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| MISIÓN: Dolor sobre dolor, lagrimas sobre lagrimas | |
| | Autor | Mensaje |
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Kotetsu Tendo Marine
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Mensajes : 90 Fecha de inscripción : 17/07/2012
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| Tema: MISIÓN: Dolor sobre dolor, lagrimas sobre lagrimas Vie Ago 17, 2012 12:47 am | |
| Off: esta misión está en pasado, Tendo todavía no ha recibido la nodachi "Tenken" en esta parte de su historia.
"Tsché..."
La fina lluvia que parecía no arreciar en ningún momento calaba el cuerpo del gyojin, la mera sensación de verse empapado por el agua no era normalmente del desagrado del marine, normalmente prefería su medio natural, el medio acuático, el mar, tan negado a los usuarios de las frutas del demonio como permitido en su basta extensión para él, un "hombre-pez".
Aquella denominación le parecía ridícula, hombre-pez, era como llamar a un perro "lobo-chakal", un perro es un perro y un gyojin no deja de ser un pez por tener forma antropomorfa, aquella denominación, la de hombre-pez, la habían inventado los humanos precisamente para poder hacer una distinción entre las especies, hombres y "hombres-pez", una solemne tontería basada principalmente en las historias de los cuentos para niños.
En aquel momento su mente podría haber estado divagando, pensando en cualquier cosa, pero lo único que estaba haciendo era maldecir la silenciosa precipitación que cubría aquella ciudad, Ohara.
Realmente poco sabía él de aquella ciudad, parecía ser una ciudad prestigiosa archiconocida por los arqueólogos que en ella habitaban, aparentemente contados entre los mejores del mundo, aunque tampoco le importaba que en aquella ciudad habitaran arqueólogos, espeleólogos, geólogos, hidrólogos o lo que fuera... lo que le importaba era aquella maldita, fina e interminable lluvia.
La llamaban "calabobos" y la denominación no podía ser más adecuada, era una precipitación fina pero abundante al mismo tiempo, que cubría con una pátina grisacea la visión de cualquiera que saliera a la calle sin protegerse de la misma con un claro pensamiento en la cabeza "pero si tampoco llueve tanto..." y a los cien metros de salir de casa, sin ganas de volverse atrás uno estaba calado y arrepintiéndose de su estupidez, sintiéndose como un bobo.
La lluvia golpeaba con su insistente precipitación las extremidades del gyojin y lo que en un principio se había convertido en una refrescante bienvenida había dado paso a una tediosa sensación de agobio para, posteriormente, comenzar a recordarle al gyojin las múltiples heridas sufridas en el entrenamiento, todavía no había conseguido bajar de las cien muertes pero cada vez estaba más cerca, aquello era bueno, claro que su maestro, el vicealmirante Yamamoto, no le daba un respiro.
"Maldito viejo... acabará matándome."
Última edición por Kotetsu Tendo el Mar Sep 04, 2012 1:41 pm, editado 1 vez | |
| | | Kotetsu Tendo Marine
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| Tema: Re: MISIÓN: Dolor sobre dolor, lagrimas sobre lagrimas Lun Ago 20, 2012 6:34 am | |
| La lluvia le recordaba el dolor de cada herida pues la evaporación cercana a la costa dejaba en el aire ese característico olor a salinidad que la lluvia se encargaba de recoger posteriormente arrastrando consigo partículas microscópicas de sal, escociendo en las heridas del gyojin como si estuviera lloviendo vinagre del mismo cielo.
Había sido enviado a Ohara no por nada en especial sino porque dentro de la instrucción básica recibida en la marina se encontraba la de conocer en la medida de lo posible todas y cada una de las islas que componían el mundo, con el vicealmirante había estado en Tempestad, ahora le tocaba Ohara por una casualidad del destino, y nunca mejor dicho porque los destinos a los que eran enviados se elegían a partir de una especie de sorteo.
"Como si fuera a encontrar algo interesante aquí..."
Pero sí que encontró algo interesante, la mirada de la gente, la gente no le miraba como a un bicho raro, especialmente los más mayores en los cuales se veía un gesto de aprobación e incluso de orgullo en la mirada, aparentemente era raro que los marines hicieran escala en aquella isla, tan de escaso interés comercial como militar, claro que al pronunciar aquellas palabras delante del anciano Yamamoto sólo consiguió llevarse una reprimenda, un capón y otra reprimenda (cuando recuperó el conocimiento...)
