Loro guardián.

Bien, ya casi acabamos el día en el cuartel, y esta noche ¡Fiesta!, que ganas tengo de ir para bailar, no se nos dan muchos días de asueto, así que hay que aprovecharlos al máximo. Y ahora tras limpiar todo el maldito cuartel y ordenar papeleo, solo queda mi tiempo de comer, y para el cuarto que se me había asignado, a elegir ropa para esta noche. Que bien, hoy me había puesto té y unas galletitas de mijo...

Y entonces Poly empezó a beber un largo trago.
- Bueno, Poly hoy como ha surgido una misión tienes que hacerla tú, te ha tocado.- Poly expulsó el té como si de una fuente se tratara, empapando al otro cadete... luego paró momentaneamente, pero parecía solo un descanso para beber otro poco y terminar de escupirle el té entero.
-...muy buena broma.- dijo Poly levantando una pluma a modo de ceja.- ¿Ahora en serio, a que hora empieza la fiesta?
El recluta se quitó su gorra, escurriendola, mirando a aquel loro que acababa de empaparlo, por suerte aún iba con el uniforme, y no era la ropa que iba a usar esta noche, si no hubiera tomado medidas.
-...te ha tocado, todos hemos sacado una varilla y la que quedó era la más pequeñita, como no estabas era la que se te asignó.- Quizás se lo creyera... aunque era algo tan absurdo que ni el mismo podría creerselo, no era bueno al mentir, nunca lo fue...
- Tiene sentido...- el cadete se calló de lado, impactado por la reacción- Pero yo quería ir a la fiesta...-concluyó empezando a llorar comicamente.

Pero pronto el silencio se perturba, y mi descanso ha de finalizar.

La puerta trasera está siendo forzada, muy patosa y rudiosamente; los culpables, dos ladrones que aprovechando el día festivo intentarán hacerse con la mayor cantidad de objetos caros posibles.
- Ya casi está...- el más bajito de los dos era un hombre delgado, de metro treinta, realmente parecido a una rata, inclusive los bigotes que portaba sobre aquella nariz ganchuda.
-...oi.- el otro se asemejaba más a un bulldog, algo más alto y ancho de hombros, corto de piernas, su cara no era más que un cúmulo horrible de cicatrices.
Uno porta una daga llena de herrumbre, el otro un gran mazo, ambos una codicia sin límites.

Van entrando en la sala ante la atenta mirada de mí... el enmascarado... BatPoly... ya me había cambiado en cuanto había oído el estropicio, así que ahora simplemente estaba escondido tras la lampara, con mis Polymeranes preparados... conseguiré echarlos de allí.

Y Poly lanzó sus polymeranes, que no eran más que trozos de galletas mordidos, ante lo cual los ladrones solo alzaron la vista, viendo a aquel loro disfrazado con capa y máscara.
- Oi...rico.
- ¡No te comas mis Polymeranes!

Poly se engarzó a la cara del encarajotado, abriendo su boca con las patitas y viendo como sus preciadas y sabrosas armas bajaban por su gaznate.

-...-una cara de penita épica, viendo como en aquel vacío caían sus galletitas- Bueno, que se le va ha hacer.- y se tiró justo en el momento en el que aquel mastodonte iba a usar su maza, haciendo que impactara contra su propia cabeza y dientes.
- Mi boca...-dijo entre dientes por el dolor, tapandosela e inclinandose hacia delante mientras algunos dientes y sangre caían.

Mientras tanto el otro había saltado en búsqueda de la venganza de su amigo, cogiendo a Poly cual muñeco, quedando solo la cabeza de este fuera de la mano del captor.
- Maldito loro, repitiendo siempre palabras y dando porsaco.- al parecer el captor no era muy amigo de los pájaros.
- Creo que se equivoca, mi buen señor; tengo la locución apropiada para llegar a producir frases complejas expresando ideas bastante dificiles. Cómo por ejemplo podría explicar la siguiente y tonta acción que has hecho.- la cara del captor reflejaba el claro pensamiento de " Que demonios, un loro que habla"- la cual se trata de cojer a un loro con la mano desnuda- terminó con un tono inglés, mordiendo la mano de su captor, quien soltó tanto a Poly como un grito de dolor.

Poly aprovechó la escena para huir por la casa, mientras los criminales heridos, estaban quejándose de dolor y forjando su furia.

Ambos se levantaron, ya acabaron los juegos; el odio, furia, aquel loro debía de morir.

-...hermano, vamos a terminar con ese loro y luego robaremos las cosas.
-...oi.
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- ♫ Preparando la trampita, preeeparando ♫- canturreba Polly mientras se aseguraba que la ultima gomilla interconectara con todos los sistemas de lanzamiento, engarzados a su pico. La cocina había sido saqueada para sacar todos los cubiertos punzantes, y alguna que otra cuchara, para engarzarselos a sí mismo mediante gomillas y terminar el disfraz.
"Poly" Dangerous Cannonball. > Poly acarrea los objetos mas peligrosos engarzándoselos a el con gomillas elásticas para luego conjunto a un tirachinas lanzarse hacia el enemigo, soltando las gomilas en el aire provocando una lluvia de perdigones cuberteros.(Disfraz)

Pronto, abrieron la puerta, rápidamente, activó el sistema, saliendo volando conjunto a los cubiertos. Siendo todos estos disparados malamente hacia los lados, sin impactar en el enemigo, pero dejando las paredes de la cocina... pues mal. Poly fue lanzado hacia la cara del mastodonte, parandose al impactar su pico contra el entrecejo del mismo. Ambos se miraron a los ojos, aunque el butarate parecía algo, impactado; Poly sonrió levemente, soplando, mientras el mastodonte se caía hacia detrás, incosciente. El golpe había sido tan brutal que había provocado una leve contusión cerebral al pobre desdichado, el plan no había salido como tenía previsto, pero al menos se había quitado a uno de los dos enemigos.

