Una excursión poco acertada

Hacía un buen día y no había ninguna nube en el cielo, el sol era radiante en Villa de Orange, Taro acababa de llegar al puerto en un barco mercante que tenia como trayecto esta isla, el chico ayudo en lo que pudo a los mercaderes durante el viaje para no ir de gorrón, nada mas llegar al puerto el muchacho bajo del barco y se despido de los mercaderes que le habían prestado ayuda para viajar. Avanzo unos pocos metros hacía delante, dejando atrás el barco con el que había venido, cuando pudo observar como una gran cantidad de piratas se reunían en un mismo sitio, Taro se acerco para saber a que se debía tanta aglomeración de piratas, el joven se situó a unos tres metros de la aglomeración, desde esa distancia pudo ver como el grupo de piratas estaba rodeando a una niña que también acababa de llegar, Taro lo veía un poco exagerado, tantos piratas para pelear contra una niña.

El muchacho se sentó en un barril que había por su alrededor para observar lo que pasaría la chica estaba preparada para pelear con todos aquellos muchachos, ademas la joven se reía de ellos por ser tantos, menospreciando la fuerza de estos, Taro se quedo sentado para prestar atención a la fuerza de la muchacha que tan convencida estaba de ella, y en el caso de necesitar ayuda, el muchacho saltaría a ayudarla, después de todo era una niña.

Uno de los piratas se lanzo hacia la joven, pobre infeliz, este la cogió del brazo, la joven se agacho y le propino una patada en el estomago, pero no fue una patada normal ya que esa patada vino precedida de una explosión, se trataba de una Akuma no Mi, esa chica no estaba tan indefensa, tenia un as en la manga, y menudo as, el pirata que la había cogido salio por los aires y los demás huyeron con el rabo entre las piernas alejándose de la joven -Menuda panda...- pensó Taro mientras observaba la lamentable escena de aquellos piratas corriendo.

La joven se giro y observo al peliverde sentado en el barril y se dirigió a el -Esto , lamento mucho el espectáculo y si le ha molestado, me llamo Erika Lambed bueno lo siento si le moleste de verdad...- Taro con una amplia sonrisa en el rostro respondió -No tranquila, de hecho me e sentado para ver el espectáculo, aunque a sido un poco patético....Yo soy Taro Kajiya, encantado- el muchacho hizo una pausa en lo que se bajaba del barril y se acercaba a la joven para darle la mano -Por cierto tienes un fuerte as bajo la manga- dijo refriéndose al poder de su akuma.

El chico sonrió ante el comentario de la joven sobre lo patética que había sido la escena, ella pensaba que patético se quedaba corto con lo que sucedió, esta también le explico al muchacho el truco de la explosión, según la muchacha se trataba de una placa explosiva escondida en sus zapatos, aunque se trataba de una Akuma, Taro se creyó todo lo que la chica le explico, ya que con aquella expresión dulce de su rostro no tenia por que mentir -Pues yo pensaba que era una Akuma no Mi- dijo el muchacho sonriendo -Y sobre que no es nada del otro mundo, yo no lo veo así, es mas creo que las pequeñas cosas que se pueden utilizar para una batalla son mucho mas eficaces que las mas grandes-

La joven tomo la mano de Taro para responder a su saludo, y volvió a cruzar sus brazos, para volver a pedirle perdón por su comportamiento y preguntarle si le apetecía dar una vuelta o tomar algo, porque sentía los problemas que había causado su carácter -Repito que no me a molestado en nada- dijo el muchacho mirando a los ojos azul zafiro de la muchacha -Y en cuanto a lo de tomar algo o pasear me conformo con lo que mas te apetezca- dijo con una amplia sonrisa en su rostro.

-¿Así que no sabes que son las Akuma?- dijo el chico con una amplia sonrisa -Son unas frutas que otorgan un poder a aquel que se la come- Taro hizo una breve pausa -Y por eso al ver la explosión que hiciste, pensé que tenias una- dijo mirando a la joven.