¿Por qué estaba el anciano tan convencido de que aquella isla era mucho más que un montón de piedras milenarias y arqueólogos centenarios? cuando se lo preguntó la respuesta del anciano no pudo ser más contundente.
- ¡El conocimiento es poder, idiota!
Sólo de pensar en la mirada del anciano, en los ojos inyectados en sangre y en aquella extraña sensación de presión que lo había sacudido hasta sus cimientos se estremeció, ¿Ohara? ¿poder? debía de tratarse de una broma, en aquella isla no había nada que tuviera la más mínima relevancia a nivel militar, lo que significaba que aquella isla, a ojos de la marina, no valía para nada, sólo valía para que el Gobierno la anexionara a sus dominios en los siete mares y para que de vez en cuando tuvieran que enviar a alguien a limpiarla de piratas.
¿Le habrían enviado a él para eso?
"Tsché... maldita lluvia..." el recordatorio insistente del dolor sufrido en el entrenamiento le arrancó de sus elucubraciones, se encontraba en la calle principal de la ciudad, no debía de medir más de ocho o diez metros de ancho pero estaba bien asfaltada, "ya podría dejar de llover..."
Última edición por Kotetsu Tendo el Mar Sep 04, 2012 1:42 pm, editado 1 vez | |
| | | Kotetsu Tendo Marine
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| Tema: Re: MISIÓN: Dolor sobre dolor, lagrimas sobre lagrimas Miér Ago 22, 2012 4:26 am | |
| El gyojin se estaba aburriendo en aquella ciudad, paseando por las calles arriba y abajo, mirando los escaparates, la inmensa mayoría de ellos de antigüedades, observando a la gente mayor discutir acerca de prácticamente cualquier cosa acabada en -logía, paleontología, zoología, ornitología, pluviología... dioses... qué gente más aburrida.
Repentinamente un sonido seco, hueco y rotundo lo sacó de su tedio, todos sus sentidos se pusieron alerta al tiempo que los ciudadanos se estremecían, se oían voces preguntando qué había sido eso, algunos miraban al cielo en busca de señales de tormenta pero aparentemente no se trataba de un trueno, de pronto, a escasos doscientos metros de dónde se encontraba el gyojin comenzaron a producirse gritos, gritos desconsolados, sin dudarlo un segundo el marine comenzó a correr hacia dónde provenían aquellos gritos y cuando llegó se encontró un panorama desolador.
- Q... qué demonios... - una mujer se encontraba agachada, aferrando entre sus brazos el cuerpo de un joven en un charco de sangre que comenzaba a empapar las prendas de la propia mujer, se trataba de una mujer que rondaría la cuarentena, tal vez la cincuentena bien cuidada, pero debido a los actos que, sin lugar a dudas, se estaban produciendo las arrugas se le acentuaban muchísimo debido al incombustible llanto de dolor que recorría las calles en señal inequívoca de desesperación, - ¿qué ha sucedido aquí? Los presentes observaban al gyojin con una mezcla de extrañeza, desesperación y en cierto grado alivio, sin embargo los niños seguían escondiéndose detrás de sus padres, desde luego los más de dos metros de estatura del marine imponían casi tanto como su extraña apariencia, de entre la multitud un hombre se acercó al marine.
- Un atraco... un hombre irrumpió en la licorería con un arma y al salir encontró al muchacho en su camino, desgraciadamente el chico hizo un ademán, como el típico juego de ser un vaquero o algo similar, el hombre disparó contra el muchacho y... - el hombre miró hacia dónde se encontraba la mujer, aferrada al cuerpo del muchacho, - pobrecillo...
- ¡Está muertooooo! - repentinamente el grito de la madre heló la sangre en las venas del gyojin, éste, al verse en aquella situación se acercó paulatinamente al cuerpo del muchacho, - mi pobre hijo... él sólo...- el llanto, anegado de lágrimas, cortaba la respiración de la mujer impidiéndola realizar una sola frase coherente, de pronto la mujer levantó la vista observando a Tendo,sus ojos se abrieron como platos al tiempo que el corazón del propio marine se detuvo, - ¿Ten... Tendo?