- ¡HERMANO!- exclamó el pequeño, mientras se lanzaba a por Poly, daga en mano y furia en el corazón.

- Corre corre corre- exclamaba Poly mientras la persecución digna de cualquier caricatura se iniciaba, hasta que porfín, consiguió despistarle.

- Ven lorito, lorito...- en el pasillo, agazapado, andando con cuidado, daga en mano.
- Ni que fuera a ir...- Es que de verdad, ¿que clase de estúpido se acerca a un tipo con un arma? Es como esas preguntas estúpidas de: ¿Estas dormido?, o ¿Hay alguien ahí?, a ver, si estoy dormido no te voy a contestar, y si hay algún ladron no te va a decir estoy aquí.
- Te daré una galletita- claro, como que fuera yo a ir...
- ¿Un momento, que hago aquí?- se encontró Poly sorprendido frente a la "rata", con su ala extendida.

Ahí fue cuando todo se tornó negro.

La daga se cernío sobre Poly, cortando sus plumas y perforando levemente su piel, un pequeño corte. No se movieron, simplemente permaneció sombrio, mientras el roedor intentaba sacar la cuchilla del suelo.

Y la figura se alzó dejando su máscara atrás.

Una patada se descargó sobre el cuello del maleante, dejandolo incosciente, pero su tortura no terminaría ahí. Despertó, en la bañera de un lujoso baño, se sentía extraño, sin fuerzas, mientras la figura de una mujer desnuda estaba a su lado, sentada en una silla.
-¿...que demonios?- su voz suena débil, herida, impotente.
- Tienes que contestar rápido. He realizado una multitud de cortes con bisturí, no lo suficientemente profundos para que mueras, pero sí para que mi... interrogatorio resulte eficiente. ¿ Has cometido algún crimen aparte del de robo?
- No voy a contestarte a eso, cacho de furcia en bolas.- bueno, ante esa negativa simplemente se le aplicó un poco de vinagre por encima, provocando un dolor inmenso debido a los cortes; el grito fue atroz.
- Repito...
Las negativas se dieron en tres ocasiones más, que fueron castigadas.
- Maté a una persona... pero fué sin querer, estaba borracho...
- ¿A quien?
- ...era, un niño... lo oculté.
Un pobre niño, puro, inocente, aunque supongo que hay algunos que no tanto, y merecen una patada en la boca, pero no una muerte; el asco que me provocaba aquel ser me permitiría matarlo... pero eso no estaría bien visto por mis superiores... podrían tomar medidas que no me convienen.

Pero eso no quitaba que no pudiera acabar el vinagre.

El tiempo justo antes de la llegada de su salido superior fue invertido en esterilizar el material médico y limpiar lo suficiente para que no se notaran los desperfectos en la casa; aunque por desgracia, o ventura de su superior se le olvidó de hacer algo muy importante.

La puerta se abrió y tras el un exasperado, recién sacado de la fiesta Thor. Avanzó por el pasillo hasta el salón mascullando mil y una maldiciones hacia el loro que lo había sacado de su salsa, y que seguramente no había pasado nada.
- A ver Poly, que demoni..ni...ni...- su voz se fue entrecortando ante la visión de la ropa olvidada. Los maleantes estaban en la esquina, atados con lo que quedaba de las cortinas de la cocina; y allí ella, en su magnificencia sentada con las piernas cruzadas y su bolsa apoyada en las piernas, tapando mínimamente lo que era el objeto de atención de su superior... mejor dicho, los.
-¿...se me va a dar un plus por esto?- ¿Por la desnudez, o por los ladrones?Quien sabe, me encantan los dobles sentidos.

Hubo que informar de mi verdadera identidad a la Marina, por supuesto alguien con una nuez de belcebú era más útil que cualquier otro recluta. Puestos así el elevar mi rango era inminente... pero mi superior, cómo no, prefería que me quedara un tiempo más para "pulir mis habilidades" aquí no me gustó tanto el doble sentido; así que tendría que realizar una última misión para que el almirantazgo viera mis habilidades, todo por culpa de Thor.

Pauline permanecía aún en su cuarto, mirando al techo, ahora las cosas se tornarían más dificiles... el estado permanente humano la perturba, prefiere descansar sus recuerdos en la absurda y mema mente de Poly; así todo es más fácil para ella. Pero no le gusta perder el tiempo, pronto se levanta y sigue investigando aprovechando las nimias instalaciones de la base, la medicina es una manera de ayudar a la gente, y a más sepa, más gente podrá ayudar.

Los demás reclutas intentan integrar a esta "nueva" adquisición en el colegueo que supone compartir una base siendo reclutas, pero ni se inmuta, no tiene tiempo que perder en burdas competencias sociales, aunque bien la salud se exprese en la satisfacción física mental y social, solo ha de encargarse de los enfermos, no de los desesperados.