Un encuentro inesperado

-¿Quien eres, pelirroja? - Se sorprendió hasta el punto de que casi deja caer a la mujer, que ahora balbuceaba algo sobre una ''relación'' suya, a lo que fue incapaz de prestr mayor importancia.
No solo su aspecto, sino ahora tambien su voz.
Una huida, un rescate, una nueva vida.
Las imagenes pasaban con velocidad por su cabeza, y el brillo azulado del chico que la salvó volvia a su mente. ¿Porque relacionaba a aquel enmascarado con el chico del que estuvo tan enamorda?
Frunció el ceño y cerró los ojos. Era imposible, aquello había quedado atrás, como una bonita pinzelada de color en su pasado manchado de negro.
De echo, era imposible que aquel chico pudiera seguir... vivo.

-Además, tendrás que enfrentarte a Ken Kenner, mi nuevo tripulante peliazul.- si antes casi la dejó caer, ahora la soltó.

Esa máscara de tranquilidad y frialdad que se había formado, estaba siendo rota por momentos. ¿Kenner? No era estupida y tampoco creía en las coincidencias pero se aferraba a la mentira de que aquel chico frenete a él, oculto tras una máscara, no era el mismo chico que le salvó la vida.
Demasiado le había costado superar su muerte para que ahora volviera a entrar en su vida dando un portazo.
Simplemente, no estaba preparada. No podía volver a verlo, siendo ella la culpable de todo lo que había pasado. Sentía que seguir cargando con ese horrible sentiminto de culpavilidad era su deber.
Se acercó al chico, con el pulso temblosoro y el corazón acelerado, intentando quitarle la máscara que ocultaba su rostro.

Mire que al preguntarle su nombre ella echa para atrás y lo mira casi soltando a la pirata sorprendida, por su voz, se cruzaron los ojos y el pudo ver aquellos ojos por un instante aquellos ojos que vio hace años cuando merodeaba por lugares abandonados una niña llorando con esos ojos y eso pelo de color sangre, una niña que fue tan dulce y amada por mi pero al mirarla de nuevo fijamente escucha la voz de la pirata

- Erza, vamos, sueltame, se que me adoras y quieres que tenga una relacción contigo

Aquel nombre lo dejo ver de nuevo a la niña cuando le acariciaba el pelo y ella respondía

Erza snif snif.. Scarlet… ahora la veía a la niña y a la mujer delante de ella eran parecidas,

volvi al mundo cuando escuche:

-Además, tendrás que enfrentarte a Ken Kenner, mi nuevo tripulante peliazul.

La mira a la pirata desde cuando yo era una tripulante de su tripulación, una mirada sadica mira a la chica pero vuelvo a mirar a la pelirroja de nombre erza, que se acerca a mi para verme atraves de la capucha

- Erza… Scarlet?, cabellos de sangre? Le pregunto incrédulo, mirándola debajo de la capucha sin señal de violencia.

Era ella la que fue mi primer amor hace mucho tiempo, se fue de la isla sin decir nada, después de lo ocurrido estaba contento que se había ido, mire de reojo a la pirata a ver su actitud

Si al final ha causado más efecto del que me esperaba... bueno, cómo Julieto y Romea... aprovechando que me soltara, me escabullí hacia un lado, apartandome, y concentrandome en mi próximo ataque.

- No es que no me agrade la idea de que no me persigan... pero..Dejad de robarme el protagonismo...- arpon en mano, agité la cadena en el aire, sin sonido, como de costumbre por mi poder, afianzandose en el cuello de una Erza, que al parecer, tenía mejores cosas en las que pensar.

Y por el rabillo del ojo vio como Norcissa se escabullia hasta una posición más ventajosa, para atacar por la espalda, con su querido arpón en un peligroso intento de cogerla por el cuello con la cadena de este.
La pirata tenía las habilidades como para atacar de frente y causar daños, parecía que le gustaba atacar por la espalda, como la rata escurridiza que era.
Aunque la culpa era suya por ignorarla de esa forma tan despreocupada.

Con velocidad se hechó hacía atrás esquivando dicha cadena, por poco. Aunque pareciese hasta estúpida, sus habilidades no eran cosa de broma y al haberla ignorado de aquella forma estaba pidiendo a gritos un ataque por sorpresa. Que descuido.

