Asalto a la base marine

Hoy era un dia realmente especial para la base marina de Shelltown, los marines rasos, junto con la elite de los cadetes se presentaban cerca de la puerta principal, creando con sus cuerpos un pasillo de hombres uniformados, presentando el saludo caracteristico mientras miraban el interior del recorrido, aguardando la apertura de las puertas de metal.

Mientras todo esto ocurria las calles de la ciudad se vieron inmersas en una innumerable cantidad de folletos de tonalidades blancas y azules, pegados en paredes y postes anunciaban la llegada de un grupo de privilegiados... Un grupo de marines reconocidos a lo largo del East blue por su capacidad para erradicar cualquier contratiempo o a cualquier pirata que osara atentar contra su tripulacion o su bandera.

Por aquel mar no habia un solo habitante que no hubiera escuchado hablar de ellos, de hecho muchos de los marines que se encontraban en la base se habian alistado con el unico proposito de parecerse a ellos o...¿Porque no?, ser parte de su tripulacion. De hecho su visita se debia a eso...Se rumoreaba por Shelltown que un joven marine, de apenas 16 años, habia logrado las mejores marcas, tanto en inteligencia como en fuerza...Era un diamante en bruto que no pudieron dejar escapar.

Al otro lado del porton se hallaba una gran aglomeración de gente, todos expectantes para ver los rostros de aquellos valientes, que despejaban los mares de cualquier vándalo, eso si, deberían hacerlo tras una barricada de marines armados hasta los dientes, impidiendo que los ciudadanos irrumpieran en su camino y pudieran ocasionarles alguna molestia.

-¡Ahi llegan!-. Exclamo un niño de apenas 8 años de edad, quien corría por el camino de tierra hasta el resto de la gente, los cuales, estaban espectantes por ver, aunque fuera, uno de sus rostros. Para su desilusión, todos y cada uno de ellos se encontraban en el interior de un carruaje, algo extraño sin duda, y mas si se tenia en cuenta que era de una epoca antigua, echo de madera y decorado posiblemente a mano, trazo a trazo.

Las puertas de metal se abrieron y permitieron el paso de parte de los marines junto con el carruaje, dejando tras de si a una muchedumbre algo decepcionada. El carruaje continuaba su travesia, pasadno entre los marines, los cuales se movian para tratar de ver, entre los pequeños ventanales, la cara de alguno de ellos sin resultado alguno.

Finalmente el carruaje se detuvo frente a un hombre de gran tamaño, su cuerpo estaba curtido en el entrenamiento y practicamente parecia una masa de musculos, el cual, saludaba como de costumbre al carruaje.

-Es un placer tenerles aqui señor-. Exclamo mientras que a su lado se encontraba un cadete, nervioso y de aspecto enclenque, aun mas si se le comparaba con el capitan de la base, tratando de hacer el saludo con algo de miedo por lo que se fuera a encontrar. Ante la situacion, el carruaje se abrio y de el emergio un zapato negro seguido de un pantalones de traje, de la misma tonalidad.

En el SilverSoul las cosas seguían su habitual rumbo... hasta, que la noticia llegó a sabiendas de Norcissa.

Los otros tres integrantes de la banda disfrutaban de un almuerzo no-muy-rico-pero-algo-es-algo, acompañado de un incómodo silencio entre Namida y Jack, ahora, marcado cual perro con su collar, que solo se veía apaciguado por la cortés charla de Arsenio.

Norcissa, como era de costumbre en ella, se había encerrado en su camarote a escribir, tocar, y posiblemente, tocarse. O al menos así lo pensó el cerebro de Jack y de Nami, que pensaron justamente lo mismo con un tono "cerebraico" de odio, hasta que Nami siguió con otro pensamiento y Jack quedó dudoso unos segundos debido a " ¿Porqué estaba pensando que se tocaba?"...

Pero porsupuesto la inquietante paz sería aplastada bajo las palabras de la brusca.
Un portazo y una rapida carrera hacia la mesa para dejar un folleto traído por el Cow-News, un folleto, arduo interesante.

- Muchachos... y Nami- puntillizó, le gustaba hacerla rabiar, además debía mantener la máscara y el personaje, a lo que ella solo le respondio con su típica mirada de, "Puta bruja",- Ya tenemos cómo hacer historia.