El chico conocía sobre las Akuma ya que durante su viaje había visto algún que otro usuario, pero Taro no poseía ninguna, y no tenia la intención de tener alguna, el se conformaba con su control de la espada y su fuerza. Tras escuchar la explicación de la joven Taro no pudo evitar una pequeña carcajada -Como te e dicho antes, las mejores cosas vienen en los frascos pequeños- miro a la muchacha a los ojos -Y si alguien mas grande y mas fuerte que tu te ataca, siempre puedes utilizar su propia fuerza contra el-

-De acuerdo- le dijo a la joven, ya que esta había venido a ver la isla, y como ella misma dijo un paseo en compañía es mejor que uno en solitario.

-No hay por que darlas, yo antes tampoco sabia lo que eran las Akuma- dijo el chico mirando a la joven con una sonrisa en su rostro, de repente la mochila de la joven comenzó a moverse, esta estaba entre abierta, la joven se quito la mochila y abrió la cremallera, de la mochila salio un bebe de oso, el pequeño oso miraba a Taro y a Erika después de bostezar, se trataba de Teddy la mascota de la joven que estaba durmiendo en su mochila -No hay ningún problema, ademas es un precioso ejemplar de oso del sol- Taro conocía la especie del oso ya que para crear sus técnicas se baso en la forma de ser de los animales.

La joven cargo con el pequeño oso para proseguir con el paseo, Teddy no hacia mas que mirar a Taro y a su pelo una y otra vez, el animal sentía curiosidad por el color de pelo del muchacho, aunque eso para el chico era algo normal, todo el mundo se fijaba en su inusual color verde -Veo que tienes un animal bastante curioso- se acerco al pequeño oso para rascarle la cabeza -¿Esto Erika que edad tiene el pequeñin?-

-¿Soy el primero?- dijo el muchacho sorprendido -Bueno a mi me gustan los animales y e estado estudiándolos bastante tiempo, así que no me es muy difícil reconocer una especie de animal- el chico seguía sin creerse que fuera el primero en reconocer la especie del animal, pero supuso que se debía a que no a todo el mundo a estudiado a los animales y al pequeño oso lo veían así, un simple oso, Taro no pudo evitar reír ante el comentario de la joven -Jajajaja... No eres la primera que me lo dice, la verdad es que es bastante inusual ver a alguien con el pelo verde-

La joven respondió a la pregunta de Taro sobre la edad del pequeño oso, no tenia ni un año, ademas le explico que su padre lo rescato de un circo donde lo maltrataban -Tu padre debe de ser una gran persona- dijo con una leve sonrisa en su rostro -¿Y que fue de los padres de este pequeñín?- dijo el muchacho un poco preocupado, ya que era extraño ver a un animal de esa edad sin su familia.

Taro escucho atentamente a la joven mientras explicaba por que era el primero en reconocer la especie del pequeño oso y la forma de ser de su padre, mientras esta lo contaba el chico tenia una leve sonrisa en el rostro, hasta que al final se le escapo una leve risa -Jajaja... Tu padre es muy divertido- Taro hizo una breve pausa y suspiro -El mio también lo era- dijo sin perder la sonrisa.

La joven respondió a la pregunta de Taro, y las sospechas del muchacho se desvelaron, aunque no fueron los propietarios del circo quien mataron a su madre, sino unos cazadores, el padre de Teddy desapareció, y según la joven puede que también haya muerto, el circo resulto ser una tortura para el pequeño animal, y entonces el padre de Erika lo saco de ese sitio y se lo dio a la joven y desde ese momento no se separan.

Taro escucho palabra por palabra lo que la muchacha le contaba, y cuando acabo se acerco al pequeño Teddy le acaricio la cabeza y dijo -Pequeñín, aquí mismo tienes una madre fantástica que te cuidara, así que no te metas en líos ni le hagas preocuparse- dijo Taro con una gran sonrisa en el rostro mientras miraba a Erika.

