Capítulo 4: Al rescate de una doncella peligrosa

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Los movimientos de la chica por escapar del agarre del joven que se hacía llamar Layfon eran fuertes, decididos a golpear si pudiese y sin importarle lo más mínimo el dolor que pudiese ocasionar, más en este caso no hubo, pues pese a que la joven moviese sus piernas no podía despegarse de aquella pinza que la tomaba por el estomago, aunque al menos en aquel momento ya estaba vestida, si no lo hubiese estado, aquel chico hubiera sentenciado su muerte allí mismo. Incluso sus gritos no habían servido de mucho pues pese a que hubieran captado muchas miradas, el chico de cabellos rojizos no había aparecido, aunque tampoco podía culparle ya que ni si quiera sabía dónde estaba, se suponía que se hallaba junto aquel muchacho que ahora la había raptado p ero las intenciones de aquellos dos no estaban del todo claras.

De todas formas la espera a que el chico se detuviera no fue demasiado larga ya que tras unos pocos segundos este paró y la dejó en el suelo, de pie, pero ella no logró mantener el equilibrio por lo que se precipitó al suelo, hacia atrás, aunque manteniéndose abrazada al libro. Maldijo en voz baja a aquel chico mas no habló, escuchando lo que al parecer tenía que decir a aquel gordo que había frente a ella. En un principio no podía entender nada, hablaba sobre una chica, sobre una localización, e incluso se habían comenzado a pegar cuan niños pequeños...Suspiró, recapitulando; Había terminado de curar a aquella niña, había salido -ya vestida- y se había dirigido hacia la taberna donde se encontraban aquellos dos chicos que anteriormente la habían cuidado desde aquella otra isla, en la que había conseguido unos botes. Pero en aquel momento en el que había abierto la puerta unas personas salieron corriendo desde dentro, seguidas por aquel chico de cabello castaño.

Cerró los ojos unos instantes y una vez más exhaló el aire de sus pulmones, hasta que escuchó como una vez más aquel gordito salía corriendo. No le importaba, y tampoco aquella historia que parecía haberse montado aquel chico, pero le observó mientras este comenzaba a hablar con ella y se disculpaba por haberla tomado de aquella forma, hasta que finalmente formuló una pregunta -Creo que no es la pregunta acertada. Ahora mismo no sé donde estoy asique me es imposible poder orientarme, asique te seguiré, aunque no esperes demasiado de mi- Su cuerpo comenzó a moverse, intentando que sus piernas actuasen tal y como ella requería para poder levantarse, algo que consiguió tras unos instantes -¿Para que necesitáis dinero y por qué hablas en plural cuando tu compañero no está aquí? ¿Ocupado en la taberna es estar bebiendo? También hay esa clase de lugares en el fondo del mar- Comenzó a andar lentamente, siguiendo los pasos de aquella persona.

Layfon comenzaba a andar, justamente despues de que la sirena habia dicho que le seguirá. Segundos despues, la misma sirena llenaba de preguntas la cabeza de Layfon. Preguntas las cuales se podrian responder facilmente, pero dado a la motivacion inxistente del joven pirata, era dificil. Pegando un suspiro, miraba hacia arriba. -Pues veamos....- comenzaba hablando. -Necesitamos el dinero para poder iniciar nuestra aventura, comprando suministros, y cosas asi- se para para recordar la segunda pregunta de la sirena. -Obviamente hablo en plural por que el pelirrojo me acompañara, es el primer miembro de mi banda y tu eres la segunda por lo que tambien me refiero a ti- decia pegando una sonrisa calmada, confiando en que el pelirrojo se quede, y obviamente ella tambien.

-Esta ocupado arreglando un cyborg que se encontró el tabernero.- Decia, pensando que lo mas probable es que la sirena no sepa que es un cyborg. -Un cyborg...se podria decir que es una mezcla de humano y robot, es decir, es mitad carne y mitad metal, por asi decirlo- no sonaba muy convincente, pero era lo mejor que podia poner para una explicacion. Ya que el mismo no sabe exactamente lo que es. -Antes de que se me olvide- dijo el chico, dandose la vuelta. -Dado a que estaras en mi banda a partir de ahora, seria bueno saber tu nombre. ¿Cual es?- preguntaba, tranquilamente mientras miraba al rostro de la chica. Aun un poco sorprendido por el hecho de que tenga una forma humana, con respecto a la forma que tenia antes.

Momentos despues de que haya dicho su nombre, Layfon comenzaba a andar de nuevo. Parandose de golpe al darse cuenta de que no tiene ni la mas minima idea de donde esta sur. -Veamos....tenemos que ir al sur....y sur....esta....- decia algo nervioso, mirando a su izquierda y luego a la derecha. -Por alli.....?- no sonaba muy confiado, mirando hacia la derecha. -N..no- se decia, cruzandose de brazos. -Ahhh.....esto es una mierda.¿No supongo que sabras donde se encuentra sur no?- añadio despues, girandose a la joven que le acompañaba, esperando que ella tenga la solucion a su problema.