-Ahora no Norcissa, los adultos están hablando. - se mofó un poco. Aunque parecía que su pasado tendría que quedarse a un lado un rato, estaba falta de atención y podría asegurar que no tardaría en volver a reclamarla.

Vi como la cadena intentaba agarrar del cuello a era que encuentro agitado me dio para pensar en cuanto, cogí el arma que estaba alado de erza aquella pistola que había sacado del guardia le quedaba un tiro todavía, así que apunte a la capitana y dispare, era obvio que por algo la llamaban la bruja, así que apenas dispare le arroje el arma con fuerza y corrí en su dirección rápidamente tomándola del cuello, algo se destacaba mi akuma era que me había dado más agilidad aun estando en forma humana algo característico de las mitológicas como la mía, apreté gentil mente el cuello de la joven pirata, pero que sintiera su tráquea siendo apretada, debido a la velocidad mi capucha se corrió y callo de mi cabeza pudiendo verse mi cicatriz y ese mismo ojo rojo parecía imperfecto uno rojo y otro azul era será señal de mi forma hibrida apenas visible


-NO interfieras en mi cosas Norcissa por favor, se que tenéis un pleito pero este no es el momento entiendes, no quiero problemas capitana

Mi mirada inflexible decidida ajena de cualquier sentimiento humano, con aquel ojo rojo cargado de odio y rencor ella podía verlo a simples vista sabía que eso le gustaría a la pirata verme en ese estado algo que ella buscaba, pero no como enemigo

Era rápido... pero podría haberlo esquivado, por favor, tengo que huir de gente que está a mi nivel, tengo suficiente experiencia para haberlo esquivado... pero, así creería que lo tendría todo controlado... veamos que hace...

Así que capitana, si al final me ha venido bien no esquivarlo...y ese ojo... ese destello llameante... akuma... pero, ¿de qué?, una zoan como Namida... ese mismo destello ocultando a una bestia sedienta de sangre.

Habrá que domesticarlo.
- Muy bien, pero sueltame el cuello... cojonato...-dije con una voz algo ahogada, cómica, pero ahogada replegué el arpón, armandomelo a la espalda, levantando ambas manos luego en señal de...: Vale, vale...

Me suelta, y salgo hacia afuera... dejándoles privacidad y tosiendo levemente, es extraño... es como si la bala no me hubiera hecho nada... solo, se calló.

Se extrañó de la reacción del hombre que relacionaba con el chico de su pasado. La defendió y aunque no creía que fuese necesario, su forma al hacerlo era tan simalar a las, como en incontables veces, la había protegido cuando era pequeña. Y se sorprendió más cuando, dado sus rápido movimientos, la capucha que lo ocultaba se cayó.

Era él.

Ese cabello azul que solo él poseía era inconfundible, no solo eso. Su voz y so forma de moverse. Y sobre todo, ese brillo azulado que la salvaba de la oscuridad de sus peores upesadillas.
No necesutaba verle el rostro, ahora descubierto, para saberlo.

Pero, aquel aura de maldad que deprendia su cuerpo al atacar a la mujer que perseguía. Tan inestable, tan diferente al amable chico que una vez conoció. ¿Perdía el control? ¿Sobre qué? Un Akuma.
Su mente relacionaba las cosas con velocidad, buscando una explicación.
Una velocidad muy superior a la de un humano, perder el control. Usuario de una akuma, zoan provablemente, y de un poder importante que no era capaz de controlar.

Tan parecido y a la vez tan diferente.

Frunció el ceño y los labios. Controlando la acongojante presión que se formaba en su pecho.

Vio a Norcissa pasar a su lado, tras aceptar dejarlos solos. Que extraño.

Aunque podría habe esquivado a Kenner sin difucltades, se había dejado atrapar. No solo eso, dejando que saliese podría escapar, ¿Pero porqué desaprovechar la ventajosa situción en la que se encontraba? Teniendo en cuenta que en el estado en el que se encontraba la pelirroja, sería una buena oportunidad para deshacerse de su principal perseguidora. En cambio, prefería alejarse y dejarles privacidad, algo que a vista de otros pudiera parecer hasta un acto de amabilidad, conociendo a la pirata, algo debía tramar.