La joven explico que se tenia que encargar de las tareas de la casa ya que su padre era bastante torpe, pero en esa explicación se sorprendió de dos palabras que la joven dijo - Cuartel, entrenamiento...¿Acaso esta chica pertenece a la marine?- se pregunto el muchacho mentalmente, no quería destrozar el buen ambiente que había, así que permaneció callado.

Cuando el muchacho acaricio la cabeza del pequeño oso este le respondió lamiendole la mano, la joven se sonrojo ante las palabras de Taro y con una sonrisa le dijo al pequeño animal que seria su madre y después se dirigió al chico, dándole las gracias por escucharla y hacer que el paseo fuera mas agradable, Taro sonrió con una amplia sonrisa.

-Tranquila Erika no tienes porque darme las gracias, supongo que otra persona que estuviera ahora mismo en mi posición haría lo mismo, ademas me gusta ser amable con las personas que me caen bien- el chico no pudo evitar soltar una leve risa tras las palabras que le dirigió a la joven Erika, posiblemente para la muchacha parecería un loco que se fía de la gente nada mas conocerlos.

Taro vio a la chica como tras sus palabras cogía aire e inclinaba la cabeza para disculparse con el joven, la chica de ojos azules explico a Taro que si tenia una akuma y sabia lo que eran, pero se lo había escondido por miedo de que se aprovecharan de ella y también por que su padre le había dicho que no se lo contara a nadie, a menos que fuera de confianza, y como Taro dijo que confiaba en ella la joven no dudo en explicárselo.

La joven acabo de pedir disculpas y agacho el rostro levemente, Taro uso su mano izquierda apoyándola en la barbilla de la joven para levantar su rostro, para así con el dedo indice y corazón golpear levemente su frente -Tonta...Como te e dicho cuando nos hemos conocido no tienes porque disculparte, ademas es una mentira piadosa que tu padre pidió que contaras porque se preocupa por ti- dijo el muchacho con una sonrisa amplia en la cara -Ademas e visto como ese tipo salia volando por los aires, así que no intentare aprovecharme de ti, no quiero sufrir la misma medicina- le comento el chico con tono humorístico para sacarle una sonrisa a la joven.

Erika notó que levantaban su rostro y vio que era la mano del chico el que lo hacía, se sonrojo levemente mirándole y notó el suave golpe en su frente, entrecerró un ojo y llevó su mano a la frente para quejarse levemente pero cuando fue ha hacerlo no pudo evitar reír levemente ante la broma del joven, de eso no había duda, cualquiera que se aprovechara de ella acabaría explotando por los aires, pero por si acaso prefería evitar ese tipo de situaciones, normalmente no hubiera usado su akuma, pero eran demasiados y mas grandes que ella así que no le quedo elección ademas de que como siempre su carácter le había jugado la mala pasada, miró al joven de cabello verde y una idea pasó por su mente.


-Bueno pero no creo que Taro-san fuera a aprovecharse de mi, es una persona realmente amable y buena, o eso puedo decir por como se ha comportado conmigo, hum se que a lo mejor soy una molestia pero, es la hora de comer y creo hay por aquí un restaurante, ¿le apetecería comer conmigo? -La joven sonrió dulcemente aun con el pequeño oso entre sus brazos y mirando a los ojos de su nuevo acompañante que le había caído realmente bien, sin duda parecía una buena persona y muy amable así que, ¿por que no invitarle a comer con ella? ademas comer en compañía de alguien con el que poder hablar tranquilamente era realmente agradable y algo que no hacía desde hace bastante.

