¡Un loro os enseñará modales!

Y tras aquella extraña aventura con la gigante... llegó la paz... que no, por dios, es broma, que paz ni paz va a llegar.
-Poly.

Ahora tenían planeado cambiarme de isla, esperaba sinceramente que fuera en Grand Line, tenía ya ganas de irme debido a la promesa de las galletas...
Pensó, mientras de la comisura de sus lab...¿ los loros tienen labios?, como sea, de su pico caía una pequeña babilla. Pero hubo algo que le sacó de su trance, de un callejón salieron dos sujetos... dos horribles sujetos criticando a la Marina. La Marina que les defiende a diario y vela por su bien. Y esto, no podía quedar sin castigo.

Uno, rubio, ojos color miel, en la plenitud de la juventud y el salvajismo de las hormonas, uno de estos jóvenes que se rebelan en contra de todo y de todos, para conseguir lo que quieran, bastardo egoísta...

El otro era de la misma calaña... pero en feo, y en pelirrojo... ¿he dicho ya que era feo?; pues más feo, es como en la mañana de Navidad, te pegaran con un saco lleno de piedras en la cara, era más feo que pegarle a un padre con un calzoncillo sucio, así de feo.

- Si no fuera por las muchachas en esos uniformes, cogía y me rebelaba en contra de esos gilipuertas.
- "Xaxto" tío, pa" mi es lo único bueno que tienen los blanquiazules esos.

Mientras tanto, ya había subido al tejado, gociendo una teja sueltecita. En un momento me paré y pensé, joder, es una teja, a lo mejor me los cargo....

- Y encima luego están pa na, porque los piratas no son malos ni na.

Ahí ya... ya ahí ya... malo. YA eso ya... ya eso ya no. Al horrendo es al primero al que le caerá la teja. Me posicioné, esperando el momento justo para soltar la teja. Y así lo hice, mientras se precipitaba al vacío y se cernía sobre la cabeza de mi enemigo... pero se me olvidó algo muy importante... el soltar la teja.

Y así fué como Poly calló conjunto a la teja que se partió en el craneo del horrendo; quedando el pequeño loro sentado en su cabeza, mientras el cuerpo de su montura caía hacia delante y quedaba incosciente.

Poly se bajó de la cabeza de su ex-montura, para observar a la cara del joven que recién acababa de salirsele los ojos comicamente de la brutal impresión.

-...- las miradas se cruzaron, Poly se mantenía sin tenerarse de nada, mientras aquel apuesto personaje seguía grillado.

Pero pronto surgió una verdad.
- Tienes una cana.- señaló a la melena de su enemigo.
- Que demonios?- sacó un espejo y la quitó, cayendo luego en que...- coño, un loro que habl.¡... Eh y el loro?

Poly se había escondido en el unico sitio donde nadie se le ocurriría, detrás del pie del enemigo, ligeramente hacia la derecha, incluso se podía ver su pico... pero para el enemigo, permanecía invisible.

Ahora tenía que vengarme del otro... en nombre de la marina... pero mientras me quede aquí no podrá verme... he de pensar en un plan...
El joven alzo el pie y miro al loro.
-...te crees que soy tonto?¡- dijo mientras su lengua oscilaba en el aire, y sus ojos se remarcaban , fruto de la ira.
- Pues si, tenía esa ardua creencia- asintió comicamente el loro.
Y así, una persecución fue iniciada.

El polvo de las calles se levantaba con la carrera, ciertamente debían de limpiar la calle más a menudo.Un rápido Poly corría por el suelo comicamente esquivando los constantes ataques de su perseguidor. Por suerte, el tamaño importaba, las diferentes barreras propia de la calle, como cubos de basura, gente realizando sus actividades cotidianas y puestecitos de tiendas daban la ventaja a nuestro querido pajaro.

-...maldito... loro...-dijo apoyandose en una cesta del mercado, recobrando el aliento que le había sido arrebatado.
- ¿Un plátano, que son ricos en potasio?- Poly estaba en el propio tenderete, agarrado bocaabajo con sus patas, ofreciendo un plátano picoteado y semicomido.
-...está bien- suspiró el rubio, cogiendo el platano y comiendo los restos, cansado.
-...eh, en el guión pone "No, no quiero platano" en tono enemistoso y que luego saltabas para capturarme, esquivaba y te hacías daño....
El joven alzó una ceja

- A ver, no se puede ir improvisando así porque si.- Poly se bajó del tenderete, sentandose en una minisilla en la que ponía su nombre, sacandose unas minigafas de sol a saber de donde y poniendoselas, cruzando sus patitas.- Así no se puede trabajar, por favor... !y a ver cuando me traen mi leche con galletas¡

