-Nombre: Kotaro
- Apodo: (No posee ninguno de momento)
-Edad: 19 años
-Clase: Ángel.
-Especialización: Mecánico - Luchador
-Banda: Pirata
-Cargo: Novato
-Descripción Física:
- Imagen:
Es un joven de metro sesenta y cinco de altura, su cabello es de una tonalidad cobriza, resaltando aun más a la luz, posee piel pálida y ojos de coloración azul oscuro, los cuales se encuentran mayormente cubiertos por unas gafas de anaranjado cristal. Suele vestir casi siempre de la misma forma, debido a la dificultad que le otorgan las alas en su espalda para conseguir vestimenta. Llevando una polera de mangas largas en tonalidad rojo y negro a rayas, junto a ella unos pantalones azules. En sus manos, siempre se encuentran unos guantes negros que alcanzan hasta su antebrazo, aquellos que utiliza para perfeccionar sus armas, y son dejados por mera costumbre, haciendo juego con los mismos, sus zapatos se encuentran, compartiendo la misma tonalidad. Conjunto a aquellas prendas se encuentra un chaleco en tono crema, el cual cumple la tarea de ocultar sus alas más que de abrigar.
En general su cuerpo no es robusto, y tampoco es muy dotado en el combate cuerpo a cuerpo, por lo que prefiere utilizar su inteligencia o en casos extremos su agilidad para movilizarse, si bien su capacidad pulmonar se ve limitada debido ser fumador, puede moverse rápido y tratar de escapar, más no puede mantener mucho una carrera.
-Armas: Posee una pistola de cañon ancho, lo cual permite amplificar el rango de disparo, y un cuchillo de pequeño tamaño. Los cuales lleva a la altura de sus caderas, ya sea a los lados de él o cruzados detrás de sí.
-Descripción Psicología: Es un personaje capaz de aislarse del mundo entero en cuestión de segundos, ya sea viendo una de las maquinarias más grandes del mundo, o meramente una tuerca, su mundo pasa por la mecánica y las armas, inclinándose más por las últimas, debido a que su funcionamiento y las diversas herramientas creadas le han llamado la atención desde pequeño. No es alguien que esté muy acostumbrado a tratar con la gente debido a que las alas en su espalda siempre resaltan el rechazo de los “seres humanos” causándole más problemas que ayudas, a demás de que no es alguien que de mucha conversación debido a lo mencionado con anterioridad. Si bien puede resultar alguien fiel, y llegar a unir sus metas con las de alguien más, esto no es ninguna labor sencilla, ya que tiende a ser egoísta y demasiado sarcástico.
-Sueños o metas:
> Perfeccionar un estilo de combate en el cual no tenga que terminar huyendo.
> Poder algún día fabricar el arma definitiva
> Ampliar sus horizontes y lograr conocer todos los mecanismos creados por el hombre en el mundo entero.
-Historia: Kotaro es un joven nacido en la antigua ciudad mitológica de Skypiea, lamentablemente no posee recuerdo alguno de la misma, ya que su infancia transcurrió en meros recorridos y escapes, los cuales eran guiados por su padre. Nunca fue un joven que entablara amistad con facilidad debido a que nunca lograba establecerse en un sitio llevando al no poder conocer gente nueva, encerrando al muchacho ya desde temprana edad a tener que sociabilizar solo con piezas en reparación que su padre llevaba consigo.
Lamentablemente para el joven, jamás conoció a su madre ni pudo saber que era aquello que obligaba a su padre a tener que abandonar un poblado luego de cinco días, lo único que sabía era que este vivía centrado en los aparatos, en la tecnología, en todo aquello ser frío y sin sentimientos, al punto aquel en el cual el joven debía seguir a su padre solo para no terminar perdido.
Los años corrieron, y el joven jamás pudo poseer un sitio al cual llamar “hogar” solo tenía una casa que no lograba durar más de una semana, un padre que vivía reparando un objeto el cual jamás había visto funcionar, y un vacío en su pecho el cual jamás pudo comprender a que se debía, fue solo un día en el cual todo cambiaría para el muchacho, una mañana cuando ya este había alcanzado los quince años, en el que leería una carta dejada por su padre.
En la misma se enunciaba la partida del mismo, en busca de lo que él mencionaba sería el arma ancestral capaz de dominar a todas las razas, un sueño que parecía absolutamente estúpido para el muchacho, mejor dicho una obsesión que había llevado a aquel hombre a perder su familia y hasta su propio hogar, pero peor aun, ese era el inicio del camino para el joven pelirrojo quien debería aprender a convivir por su cuenta, solo con algunas herramientas dejadas atrás por su padre, y un par de armas que logró limpiar y reparar al cabo de semanas, si bien no había tenido una buena relación con aquel hombre, había logrado aprender bastante meramente mirándole y escuchando cada cosa que se cuestionaba a si mismo, era un espectador que ni el mismo mecánico sabía si existía.
Gracias a saber como movilizarse de pueblo en pueblo el chico pudo mantener una vida nómade, intentando robar para sobrevivir, o generando algunos trabajos básicos o de reparación, con lo cual lograba comprar artilugios para repararlos o perfeccionarlos y luego venderlos y ganar más dinero, manteniendo un estilo de vida básico, al menos en los primeros años de vida, pues con el correr del tiempo logró perfeccionar sus habilidades técnicas, pudiendo así explorar de pueblo en pueblo hasta llegar al famoso Loguetown, en donde mantuvo la costumbre de trabajar como manitas, reparando todo aquello que llegaba a sus manos, y así pudiendo negociar en los incontables locales del sitio.
Si bien no estaba contento con la vida a la que su padre le había llevado, incluso teniendo que relajar el estrés de la misma con cigarrillos. Al menos cuenta con un legado de aquel hombre, su oficio y afición por aquellos objetos mecánicos, por aquellas armas y ensamblajes, la cual pudo profundizar en sus viajes, ya sea aprendiendo en locales, con maestros técnicos, o simplemente observando, a tal punto que su ambición crecía cuanto más conocimiento adquiría, al borde de querer viajar por el mundo, solamente para descubrir que más le faltaba, que engrane debía agregar a su vida para volverla más emocionante, intentando así progresar constantemente, para algún día generar dicho viaje.
-Datos extras: Jisei Jisei no Mi