[Misión] Todo a salido mejor de lo esperado

Información Misión:

Acababa de bajar de aquel bote, ya me habían hablado de que en este lugar se había escondido el tesoro de un antiguo gran pirata, o quizás de un Yonkou, no me especificaron, solo me dijeron que era un pirata muy famoso, me haría falta el dinero que pudiese encontrar para satisfacerme y para poder conseguirme un buen barco y para que piratas poderosos se fijaran en mi perfecto barco y así conseguir una tripulación perfecta.
La villa no era de las más grandes que había visto, al menos Shimotsuki me parecía mayor y con más dimensiones, podía ver gente en la plaza de la villa y multitud de puestos, estaba en el mercado, ahora solo debía encontrarme con mi contacto para que me pasara la información del lugar exacto en el que estaba enterrado "mi" tesoro.

Allí lo vi, estaba escondido en un callejón que formaban dos casas, se metió para adentro y yo le seguí -Hola, hola, hola, querido Sead- Mi mirada quedó estupefacta, ¿me había llamado querido? Pues sí, lo hizo, la verdad es que estuve a punto de darle un golpe, ¿que pirata llamaba querido a otro que podría ser su rival? -Dime Dougart, ¿has vuelto a fumar Opio? Deberías darme un poco, jajaja- El otro pirata rió y me pasó un poco de Opio y unas hojas, me las metí en el bolsillo. -Bueno Dougart, dame la información que quiero- El pirata me miró con una cara de asombro y al instante me dió un mapa, allí tendría que estar.
Aún no lo había abierto, en cuanto lo abrí me di cuenta de que era una trampa, en el supuesto mapa había un escrito -¿Has picado?-

En cuanto leí aquel mensaje, aparecieron multitud de marines, aparecieron de entre los puestos, de callejones y por no decir que hasta de debajo de las piedras -Se acabó Sead D. Zenit, estás detenido por atentar contra la vida de un Vice-Almirante de la Marina- Mi rostro decayó, ¿aún me guardaban rencor por ello? Pero si sucedió hace años, no me esperaba que esto fuera a más, no tenía mucha recompensa, no más de 10.000 Berrys, pero que me persiguieran por un delito tan estúpido como ese, ni siquiera lo maté -¿Enserio? ¿Porqué me guardais rencor por algo que pasó hace años?- Sin dudarlo me coloqué en posición de combate, estaba preparado para darles lo que habían venido a buscar, una verdadera paliza.

Nada más empezar, los marines se me abalanzaron para golpearme mientras que los más atrasados preparaban sus armas de fuego, tumbé a dos de un golpe y me fuí directo a por un artillero, le pateé la pistola y se dió con el mango en la mandíbula, otro disparo y rozó mi hombro, rompiendo mi ropa, lo miré y tumbé a otros dos marines que intentaron golpearme -No os lo estáis tomando enserio, soy un luchador bastante bueno, vamos, derrotadme-

Los marines no se lo estaban tomando enserio, parecía que como yo tan solo era uno lo tendrían fácil, pero no, no se lo iba a poner nada fácil, ni ahora ni nunca, soy demasiado joven como para dejarme detener y acabar en una prisión de la cuál me podría escapar a las 2 horas de meterme allí, si yo iba a prisión tenía que ir a Impel Down.
Los marines venían a por mí, uno a uno caían sin dificultad, quería que me hicieran más caso, que vinieran de más en más, cuando conseguí que eso ocurriera realicé una diminuta técnica secreta a la que llamada "Tornado de Paz".

Todos los marines que se acercaban estaban recibiendo los golpes más feroces de mi "Heiwa torunēdo", iba a demostrarles que de verdad era un contrincante peligroso. En ese momento, dispararon y me dieron en un brazo, impactó de lleno y caí al suelo, dolorido miré a los marines que se acercaban, estaba perdido y tan sólo por un descuido tonto, o quizás no...

El disparo me dió de lleno en el brazo y este me sangraba, cuando menos me lo esperaba, una bala atravesó la cabeza del marine que estaba más cerca mía, cuando quise darme cuenta, el pirata que me había entregado "el mapa" estaba sobre un montículo disparando a mis enemigos, al parecer tengo un ángel de la guarda, me levanté y me puse a su altura -Esto lo has montado tu, ¿cierto?- el otro negó con la cabeza y continuó disparando, al parecer el no tenía ni idea de lo que estaba ocurriendo, al parecer le habían engañado y le habían cambiado el mapa por aquella nota putrefacta -Me engañaron incluso a mi, a ti me lo esperaría, ¿pero a mi?- Los marines disparaban, pero a esa distancia no me golpeaban, me até la herida con un pañuelo que se encontraba allí tirado y volví abajo, apoyado por Dougart sería más facil vencer a estos tipos -Encárgate de los artilleros, los demás son míos- sonreí y me lancé al combate.

Cada golpe que daba me animaba más, hacía tiempo que no peleaba, desde aquel incidente en Loguetown, cuando me encontré con esos piratas a los que timé varias veces y su hombre-mascota.

Esquivaba velozmente, en alguna ocasión me llevaba algún golpe en el estómago, y en una ocasión me golpearon con una estocada en el mismo brazo en el que me dispararon y me hicieron bastante daño, por suerte, conseguí golpear al tipo que me dio y lo tiré al suelo, salté sobre su estómago y le pateé la cara para que no se levantara en un rato, Dougart estaba ocupado con los artilleros, había que admitir que aunque fuera un rival para mí, era un gran tirador. -Podrías mejorar tu puntería, hasta mi abuela dispara mejor... Tchh- El brazo me dolía, necesitaba un médico sí o sí, pero ahora no podía echarme atrás.