Tras aquella situación tan peculiar y el bien provocado enfado de la muchacha, con sus consiguientes preguntas, aquel chico calmo comenzó con su explicación mientras observaba el cielo, quizás pensativo ante lo que iba a decir. Al parecer el dinero era, como había supuesto la joven, para el inicio de una aventura, aunque no sabía realmente qué tipo de aventuras tenían los humanos -¿Qué tipo de aventuras son esas?- Su mirada cambió unos instantes, esta vez curiosa más que enfadada, aunque su postura se mantenía firme y tensa. A continuación el chico respondió otra pregunta formulada por la joven, está un poco más extraña aunque no por ello mal respondida pues incluso añadió a la joven a aquellas aventuras que quería crear, o querían crear, incluyendo al chico de cabellos rojizos, pero la joven no respondió a esto, manteniéndose solamente observándole impasible.

Finalmente la última pregunta fue respondida con una palabra que la joven desconocía "Cyborg", su ceño se frunció extrañado, como si fuese alguna clase de idioma raro -¿Cy...borg?- Su rostro se mostró aun mas extrañado, pero al parecer el chico había notado este desconocimiento por parte de la joven ya que a continuación intentó dar una explicación más detallada, pero no por ello la joven entendió, incluso su rostro pareció aun mas descolocado por aquel solo planteamiento -¿Carne y metal? ¿Robot?...Eso es imposible- Su rostro comenzó a negar suavemente para que recuperase la serenidad que le caracterizaba -Incluso los seres del mar funcionamos con puras reglas biológicas, es imposible que algo inerte como el metal pueda hacer vivir a una persona- Aquello más que sonar como una reproche hacia el chico, o incluso una insinuación de mentira, fue solamente una reflexión sobre sus propios conocimientos.

Tras aquel suceso el chico preguntó por el nombre de la joven, quien le observó de lado mientras caminaba, de forma aun torpe, pero manteniéndose firme en sus pasos -Mi nombre es Kaine- No poseía apellido, mas el chico tampoco había acotado el suyo, por lo que seguramente no sería considerado una falta de respeto. Tras aquello el chico pareció dudar sobre la dirección que debían tomar, algo que la sorprendió un poco, mas se mantuvo pensativa y desviando su mirada hacia el cielo -No sé mucho sobre astrologia, por razones obvias, pero he leído muchos cuentos en los que se guiaban por ellas asique creo que me sabré guiar un poco- Giró sobre si misma unos segundos hasta finalmente acotar -Es por donde vamos...creo. De todas formas por ese lado hay muchos más arboles y estoy segura de que harán un buen cobijo a una cueva para bandidos, sino ya habrían sido detenidos- Una vez más su rostro se giró hacia el chico, continuando tras sus pasos.

-Pues como veras mas adelante, se puede- respondia Layfon a las palabras de la chica, que parecia bastante confusa por el hecho del cyborg. -Ya que lo mas seguro nos acompañara. Y para responder a tus pregunta de antes, no se que tipo de aventuras tendremos, y eso es lo emocionante- La joven sirena se presentaba despues como Kaine. Nombre que nunca habia escuchado Layfon en su vida, pero no le sorprende ya que ella misma era una sirena. El chico aun seguia bastante angustiado por el hecho de no saber a donde ir, la chica al principio tampoco sabia a donde ir, pero tenia una idea. algo de astrologia y guiarse mediante la misma. Layfon no tenia ni idea de lo que estaba hablando, pero confiaba en que ella supiera mas que el mismo. -Ok, pues iremos alli.- dijo despues de escuchar la explicacion de Kaine.

Los pasos de Layfon eran calmados y lentos, para ir al ritmo de Kaine, quien no parecia estar acostumbrada a ir por tierra. -Si las cosas se ponen dificiles, vete y trata de buscar al pelirrojo.- le comenzaba a decir Layfon, preocupandose de que no estaban en el mar. Y tambien por que no sabia lo que le estaba esperando a ambos. Mas y mas se iban acercando hacia un pequeño "bache" que salia de la tierra, rodeado de algunos arboles. Layfon podia ver claramente que lo que se asomaba era una cueva, y justo delante habian algunas personas sentadas, armadas con espadas. -Espera- decia el chico con el pelo marron, agachandose detras de una inmensa roca que habia por el camino. Por suerte, los hombres en frente de la cueva no le habian visto. Mas que anda por que uno de ellos parecia estar durmiendo y el otro estaba leyendo un libro. -Menudos guardas....- decia Layfon.