Taro sonrió al ver a la muchacha reír por su broma mientras se llevaba la mano a la frente por el leve golpe, entonces Erika miro a Taro y le propuso de ir a comer a un restaurante, la verdad es que el chico tenia un poco de hambre, como la chica había dicho casi era la hora de comer -Me parece bien...Y o hace falta que me alagues o me sonrojare- dijo el chico con una amplia sonrisa en su rostro -Ademas creo que tu también eres una muy buena persona-

A Taro a idea de comer le pareció genial, para el comer acompañado era mejor que solo, ademas en compañía de Erika y el pequeño oso seria realmente agradable, Taro apoyo su brazo izquierdo en su katana y se dirigió con la joven al restaurante, de camino a este Taro le pregunto a la joven -Esto... Crees que dejaran entrar a Teddy- no sabia si en aquel restaurante se permitían animales, y estaba claro que la chica no se iba a separar de el para comer, en el caso de que permitieran no pasaría nada, pero al contrario tendrían que encontrar un establecimiento en el cual los permitieran, pero el chico no quería pensar mucho en eso solamente quería pasar un buen rato con la joven y el pequeño animal.

-Por cierto Erika como hará tu padre para comer si no estas- dijo el chico sonriendo, por lo que le había contado la joven anteriormente su padre era un poco manazas en esos temas.

-Pero es que es verdad, Taro-san es una persona agradable y bastante simpática ademas de que también es amigo de Teddy ahora, así que no dije nada que no sea verdad y se sonroja, bueno, creo que a Taro-san le quedaría bastante bien un lindo sonrojo,am lo siento muchas veces hablo de mas y llego a molestar a la gente, lo siento si le incomodo.

Erika suspiró levemente mientras caminaban hacía el restaurante y observaba de reojo a su acompañante, entonces le escuchó acerca del tema del pequeño oso que reposaba en sus brazos y que comenzaba a quedarse dormido, sabía que en casi ningún local dejaban que entrara pero Erika y el pequeño Teddy siempre tenían una solución para ello-- No se preocupe Taro-san cualquier restaurante estará bien , Teddy y yo sabes un par de trucos para que pueda entrar tranquilo al restaurante sin que le digan nada, oh miré ya llegamos así que podre enseñarlo--Se acercó a la puerta como si nada y Teddy se quedo estático en una misma posición tras un susurro de Erika, el pequeño animal casi parecía un peluche, la joven entro sin que le dijeran nada y sonrió sentándose en una mesa alejada del resto para que Teddy pudiera estar cómodo-

-Teddy es muy inteligente para esas cosas...siempre sabe como actuar en cada momento

-No tranquila no incomodas a nadie- dijo el muchacho tras las palabras de la joven, Erika respondió a la pregunta del muchacho sobre el pequeño animal, esta le dijo que cualquier restaurante valdría que aunque no pudieran pasar animales el pequeño oso y la joven tenían un truco -¿Un truco?- cuando llegaron al restaurante la chica que sostenía al oso en sus brazos se acerco a la puerta como si nada, Taro se limitaba a observar, con un pequeño susurro de la joven, Teddy se quedo completamente quieto en una misma posición, el animal parecía un peluche y la chica pudo entrar con el, el chico entro detrás de ellos aguantándose la risa, la escena le parecía graciosa, así que cuando llegaron a una mesa del restaurante alejada Taro se rió levemente para no llamar la atención -Jajaja... Sin duda es un buen truco-

La chica le contó que el animal siempre sabia como actuar dependiendo del momento -No hace falta que lo jures- dijo el muchacho con una sonrisa todavía recordando como habían entrado con el pequeño animal, y a la vez sonreía al ver como Teddy y Erika estaban tan bien sincronizados el uno con el otro -¿Y que mas trucos conoce?- pregunto con curiosidad, quería saber si todos los trucos eran igual o mas divertidos que el que utilizaron en la puerta del restaurante.