-¿Capitana? - le dijo al que fue su primer amor una vez la mujer había salido.
Se sentía estúpidamente traicionada por el hecho de que aquel hombre que daba por muerto fuese pirata y no solo eso, ya que no solo era pirata, sino el compañero de Norcissa.
Lo que la hacía sentir aún más pátetica, teniendo en cuenta que era ella la que lo había traicionado a él, abandonándolo.

Mire la reacción de Norcissa que no esquivo mi ataques ni siquiera la bala ella tenía algo más que su brujería algo más avanzado, eso me llamo la atención pero no era tiempo con mi mano en la garganta ella accedió a dejarnos solo al decirle capitana, sería interesante seguirla mientras fuera útil su poderes eran llamativos, ella salió caminando por alado de la pelirroja yo puse mi mano en la cabeza bajando la frente un poco me tape el ojo rojo y al sentir el olor de erza únicamente me tranquilice el ojo se volvió azul, me di vuelta para mirar a erza que lo único que supo decirme fue

- -¿Capitana? –

La mire seriamente no sabía cambiar mi expresión, menos con alguien que me había dejado hace años sin ni siquiera despedirse

- Recién me uní con a su tripulación para vengar mi isla, pero ella no lo sabe y para protegerte de ella

Camine por alado de ella con las manos en los bolsillos pasando por alado de ella seriamente después de pasarla la mire de reojo. Recordando la chica temerosa que conoci hace años de la cual me enamore verdaderamente, mi corazón parecía empezar a latir como nunca lo había hecho desde aquel día del apocalipsis

Paso turno.

Se sentía tan estúpida. Haciendo preguntas obvias y reclamando cosas sobre las que no tenía el más mínimo derecho.
Se quedó allí, quieta, viendo como con frialdad e incluso rencor, el hombre por el que despertaban nuevos y enterrados sentimientos, pasava por su lado.
No recordaba que la indiferencia resultase tan dolorosa.

-Lo siento. - le dijo una vez lo tuvo a su lado, intentando que su voz sonara firme. -Volví, cuando supe lo de tu isla volví, pero tu ya no estabas, pensaba que estabas... - su voz perdía consistencia, gritando por romperse. -... Muerto. - finalizó.

El mira de lado como la joven habla con indiferencia a lo que dice, aquello lo toca pero muy superficial no parece ni impórtale y emite un leve sonido sin diferencia en su tono

–Debería estarlo si fuera por la marina, pero lo hecho hecho esta.

Vuelve a mirar la puerta y baja la mirada poniéndose la capucha nuevamente sobre la cabeza

No sabía cómo actuar debía reprocharle por haberlo abandonado en aquel momento, a ver sido tan egoísta y a verlo dejado con el corazón en la mano, o abrazarla y agradecerle que no se quedo quien sabe podía estar muerta como Amanda, no sabía qué hacer ni si era el mejor momento y si ella era de la marina, de aquellos que tanto sufrimiento le causaron.

Pero algo era verdad la chica hacia latir su corazón y su sentimiento vivo, parecía querer volver a la vida al escuchar su voz como si fuera una canción para despertar de los muertos, aquello tenía que ser una ilusión no podía ser verdad encontrarla aquí después de tantos años no podía ser coincidencia.

El se volteo de perfil para mirarla una vez más desde bajo su capucha esos ojos ese pelo tenía ganas de gritas escarlet pero se mantuvo en el eterno silencio

Se mordió la lengua, la garganta se le secaba y los ojos se le humedecian, algo pátetico, pero no podía permitirse ser débil, no frente a él.
La marina... Había oído algo sobre aquello, que la marina había sido el causante pero se negaba a creelo, sus padres habían sido marines, su hermano y ella misma, hubo un tiempo en el que se plantearon ser marines, si bien corto, existente. ¿Donde los dejaba eso a ellos, entonces?
No le extrañaba que ahora fuese pirata.

Lo vio alejarse hacía la puerta tras una corta mirada indiferente, poniendose nuevamente la capucha ¿Tanto la odiaba?

Quería detenerlo, decirle que no se fuera, que se quedara con ella ¿Pero con qué derecho?

-No quería irme. - sentenció finalmente, con voz aparentemente firme.