-¿No creo que lleves nada para defenderte no?- preguntaba Layfon a Kaine. -Es que esto puede volverse algo pesado y peligroso.- añadio despues, girandose a Kaine para poder mirarla. Momentos despues, uno de los hombres comenzaba a hablar. Layfon y Kaine estaban situadios detras de la roca, pero gracias a que estaban mas o menos cerca, podian escucharlos.

-Espero que nos ofrezcan una fortuna por la chica. Sera dificil como esclava, pero sera una esclava valorable- fue lo que dijo, llamando la atencion de Layfon, que con cuidado se volvia a asomar. -Esclavistas eh.....- fue lo que decia Layfon, ahora mas preocupado que antes. -Me estaba esperando bandidos normales, pero esclavistas son otra cosa.....- suspiraba el chico, colocando la palma de su mano en su frente.

Aquel chico no parecía ser de palabras pues sus respuestas eran siempre cortas, simples para responder la duda pero no para dar más datos. De todas formas la joven no se podía quejar, al fin y al cabo ella misma era fría en sus palabras y tampoco dejaba ver su estado de ánimo con facilidad, al menos no el general, pues en las situaciones adversas se le daba bastante bien mostrar su enfado y mal genio, y en esos casos tampoco dudaba utilizar la violencia, aunque su menester fuese lo contrario.

La conversación había parado en el tema de aquel robot humano que había comentado el chico, la joven negaba su existencia, y no era para menos, en su vida había oído hablar de aquellos seres y con sus propios conocimientos era algo totalmente imposible. Finalmente, y tras la primera confusión sobre la dirección en la que ir, comenzaron a andar por el camino que había indicado la muchacha, más fue correcto, pues tras unos minutos tuvieron que esconderse en unas rocas debido a dos personas que parecían estar guardando aquel lugar. La pregunta del joven hizo que la chica frunciera el ceño -Hasta hace una hora he estado desnuda, como no consideres el libro un arma blanca, va a ser imposible que me defienda- La respuesta del joven fue sobre la situación peligrosa en la que se encontraban, más se vio interrumpido por la voz de aquel hombre, y a continuación una vez más comentó sobre ellos, haciendo clara la diferencia entre bandidos y esclavistas.

La joven suspiró y musitó -Si son esclavistas no harán daño a la esclava, cogerán cualquier persona que puedan vender- En aquel momento una idea vino a su mente, más fue arriesgada, aunque de todas formas ella era una muchacha de acción por lo que se giró y comenzó a andar de forma sigilosa -Espero que actúes rápido- Tras unos segundos se encontraba escondida en la vegetación, lanzándose cerca de aquellos hombres y cayendo al suelo -A-ayuda...Unos bandidos me llevaban en su barco y me querían vender...matadles por favor...os pagaré...- Su voz era totalmente teatral pero había ocasionado aquel despiste y confusión que necesitaba, solo esperaba que el chico captara sus intenciones y la salvara, pues no quería quedar como esclava, y de momento parecía haber captado la atención de aquellas personas; Quizás por la belleza exótica y poco habitual, o quizás simplemente por las palabras "vender", que sin lugar a dudas también eran un aliciente.

Tal y como se veia Layfon, su joven compañera sirena no tenia ningun arma. Lo unico que llevaba consigo era el libro con el cual "se orientaba". -El problema con los esclavistas es que son muchos.....demasiados...- decia Layfon, apoyando su espalda contra la roca, para pensar sobre el que hacer ahora. Kaine de repente saltaba, diciendo que el actue rapido, cosa que el mismo no entendia. Layfon esto lo escuchaba mientras sus ojos estaban cerrados, justo cuando los abria para ver a la chica, no estaba. Habia desaparecido, haciendo que Layfon mire de derecha a izquierda. -Donde....- queria decir donde estas, pero fue entonces cuando una voz familiar saltaba.

-A-ayuda...Unos bandidos me llevaban en su barco y me querían vender...matadles por favor...os pagaré...- una voz afeminada, bastante familiar. La cara de Layfon se escruñia, como si ya sabia a quien pertenecia esa voz. Al asomarse por el lado de la roca, vio como Kaine se encontraba frente a los hombres, haciendo un show delante de ellos. Los hombres se levantaban de su sitio y se acercaban a la joven sirena. -Oh...no te preocupes encanto, nosotros de ayudaremos. Vente hacia dentro- decia uno de ellos, levantando a Kaine del suelo y colocando su mano detras de ella, como si estuviera forzandola a meterse. Layfon ya sabia lo que estaba tratando ella, pero no le parecia una buena idea.

Por suerte para el, ambos hombres se fueron dentro con Kaine, dejando la entrada completamente libre. Layfon aprovechaba esto para acercarse a la cueva, y esconderse en la parte derecha de la entrada, mirando por si hay alguien. Cosa que no habia ya que lo unico que podia ver era oscuridad, con un par de antorchas situadas en los laterales de las paredes. Otra cosa que podia notar eran las voces de aquellos hombres de antes, los cuales emitian un cierto eco. -Te cuidaremos muy bien jeje- se escuchaba, cosa que repugnaba a Layfo. -Malditos pervertidos- fue lo que dijo, con cautela.

