición, piensa mi mente, todavía me siento algo mareada por culpa de la falta de aire, y eso se nota en mis torpes movimientos al levantarme.

Gimo mientras me agarro el cuello y chasqueo la lengua. Miro a los lados dejando que mis ojos se acostumbren a la oscuridad. Veo todo más claramente es tan siniestro. Me miro las manos, que más que manos son garras. Frunzo el ceño, no puede ser ¿Cuándo he comenzado la transformación? Le resto importancia y escucho una leve sonrisa de la pantera, parece satisfecha.

Agudizo mis oídos y me quedo quieta. Escucho los pasos de todos, el sonido del leve crujir de la madera. Veo como Norcissa hace volar los escombros para apartarlos de su camino y poder llegar así a su destino. Sonrío, se está acercando demasiado a la musiquita y me da mala espina.

Era desagradable, demasiado desagradable. Se quedó parada sobre una barandilla y agudizó aun más sus ojos, podía verlo todo con gran claridad y nítidez a pesar de la escasa luz.
Una trampilla apartada por donde salía la música. Miró a sus compañeros ¿La habrían visto?

Saltó desde su posición hasta caer con suavidad frente a la dichosa trampilla, que era bastante pequeña, no le hacía mucha gracia tener que abrirla.

Los piratas abrieron la trampilla y se sorprendieron al ver que aquello era bastante profundo y espacioso, tanto o mas como para que todos entraran, al abrirla la música se intensificó, como si les llamara, atrayendolos hacía la oscuridad del lugar, uno de los piratas enciende una pequeña lampara de aceite que hay cerca y entonces podéis ver el inmenso cuarto, parecía un camarote de lujo, una inmensa cama, un despacho costoso y un cuadro en el cabecero, una pareja sonriendo, la mujer era aquella pirata que había muerto, una hermosa mujer de largos cabellos rubios, tan claros que casi parecían blancos, y de ojos del color de la mar, a su lado un hombre de cabello negro y ojos verdes la abrazaba, la imagen parecía tierna y dulce,de no ser por el corte horizontal en el lienzo que cortaba la estampa, al lado del despacho un inmenso cofre esperaba, uno de vosotros lo abre y en el hay joyas de distintos metales, piedras, colores y tamaños, pero todas parecen estar guardadas con un cariño y detalle especial, en el cofre también hay una carta, extrañados la abrís y la leéis, diciendo esta lo siguiente:

No puedo mas, estoy llegando a mi final y lo se, en este cofre descasa lo único que me ha importado en esta vida, mas que el cariño y el amor que el me demostraba, todos los regalos que el me hacía descansan en este cofre, el collar de mi cumpleaños, el anillo de compromiso, los pendientes de nuestro aniversario, todo esta aquí, junto a mis lagrimas y a mi dolor, cuando él murió en el mar para no volver me centre en el burdel todo lo que podía, intentaba evadirme pero no sirvió para nada, notaba que poco a poco mi fin se acercaba, pero esperaba un hijo, un pequeño del y mio, y tengo la esperanza de que seas tu el que este leyendo, esta mi ultima memoria, y que dejes mis recuerdos entre estas paredes, donde todo sucedió, entre las paredes del Ancla Roja...

Me despido con el deseo de que algún día, pueda descansar en paz y estar junto a él, mi querido Alfred y así, reunirnos para siempre...

FD: Celeste Lamber

Al acabar de leer la carta se escucha un estruendo y el como la música para de repente, el ambiente comienza a volverse mas pesado y frío de lo que ya estaba y ahora los piratas tenían dos opciones, dejar el cofre ahí y respetar la última voluntad de la joven o llevárselas y acatar las consecuencias...

Los ojos de Norcissa se incharon de furia y decepción, mientras su presencia sombría inundaba la estancia.

-?¿¡ QUE MIERDA ES ESTO?¿¡- gritó, esperaba un tesoro más allá de joyas despues de tanta tontería de ir a un lugar a otro, despues de tanta fama.

- TODOS FUERA. AHORA.- ordenó, mientras apretaba sus puños, muertes, tiempo, todo malgastado, iba a ir a matar a ese otro capitán, tanto por reputación, como por haberla ilusionado inutilmente comenzando la competición por quien encontraba antes el tesoro.

Cogió la carta y comenzó a leerla en voz alta.

-Pues vaya. - dijo al acabra, doblando el papel y dejandolo sober una mesa.

Debía reconocer que estaba un tanto decepcionada, aunque si bien la carta era una historia tan bonita como triste, las bonitas historías no llenaban los bolsillos.
Aunque seguramente nadie estaría tan decepcionado como Norcissa, y teníendo en cuenta como era ella, debía estar subiéndose por las paredes. Aunque la entencía, tantas vueltas dadas y tantas personas asesinada para esto.

El aire comenzó a pesar y la pirata ordenó que saliesen de allí.

No dijo nada y la siguió, a saber que pretendía ahora, provablemente matar a alguien.

Norcissa estaba que parecía echar humo por las orejas, literalmente. Estaba realmente furiosa por haber perdido el tiempo en una nimiedad como esa. Joder, si se ponía así por un tesoro... ¿Qué pasaría cuando se enterara de que había abandonado a Jack? Me resulta extraño que todavía no haya preguntado por él. Frunzo el ceño y niego con la cabeza es mejor así. Por el momento sé que mi vida va a durar un poco más.

Con él había desaparecido mi... ¿Esclavitud? Ya no le debía nada a Norcissa y ella solo era ya mi capitana, mi vida había vuelto a pertenecerme a mí. Si lo pienso un poco es algo extraño, no tengo información de Jack desde que lo dejé en la base y eso me preocupaba más de lo que Norcissa planeara para mí cuando se enterara.

Tras escuchar la carta, cuyas palabras había ignorado en su mayoría le dirijo una mirada al cofre. Suspiro mientras vislumbro un par de joyas que dicen ‘cógeme’. Sonrío mientras todos salen. Tomo la carta, que ha vuelto al lugar en el que se hallaba al principio y la leo atentamente. Según sus palabras no desea que esas joyas salgan de esas viejas cuatro paredes y yo le iba a dejar un último regalo antes de marchar. Dejo la carta en el interior del cofre, lo cierro y lanzo una sonrisa al aire.

—Ojalá pudieras reunirte con tu amor en el otro mundo —salgo por la trampilla y mi forma híbrida ya estaba ahí. Con un fuerte golpe hice que la trampilla fuese inaccesible para nadie más—. Mucha suerte de aquí en adelante.

Salgo por la puerta ya en mi forma humana y me uno a mis compañeros.

Era triste, y tampoco podía decir que no entendía a la mujer de la carta. Aunque para Norcissa, que solo creía en el poder y el dinero, algo como aquello no valía nada si no podía llenarse los bolsillos.
Se paró medio camnio y miró atras. Vio a Namida releer la carta y con una sonrisa triste dejarla en el cofre y cerrarlo. Todos tenían problemas de algun tipo, y podía asegurar que la pelinegra no era la exepción, quizá debería tomarse un tiempo en intentar conocerla.
Siguió su camino, saliendo del lugar y viendo como la pelinegra se aseguraba de que nadie más entrara a aquel lugar, parecía que incluso quería protegerlo.

-Vamos. - le dijo antes de salir del lugar, bastante por detrás de Norcissa, que se había largado propulsada como una loca.

-Fin de la misión niveles dados a cada uno, en total 6 a cada uno ^^-