- No es posible... - el gyojin reconoció inequivocamente el rostro de su maestra de la infancia, la señorita Namishiro, en aquellos momentos mucho más envejecida y desolada que en cualquier otro instante de la infancia del marine, - maestra Namishiro qué... ¿qué ha sucedido?
- Ah... - repentinamente la mujer comenzó a temblar, el labio inferior le bailaba descontroladamente, señal inequívoca del shock que estaba por llegar, de pronto a espaldas del gyojin comenzaron a oirse ruidos, al girarse el mismo observó una figura con una bata blanca acercarse a toda velocidad, se trataba de un médico acompañado de otras dos o tres personas, - ah... - la mujer se había quedado con los ojos completamente en blanco mirando a ninguna parte.
Última edición por Kotetsu Tendo el Mar Sep 04, 2012 1:43 pm, editado 1 vez | |
| | | Kotetsu Tendo Marine
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| Tema: Re: MISIÓN: Dolor sobre dolor, lagrimas sobre lagrimas Dom Sep 02, 2012 3:46 am | |
| - ¡Abran paso! - el médico pasó al lado del marine lanzándole una fugaz mirada, llevaba preparada una aguja que, eficientemente, clavó en el brazo de la mujer, - se trata de un potente sedante, no tardará en quedarse... - antes de que pudiera terminar la frase el cuerpo de la mujer se desplomó, - ha quedado inconsciente, pero está fuera de peligro, - el médico tomó el pulso a la mujer y observó su respiración durante varios segundos, - pulso regular, respiración estable... si... se recuperará del shock, - los hombres que lo acompañaban apartaron a la mujer, sólo quedaba el cuerpo del muchacho en un charco de sangre, se trataba de un joven de no más de siete años, en los rasgos físicos, comunes a todos los jóvenes de aquella edad el gyojin no tardó en reconocer al muchacho, - tsché... qué desgracia... - el médico observó la herida, - herida de arma de fuego con orificio de entrada... un momento... - el médico había colocado el dedo corazón sobre la yugular del muchacho, - ¡este crío está vivo!
Durante un instante todos los presentes contuvieron la respiración, el muchacho había sobrevivido al impacto de la bala.
- ¡No tenemos tiempo, hemos de llevárnoslo de aquí! - varios paisanos acudieron corriendo hacia dónde se encontraba el muchacho, - ha perdido mucha sangre, ¡deprisa!
El gyojin se quedó en medio de la calle, completamente desorientado, hasta que el mismo hombre que le había explicado la situación se le acercó.
- Se fue corriendo por allí, - señaló inequivocamente una dirección, dando las gracias con la cabeza el gyojin comenzó a correr hacia aquella dirección.
Llovía... una lluvia fina e insistente que calaba hasta los huesos, pero el dolor de las heridas escociendo no era nada frente al dolor de una madre que había estado a punto de perder a su hijo, la ira y el dolor empujaban al gyojin a través de las calles, la gente se apartaba a su paso, señalaban con el dedo la inequívoca dirección en la que sin duda alguna debía de haber partido el ladrón, la gente... con sus cabezas bajas y su silencio ensordecedor, ningún testimonio, escasos testigos, todos mudos, nadie quiere hablar... la lluvia empapaba el rostro del gyojin y las laceraciones causadas por los entrenamientos escocían, pero no se podía permitir el lujo de pensar en su propio dolor, ni siquiera se podía permitir el lujo de pensar, sólo podía actuar, correr, seguir corriendo, indefinidamente hasta dar con el tipo que había arrebatado la vida al hijo de la maestra Namishiro.
Recordaba las risas en clase, recordaba la cara alegre de la maestra, debía de haber sido por aquella época pues el cuerpo del chico ensangrentado aparentaba encontrarse en esa tierna edad comprendida entre la infancia y la edad adulta, la pubescencia que lo llamaban algunos, esa edad en la que el organismo se descontrola, en la que a los niños se les llenan las caras de granos y a las niñas les comienzan a salir bultos allá dónde un día no muy lejano tendrían los pechos, dónde descubren el significado de la vergüenza, dónde a los chicos les comienzan a salir gallos en la voz y a las chicas les viene una vez al mes ese resultado del proceso biológico de desarrollo femenino y que las pone en un estado característico de alteración.