Su show no había hecho más que comenzar. Pese a que no tuviera ningún arma y tampoco contase con medio con los que poder acabar con aquellas gentes, si podía hacer de cebo, al parecer su condición de sirena también le daba el trabajo de los peces, pero al menos podría ayudar a aquel chico a rescatar a aquella muchacha que había nombrado, aunque a ciencia cierta tampoco tenía por qué hacer aquello, al fin y al cabo aquel chico no le había inspirado mucha confianza, aunque lo había pensado tarde pues aquellas personas ya la habían visto y ahora la ayudaban a levantarse, acotando sobre su seguridad, pero que debía seguirles. Habían caído en aquella trampa fácilmente, algo que incluso había sorprendido a la joven "La superficie está llena de idiotas" pensó mientras acompañaba con una sonrisa a aquellos dos hombres, y a la vez alejada de sus manos, pues si llegaban a tocarla el plan terminaría y aquellos dos estarían muertos, aunque el resto la atraparían.

El interior de aquel lugar era oscuro más una nueva idea vino a la mente de la joven, comenzando a hablar en un tono bastante alto -Aquellos dos me raptaron cuando estaba en el mar y me ataron, pero como no soy muy fuerte, no podía escaparme- Su rostro se giró un poco, intentando visualizar si estaba aquel chico detrás de ella -Si no me siguen por la voz no creo que me encuentren- Aquello fue una clara indirecta, incluso descolocó un poco a los hombres que continuaban haciéndola andar hacia unas habitaciones más oscuras, de las cuales en una pudo escuchar "Puerco asqueroso...Imbécil" la voz no era muy clara desde su posición pero la joven pudo imaginar que allí estaba la muchacha que iban a rescatar -¡Ah! Creo que no lo dije, soy hija de un noble millonario, vi que pagaban mucho por mi pero no pudieron encontrarme asique ahora estoy aquí-.

Finalmente llegaron a una estancia amplia, en la que una joven de cabellos rubios estaba atada. Como era de esperarse se lanzaron contra la joven de cabello bicolor y ataron sus manos, dejándola junto a la otra chica -Hola- Su rostro se giró hacia la chica, tensa pero con una postura serena -Un chico creo que vendrá a salvarnos, o al menos creo que lo hará...- su ceño se frunció un poco, esta vez preocupada, y finalmente sonrió un poco -Creo que será mejor que intentemos rescatarnos nosotras solas- Su cuerpo comenzó a moverse un poco, intentando que sus manos entraran en contracto con la cuerda que mantenía sujeta a la chica de cabello rubio para así poder desatarla.

Aun seguía peleándome con aquellos bandidos y gritando como una loca, cuando de pronto trajeron a una nueva chica gritando como una loca, a priori me pareció que esta chica no entendía en donde se había metido, pero lo que me cabreaba era que los bandidos se acercasen a mí, cada vez que se acercaba uno terminaba por romperle la nariz una pierna o los dientes a base de cabezazos, aunque también los dejaba medio sordos y eso era algo que la joven que habían puesto al lado iba a descubrir muy pronto.

Aquella chica me saludo y me dijo que un chico vendría a salvarnos o que eso es lo que ella creía, lo primero que se me paso por la mente cuando dijo aquello fue que estaba loca por lo que la mire y le dije

-Hola, tía tu has visto muchos dibujos animados, no va a venir ningún príncipe azul, estamos solas y si queremos salir tiene que ser por nuestros medios.

El tono de voz que emplee daba a entender el cabreo que tenia y lo borde que podía llegar a ser a veces, mas para ser sincera lo que realmente quería era maltratar a estos secuestradores.

Alcé la voz nuevamente para seguir metiéndome con los Secuestradores.

-Eh tu feo, si te hablo a ti el de la barba, el perro sarnoso que tiene el ron e la mano, ven aquí.

El secuestrador se acerco cabreado y eso se notaba en el rostro pues aquellas palabras no debían de ser de su agrado, cuando el hombre se acerco le deje inconsciente de un cabezazo ya que era lo único que podía usar pues me alaba atada de pies y manos.
Cuando derribe al secuestrador me quede mirando a la chica de cabellos bicolor que tras decir que intentáramos rescatarnos nosotras solas empezó a acercarse para intentar llegar a las cuerdas que me tenía maniatada, por lo que también me acerque a ella para facilitarle la tarea.

-Si quieres salir viva y libre de aquí mejor desátame y no te entrometas mientras me ocupo de estos insectos.

