-Nombre: Rei Nakamura.
- Apodo: Ruki, Rei.
-Edad: 18 años.
-Clase: Humana.
-Especialización: Espadachina/Arqueóloga.
-Banda: Cazarrecompensas.
-Cargo: Cazarrecompensas.
-Descripción Física:
Sus cabellos son castaños y largos, hasta la cintura. El flequillo le cae, algo largo, a ambos lados de su rostro y uno de los lados llega hasta su hombro. Sus grandes ojos, siempre expresivos, son de un color magenta. Su nariz es pequeña y puntiaguda y sus labios finos. Tiene un cuerpo esbelto y bien desarrollado.
Su ropa suele constar de un bikini negro, cuya parte superior es atada al cuello. Sobre el bikini suele llevar una camisa blanca anudada bajo el pecho y una minifalda negra. También porta un brazalete de plata en la parte superior del brazo.
-Armas: Un par de Kusarigama (Abreviado Kama). El arma es ligera y la hoja de la kama está muy afilada. Las cadenas son de hierro y son algo pesadas pero fáciles de manejar. El alcance de la cadena es de tres metros.
-Descripción Psicología: Es una joven nerviosa y tímida. Aunque muy poco cobarde. No tiene confianza completa en sí misma y eso la hace parecer más insegura. Es una buena persona con la que se puede contar a la hora de la verdad. Siempre con una sonrisa en sus labios y sus ojos llenos de alegría. A la hora de la batalla le han enseñado a ser desconfiada de sus contrincantes y a no atacar a lo loco. Suele enfadar a sus contrincantes.
-Sueños o metas: Ser tan buena cazarrecompensas como su padre.
-Historia: Rei Nakamura nació en un pequeño poblado en alguna isla del South Blue. Aprendió muy rápido, no era un genio pero tampoco necesitaba serlo. Era una niña hermosa y sus padres y hermanos se encargaban de recordárselo una y otra vez. Tenía un hermano mayor, con que era muy unida, y uno menor. Solía jugar con su hermano, al igual que solía entrenar con él. Al tener los ocho años Rei venció, por primera vez, a su hermano mayor en un combate y por tal hazaña su padre le hizo entrega de su primer arma, una Kusarigama. Su madre se negó en rotundo, no quería que su preciosa hija se hiriera con tal aberración. No podía permitir que entrenara con esa cosa. Rei se cansó de pedírselo, solo la tenía en su habitación como un trofeo, hasta que un día les llegó la noticia. Su padre había muerto cazando piratas. El cadáver llegó apenas un par de días después. Y con él, el segundo regalo para su hija. Otro Kusaigama. Su hermano se embarcó y se volvió cazarrecompensas, como lo había sido su padre. Eso entristeció a su familia. Rei comenzó a entrenar, pese a las negativas de su madre, con el Kusarigama y se hizo diestra con él. Al principio los cortes eran el pan de cada día pero pasados unos meses desaparecieron y ya no volvieron a aparecer. Para que la cadena no escapara de sus manos decidió soldarla a su muñeca. Pidió que soldasen un brazalete a cada arma y así se hizo. Tras unos meses se embarcó y comenzó su aventura.