¿Alcanzará mi poder?

Era un día lluvioso, por lo que Buggy decidió quedarse en casa trasteando y divirtiéndose como podía con su poder, lanzaba sus brazos, se separaba por partes (cabeza, tronco y extremidades). Esperaba que dejara de llover, pues no le apetecía mojarse y echar a perder su maquillaje (que tanto le costaba aplicarse) por la lluvia, que parecía que no iba a detenerse.

- Maldita lluvia del demonio… ¡Ya no sé en que gastar el tiempo!- refunfuñaba.

Pasaba el rato y decidió que ese poder que tenía de desmembrarse, le serviría para poder hacerse camino y ganar fama en el mundo pirata. Decidió crear movimientos y técnicas con nombres circenses, ayudándose también de unas dagas (por si acaso).

Paró de llover, y decidió salir fuera de casa, aprovechando para fumarse un cigarro e ir a la taberna para tomarse algo.

Mientras iba fumando, fue caminando hacia la ciudad en dirección a la taberna. Llegó y como siempre, pidió una buena cerveza y un trozo de carne.

Era extraño, pues en la taberna no había casi nadie a esas horas, así que se quedó hablando con el tabernero, comentando cosas y compartiendo risas el uno con el otro.

- A esta invita la casa, Buggy
- ¡Que grande eres! Por cierto, ¿qué pasa con la gente hoy? No hay nadie todavía…
- No sé, lo único que sé es que ha llegado un bandido espadachín con ganas de matar piratas…habrá habido problemas con la gente, supongo.
- Vaya… ¡qué cosas!

Después de ese último comentario, Buggy pensó que sería una buena oportunidad para probar su nuevo poder y esas técnicas que había planeado en casa, así que decidió en salir fuera de la taberna. Se despidió del tabernero y fue a ver que ambiente respiraba en la ciudad mientras intentaba recibir información sobre ese espadachín.

El ambiente era silencioso…la verdad es que no había mucha gente ahí fuera, nada más que los comerciantes de siempre en sus tenderetes y una mujer fumándose un cigarro mientras leía el periódico sentada en un banco. Buggy se dirigió hacia los comerciantes:

-¡Buenos días! ¿Qué pasa? No hay nada del ambiente que acostumbra a tener esta ciudad….
- ¡Oh! Según se ve hay un bandido a las afueras de la ciudad causando problemas
- Así es. Busca piratas para matarlos…pero no sabemos nada más.
-Gracias.
Se despidió de ellos y se acercó hacia la mujer, la cual ya llevaba tiempo mirándole.

- Si quieres yo te puedo decir quién es – le dijo
- No me vendría mal algo de información, señorita…

Rato largo después, se enteró que esa mujer era una pirata, la cual había conseguido escapar de las garras de ese espadachín esa misma mañana. Ya había sido curada de sus heridas, aunque aun renqueaba de la pierna derecha.

- Por cierto, mi nombre es Victoria, encantada de conocerte…
- El gusto es mío, Victoria, mi nombre es Buggy. Vayamos a la taberna, estaremos más tranquilos allí.

Fueron a la taberna, y Buggy le invitó a una cerveza. Mientras disfrutaban de ella y de sendos cigarros, Victoria le comentó a Buggy todo lo que ella sabía, aparte de ser un bandido y demás información que recibió del tabernero y de los comerciantes…

- Se trata del jefe de una banda de bandidos, que habitaba en esta isla con sus subordinados, los cuales fueron vencidos por una tripulación pirata hace unos años…Por lo que me dijo, estuvo desde esos años entrenándose para vengarse, no sólo de esos piratas, si no de todos en general.

- Vaya, así que venganza – le cortó Buggy. – No sé, coméntame algo de sus aptitudes en combate…

- Bien, pues como bien sabes se trata de un espadachín. Usa dos espadas o Nitōryū. No dispone de mucha fuerza muscular, pero aún así el estilo que usa es bastante sorprendente. De hecho, a mí me sorprendió, pues no había visto nunca a nadie que usara ese estilo por aquí.

- Vaya…eso sí que es sorprendente… ¿sabes dónde podría encontrarme con ese individuo?

- Claro, sólo tienes que esperar al atardecer. Intenta salir de la ciudad y verás como al poco de haber puesto un pie fuera de la misma, aparece para ver si eres pirata y decide matarte.

- Hmmm… ¿Sabes? Se me ha ocurrido una idea… ¿qué te parece, si, me enfrento a él y consigo vencerlo, me invitas a cenar? Si por el contrario pierdo (y consigo escapar) te invito yo.

- ¿Me estás proponiendo una cita?...Eso sí que no me lo esperaba, pero puede ser interesante…acepto el desafío, novato.

Se despidió de Victoria, y se dirigió a la salida de la ciudad. Esperó hasta el atardecer, y cuando ni siquiera había puesto un pie fuera de la ciudad, alguien ya lo estaba esperando.

Buggy se fijó, y efectivamente como le había dicho Victoria, allí estaba, con dos espadas y en guardia, ese hombre que Buggy esperaba encontrar.

- ¡Tu! ¿Eres pirata? ¿Quién demonios eres?
- Soy Buggy, y si, puedo decir que soy pirata…y te estaba buscando.

Sin mediar ninguna palabra más, el bandido se lanzó hacia Buggy empuñando esas dos espadas. Buggy, en una maniobra rápida consiguió sacar dos dagas y detener la embestida. Con un salto hacia atrás de ambos, el bandido volvió a hablarle:

- ¡Prepárate, sucio pirata! ¡Voy a acabar contigo!
- Menos cháchara y más atacar, ya que conmigo ese estilo de dos espadas no te va a servir de nada, ¡bandido asqueroso!

- ¡Cállate y demuéstramelo, nariz-roja!
- ¿Cómo…has…dicho? ¡TE VOY A DESTROZAR!

Y ambos se lanzaron al ataque. Pero para el bandido algo sorprendente pasó después del intercambio de golpes. Buggy bajó la guardia, y el espadachín le corto.

-¡Jajaja! ¡Con esto has perdido!

Lo que el espadachín ignoraba, era que Buggy, a pesar de ser cortado por la mitad, era que pudiera seguir vivo. Buggy utilizó ese momento de distracción para usar una de sus técnicas nuevas…

- ¡Bara Bara Hou! – Lanzó su mano izquierda (en la que puso 3 dagas), para clavárselas por la espalda.

El bandido cayó al suelo, cayéndosele las espadas, y con una grave herida en la espalda. Buggy siguió atacándole, sin piedad, por medio de su Bara Bara Kick, pateándole varias veces.

Como vio que aún intentaba levantarse, separó su mano derecha de su cuerpo, y cogió una de las espadas del bandido que andaban por el suelo.

El bandido, le suplicó clemencia, a lo que Buggy respondió:

- ¿Sabes? Podría hacerlo, pero alguien que se mete con mi nariz (de la cual me siento orgulloso) no puedo dejarlo con vida…eso te enseñará a no meterte con alguien por su apariencia física…- acto seguido, le cortó la cabeza.

- Ala, ya está…Vamos a ver si tiene algo de dinero…- rebuscó en su cartera y encontró 300 Berrys - ¡Genial!, me llevaré su cabeza como muestra de que he vencido.

Y así es como Buggy venció a ese bandido. Llegó a la taberna, donde Victoria le estaba esperando, y le mostró la prueba del triunfo a Victoria.

- Así que has vencido…Te espero esta noche aquí, para cenar…No me hagas esperar…