Kaine ya habia desaparecido por adentro de la cueva, pero por suerte, Layfon aun seguia escuchando como hablaban los hombres. Con pasos tranquilos y sigilosos, Layfon comenzaba a seguirles. Preparado para cualquier cosa, por su suerte, la cueva solo tenia una direccion y no parecia que fuese tan grande. Mientras mas andaba, mas cercana se escuchaban las voces, fue entonces cuando se dio cuenta de que estaban nada mas cruzar la proxima esquina, mas que nada por que se escuchaban las voces solidas. Asomandose lentamente, Layfon podia ver como en aquella sala se encontraban Kaine, unos 6 hombres y otra chica de cabello rubio, probablemente era la chica a la cual pretendian salvar.

-Mmh....- murmuraba Layfon, volviendo a esconderse, desenfundando su espada en el proceso. -Hora de causar alboroto- dijo a si mismo, saliendo de su escondite y caminando lentamente hacia los hombres. Que por su suerte le estaban dando la espalda ya que estaban hablando entre si. La espada la llevaba agarrado con la mano derecha, mientras colocaba el filo sobre su hombro del mismo brazo. Su cara era tranquila, como si todo esto no afectara nada a la tension o nervios suyos. Desafiando cualquier logica, Layfon se colocaba entre dos personas que estaban hablando entre ellas. Eran mas o menos de 2 metros de alto, y dado a que Layfon era algo mas chico, no le veian a la primera.

-Y te digo! ¿Por que no vendemos simplemente a la rubia? La otra nos la quedamos para nosotros.- decia el de la izquierda. El otro ponia cara de pocos amigos al escuchar esto. -¿Pero eres tarrete? Las rubias son mucho mejores.- gritaba tratando de razonar con el otro tarugo. Pero ambos no podian llegar a un acuerdo. -¿Que es lo que piensas tu?- preguntaban ambos a la vez, mirando hacia abajo, donde se encontraba Layfon. Layfon que miraba hacia las dos chicas, parecia primero ignorar la pregunta, pero luego miraba hacia los dos tarugos. -Pienso que deberiais dormir un poco- dijo el joven pirata. A lo que los tarugos se miraba, -¿Dormir? - mirando despues hacia Layfon. -Espera...quien er- la frase no pudo terminarla ya que Layfon habia pegado un salto, clavando su rodilla en la barbilla del tarugo que tenia a su derecha.

El otro viendo esto, quiso agarrar a Layfon, pero gracias a su velocidad, Layfon agarraba el brazo derecho del hombre pegando un tiron, para moverlo hacia el, y clavarle la otra rodilla en el rostro del tarugo. Ambos hombres quedaron incoscientes en el suelo, mientras que los otros miraban a esta escena sorprendidos. -A......e.....- uno de ellos estaba por decir algo, probablemente estaba por alertar a sus otros compañeros.

Una vez estuvo atada su reacción fue bastante simple, desatar a aquella chica, lo cierto es que aquellas personas no parecían muy dadas a pensar aunque sin duda era un punto a su favor, de todas formas la chica parecía en sí problemática, pues su respuesta fue bastante fría. Pese a esto, el rostro ausente de la joven no cambió, más aquellas palabras solo la hicieron sonreír, acotando con sarcasmo -¡Oh, no! No te preocupes, leo cuentos de piratas y sirenas, no me van esos príncipes azules, ¡Además como si aquí hubiese gente azul!- Su tono de voz descendió, como si contase un secreto, aunque en un tono de voz burlesco -Los tritones son azules, pero son muy feos- De todas formas su mirada se dirigió hacia las personas que las habían tomado, hasta que escuchó nuevamente la voz de la chica gritando hacia uno de ellos, pidiendo que se acercase, más para su sorpresa esta le golpeó la nariz cuando se acercó, lo que provocó que la muchacha de cabellos bicolor se intentase alejar un poco, por si alguna gota de sangre la manchaba, algo que por su puesto quería evitar.

Tras aquello, y para no ver la escena, su mirada se desvió hacia la entrada más la sorprendió el encontrar un tanto más cerca a aquel chico de cabello castaño, encontrándose entre dos hombres y a continuación provocando que le vieran, lo que causó alboroto y nuevos hombres caídos. Un suspiro abandonó los labios de la muchacha que una vez más se dedicó a observar otra cosa; La cuerda. Esta se ataba en las manos de las jóvenes por lo que, con un poco de esfuerzo, podría soltar a la muchacha. Su cuerpo por ello se acercó aun mas al de la joven y comentó el hecho de que la desataría, más fue reafirmado por la rubia, por lo que sus manos comenzaron a juguetear con la cuerda hasta que finalmente logró desatarlo, dejando a la muchacha secuestrada libre.