Su mano se fue apartando del folleto, mientras se reclinaban un poco en sus asientos para ver de qué se trataba esta vez, y a donde les llevaría su insana capitana.

< Me cago en todo lo que he estudiado. Me cae en ella. Me cago en todo lo vivo >

Toco de nuevo el pedazo de hierro que rodea mi cuello. Un jodido collar. Me ha puesto un jodido collar. Maldita loca desgraciada.

Estábamos desayunando, en silencio incomodo, mientras cada cual iba a lo suyo. Excepto el tipo ese nuevo. Hablaba por los codos, como Norcissa, pero mas pesado.

Calla - Espeto, sin mirarle - No es buen momento

Toco de nuevo el collar. Frío y duro hierro. ¿ Porque me resulta tan ?...no, serán imaginaciones mías...no puede ser así...no puede ser que este collar sea...Pienso en Norcissa, en lo que hará en su habitación...Y mis pensamientos van por donde no deberían. Eso no hace mas que hacerme notar mas aun el collar.

< Dios, concéntrate >

Dejo de tocarlo, rápidamente, pues Norcissa entra en escena, diciendo que ya tenemos sitio donde hacer historia. Apoya un papel sobre la mesa y se pone a explicar.

Un momento - Interrumpo su explicación - ¿ Quieres decirme que cojones es esto y porque esta en mi cuello ? - Le pregunto, cabreado, señalando el collar.

Mantengo la mirada baja. No me apetece elevarla para mirar a nadie. Estoy completamente desanimada ya que tengo totalmente claro que por mi culpa esa bruja le ha puesto un collar a Jack. Me froto una de mis manos, recordando el dolor que sentí en ellas cuando creía que iba a caer al mar.

Carezco de las ganas de mirar a mí alrededor, pero sé que me acompañan dos personas más. Jack está en silencio mientras la nueva adquisición de Norcissa, Arsenio, charla. Ignoro sus palabras pues me hallo sumida en mis propios pensamientos. Aunque no son demasiado alentadores son mejores que la realidad.

—Muchachos... y Nami —la escucho hablar. Esas palabras hacen que salga de mi mente. Aunque no quiero verla me encuentro obligada a obedecerla—. Ya tenemos cómo hacer historia.

Suspiro al ver lo que nos muestra. La verdad es que no me interesa demasiado lo que tenga que enseñarme. Pero bueno.

—Un momento —escucho antes de poder sumirme en mis pensamientos nuevamente. Señalando el collar agrega— ¿Quieres decirme que cojones es esto y porque está en mi cuello?

Niego con la cabeza y me vuelvo a adentrar en mi mente mientras repaso la daga que recogí del suelo justo antes de marcharme del bar. Esa daga que había tirado con tanta furia.

Jack siempre preguntando lo evidente... ays.

- Bueno, eres mi esclavo, tenía que marcarte como tal... en un principio pensé, una marca por fuego, pero me dije, buff no, eso estropearía tu cuerpo, así que me dije, ¿Cómo podría marcarle...? Y "fiun" me vino a la cabeza el collar.

Vuelvo a mirar hacia el papel, frotando mis manos.
- Veamos, la cosa es así, grupo de élite marine que viene, invencibles, conocidos en todo el Blue, vamos, les partimos las caras, nos hacemos famosos, y ya por fin podemos llamarnos verdaderos piratas...- porsupuesto, esto es solo parte del plan... los logs pose de la marina, documentos e información son tambien nuestro objetivo... pero a menos personas lo sepan, a más información tocamos.

-Procediendo con el ataque a la base, formaremos dos grupos, un grupo de asalto...- miro porsupuesto a las dos bestias de la banda, para luego girarme hacia arsen, sin mover los pies, con ligera comicidad- y el super grupo de infiltración que abrirá las defensas de la base.- Miro a todos...- o si tenéis una mejor opinión... podéis decirla, al final seguramente haga lo que me de la gana, pero... quiero que os sintáis partícipes...

Ya, claro - Suspiro, sabiendo que no es posible discutir con Norcissa - Ya me lo quitare ya...

Norcissa empieza a contar su plan, aunque la ignoro completamente, debido a que veo que Namida esta triste.