Miles de gotas asomaron tras la testa del enemigo.
- Por favor, no eres capaz de engañarme, es obvio que te has comido una fruta del diablo...
- ¿Tanto por un plátano?- dijo mientras sacaba un miniperiodico, ignorando al rubiales.
- !NO ME REFIERO A ESO¡- gritó comicamente, con su lengua fuera, tipico gesto del universo en el que nos encontramos. Luego se llevó la mano al pelo, recolocando bien sus mechones.- Me refiero a una fruta del diablo, una akuma no mi... una fruta capaz de dar poderes, aunque quitan la posibilidad de nadar...
- Ni que los loros nadásemos...- cambíó de pagina en el periodico.
- ¿Pero tu no eres un loro... verdad?

Aquellas palabras parecieron acertadas, Poly se quedó quieto...
Sonrió , triunfante, aquel enemigo que había desenmascarado una incómoda verdad, aunque de cierta manera, mentira.
Loro... mujer... mujer... loro... ¿qué era?. La colisión de los dos mundos había empezado... al igual que tiempo atrás hubieronse diferido... pero no, no era el momento para que chocaran definitivamente.

- Paparruchas- dijo un Poly vestido cual Scrooch de aquel bendito cuento, con tono viejuno.
-...vaya, parece ser que he acertado...-se agachó-...no sabía de alguien con fruta Zoan por estos lares... tu forma híbrida ha de ser muy poderosa para mostrarse... verdad
Hizo una pausa. La cual no duró en tiempo real más que segundos... pero en la mente de Pauline parecían ser muchos eones más.
-...que te parecería... si con tu poder... y mi cerebro, llegaramos a lo más alto de todo... conseguir todo lo que queremos... qué es lo que te interesa? ¿Poder, dinero, mujeres? Todo podría ser nuestro en este pueblo, esos marines no serían capaces de oponer resistencia, y esta, es la era de los corsarios...

¿Razón en sus palabras... o tal vez sólo egoísmo? La mente de Pauline pareció colapsarse por unos segundos... imágenes del pasado, venganza...

-...todo, podría estar... a un simple paso... un camino lleno de todo lo que has querido...todo lo que podrías llegar a querer jamás...

¿ Quién era este ser...? Corruptor, tentador... hablaba con palabras de oro, avecinando un camino lleno de... al fin y al cabo, de felicidad...

-...estás diciendo... que te enfrentarías a la Marina... para... conseguir lo que quieres...?- Por una vez Poly estaba algo sombrío.
- Exactamente. En estos tiempos no tenemos que depender de esa gente, podemos hacer lo que queramos... siempre que tengamos el poder para hacerlo.

Suficiente, una traición a la Marina por parte de un civil era el suficiente pecado, además, habíame confesado en primera plana sus intenciones.
Aunque me veía recluida en esa forma... ahora, no tenía porqué guardar las apariencias.

El sonido hueco del cuerpo chocando contra el suelo tras abrirse la puerta hizo que todos los reclutas miraran hacia la puerta. La cara sangrienta, los dientes rotos, y una espalda doblada a base de patadas, pobre infeliz, pero ese era el trato que merecían los que desafiaban tan inpunemente a la marina.

Los que desafiaban tan inpunemente a la propia vida.

Las reacciones fueron varias, algunos prepararon sus armas al ver la figura de la mujer que había traído y arrojado el cuerpo del civil, otros reaccionaron de una forma menos combativa, mientras sus otras "armas" se cargaban

- ¿!Quien es usted?¡- apuntaba uno de los del primer grupo.
- No le apuntes, veamos primero que es lo que quiere esta señoriiiiita- alargando la cara roja, del segundo grupo.

Pero Pauline seguía acercándose para ir a sus estancias, ignorando el que la apuntaran, algo que puso nervioso a los armados.
A uno de ellos se le escapó el gatillo, pasando cerca del pelo de Pauline, moviendolo.

- IDIOTA, ES LA CAPITANA PAULINE- gritó un recién llegado, de mayor rango; pero ya había empezado la danza.
-...do the conga...- es lo que se escucho tras haberse posicionado en la espalda de un asustado recluta. Temblaba, soltó el arcabuz, empezando a llorar.

- Procura no volver a fallar un tiro.- su voz era mucho más grave, pero fue descendiendo, a medida que volvía a su forma humana; se desplomó, llorando, mientras algunos retrocedieron pasos enteros.

Volvió a su estancia, a descansar, demasiadas emociones se alojaron en su corazón ese día, necesitaba meditar... despejarse.