La cosa pintaba bastante bien, 2 en el suelo, 4 aun quedaban de pie. Layfon miraba al resto de los hombres, para luego darse cuenta de que Kaine habia conseguido liberar a la joven rubia que estaba atada a su lado. El pelicastaño se dio cuenta de que habian atado tambien a Kaine, cosa que le irritaba bastante. Lentamente comenzaba a andar hacia la joven sirena, escuchando los quejidos de los hombres. -¿Quien te crees que eres?¿Acaso no sabes quienes somos?- preguntaban, tratando de intimidar al joven pirata. Pero este los ignoraba, llegando a la posicion de Kaine, agachandose despues a ella.

-No vuelvas a hacer cosas asi de peligrosas por ti misma. Y menos en tu situacion actual.- Dijo Layfon, usando su espada para cortar la cuerda que sostenia a Kaine. Con la situacion actual se referia a sin armas y sin tener experiencia en ser humana. -Oe, no toques a nuestra pertenencia- dijo uno de ellos, que sostenia un hacha. Layfon escuchaba esto, girando un poco su mirada. La mano izquierda del chico se levantaba al cabello de la chica, para luego removerlo un poco. Levantandose despues y girandose a los hombres. -Siempre he vivido una vida bastante pacifica, siempre he tratado de solucionar las cosas sin pelear- comenzaba a decir Layfon, quien tenia su espada con la punta tocando el suelo.

Su mirada se situaba en aquella punta, la cual comenzaba a levantarse poco a poco. -Pero........el hecho de hacer lo que se quiera con las vidas de otros seres vivos........- dijo cambiando su mirada hacia los hombres. -La detesto- dijo, haciendo que los hombres traguen saliba. -¿T...te crees que nos importa? Si sacamos beneficio, mejor.- Layfon seguia mirando hacia los hombres. Pero algo no encajaba, la mirada tranquila del chico habia cambiado a una mirada seria, fria....dispuesta a todo. -El solo hecho de que seas esclavista es imperdonable, pero te has atrevido a tocar a uno de mis compañeros- añadio despues, bastante mosqueado, aunque no lo parezca.

Tras el esfuerzo de la chica de cabellos bicolor, había conseguido liberar de las cuerdas que me incapacitaban las manos, y luego me solte las cuerdas que me impedían moverme ya que me habían atado los pies, por lo que al haberme desatado me fui sigilosamente a por el guardia que tenia mi sombrero y mi katana.

Me acercaba despacio pues no me interesaba que se diera cuenta de que había sido liberada, seguramente el chico creía que solo habían cuatro, pero aun quedaban otros tres escondidos en una pequeña sala detrás de una roca, por lo que cuando llegue allí les noquee y me volvi a coger mi espada y mi sombrero, colocándome rápidamente y sin hacer apenas ruido detrás de los excalvistas que estaban mirando en la dirección del chico y la chica que habían venido para luego decirles a los bandidos.

-Eh vosotros, perros pulgosos, si os estoy hablando, vais a pagar el haberme atado y el haber intentado meterme mano Idiotas!!!!!.

Tras aquellas palabras desenvaine la katana y me avalance sobre ellos, dando estocadas para dejarlos heridos ya que no era mi intención matarles aunque se lo merecían y bastante, luego cuando los derrote, los ate junto con los otros tres que me habían quitado varias de mis pertenencias para luego mirarles clavando mis ojos ambarinos y volviéndome una demonio con ellos ya que ahora me iban a pagar con creces lo que me habían echo.

-Veamos, a que imbécil me cargo primero.

Los bandidos se miraron unos a otros y todos decían lo mismo.

-Mata a el primero, no a el mejor.

-¡¡¡Silencio!!!- grite.

-Mejor os vendo yo a vosotros como exclavos para que sepáis como se siente, ¿A que soy generosa?

Decia entre risas algo malvadas para luego volver a dejarlos a base de patadas inconscientes, así pues mire al chico de cabellos castaños que había acudido, me había cabreado que el no hubiera ayudado a una dama como lo era yo, bien era verdad que me las podía arreglar yo sola, mas no me costo mucho esfuerzo acabar con los bandidos, por lo que me acerque al chico de cabellos marrones y tras tirarlo al suelo le puse el pie en la cara diciéndole.

-Pedazo de mono por que no me has ayudado a acabar con ellos?, Donde están tus modales.

Luego sonreí a la chica de cabellos Bicolor y le dije.

-Gracias por desatarme.

Mi cara estaba algo sonrojada y eso se podía notar, muy pocas veces daba las gracias por lo que me daba vergüenza tener que darlas, bien sabia que tenia un carácter muy fuerte pero en el fondo era un sol, solo hacia falta escavar muy al fondo.

