¿Quién soy? ¿Quiénes sois vosotros?

Era una noche tormentosa, lo típico: rayos, truenos, lluvia, mar agitado... No había prácticamente nada que no fuese caos y desorden.

De repente surgió del tenebroso espectáculo un ataúd de madera flotando en aquellas olas bravas.

"...ayuda..."

Había alguien dentro, y parecía estar al borde de la muerte.

C-003 se llamaba, bueno, como lo llamaban hace tiempo, era lo único que podía recordar a parte de su capacidad de habla.

El cyborg acopló las pocas fuerzas que le quedaban para pegar un puñetazo y abrir de cuajo el ataúd. En ese instante, un rayo cayó cerca, cuya luz fue absorbida por la piel artificial de C-003, proporcionándole un pequeño plus de energía. A su lado había un mechero y una bengala. Y comprendió que esa era su última esperanza, que alguien, si es que había alguien, le ayudara, pues pocas horas de vida le quedaban.

El resplandor rojo intenso inundó el cielo tormentoso durante varios segundos, ahora solo quedaba esperar.

El viento se agolpaba en nuestros rostros, el agua, se precipitaba, atacando, a nuestras narices, dsandonos una falsa sensación de ahogo más que incómoda, los oídos agolpados por los truenos, nuestro barco, perdido en medio de la inmersa tormenta.

No se que vamos a hacer sin un navegante; y menos, qué haremos en Grand Line, si... si esto, no tiene ni punto de comparación con el infierno que nos espera allí.

Erza está en el timón, dando indicaciones, no se si es navegante, yo simplemente, acato su instinto, más presente en ella que en mí. Pero porsupuesto, lo hago quejándome continuamente y culpando al resto de la tripulación de que esto no habría pasado si hubieramos cogido una de las rutas comerciales, rio constantemente mostrando valor ante la tormenta.

Y una estrella roja se alza en lo alto del infierno electrizante que ahora es el cielo... quizás sea una indicación para llevarnos a buen puerto... o quizás, una trampa.

Se agarraba cpn fuerza del timón, que si bien en aquellas circunstacias hubiera sido dificil de girara para ella no suponía un problema.
El agua y el viento le golpeaba la cara, lo que dificultaba su visivilidad, las olas que rompían contra el casco del barco empepaban la cubierta, que si de por si ya era resbaladiza ahora era prácticamente imposible dar un paso sin acabar en el suelo y sumándole los violentos y arritmicos movimientos del barco empujados por el mar embrabecido costaba demasiado mantener el equilibrio.
Los rayos centelleban con un fuerte rugido, miró al cielo, empapada de pies a cabeza... cuando era pequeña temía las tormentas como aquellas.

No era la primera vez que dirigía un barco, no le costaba y gracias a sus ojos era capaz de divisar tierras a cientos de leguas, pero por culpa de su mala orientacion tardaba semanas en llegar a una isla cuando un buen navegante hubiera podido llegar en pocos días.
Sabía lo básico, aprovechar las corrientes marinas, mover el timón y saber cuando plegar las velas o desplegarlas según el viento estuviera a favor o en contra.
Pero si pensaban entrar en Grand Line sus escasos conocimientos no servirían de nada... sin un buen navegante estaban perdidos.

Una luz roja centelleó en cielo, a tres kilómetros, quizá cuatro. Miró a sus compañeros, todos la vieron.
Debía ser un naufrágo, y seguramente estaba en un bote, un balsa o un trozo de madera que no tardaría más que minutos en volcar, de ir no llegarían a tiempo con el barco, con la violenta tormenta, el oleaje y el tamaño del barco si llegaban quién fuera que fuese ya estaría durmiendo con los peces.

-Si llevo el barco no llegaremos a tiempo - entrecerró los ojos y miró a Norcissa, que se llevaba quejando todo el viaje.

No iba a venir nadie, y menos en plena tormenta. El mito heleno de La Caja de Pandora nos enseña que la esperanza es lo último que se pierde, pues bien, C-003 ya la había perdido. El ataúd iba a volcar dentro de poco gracias a la fuerza del oleaje, era inevitable. El cyborg no recordaba nada, ni quién era, ni que hacía ahí. Para colmo se sentía sin fuerzas, por suerte, cada relámpago que aparecía le proporcionaba un poco energía, pero no la suficiente.

La luz de la bengala empezó a desaparecer lentamente, su brillo comenzaba a desvanecerse poco a poco. Eso no era buena señal. Ansiaba con todas sus fuerzas que hubiese alguna isla cercana donde ir, pero no veía ninguna luz de faro o algún indicio de asentamiento cercano. Estaba perdido, y lo peor es que no sabía ni por qué.

Un tumulto de nubes se tornaron ante su vista en una masa uniforme que simulaba representar una calavera. Parecía que querían decirle: ¡Estás muerto!, pero de manera más sutil, total, una imagen vale más que mil palabras ¿no es cierto?

"Así que ya estoy sufriendo incluso alucinaciones..."

Tras 3 minutos que parecieron ser eternos, el cyborg perdió finalmente el conocimiento.

Suspiré. Que poca inventiva tenía Erza... pero por suerte, yo veo las infinitas posibilidades.

- Quien ha dicho de acercarnos?- estiré mis brazos, mientras los tablones de las barcas accesorias flotaban, cual marea, cual serpiente para atrapar a la presa, sublime; y subíme a ella.

- SEGUID NAVEGANDO; ENCONTRARÉ LA MANERA DE REGRESAR¡

Y entre tormenta, mar, rayo y tienebla, fui a la caza de quien haya enviado esa luz , ese atisbo de esperanza.

Off: Y ya si queréis podéis hacer un post la banda, y yo me reúno con C3po en alguna isla.

Asintió a las ordenes de Norcissa y volvió a dirgier la mirada al frente, volviendo al constante valanceo del barco producido por el empuje de las olas.
Miró al cielo y perdió de vista en el horizonte a la capitana, se había alejado mucho más de lo que pensaba.

Chasqueó la lengua.

Le hubiera gustado ir a ella pero dudaba que nadie más supiese llevar el barco así que simplemente se resignó y siguió navegando hacía la tierra qe había divisado frente a ellos.