-Sip Sip teddy es muy inteligente no por nada vivió casi toda su vida en un circo, sabe hacer muchos trucos por ejemplo se pone a dos patas y hace un baile muy gracioso ademas de que aguanta mucho así y yo le ayudo para que sepa hacer cada vez mas y mas cosas y ayude cuando sea necesario, la última vez me saco de un apuro, y se lo agradezco y bueno am, te haría el truco aquí pero dudo que la gente se crea que es un peluche después de hacer eso y entonces si que sería muy problemático y am...lo siento , se que soy muy habladora y a veces desespero a la gente pero no puedo evitarlo

Erika acomodó al oso en sus piernas el cual dejo de sentirse tenso y volvió a estar normalmente, la joven continuo acariciando el animal hasta que llego la camarera y el oso volvió a tensarse, la joven sonrió levemente y le pidió a la camarera le trajera el menú del día que confiaba en lo que sirvieran ya que no solía disgustarle nada de comer y que le preguntara al joven que comería él ya que ella por su parte , no iba a comerse demasiado la cabeza.


Off: siento sea así de corto pero tengo prisa Dx))

Taro escucho atentamente el pequeño discurso de la joven, le parecía interesante, el animal conocía bastantes trucos y aunque el chico quería ver el baile del oso, la joven tenia razón si lo hacia en el establecimiento no se creerían que es un peluche, ademas aquel pequeño animal según la muchacha le había sacado de un apuro -Si eres un poco habladora- dijo el muchacho sonriendo - Pero es no me disgusta ni me molesta, es mas me entretiene- la joven coloco al oso en sus piernas para que dejase de estar tenso y relajarse un poco, pero no duro mucho debido a que la camarera llego a la mesa para atenderles. El oso volvió a tensarse antes de que le descubrieran, Erika le pidió el menú del día y seguidamente la camarera le pregunto al muchacho.

-Mmm... Veamos que puedo pedir- dijo el muchacho mirando rápidamente la carta, no quería estar mucho tiempo pidiendo, ya que no sabia cuanto podía aguantar el pequeño oso en esa posición -Ya esta- Taro pidió un gran bistec con guarnición de patatas, la camarera tomo nota y se marcho, Taro miro a Teddy sonriendo -Perdón que tardara en pedir, todo tenia muy buena pinta- el chico miro a la joven -Veo que aguanta bastante en esa posición, pensaba que no aguantaría mucho- el chico no pudo evitar una leve risa, hacia tiempo que no estaba tan bien acompañado y en un ambiente tan agradable, y no pudo evitar decírselo con una amplia sonrisa a la joven -Sin duda sois una gran compañía, hacía tiempo que no me lo pasaba tan bien-

Erika se apenó al escuchar que si , era una habladora , pero no podía evitarlo cuando algo le emocionaba o le entusiasmaba , como en este caso los animales, y mas si era su animal favorito , Teddy, el pequeño oso que le recordaba que no estaba tan sola como creía, pero entonces escuchó que a el le entretenía que no le molestaba y la joven Erika sonrió feliz mientras que acariciaba a Teddy el cual jugaba con una servilleta de papel entre sus zarpas, después de haber estado quieto con la camarera delante, ella miró a Taro y negó levemente diciéndole así que no pasaba nada, que el pequeño oso estaba acostumbrado.-No se preocupe Taro-san, Teddy fue entrenado para aguantar horas en la misma posición y encima de una pelota gigante, el pequeño es bastante resistente para esas cosas, aun así le agradezco su preocupación por el.

Erika se sonrojó levemente y negó, normalmente estaba acostumbrada a que la gente dijera que era una pésima compañía o que simplemente no la quisieran como tal, siempre había estado sola e excepción de momentos puntuales, y escuchar aquello le agrado bastante, sonrió feliz y dijo- Me alegra que le agrade nuestra compañía y bueno supongo que ambos , tanto Teddy como yo tenemos complejo de payaso y vamos por ahí haciendo reír a la gente, tanto tiempo en el circo hace que se te peguen muchas cosas- DIjo burlona para echarse a reír, mientras que Teddy la miraba ladeando el rostro y dejando de jugar con la servilleta de papel-