Tras la acción de la chica al levantarse la joven de cabellos bicolor se mantuvo observando e intentando alejarse de toda aquella trifurca, si algo ocurría a su alrededor, era probable que fuese peor para ella o que incluso terminase herida, aunque de todas formas lo único que podía hacer era apegarse lo más que podía a la pared. Tras haber caído la mayoría de secuestradores el castaño se acercó a ella, esta vez mintiendo una mirada mucho más amenazante, además de oídos sordos a lo que aquellos hombres tenían por decirle. Mientras la desataba acotó que no debía volver a hacer eso, más una sonrisa se mostró en los labios de la muchacha -Mi vida en siempre está en constante peligro, por un poquito más no pasa nada, aunque gracias- El tono burlesco mostró que no hablaba en serio, pero lo cierto es que tenía razón en sus palabras. Se levantó pesadamente y sus manos comenzaron a acariciar sus propias muñecas, le dolían, aquellas cuerdas y el intento de liberar a la otra joven habían hecho que incluso se formasen pequeñas heridas en su piel. De todas formas su mirada ascendió hasta dirigirse hacia el hombre que acababa de hablar -Yo no pertenezco a nadie, y menos a alguien que es incluso más feo que los tritones- Su ceño se frunció, enfadada, sus palabras no habían tenido mucho sentido pero tampoco en su voz podía notarse un tono amenazante, de hecho sus pensamientos estaban dirigidos a otra parte.

Por esto, cuando el castaño y la rubia comenzaron a pelear con aquellos hombres la sirena comenzó a andar hacia la salida, pateando por el camino a aquellos secuestradores que se encontrasen a inconscientes o muertos. Una vez llegó se agachó y tomó su libro de medicina, más también había otro al lado, el del hombre que anteriormente salvaba la puerta, por lo que lo tomó también, quizás había algo interesante, pero no lo abrió ya que al parecer aquella pareja ya había terminado con su trabajo y ahora la rubia actuaba contra el chico de cabellos castaños, acotando que debía tener más modales, más a continuación dirigió su mirada a la joven de cabellos bicolor y le dedicó una sonrisa mientras agradecía el haberla desatado -De nada, por esto estamos aquí- Su rostro mostró una suave sonrisa, aunque su estado era bastante peor al que mostraba en el exterior, ya que aun estaba bastante cansada, había caminado bastante pese a que ni si quiera pudiera dirigir bien sus pies y encima había servido de cebo -¿Vendrás con nosotros? El chico al que acabas de atacar dice que quiere vivir aventuras y creo que contigo sería divertido, hacéis buena pareja- Su rostro se mostró simpático, aquella chica pese ha haberse encontrado en una situación difícil no parecía haberle afectado, y además también era una pequeña venganza por aquel rapto que había sufrido por parte del castaño.

Layfon estaba por atacar a los hombres, pero algo sucedia en ese momento. La chica rubia de antes comenzaba a gritar, para luego atacar a aquellos esclavistas. El joven pirata no se lo podia creer, estaba bastante sorprendido de lo que estaba haciendo la chica, es mas, no se esperaba que ella supiera pelear del todo. Pegando un ligero suspiro, Layfon guardaba su arma, para tranquilizarse. Nunca se hubiera imaginado actuar de esa manera, por suerte la chica intervino atacando a los hombres, si lo hubiera hecho Layfon probablemente los hubiera matado a todos. Momentos despues, la chica se acercaba a Layfon, tras haber dejado KO a todos los hombres de la sala. El joven pirata no estaba atento, por lo que la chica aprovecho esto y lo tiro al suelo, con un leve empujoncito, pillando a Layfon desprevenido.

La chica acusaba a Layfon de no haberle ayudado. -No hacia falta mi ayuda- decia este, viendo como el pie de la chica se acercaba a su cabeza. El simplemente cogio su espada, la cual estaba metida en la funda, y la puso entre medio de su cara y la pierna de la chica. -Mmh....azul....blanco....- decia el chico, mirando en direccion de la chica. No mostraba emocion alguna, ya que sinceramente no sabia lo que pensar en aquel instante. Por un lado estaba feliz de que la chica y Kaine estuviesen bien, pero por otra parte hubiera sido mejor dejar a la chica atada. La chica despues se giraba hacia Kaine, dejando a Layfon en paz. Dando las gracias por ayudarle, a lo cual Kaine respondia. Layfon, sentado en el suelo, miraba solo a como las chicas hablaban, para que luego girase su mirada hacia la entrada por la que vino el mismo. Juraria que en aquel momento el habia escuchado algo.

-¿Vendrás con nosotros? El chico al que acabas de atacar dice que quiere vivir aventuras y creo que contigo sería divertido, hacéis buena pareja-

Saltaba de repente Kaine, llamando la atencion de Layfon. Llevar a una persona asi con ellos, de hecho sus talentos espadachines podrian servir, se pensaba Layfon. -Pues si, no es mala idea- decia Layfon, levantandose del suelo. -Pues si quieres, bienvenida eres. Pero antes de seguir hablando sugiero que salgamos de aqui, sospecho de que aun quedan muchos con los que deberiamos de tratar....cosa que prefiero no hacer- añadia despues, girandose hacia la salida y comenzando a andar.