Noto como ella se remuerde pero aquello estaba hecho no había vuelta más atrás, los tiempos lindos ya habían pasado y no volvería ella había sido mi amor, difícilmente lo volvería a ser, todo el destino jugaba en mi contra mis padres muertos mi mejor amiga muerta por protegerme y ella mi antiguo amor que me abandono allí enfrente mío cazando a la mujer que sería mi nueva capitana

Empiezo a caminar hacia la puerta iba a encontrarse con mi nueva adquisición cuando escucha nuevamente la voz de erza

-No quería irme. –

No soporto el dolor que ella me había causado por hacerlo, no soporto y me volteo a mirarla con rabia y tristeza

- Pero lo hicisteis me dejasteis y esos malditos acabaron con todo lo que tenia, no dejaron un ser vivo en aquella isla, Mi madre murió para protegerte de esos desgraciados

La mirada seguía inquebrantable en su dirección, ella lo había hecho pero sabía que aquello solo emporaría la situación pero era lo que sentía en el momento, y debía hacerlo, pero en mi mente pasaban flashback de nuestro pasado cuando ambos paseábamos juntos por la playa dado de la manos ella recostaba aquel hermosos cabellos rojo en mis piernas combinados con finos cristales de arena.

Tuve que bajar rostro no conseguía encararla y ser frio ella me estaba avivando el corazón sentía algo en la garganta

Nunca, dese que conocía a Kenner, este le había levantado la voz, pero lo que más le dolió fue la mirada de rabia, dolor y tristeza con la que la encaró.
Contuvo la respiración, no soportava verlo así, prefería que la ignorar, que la odiara, a verlo sufrir. Qué irónico, yendose, eso era justolo que había conseguido.
El chico solo quería una forma de poder descargarse, alguien a quien poder reprocharle todo lo que había pasado, y quién mejor que ella, que justamente era la culpable de todo, tal y como él había dicho.

-¿Crees que ha pasado un solo día sin que me sienta culpable por todo eso? - se excusó como una idiota.
Se sentía tan pátetica.

Sonrió con amargura.

Levanto el rostro con pesar y la miro diciendo aquello, sonrió de forma sádica el había cambiado y de todas las personas que conocía ella era la única que no quería rencontrar aquella disculpa de la joven no parecía encajar, el sufría y ella también aquel encuentro había sido terrible para los dos casi doloroso

- Y yo preguntándome donde te falle para que me dejaras sin ni siquiera decir un adiós

Me volteo nuevamente para la puerta aquello ya no podía seguir así lo mejor sería irse con norcissa y dejarla otro día se cruzarían y quizás el destino les volviese a reír empiezo a caminar hacia la salida

- Yo te ame como nunca antes ame alguien erza

Y queda parado a pocos metros de la puerta sabia que ella era la peor enemiga de su nueva capitana eso aseguraba un nuevo rencuentro pero podría ser en un combate a muerte

Despedirse solo hubiera complicado las cosas. Se llevaba repitiendo eso desde hacía tanto tiempo que ya lo había olvidado. Queriendo creer que su egoísta desición había hecho más bien que mal. Y cada vez que lo pensaba se sentía más estúpida y pátetica.

Se marchaba, quizá era lo mejor, que se aliase con la pirata, que se olvidara de ella, y lo que era aquella tortura constante acabara por fin, que todos los bonitos recuerdos que tenía con él se quedaran en solo eso, bonitos recuerdos, como un discreto rayo de luz que intenta suavizar la perpetua oscuridad de una habitación.
Ante las últimas palabras del peliazul sintió su corazón encojerse y el nudo en su garganta estrecharse dolorasamente.

-¿Fallarme? - repitió, dolida. Si lo dejaba marchar, aquel chico del que estuvo enamorada, aquel hombre de mirada dulce y sonrisa sincera que todavía recordaba de aquellos días de antaño, no solo lo perdería sino que tendría que levantar su espada en su contra y luchar contra él para proteger a sus compañeros o para simplemente, hacer su trabajo.
-Puedo soportar que me odies, que me ignores o incluso que busques mi muerte, pero no puedo soportar que te destruyas a ti mismo de esta forma. - en sus ojos escarlata, caracteristicos por ese brillo soñador de la parte sensible de la Erza que muy pocos conocían, ahora estaban completamente apagados, faltos de toda vida, solamente inyectados en una tristeza que dificilmente puede ser descrita.