Alegra esa cara - Le susurro haciendo la tentativa de abrazarla - No me gusta verte triste, hace que la luz no brille.

Tras ese extraño momento tierno, presto ligera atención a Norcissa, para enterarme que Namida y yo bajaremos a atacar de frente mientras Norcissa y el otro irán cobardeando por la espalda.

Sonrío, imaginando lo que haría Nor rodeada de marines...Probablemente morir.

Venga - Sonrio a Nami - ¿ Preparada ?

* Tras desembarcar *

Estiro las piernas y la espalda, alejados ya del barco, cerca de Nami.

Aaa... - Apoyo la muñeca izquierda en la empuñadura de la espada, echándome ligeramente para atrás - Just like before... - Canto, arrastrando ligeramente las palabras.

¿ Vamos, Nami ?

Norcissa está comentando algo, más no le presto atención ya que continúo sumida en mis propios pensamientos. Suspiro en silencio y me encojo en mi lugar recordando todavía la conversación con Norcissa en el camino.

—Alegra esa cara —me susurra. Yo en ese momento salgo de mis recuerdos y dejo de frotar mis manos de manera inconsciente—. No me gusta verte triste, hace que la luz no brille.

Lo miro con los labios entreabiertos y con la respiración cortada. Por un momento casi se me olvida respirar. Nunca nadie me había dicho algo así. Toda mi vida había estado acostumbrada a las burlas de las niñas del pueblo, a los rechazos de los niños. Incluso al odio de los que había creído sus padres. Bajo la cabeza, negándome a creer, negándome a sentir más de lo que ya siento.

Ya, sin poder concentrarme otra vez en los recuerdos, presto atención a las palabras de Norcissa. Suspiro al escuchar su plan. Pretende que Jack y yo seamos un cebo humano, porque es lo que pretende.

—Venga —Jack me sonríe y yo intento responder con una sonrisa que no llega a mis ojos— ¿Preparada?

—Supongo —contesto un poco más alegre.

Me levanto y me disculpo mientras salgo de la cocina y subo a la cubierta. Abro los brazos y dejo que el viento me acaricie. Suspiro intentando tranquilizarme un poco. Sin querer vuelvo a frotarme los dedos.

Llegamos al lugar y al bajar al suelo me estiro por completo y suspiro. Veo que Jack baja justo después de mí.

—Aaa... —apoya la muñeca izquierda en la empuñadura de la espada, echándose ligeramente para atrás - Just like before... - Canta, arrastrando ligeramente las palabras, y eso hace que eleve ligeramente una ceja. Lanzo una risilla y me cubro mi boca para que no se note tanto.

—¿Vamos, Nami? —tras su pregunta sonrío, esta vez un poco más alegre y asiento con la cabeza.

Veamos:
Personaje creado delante de Jack para que se coma el coco... hecho
Namida odiandome, hecho
Probar las habilidades del novato, en transcurso
Plan para sembrar el caos y la destruccion alzando nuestro nombre, en trascurso tambien.
Haber ido al baño antes de empezar el plan, requetehecho.


Dios... si es que es la encarnación del orgullo, no se como tiene la columna tan flexible como para lamerse su propio culo...

-...espero que esa belleza tuya nos sea útil, porque si no... bueno, si no no nos vamos a hacer famosos... y eso no mola nada.- ya nos habíamos separado, los macarras para la puerta principal, mientras que nosotros nos colariamos por las calles y callejones anexos, buscando otra entrada a la base marine.

Off: Interpreto el post de Norcissa como que todos los usuarios estan frente a la base marine, viendola desde sus respectivos lugares ordenados por la capitana.

On:

Poco a poco la gente aglomerada en la puerta metalica comenzaba a marcharse gradualmente, indignada por la pesima impresion que le habian causado aquellos "heroes" incapaces de salir de aquel carruaje para un misero saludo. La mayoria se marchaban enfadados, golpeando el suelo o maldiciendoles hasta que se les perdia de vista...Otros simplemente iban en silencio a sus casas, expresando en su rostro, con tan solo una mirada, la decepcion de aquel momento, realmente eran tipos muy apreciados en aquella ciudad.