-Callate y encargate de patearles el culo a estos tipos- Sonreía y continué golpeando, los marines nos ganaban terreno, pero no podía dejarles avanzar más o estábamos perdidos, para cuando quise volver a realizar el Heiwa Torünedo, escuché un cañonazo que cayó sobre los marines que quedaban, giré la cabeza y allí estaba, su presencia daba miedo, había llegado, había escuchado alguna cosilla ligera sobre él, era un monstruo, o algo así -Te dejo aquí, yo con esto no me pienso meter-
Mis ojos quedaron estupefactos, era un oficial de alto rango de la marina, había venido a sofocar mi revuelta, y justo ahora que me dolía el brazo.

El maldito de Dougart había salido huyendo y me había quedado frente a frente a un oficial de alto rango de la marina, llevaba una chaqueta colgada a modo de capa, una pistola que parecía más un pedazo de cañon enorme y una gorra en la que se podía ver el símbolo de la marina, su barbilla era puntiaguda y su voz ronca y fría -Bien, bien, tenemos aquí al rebelde de Shimotsuki, Sead D. Zenit, ¿cierto?- Tragué saliva y me quise tomar esto como un juego -¿Si te digo que no soy ese tipo me das un premio?- El oficial ofuscó la cara y golpeó a sus hombres -Tu y yo solos, pirata, no saldrás vivo de esta, Impel Down soñará con tener tus huesos, pero no lo conseguirá- Apreté los dientes y me preparé para el arduo combate que me esperaba frente a este pedazo de tiparraco.

El oficial me disparaba a velocidad infundable, podía esquivar los proyectiles ya que tenían el tamaño suficiente como para verlos a una distancia prudente. Su fuerza era impresionante, casi derriba un edificio con darle un golpe en la pared, yo ya estaba temblando, que demonios iba a hacer frente a un gigantón, y eso que no era un gigante.
-Me da a mi que vas a tener que retirarte, esto te queda muy grande- El oficial comenzó a perseguirme y yo mientras me reía, esquivaba con éxito los proyectiles y a la mínima me metí en un callejón estrecho, donde seguramente el no cabría.

Efectivamente, el no cabía por aquel callejón, pero eso no le impidió cumplir con su trabajo, utilizó el cañonazo que tenía por pistola y voló el callejón conmigo dentro, estaba dolorido, pero podía seguir moviéndome, al parecer, varios escombros habían caído sobre mi pierna y no podía levantarla, mi única idea fue golpearle con una roca en la cabeza y a la mínima salir corriendo, pero eso no serviría, este tipo era más duro de lo que parecía, daba incluso algo de miedo -Se acabó piratilla, acabaré con tu diminuta carrera criminal y me llevaré a casita 10.000 berrys- Se me ocurrió algo, distracción, era algo natural, podía hacerlo, pero me costaría, no se me daba bien la elocuencia -¿Solo 10.000 berrys? Pfff.. para eso déjame libre, te serviría más capturar a un Yonkou que a mi, conmigo te descenderían en vez de ascenderte- El marine se cabreó más, al parecer mi elocuencia me había traicionado, me colocó el cañonazo en la cara y lo único que se me ocurrió fue meter una piedra.

Cuando el gatillo fue apretado, la pistola reventó, y el oficial cayó al suelo dolorido, le había saltado un dedo y se había hecho muchísimo daño, yo en cambio, estaba intentando sacarme estas piedras de encima, me estaba poniendo de los nervios, cuando conseguí quitarmelas, me coloqué frente a aquel montón de músculos y me preparé para golpearle con todas mis fuerzas.
-"Heiwa sutoraiku"- El oficial se encontraba sentado, dolorido porque había perdido un dedo al reventarle tal pistola, cuando mi Golpe de Heiwa impactó contra él, se golpeó la cabeza y quedó inconsciente.

Bien, el trabajo había terminado, no podía permanecer más tiempo por allí, cuando me di cuenta, el Opio se me había caído al suelo, por suerte, pude recogerlo, no iba a quedarme sin fumarme el tan buen Opio que daba Dougart a los suyos, siempre compartiendo lo que no es suyo -Mi trabajo ha terminado aquí- Cuando me di la vuelta para observar el paisaje, pude observar el número de marines que había derrotado yo solo, 48 marines y un oficial de alto rango, esto no era algo que se hiciera todo los días -Eh, Zenit, buen viaje- Me volví y pude observar como Dougart se despedía de mí con un cofre a la espalda, ya era demasiado tarde como para volver y robárselo, ya había embarcado hasta mi próxima isla -Maldito... me ha engañado... ¡¡Me debes un tesoro!!-

¿Qué pasaría después con el oficial? Seguramente lo descenderían, y así fue, se encargaba de limpiar los servicios en una base de la marina, exactamente la de Sheltown. Dougart, bueno, ese lobo de mar estará saqueando cualquier puerto en busca de una buena tripulación, por suerte, seré yo quien encuentre el One Piece y se corone con el, para después derrocar al Gobierno y que el mundo sea uno mejor en el que los piratas seamos reyes de nuestros destinos.