Aquel día parecía no tener fin y en el rostro de la joven sirena podía verse claramente, aunque lo cierto es que seguramente para ninguno de los allí presentes había sido un día fácil, por lo que su leve sonrisa se mantenía, no era quien para mostrar el estar cansada cuando habían cuidado de ella la noche anterior, y pese a no haber dormido mucho, había sido suficiente para que reponer unas cuantas fuerzas. De todas formas no tenía intención de mantenerse allí y menos con toda la masacre producida por aquellas dos bestias que tenía como compañeros; Una aquel chico de cabello castaño, y la otra la chica que habían raptado, aunque al final había sido más peligrosa de lo que en un principio parecía. Un suspiro abandonó sus labios y sus brazos se abrazaron un poco mas fuerte a aquellos libros, sintiendo una vez más el dolor de sus muñecas.

Tras ver como el castaño comenzaba a andar hacia la salida la joven también se giró y comenzó a caminar tras él, sintiendo como sus pasos eran un tanto más costosos que al comienzo e incuso más torpes, aunque eran capaces de soportar su peso y mantenerla de pie, aunque más que por su aguante era solo una muestra más de la fuerza de voluntad de la joven. Una vez la cueva quedó atrás el cielo pudo verse de un tono más anaranjado que antes, denotando el tiempo que habían pasado allí dentro, aunque al menos aquel atardecer les proporcionaba algo más de luz, y era de agradecer ya que si se hubieran demorado unas horas más ya la noche habría caído y caminar de aquella forma por un bosque y camino que no conocían, después de haber acabado con una banda de traficantes de personas, no era una buena opción.

Pero la arboleda estaba silente a humanos, lo único que denotaba su actividad eran los canturreos de pájaros y el cri, cri de los grillos, que ya comenzaban a ser más frecuentes a medida que caminaban y se acercaban mas al pueblo. No había tanta distancia, pero los pasos de todos eran más lentos, como si aquella tranquilidad hubiese sido traída tras toda la tormenta. En aquel momento pensó en como estaría el pelirrojo, lo cierto es que se había comportado bien con ella pero no se lo había agradecido, y además no podía evitar el estar preocupada, al fin y al cabo, él mismo le había dicho que gritase si estaba en peligro, y cuando Layfon la había raptado y ella lo había hecho no había acudido, quizás porque no la había escuchado, pero también podía ser que se encontrase en peligro. Aquel chico de cabello castaño había dicho que se había quedado con un tal Cyborg, algo que era mitad humano y mitad metal, y no era algo realmente realista, al fin y al cabo, ella había estudiado todas aquellas razas con las que contaba la tierra, y los "Cyborg" no eran una de ellas. De todas formas aquel libro que llevaba en sus manos parecía contener mucha más información que incluso ella desconocía, por lo que no estaría de mas mirarlo, sea donde fuese que iban.

Lo único que había hecho hasta ahora era ir detrás de aquellos dos jóvenes pero no sabía realmente acerca de ellos, su instinto decía que podía confiar en su palabra, pero ir a tientas no era su estilo, prefería saber de primera mano que se estaba tramando o lo que se planeaba hacer. Ella misma era una joven impulsiva, y su conciencia era la que ponía orden a aquel caos aconsejando el saber cuáles eran las posibles consecuencias de sus actos teniendo en cuenta el plan establecido.

La caminata no era demasiado sonora pero la muchacha, en aquellos momentos de debilidad, lo prefería así. Pudo comenzar a verse aquella granja cuando el sol comenzaba a esconderse y las estrellas resplandecían levemente, no denotando la noche inmediata, pero si avisando de que en unas pocas horas sería ya de noche y todo aquel lugar estaría oscuro.

Tras haber escuchado la pregunta quehizo la joven de cabellos violaceos me quede pensativa un rato, en primer lugar me pidieron unirme a su banda, cosa que me parecia buena idea, mas si no tenia un rumbo fijo y si queria llegar a completar mis metas, y dos lo que dijo la chica de que aquel tarugo con aspecto de mono segun mi criterio y yo haciamos buena pareja, eso me molesto un poco, pero pude notar que lo decia para fastidiar al chico asi que dije sonriendole en ese momento.

-Por supuesto que me uno, no voy a dejar que un chico guapo se me escape jajajaja.

Tras aquellas carcajadas me quede mirando al chico con cara de pocos amigos, no queria salir con ningun chico no por el momento, y ademas aquel debilucho que le retaban no era muy de mi agrado pero suponia que seria divertido meterme con el asi que pregunte.

¿-Bueno donde vamos?

Tras la pregunta segui caminando ya que el cielo daba señales de pronto estar oscuro.

OFF: Siento el retraso en contestar y que el post sea muy corto pero es que no me da tiempo para mas hoy.