La vida de Scott Anderson continúa. La obtención de una gran habilidad.

"Tras el conflicto que esos idiotas piratas causaron en Loguetown mi vida cambió radicalmente. Ahora el resto de mis camaradas me respeta, mis enemigos me temen y una medallita de honor se haya limpia y brillante colgada en mi traje azul preferido. Aunque parezca mentira ya ha pasado casi un año después de que pasase al mandato de la peculiar Capitana Pauline y cuatro meses desde que abandoné la ciudad del alfa y del omega. La isla del principio y el fin de Roger, el auto proclamado rey de los piratas.

Diréis que por qué abandoné mi puesto cuando ya lo tenía todo ganado. Pues bien, me aburría. Y mucho a decir verdad. Otra persona que hubiese ganado todo lo que yo se habría dedicado a sentarse en un sofá de cuero, a comer rosquillas de chocolate y a engordar mientras su cuenta del banco quedaba repleta de dinero. Pero mi naturaleza activa me prohíbe de tales placeres y mii baja autoestima me obliga a buscar diferentes y descabelladas maneras de sentirme importante por una vez en la vida. ¿Sabéis qué locura hago ahora? Estoy tratando de aprender el Soru."

Scott Anderson se despertó de repente. Había alguien más en su habitación improvisada observándole.

Había ciertamente alguien que le observaba desde el umbral de la puerta. Era una silueta humana femenina pequeña que agarraba con firmeza una espada y una sartén. Mientras la cabeza de Scott comenzaba a despejarse, abundantes recuerdos le vinieron a la cabeza. Además de una gigantesca sensación de estar en peligro extremo. Y entonces ocurrió lo inesperado...

La figura de la puerta pegó un salto tremendo en su dirección con su arma blanca por delante. Parecía que iba a intentar cortar por la mitad a Anderson. Por puro instinto el ex-pirata se apartó rápidamente. La espada cortó la cama del marine por la mitad.

-¡Buenos días! ¡El entrenamiento de hoy acaba de empezar! ¡Vamos, lucha!- Dijo la... ¿niña? Pues sí, era una niña de 11 años quién había tratado de asesinar al pobre peliazul... por la cara. Pero no era una niña cualquiera, de hecho, era una maestra de combate muy respetada en la marina porque en los dos años que llevaba como instructora había convertido a innumerables inútiles soldados de la armada en diestros y expertos luchadores. Aunque su prestigio disminuía cuando a veces sus aprendices terminaban en el quirófano a causa del intenso proceso de entrenamiento.

Por suerte, Scott se había librado de aquel destino gracias a su magnífica suerte.

El combate duró tres minutos aproximadamente. El ganador... fue ganadora .

Scott Anderson estaba muy enfadado, pues si perder contra una mujer ya se considera una deshonra, el perder contra una niña es ya de por sí una humillación inmensa. Suerte que no había nadie cerca que contemplase la escena.

-Tienes 30 segundos para salir de esta cabaña.Pasado ese tiempo, la dinamita que he colocado estratégicamente volará por los aires esta chabola y todo lo que haya dentro.-

Dicho esto, la maestra de 11 años de edad salió de la "chabola" donde el ex-pirata había pasado la noche con un Soru y cerró la puerta con llave.

-¡¿Qué?! ¿Primero me manda construir esta cabaña de mala muerte en menos de un medio día y ahora va a reventarlo con bombas? ¿Está loca o qué?-

Como se puede apreciar, el período de entrenamiento estaba siendo muy pero que muy duro. Se podría afirmar que el joven marine estaba continuamente en peligro de muerte.

Pasaron dos días después del incidente de la cabaña explosiva. Scott se había salvado por los pelos de una muerte segura y ahora se encontraba dentro del Patio de la Primera División comiendo algo para reponerse. La mayor parte de los entrenamientos que su mentora le obligaba a realizar daban lugar en una selva próxima.

¡BANG!

Un proyectil de pistola rozó el cuello de Anderson. Unos milimetros de más y ya podrían haber llamado a la funeraria. La persona que había realizado el tiro no era otra que la endiablada niña de las narices , que por cierto se llamaba Cindy.