Mientras camino la escucho repetir una de las palabras que había dicho se detuvo, no sabía si esto sería una buena señal pero lo haría una última vez quizás antes de volver y terminar en el mundo de tinieblas con Norcissa

En cuanto la escuchaba hablar me remordía era lo único que podía hacer unirse a su lado oscuro y dejarlo reinar, me pare delante de ella y levante mi rostro dejando que ella lo viera por completo la mire directamente a los ojos y alzando mi mano derecha le toque la mejilla aquello me trajo recuerdo lindos momentos que enseguida eran aguados por su abandono y el ataque a la isla en ese momento mi ojo derecho se volvió rojo mirándola se volvió un rojo escarlata tan intenso como su cabello, siempre mantuve sus ojos delante de los míos mientras le acariciaba aquella hermosa piel igual que cuando era chica

-Tu piel sigue siendo igual de linda como cuando nos conocimos

Me reí pero más parecía casi un llanto con lagrimas secas que nunca cayeron y no caerían ese día delante de ella

-Yo pertenezco a este mundo ellos me arrebataron todo lo que tenía hasta te arrebataron de mi, ya no pertenezco al mundo de los vivos dije con desprecio y tristeza eso ultimo hacía referencia que ya no encontraba motivo para vivir a no ser la sed de venganza que me unió a el y me hizo tener como capitana una bruja loca, baje despacio mi mano de su bello rostro

Sintió el roce de su mano en la mejilla y contra su voluntad se dejó llevar. Tantas veces había deseado volver a sentir aquello, tantos recuerdos que creía enterrados volvían como una bofetada a su mente, recuerdos de días felices en los que él era tan solo Kenner y ella tan solo Erza, donde no habían piratas, ni marines, donde no había muerte ni guerra, donde solo eran ellos dos.
Recuerdos doloros por saber que nunca más podrían volver a ser tan solo Kenner y tan solo Erza.

Una risa ahogada. Un llanto sin lágrimas. Un grito de desesperación a la nada.

-Yo pertenezco a este mundo ellos me arrebataron todo lo que tenía hasta te arrebataron de mi, ya no pertenezco al mundo de los vivos. - la presa que se había esforzado en construir para evitar que esas lágrimas que tanto odiaba escapasen se rompió nada más escuchar aquello. Y, buscando una via de escape a toda la trisiteza y dolor, dejó que las lágrimas resvalasen sin pudor por sus mejillas, como un torrente incesante.
Hacía tanto que no lloraba así, hacía tanto que no lloraba.

No podía creer que lo que había escuchado lo hubiera dicho el hombre del que estaba enamorada. Lo miró a los ojos, ahora uno rojo, sin mlestarse en cesar el llanto.
¿Donde estaba ese niño dulce y de mirada viva del que se había enamorado hacía tanto tiempo? ¿Donde había quedado esa amabilidad y bondad que tanto adoraba? ¿Estaba oculto aún en algún mínusculo rincón del corazón del hombre frente a ella esperando ser rescatado?
No quería creer que aquel hombre sin ganas de vivir, impulsado a seguir adelante por sed de sangre y venganza fuera el mismo Kenner que la había protegido en tantas ocasiones, que la había salvado y cuidado.
No quería creerlo, no podía creerlo.

Miro a Erza cuando termine de hablar veo que se le empiezan a derramar lagrimas, había hecho llorar a la una chica que me había importado en año, pero así estaban las cosas aquello que me había pasado me volvió lo que soy un ser que vive por venganza y nada más verla llorar rompió con mi dureza no podía permitir eso pero mi cuerpo no respondía a mi mente únicamente de mi ojo izquierdo el que brillaba con como el mar empezó a dejar escapar pequeñas gotas de lagrimas en cuanto con mi mano derecha iba hasta sus mejillas y se las secaba aquel corazón mío que se había convertido en una piedra ahora parecía querer arder pero el parecía querer ahogar mi corazón de nuevo en oscuridad como siempre, les seque las lagrimas que no parecían querer parar de brotar de sus ojos, esto era mi oscuridad no la de ella, la estaba haciendo sufrir pro haberme vuelto un ser de las tinieblas.