Recordaba, o más bien creía recordar el vientre abultado de la maestra, los sofocos, las chocolatinas y la semptiterna sonrisa en el rostro acompañada por un inexplicable rubor, también recordaba el nacimiento del muchacho, qué júbilo, día de fiesta en el colegio a principios de invierno, aquella pelota rosada envuelta en finas sábanas y mantas de color azul revelando así el sexo del bebé, si las mantas eran azules era chico, y si eran rosas era chica.
El rostro de extrañeza del gyojin al observar cuan pequeña era aquella criaturilla, cuan llena de vida estaba, la cara de susto al oirlo berrear desconsoladamente hasta que la tranquilizadora presencia de su madre conseguía apaciguarlo ¿habría sido él igual cuando era pequeño?
Los trágicos sucesos de su vida lo obligaron a separarse de aquellos a los que había conocido, allá en su ciudad de acogida para pasar a formar parte de la marina bajo la tutela del vicealmirante Yamamoto, la vuelta para la ceremonia del funeral de su difunta madre, el encuentro con aquellas personas a las que había dejado atrás, Riruka...
Y en medio de aquellas memorias enterradas en el pasado se encontraba la maestra Namishiro, con un pequeño mozalbete que tendría dos años, dos años y medio, un niño jovial y alegre, sorprendido por el tamaño del gyojin y de la katana que portaba y de pronto el nombre del muchacho acudió a la memoria del gyojin, como si éste hubiera limpiado el polvo de encima de una estantería para descubrir un nombre grabado en la madera.
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| | | Kotetsu Tendo Marine
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| Tema: Re: MISIÓN: Dolor sobre dolor, lagrimas sobre lagrimas Mar Sep 04, 2012 1:44 pm | |
| - Juushiro... - el gyojin apretó los puños apurando todavía más el paso, ya iba a la carrera y encontraría al atracador, y cuando lo encontrara... repentinamente cayó en la cuenta de que a unos doscientos metros, una persona corría, un encapuchado...
Una corazonada... aquel era el tipo que había atracado la licorería y había disparado a Juushiro, el encapuchado giró a la derecha, pretendía despistar al gyojin metiéndose entre calles, pero no lo conseguiría, ¡no iba a permitir que ese hombre quedara impune!
La gente, al observar que el gyojin perseguía a un hombre, más bien, que un miembro de la marina perseguía a un hombre, comenzó a dirigirse al punto en el que el hombre parecía haber despistado al gyojin, poco a poco se fue congregando una pequeña multitud en torno a una casa que parecía medio derruida, medio abandonada, algunos de los presentes se habían hecho con hazadas y demás aparejos de labranza, aparentemente con la intención de linchar, sin conocimiento de causa, a la persona que estaba siendo perseguida por la justicia.
Claro que en los pueblos pequeños las noticias volaban... era probable que la inmensa mayoría de las personas se hubieran enterado ya del trágico suceso que había obligado al gyojin a perseguir a aquella persona y quisieran tomarse la justicia por su mano.
Fue un pensamiento fugaz, un recuerdo del pasado atrapado en su memoria que volvía ahora a la misma para recordarle lo que era sentirse perseguido...
Lo recordaba, la imagen de su padre saliendo frente a la multitud para defenderlo, la forma en la que su padre se había interpuesto a los ciudadanos de la villa en la que había crecido, simplemente porque no era justo, la justicia es un concepto abstracto pero ha de ser absoluta, sin puntos de vista y sin subjetividad, la justicia de los humanos normalmente era injusta en términos absolutos, no porque lo fuera para alguien en concreto sino porque no era parcial, sencillamente por ese motivo que los hombres y mujeres se tomaran la justicia por su mano representaba, de por si, un acto terriblemente injusto.
El hombre se había metido dentro de la casa, los vecinos vociferaban a la entrada de la misma y cuando uno de ellos se dispuso a lanzar una antorcha encendida a la edificación una poderosa mano lo agarró del antebrazo.