-¡¡¡Se puede saber por qué has hecho eso!!!- Scott estaba furioso. -¡¡¡PODRÍAS HABERME MATADO!!!-

-El enemigo nunca duerme, recluta. Recuerde eso.-

-¡¡¡¿¿¿Cómo te atreves a decirme eso???!!! ¡¡¡Te voy a enseñar a asesinar de verdad a alguien!!!- Dicho esto sacó sus dos bisturíes de combate y se dispuso a asustae a Cindy, pero ella simplemente dijo:

-Shigan.-

Y el ex-pirata vio las estrellas, pues la niñita de 11 años acababa de "agujerearle" la tripa con un dedo simplemente.

-Tú te lo has buscado.- Dijo la niña. -Dime, ¿por qué quieres aprender el Soru si no pones el empeño suficiente para conseguirlo? ¿Crees que es así de sencillo conseguir una habilidad de tal calibre? Yo he llegado a donde estoy mediante un entrenamiento tan duro que no podrías ni imaginarte. ¿Quieres el Soru? Bien, pero dime, ¿aceptas el reto?-


Scott estaba a punto de desmayarse a causa del intenso dolor. Necesitaba asistencia médica. Su visión se nublaba... Estaba a punto de desmayarse.

-... mierda... de acuerdo, acepto... pero ayúdame...-

Todo se volvió negro de repente.

Pues no, Scott Anderson no murió. Porque entonces acabaría la historia del Asesino Médico y eso no sería divertido.
Tras ese incidente transcurrió un tiempo hasta que el ex-pirata pudiese volverse a poner en pie. Desde ese instante su entrenamiento se reanudó:

-Cada mañana al despertarse, Scott recibía un ataque diferente por parte de Cindy como "buenos días"... Lo cual hacía que cada noche conciliase un sueño muy inquieto y plagado de las pesadillas más demenciales que uno pueda imaginarse. En una ocasión, Cindy le "atacó" colocándole arsénico en el desayuno... Scott tuvo suerte de tener el estómago revuelto aquel día, ya que se salvó del envenenamiento que le esperaba latente en su comida.

-Después del desayuno, Cindy llevaba a Scott a la selva próxima al Cuartel, durante el camino hacia el lugar de entrenamiento, Scott debía llevar corriendo 30 kg de carga encima.

-El lugar de entrenamiento era un claro bastante iluminado en medio de la exuberante selva. Ahí Cindy obligaba a Scott a levantar pesas, hacer flexiones, lumbares, más flexiones, estiramientos, más flexiones, abdominales, más flexiones... Hasta acabar el marine exhausto.

-Entonces tocaba reponer fuerzas, durante la comida no solía haber ningún ataque chungo de Cindy. Después de comer, la mentora de 11 años le proponía varios juegos de lógica que daban un dolor de cabeza. Así mismo, también le forzaba a realizar varios ejercicios de concentramiento.

-Tras el tedioso descanso-trabajo mental, había que acondicionar el cuerpo por segunda vez. Aunque de una manera menos intensa, para que Scott pudiese conservar energías más adelante. Esta vez, el calentamiento se limitaba a preparar el cuerpo para el Soru en cuestión, para ello había que trabajar sobretodo con los músculos de las piernas para que no quedasen destrozadas tras la técnica. Si tu cuerpo no está preparado para asimilar una técnica tan compleja como el Soru, terminará irremediablemente destrozado tras usar la misma, por eso Cindy se había asegurado de reforzar enormemente la resistencia de S. Anderson durante el proceso de adiestramiento.

-Tras el calentamiento número 2 del día, tocaba practicar el Soru. A Scott todavía no le salía completamente bien, de hecho, le costaba lo suyo regular la velocidad... Durante todo el periodo de entrenamiento solo había conseguido igualar la velocidad media del Soru solo dos veces durante unos nanosegundos o por el estilo... Pero total, algo es algo.

-El Soru terminaba cansando al joven marine y bastante... Todavía debía acostumbrarse al asimilamiento de una técnica de tal magnitud. Cuando la noche caía, daba comienzo una de las actividades más peligrosas del día. Cindy la llamaba: "El juego de la supervivencia". En ese juego, Cindy se colocaba unas gafas de visión nocturna muy avanzadas y atacaba a muerte a Scott mientras este corría para llegar al Cuartel sano y salvo.
El peligro radica en eso, que Cindy iba a muerte. Anderson comenzaba a creer de veras que la niña era una psicópata.