- No llores Mi pequeña niña, siempre fuiste tan alegre sigue siéndolo por los dos

No soporte mas y la abrace tocando con mi mano izquierda su cabeza y cerrando mis ojos ahora lagrimas corrían y parecían mojar mi ojo derecho que no había probado una lagrima desde que el se había unido a mí como uno, el ojo rojo empezó a debilitarse mi corazón parecía vencerlo pero no sabía por cuánto tiempo .

Atentamente la escena entre mi nuevo tripulante y Erza se desarrollaba... sinceramente, no podría darme el destino una oportunidad mejor, una oportunidad para quemar los cielos, arrasar la tierra y convertirme en dios... sin que yo supiera que esa oportunidad fuera de tal trascendencia...

Además, siempre me han gustado las telenovelas en mi barco, vuelven el día a día entretenido... y con la captura o desaparición de Jack y la invisibilidad de Namida, necesitaba otros dos protagonistas... pero tendría que esperar para hablar con la posible futura ex-cazarrecompensas... a solas.

Vio a través de la borrosa cortina que creaban sus lágrimas como Kenner la miraba con dolor. Solo su ojo izquierdo, que parecía ser esa parte dulce de él que no quería creer perdida, conservaba ese azul y dejaba que sus sentimientos y deseos se manifestasen en forma de lágrimas, en cambio, su otro ojo, manifestando su lado más oscuro, de un inteso rojo sangre, se negaba a dejarlo expresarse, aplastando sus sentimientos con implacable escepticismo.
Un constante combate interior, donde el que cediera acabaría absorvido por el más fuerte.

Le secó las lágrima con cariño y la abrazó. Un abrazo que creyó que nunca más disfrutaría. Sus brazos rodeandola, se sentía segura, protegida, como en las tantas veces que la había abrazado por las noches cuado despertaba asustada tras una pesadilla, salvaguardandola entre sus brazos y consiguiendo qeu su corazón volviera a disfrutar de esa calama que tanto añoraba.
Pero también se sentía vulnerable a su lado, como si volviera a ser aquella niña manipulable, y se negaba voler a serlo.

-Yo también he cambiado. - le dijo en un susurro.

Notó como su kimono era mojado por las lárimas que el chico derramaba. No recordaba haberlo visto llorar nunca. Simpre tan vivo y alegre, ahora tan solo una sombra del pasado.

Cuando dolor, cuanta amargura.

Él enterró el rostro en su cuello y no puedo hacer otra cosa que abrazarlo, no quería dejarlo ir y dejarlo a merced de lo que fuese en lo que se había convertido porque sabía, creía firmemente que esa parte dulce del peliazul todavía estaba latente en su interior y que luchaba por salir y volver a brillar con luz propia. Ahora era su turno de protegerlo.
Sentía que si lo dejaba marchar lo perdería para siempre, ahora de verdad. Quería volver a ser egoísta, quería dejarlo todo y volver con él...

Dejó de llorar y lo abrazó.

... pero no podía, otra vez no.

Volví a sentir aquel calor que liberaba el cuerpo de mi pequeña, seguía teniendo el mismo olor el mismo calor, la misma escénica me hacia recordar el pasado pero me dolía cada vez que lo veía la isla la gente que me importaba, ella abrazada a mi aquella noches que llovían con frio con los ojos aun cerrados la escuche hablar sabía que había cambiado era mayor mas linda, más fuerte

- Si lo sé has crecido, te has vuelto toda una señorita y eres muy valiente mi querida niña

Guarde silencio ella si se había vuelto mejor pero yo había entrado en este mundo ella aun podía ser salva yo no, no tenia vuelta más atrás solo me quedaba esta camino de sangre y tinieblas por delante respire hondo y una palabra del fondo de mi alma se escapo como susurro


Salva..me

Volví a aferrarme a su cuello pero esto era un sueño un sueño que se hacía distante la veía alejarse, cada vez notaba los ojos de el por arriba de ellas diciendo que ella ya no me pertenecía mas mi ser no era digno de estar con ella, solté lo brazos dejándola de abrazar como si hubiera dejado de luchar, hubiera rendidme a lado oscuro y la abrazaría ella fue un lindo sueño que no se hizo posible porque torturarme más por esto, como le dije no pertenezco mas al mundo de los vivos

Lo sintió suspirar en su hombro y la calma que estaba retomando su aura volvía a ser inestable por momentos.