Durante unos instantes las voces quedaron silenciadas ante la presencia del imponente gyojin, más de dos metros de hombre-pez, un marine de grandes proporciones con una fuerza física tal que le permitía levantar a un hombre agarrándolo del antebrazo como si fuera un niño pequeño.
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| | | Kotetsu Tendo Marine
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| Tema: Re: MISIÓN: Dolor sobre dolor, lagrimas sobre lagrimas Mar Sep 04, 2012 1:45 pm | |
| - Ni se te ocurra... amigo, - el gyojin soltó el antebrazo dejando que el hombre cayera al suelo, después se dirigió pausadamente a la entrada bajo la mirada atenta de los habitantes de aquella ubicación, - ¡voy a entrar, lo haré solo y desarmado!
Dichas aquellas palabras el gyojin se aproximó a la puerta de la entrada abriéndola despacio, el interior estaba oscuro como boca de lobo, pero un sonido inequívoco llegó a sus oidos, el sonido de un arma siendo amartillada, también percibía el olor a pólvora, a sudor y a miedo, fuera quien fuera el desgraciado que se encontraba en aquella situación tenía dos opciones.
- Una de dos, o me acompañas por las buenas o vienen a buscarte por las malas, - repentinamente un candil se encendió al fondo del pasillo al que daba la entrada principal, - conmigo todavía tienes una oportunidad de salir con vida, pero si te pillan los de ahí fuera la horca va a ser tu opción más probable.
La figura iluminada por el candil mantenía su rostro oculto debajo de la capucha, sin embargo el gyojin estaba seguro de que cualquier movimiento en vano que realizara conllevaría una reacción por parte del sujeto, la reacción más probable era que disparara el arma, el gyojin miró a su alrededor, en el pasillo había un mueble de pequeñas dimensiones, a modo de mesilla, varios cuadros colgados y puertas en los laterales, podría tratar de atravesar una de aquellas puertas pero si el individuo disparaba y desde fuera oían la detonación sin duda alguna irrumpirían en la casa en tropel, o lo que era peor, le prenderían fuego con ellos dentro.
- Tira el arma y ven hacia a mi tranquilamente, - la voz grave, abaritonada, del gyojin resonaba en el pasillo, no trataba de impresionar a su contertuliano sino, más bien, tranquilizarlo, - te prometo que no sucederá nada.
- Oh... - repentinamente el hombre comenzó a hablar, era un hombre porque el gyojin lo había percibido en su propia voz, también por su constitución física, - entonces me quedo mucho más tranquilo... - aquella voz... era como una especie de carraspera constante, la voz de alguien que debía de haber hecho barbaridades a base de alcohol y tabaco, - confiar en un marine... si... parece una buena idea, si no fuera porque...
- Si no fuera porque ¿qué? - el hombre se había quedado en silencio, pero poco a poco fue levantando la cabeza al tiempo que retiraba la capucha, - ¡¡...!!
Aquel rostro... santo Dios... mechones de pelo lacio caían de la cabeza sin ton ni son, el resto del cuero cabelludo estaba cubierto por una especie de pátina plastificada y rojiza, característica de las quemaduras de tercer grado, el rostro era una recopilación de cortes, magulladuras cicatrizadas y partes calcinadas, hasta tal punto que a la altura de la mejilla derecha aparecía claramente el hueso maxilar, había perdido el ojo izquierdo, siendo sustituido por un parche debajo del cual se entreveía la inexistencia de globo ocular, la mitad de la mandíbula derecha era claramente visible y la garganta estaba cubierta por una especie de pátina de piel chamuscada, aquello era lo que producía ese sonido estertóreo a la hora de hablar.
- ¡¡Si no fuera porque ya confié en ellos una vez!! - repentinamente el hombre levantó el brazo derecho armado con una pistola de avancarga de grandes dimensiones.
Desde fuera del edificio se oyó la detonación.
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| | | Kotetsu Tendo Marine
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| Tema: Re: MISIÓN: Dolor sobre dolor, lagrimas sobre lagrimas Mar Sep 04, 2012 1:56 pm | |
| El gyojin reaccionó al tiempo que el hombre levantaba el brazo, con un rápido movimiento se agachó y se lanzó hacia adelante utilizando el mueble a modo de parapeto, el sonido silbante del proyectil pasó cerca de la cabeza del marine.
