Nombre: Aile D. Jacqueline, aunque se la conoce mejor como Jac.
Apodo: "El Ángel Caído".Edad: 20 años.
Clase: Ángel.
Especialización: Artillera/Arquera.
Banda: Pirata.
Cargo: Pirata novata.
Descripción Física:- Spoiler:
Es alta, desgarbada y delgada. Tiene el cabello corto, azul, y unos ojos profundos del mismo color, así como la tez pálida. Su rasgo más destacado, sin duda, son las dos pequeñas alas de su espalda. Como mucha gente cree en la isla de Skipiea como un mito, la mayoría piensan que son de pega y que las lleva por alguna manía rara. Por eso, acabó cogiendo la costumbre de taparlas con una holgada capa a sus hombros. Suele usar ropas ligeras y flexibles, dependiendo del día y de su humor. No obstante, siempre lleva medias largas, para tapar un símbolo de su tobillo izquierdo.
Armas:-
Arco Aile. Regalo de Uriel en su décimo quinto cumpleaños.
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Flechas Plateadas (Pack de 15 con carcaj). [Se irán comprando a precio normal]
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Ballesta Brain. Pequeña ballesta de una mano y muy manejable.
Descripción Psicología: Es maleducada, rebelde y peleona. Su mayor logro son cinco frases seguidas sin soltar un taco. Vive sin preocupaciones, el momento, y trata de olvidar todo lo ocurrido en el pasado. No obstante, no busca líos sin más, siempre hay una razón tras los problemas de su conducta. Aún así, es capaz de respetar a otras personas, si éstas son capaces de mostrarlo, y obedecer órdenes, a menos de que se contradigan con lo que realmente cree o simplemente quiere hacer.
A pesar de que se suele levantar por las mañanas de mal humor, eso no significa que pueda cambiar durante el día e incluso sonreír sin ironía ni sarcasmo. Se podría decir que es algo bipolar, pues cambia constantemente.
Debido también a su alto orgullo, odia perder o que quede patente alguna de sus debilidades, así como a las personas que se jacten de ello. Otra cosa que no soporta es que se fijen o toquen sus alas. Pobre de quien lo haga.
Sueños o metas:-
Su único sueño por el momento es regresar a Skipiea y descubrir sus orígenes.-
Nunca lo reconocería, pero le gustaría volar algún día, con o sin sus alas, aunque no sabe cómo.Historia: Hace veintiún años, su madre, la artillera de una tripulación pirata, llegó junto con sus compañeros a la isla flotante de Skypiea, en su recorrido por el Grand Line. Sin embargo, el capitán cometió un terrible error: se negó a pagar la cuota de entrada y todo el navío fue considerado extranjero ilegal. Las fuerzas de Skypiea, implacables, buscaron y arrestaron a los piratas, que se resistieron con ferocidad. En la pelea, no sólo murió el capitán, sino muchos de sus amigos.
Hanna, la madre de Jacqueline, consiguió escapar de la contienda antes de que la matasen. Malherida, fue rescatada por Gilbe, su padre. La cuidó a espaldas de su gente y, más tarde, la ayudaría a salir de la isla a salvo. Sin embargo, por aquel entonces, lo inevitable ya habría sucedido: se enamoraron. Hanna sabía que debía abandonar Skypiea cuanto antes para que no la arrestaran, por lo que pidió a Gilbe que la acompañara. No obstante, Gilbe tenía muy buenas razones para no poder escapar con ella: era el hijo único de su familia y sus padres, ambos aquejados de la misma enfermedad, vivían sus últimos días.
Así fue como la pareja se separó. Hanna partió, prometiendo esperarle para siempre en el Archipiélago Sabaody, de donde ella era originalmente. Gilbe aceptó en ir algún día, cuando sus padres pudiesen descansar en paz.
El nacimiento de Jacqueline fue toda una sorpresa. A pesar de tener las características alas de su padre, era sin duda igual que Hanna. Su madre la cuidó con cariño, mientras esperaba al mismo tiempo a Gilbe. Lo que no esperaba es que, a medida que crecía, fuera a llamar la atención de los traficantes de la isla. A la edad de cuatro años, Jacqueline y su madre fueron secuestradas y vendidas como esclavas por separado. Fue la última vez que se vieron la una a la otra.
Jacqueline tuvo la mala suerte de acabar como esclava de un Tenryuubito. Pasó siete horribles años, acosada constantemente debido a sus alas, y marcada con el símbolo de los Dragones Celestiales en el tobillo.
Sin embargo, cuando ya tenía once años, la suerte la sonrió. En un desfile oficial de los Tenryuubitos, fue raptada por Uriel, un antiguo pirata que aprovechó el gentío para apartarla del resto de esclavos. Más tarde, al verlo más de cerca, descubriría la razón: él también era un ángel como ella y, apiadándose de su destino, había decidido arriesgarse y llevarla consigo.
Así fue como acabó en West Blue, el hogar de Uriel. Había sido expulsado de Skypiea, según sus palabras, por un crimen imperdonable. Por eso nunca se atrevió a llevarla de vuelta, ni tampoco al Archipiélago Sabaody. Uriel, que había sido pirata en su juventud, la entrenó y educó para poder sobrevivir en el mundo de los humanos. Años después, se marchó sin decir nada, y la siguiente noticia que la niña tuvo sobre él fue que la Marina lo había apresado, debido a que era un hombre con recompensa.
Sin nadie que pudiera detenerla más, Jacqueline partió en busca de respuestas.
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