Un susurro que solo ella pudo escuchar, un desesperado grito de auxilio.

Un nuevo sentimiento apareció en su corazón, uno que no había sentido desde hacía mucho tiempo; miedo. Tenía miedo. Miedo de perderlo, miedo de no poder hacer nada por él, miedo de no poder encontrar esa brillante sonrisa que añoraba volver a ver de sus labios.

Sintió su abrazo romperse y volver a quedar sumergida en la soledad.

Lo miró, triste, preocupada y angustiada. Se estaba rindiendo, se resignaba a una vida vacía. No permitiría que cometiese el mismo error que cometió ella, no permitiría que sucumbiera ante su propio poder. Respondería a su grito de socorro.
No lo dejó alejarse, abrazándolo ahora ella a él, reconfortandolo, transmitiendole seguridad y cariño, diciendole sin necesidad de palabras lo mucho que aún lo amaba.

-No volveré a irme, estoy aquí contigo y me quedaré todo el tiempo que quieras. - le dijo en un susurro tranquilizador, recargando la cabeza en su hombro.
Se sentía tan culpable, tan horriblemente culpable. Si no se hubiera ido nada de todo aquello hubiera pasado, no hubieran sufrido como lo habían hecho y él ahora no sería una marioneta sin vida.
Todo por su culpa y egoísta desición.

Sentí como me abrazaba cuando la solté ella no me quería dejar ir pero el estaba dispuesto a obligarla, mi ojo izquierdo se volvía cada vez más intenso, mis sentimientos estaba teniendo muchos sentimientos y seguidos no podía controlarlos, la amaba pero la odiaba por haberme dejado, quería quedarme con ella pero tenía una promesa que cumplir, quería vivir con ella, pero sentía la necesidad de abandonarla por su propio bien, yo ya no era estable estaba quedando loco, sucumbiendo a la tinieblas ella era una luz en el fondo de un túnel negro pero estaba muy distante, me causaba mas dolor que felicidades verla y no poder estar con ella, después de unos minutos de un silencio eterno únicamente el contacto de nuestros cuerpos, que nos hacía sentir como jóvenes, aunque nuestras mentes sabían que no podría hacerlo, me separa un poco brusco de ella caminando hasta una de las mesas poniendo las manos sobre la misma suspirando

-No puedo, no soy el mismo soy muy peligroso para estar contigo podría lastimarte, el busca lastimarte para que mi oscuridad sea eterna y absoluta

La mira de reojo únicamente se veía mi ojo derecho el maligno me lo tape no quiera que él la viera y quisiera lastimarla más adelante, me reí

-eres cazadora no por eso andas atrás de norcissa suspire, con una sonrisa sádica en el rostro

El saber que en lo que se había convertido Ken era su culpa hacía que cada vez que lo mirara se sintiera como una vil traidora, un sentimiento no muy lejos de la realidad. Pero estaba dispuesta a dejar todo eso de lado, a dejar de lado en lo que creía por él. porque ahora no podía dejarlo ir sabiendo que se destriria a sí mismo, porque si ya le había costado superar su muerte una vez, no podría una segunda.
La brusca forma de como se separó de ella y el verlo tan consumido y resignado hizo que su corazón se estrujase en un quejido de dolor.

Escuchó sus palabras. Todavía intentarla protegerla, protegerla de el mismo.

-Entonces llenaré de luz esa oscuridad, para que no vuelvas a estar solo. - se acercó a él, poniendole una mano en el hombro, girandolo para que la mirara a los ojos.
Se tapaba su ojo derecho. Parecía luchar contra él mismo. -No tengo miedo, si me quiere, aquí estaré. - quitó con suavidad su mano, que ocultaba ese ojo rojo que parecía brillar pidiendo sangre, queriendo alimentarse del miedo y sufrimiento. -Aunque no me quieras a tu lado, no te volveré a dejar solo, me quedaré contigo, tu solo tienes que ser más fuerte que él.