"Joder..."
Sin embargo el gyojin tenía una baza a su favor, el arma del hombre era una pistola de abancarga, significaba que tras la detonación tenía que introducir la pólvora en el cañón, introducir el proyectil, aplastar la pólvora con el propio proyectil utilizando una varilla y volver a apuntar, tiempo, esa era la baza que tenía el gyojin a su favor.
Se levantó, el hombre se había levantado, con movimientos rápidos y precisos introducía la pólvora en el cañón, se encontraba a unos quince metros, el gyojin comenzó a correr hacia él, el hombre ni siquiera se molestaba en levantar la vista, introdujo la bala directamente enganchada en la varilla, previamente preparada para tal uso.
El tiempo parecía correr más despacio, como si las imágenes ocurrieran a cámara lenta, el hombre amartillaba el arma y comenzaba a levantar el brazo, sin embargo para cuando llegó a extenderlo del todo el enorme gyojin ya se encontraba delante.
La mano izquierda del gyojin golpeó violentamente la muñeca de la mano derecha del hombro haciendo que desviara completamente el brazo, la detonación del arma sólo tuvo como resultado un disparo errado incrustado en uno de los cuadros del pasillo, el puño derecho del gyojin describió un arco desde abajo incrustándose en el abdomen del hombre con tal violencia que lo levantó del suelo.
Finalizado el ataque el hombre se quedó completamente inconsciente, el gyojin lo agarró levantándolo sin apenas esfuerzo y comenzó a caminar hacia la salida, afuera se oían los gritos de los exaltados, lidiar con ellos no sería sencillo. | |
| | | Kotetsu Tendo Marine
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| Tema: Re: MISIÓN: Dolor sobre dolor, lagrimas sobre lagrimas Mar Sep 04, 2012 2:07 pm | |
| Los gritos del exterior no daban lugar a equívocos, pedían la cabeza del hombre, pedían la horca pero, repentinamente, antes de que el gyojin llegara a la entrada del edificio los gritos cesaron, cuando el marine salió al exterior se encontró directamente con...
- Sensei... ¿qué hace aquí? - la gente se había colocado en un semicírculo, nadie osaba siquiera a decir una palabra, aparentemente el anciano había utilizado su "poder de persuasión" para silenciar de golpe toda aquella algarabía de gritos y ruido, - he sido capaz de neutralizar a este hombre, había atracado una licorería y había disparado a...
Repentinamente, al lado del vicealmirante apareció un joven, tenía un vendaje alrededor del pecho pero parecía encontrarse en perfectas condiciones, sorprendentemente pues su tiempo de recuperación había sido extraordinariamente corto, el gyojin ni pudo sino sentir una especie de congoja.
- Tiente tanto que aprender todavía... - el anciano se acercó al gyojin con paso tranquilo y se situó a su lado mirando a la multitud, - este hombre pasa a disposición de la marina para ser juzgado por sus actos, - su voz, tranquila y pausada daba a entender una sola cosa, no había posibilidad de reproches, - ¿está claro?
La multitud, caterba de personas reunidas, se miraban los unos a los otros sin saber qué contestar, aprovechando el desatino general el gyojin comenzó a andar hacia la multitud precediendo a su mentor y superior, cuando llegó a la altura del niño se paró.
- Juushiro... es casi... casi milagroso que te hayas recuperado tan rápido ¿cómo lo has hecho? - el niño, que apenas le llegaba al gyojin a la altura de la cintura, levantó la cabeza mirándolo, en sus ojos podía traslucirse que no tenía ni la más remota idea de lo que había sucedido, - bueno... lo importante es que estás bien... ahora nosot...
- Deja la charla... - el anciano le había golpeado con la vaina de su katana instándolo a continuar andando, - o nos lo llevamos de aquí o lo linchan, además, tienes que rellenar un montón de papeleo y fichar a este individuo, veremos qué dice en su defensa.
Ante la atónita mirada de los presentes se llevaron al hombre en dirección al puerto dónde un barco de la marina los esperaba.
FIN DE LA MISIÓN (ESTE EVENTO DARÁ PARTE A OTRO PARA EXPLICAR LA HISTORIA DEL HOMBRE QUEMADO) | |
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