-Al llegar al Cuartel, "El juego de la supervivencia daba fin" y Cindy desaparecía hasta el día siguiente... Cuando se reanudaba el entrenamiento.

Pasó una temporada hasta que Scott Anderson lograse dominar el Soru. Su entrenamiento había finalizado: Había reforzado considerablemente su cuerpo, aunque la mayoría de sus ropas se habían roto durante el entrenamiento... Ahora podría irse de nuevo a la base marine de Loguetown junto a sus camaradas. No obstante, Cindy le indicó que todavía debía superar una última prueba.

La prueba final consistía en una serie de situaciones peliagudas en las que debería emplear el Soru recién aprendido para sobrevivir a las mismas. Si conseguía superar las pruebas, el Asesino Médico sería digno merecedor de esa habilidad. Si no las conseguía superar, moriría.

El plazo de preparación para las pruebas sería como máximo de tres días...

¿Qué tendría en mente la demente mente de la demencial Cindy?

Ni bien terminó el plazo de preparación, Cindy se presentó ante Scott Anderson cuando este se hallaba calentando en el gimnasio (vestido con un chándal... Como no, azul) y le informó de que serían 3 las pruebas, y de que daban comienzo dentro de un minuto. Dicho esto desapareció por el umbral de la puerta...

El marine se secó el sudor de la frente con una toalla y bebió un poco de agua de su cantimplora y se tomó un respiro de 30 segundos antes de salir al exterior... Pero algo no marchaba bien en el patio del gimnasio... Mucho silencio... De hecho, dentro del gimnasio solo había estado él entrenando. ¿Dónde estaba el resto de marines?

De repente percibió un sonido peculiar... Como si alguien... Estuviese preparándose para disparar un arma de fuego... Scott se volteó para casi quedarse en shock tras ver a 30 reclutas apuntándole con sus respectivos fusiles...

La voz de Cindy retumbó entonces por la zona... Acababa de dar la orden de disparar a matar a Anderson...

-Oh, mierda...-


La primera prueba... Acababa de dar comienzo...

Scott Anderson esquivó los proyectiles fácilmente con su Soru, pero tuvo que irse pitando de la zona porque los reclutas seguían disparándole a lo loco. No obstante, la segunda prueba no tardó en hacer acto de presencia en pocos segundos, porque ni bien se encontraba el marine en plena huida cruzando un puente colgante en la selva, dos explosiones se produjeron en ambos extremos de la estructura, precipitando el mismo puente al vacío... Hora de usar el Soru, obviamente, pues solo con el Soru tendría Scott una mínima posibilidad de llegar al otro lado evitando morir...

Y lo consiguió, vaya que sí lo consiguió, pero no tuvo tiempo el joven recluta para tomar un poco de aire, porque delante de sus narices apareció un tipo de 2'50 m todo "cachas"... En otras palabras, un gorila al estilo Oleg de Saints Row: The Third

Spoiler:

Ý claro está, la última prueba consistía en derrotar a ese saco de melones en un combate cuerpo a cuerpo... Pero diremos todos ¿y esto qué tiene que ver con el Soru? Pues que el Soru puede ser usado para coger un impulso brutal y amplificar la eficacia de los golpes a lo bestia, en este caso del flacucho Scott Anderson...
Ese gorila tenía la misión de liquidar al ex-pirata, claramente... Pero ya sabéis quién ganó, como suelo mencionar, si Scott muere, la historia ya no tiene gracia porque acaba... Y esto no es el fin XD.

Bueno, aquí acaba todo, Scott Anderson logró asimilar el Soru y sobrevivir a las pruebas de supervivencia de Cindy. El gorila tuvo que quedarse unos días ingresado en un hospital a causa de una rotura sin gravedad de sus costillas.
¿Y ahora qué?
Bueno, el Asesino Médico vuelve al servicio de la marina en la base de Loguetown... La historia continúa .