¡Poder femenino!

offrol: La ficha me la aceptó Ichigo por el chat, si hay algún inconveniente en que postee la misión decidmelo, lo borro y lo posteo cuando sea conveniente.

Arewen se paseaba por el puerto, con su katana enfundada y sus manos agarradas al cinturón. Se cruzó con un grupo de hombres, que comenzaron a decirle groserías y guarradas, pero al ver su katana, comenzaron a mofarse de ella muy acentuadamente:

-¿Donde vas con eso? ¿no ves que te vas a hacer daño? venga, ve a fregar a la cocina -Dijo un hombre entre las carcajadas de sus compañeros.
Arewen se volvió ofendida, se subió los tirantes de su camiseta y le dijo:

-¿Tan fuerte te crees que eres? Si tan macho eres... ¿no tendrás ningún problema en vencer a una mujer no? ¿O te da miedito?

El hombre miró a sus compañeros, que se reían a carcajadas, algunos ya estaban incluso llorando de la risa. Arewen se mantenía impasible ante las burlas y esperaba respuesta del que parecía el líder de aquellos depravados.

-Acepto, pero ten cuidado no te rompas una uña -Dijo antes de empezar a reirse descontroladamente de nuevo. Sus compañeros seguían lanzando burlas y chistes, pero Arewen no escuchaba, puso sus manos en el cinturón de nuevo y se alejó del gentío en dirección a una playa solitaria no muy lejos de allí.
Los hombres la seguían entre chistes, burlas y frases obscenas hacia ella. Al llegar, Arewen se volvió, desenfundó la espada y la puso frente al hombre diciendo:

-Comencemos, a no ser de que ya te hayas asustado.

El hombre soltó una última carcajada, y sacó su espada de hoja ancha, y cargó hacia ella con una fuerza descomunal. Arewen dió un salto hacia atrás esquivando el embate y propinó un corte enel pecho del hombre, que se le había clavado a una considerable profundidad la espada en la arena, momento en que aprovechó Arewen para propinar un segundo corte en una pierna, haciendo que el hombre cayera abatido.
Los otros se la quedaron mirando fíjamente sin decir palabra alguna, algunos se susurraban al oído, otros retrocedían marcha atrás, y otros, simplemente no dejaban de mirar a su líder y a ella alternativamente.

-¿Alguno mas quiere reirse de mi? ¿Alguno más quiere ver lo que hago con este cuchillo tan grande?

Todos negaron con la cabeza, y sin decir ni palabra, se acercaron a su lider e intentaron reanimarle. Arewen pasó por su lado mirándolos con una sonrisa de oreja a oreja en la cara.
Se encaminó hacia la cercana aldea para encontrar algún sitio donde comer, hacía más de doce horas que no comía, no era facil encontrar comida fuera de casa.
Al llegar al pueblo, sin dudarlo entró en la posada, y posando su katana en la barra, llamó al posadero para que la atendiera.
Un hombre fornido y peludo se acercó a ella con intención de atenderla, pero al ver la katana, con una sonrisa burlona en la cara preguntó:

-¿Este cuchillito es tuyo nena? ¿No crees que es demasiado grande para ti? -Dijo antes de soltar una sonora y larga carcajada que todos los que allí estaban oyeron.

Todos los presentes comenzaron a desternillarse de risa, algunos hacían chistes machistas, otros solo se reían. Arewen se sentía ofendida, golpeó todo lo fuerte que pudo la barra y abrió la boca para decir algo, pero fue interrumpida por el posadero:

-¿La niña se ha ofendido? Oh... que pena... -Dijo antes de dejar escapar otra carcajada que todos los presentes acompañaron.

- ¡Callate! -Gritó Arewen con una lágrima recorriendo su mejilla mientras desenfundaba su katana y se la ponía en el cuello al posadero, que dejó de reir al instante y puso un semblante serio y algo cabreado.

-Baja el arma, no avisaré más -Dijo mientras miraba hacia adelante como haciendo señas a alguien presente.

Un grupo de clientes rodeó a la chica apuntándola con sus armas. Arewen, al verlos, bajó el arma y se volvió despacio, pero cuando estaba casi mirándoles de frente propinó un corte horizontal intentando dañar a todos. La gente comenzó a gritar, y entre el caos, Arewen apartó a uno de los hombres que se dolían de la herida y marchó corriendo de la posada, saliendo a la calle rápidamente y emprendiendo una huida rápida.

-¡Detengan a esa mujer! Ha atacado a mis clientes sin razones -Gritaba el posadero desde la puerta para que le oyeran los marines.

Arewen siguió corriendo hasta que se encontró con un marine de frente, en la salida de la aldea.

Arewen paró su carrera, y sin desenfundar su katana, comenzó a pensar frenéticamente, muy nerviosa como salir de el embrollo causado.

-¡Alto! -Gritó el marine al verla mientras sacaba su espada.

-¿Que pasa? -Dijo arewen con voz sensual haciéndose la loca mientras caminaba despacio moviendo als caderas hacia el marine.

El marine la miró de arriba a abajo y comenzó a ponerse nervioso y comenzó a fijarse en la chica.

-¿Me vas a encarcelar? -Dijo Arewen mientras pasaba su dedo índice por el pecho del marine sensualmente.

El marine se alejó de ella unos metros y dijo, sin mirarle a la cara:

-Se.. señorita, son órdenes... -Dijo tartamudeando mientras seguía mirándola de arriba a abajo.

Arewen se acercó más al marine y desabrochó un botón de su camisa, el marine, automáticamente se qudó paralizado mientras intentaba desesperadamente desnudar con la mirada a aquella joven.
Arewen, al ver esto, desenfundó su katana a toda prisa y segó el cuello del marine automáticamente.

-Ya esta... uno menos -Dijo Arewen abrochándose el botón de su camisa entre risas.

Tras esto, limpió su katana de sangre con la camisa del marine y emprendió su carrera para seguir huyendo del pueblo donde la buscaban.

- Creo que ya no volverán a mofarse de mi... -Pensó Arewen sin dejar de correr hacia un lugar seguro.