La base destacaba por un gran muro de hormigon que cubria dos grandes torres de color azulado, las cuales sobresalian con facilidad por la estructura defensiva, cuya unica abertura era una doble puerta metalica de un grosor considerable. Por lo que se podia apreciar, poseia un gran terreno para ellos, ya que desde el muro hasta las torres, habia una gran distancia de la que no sobresalia nada...Campos de practicas, armeria, todo tipo de estructuras menores.

Jakie y Namida se encontraban en la puerta principal, observando todas y cada unas de las personas que abandonaban el lugar, a excepcion de 4 marines, quienes protegian la puerta con rifles en mano, atentos a cualquiera que se atreviera a molestar la reunion que habia dentro. Por sus ropas parecian soldados rasos, y por sus movimientos parecian estar de lo mas tranquilos.

- No lo entiendo, porque tenemos que perdernos la ceremonia, yo queria conocerlos-. Exclamaba uno mientras usaba el rifle como punto de apoyo para no sentarse en el suelo y dar una imagen aun mas lamentable.

- Yo tampoco, nadie en su sano juicio nos atacaria, y encima con la elite del East blue tras las puertas-. Decia otro, terminando con una leve carcajada, con la que intentaba pasar el rato y no ser escuchado por sus superiores. Los otros dos parecian pasar del tema, no querian tener nada que ver con los posibles castigos que les caerian de ser vistos por alguien diciendo o haciendo semejantes irresponsabilidades.

Por otro lado, tras la puerta, Norcissa y Arsen se encontraban observando la parte trasera del muro, el cual estaba perfectamente cuidado, ni un rasguño que permitiera a una persona escalar por ella (una persona normal claro). Al otro lado, aunque invisible a ojos de los piratas, se escuchaban los pasos de varios marines patruyando el interior de manera ininterrumpida, era evidente, con la llegada de aquellas personas, nada ni nadie podia interrumpir lo que estaba por comenzar.

Para toda la banda de Demonsfire hubo algo extraño...Para la cantidad de carteles, los festejos, la gente que se habia acumulado en aquellas puertas... La base estaba, muy silenciosa, hasta el punto de poder escuchar pasos tras un muro de esas dimensiones... O bien habian entrado a una de las torres, o algo extraño estaba sucediendo.

Um...cuatro rasos...- Susurro, entre la gente, cerca de Nami - ¿ Quieres que te guarde dos o me encargo yo de todos ?

Sonrío socarrón a Nami, contento de verla mas alegre que en el barco. Por lo menos el haber sido cariñoso había sido algo bueno...Bien.

Aparto a la gente que había por entre medio, observando la base, para dirigirme a los dos marines de la derecha.

Buenas tardes, me preguntaba si podía ayudarme... - Digo sonriente, acercándome al marine mas cercano de los dos.

Cuando estoy cerca, bastante, desenvaino a Belfast y atravieso al pobre marine por el pecho cogiéndole el hombro con la mano izquierda y pegándome a el. Antes siquiera de que pudiese vomitar la primera gota de sangre ya lo estoy girando hacia el otro, para parar con el agonizante raso atravesado la bala que me envía su compañero.

La gente huye, como es natural, mas yo ya he sido absorbido por el ansia de la batalla. El marine se detiene durante unos segundos, asustado, debido a mi expresión sádica, que le mira desde detrás de la cabeza caída de su compañero. Tiempo suficiente para mi. Avanzo corriendo, aun con el cadáver atravesado en la hoja de Belfas, para hacer lo propio con el marine asustado.

Este vomita sangre sobre el hombro de su compañero, mirándome con un brillo agonizante en sus ojos. Pobre desgraciado.

Han sido de gran ayuda - Susurro a su oído, siendo las ultimas palabras que oye en su vida.

Bajo la hoja de Belfast, haciendo caer así los dos cadáveres, que se amontonan uno encima del otro. Cuando el segundo cadáver toca el suelo, mi expresión ya es de nuevo normal, Belfast ha sido limpiada en las ropas de los cadáveres y esta siendo enfundada.

Um...¿ Nami ? - La busco con la mirada, sonriendo al encontrarla - ¿ Que tal ? ¿ Seguimos ?

Nuestro afeminado amigo parecía algo inquieto con la seguridad... pero seguro que no teníamos que preocuparnos por nada. Sin previo aviso, lo tomé de la cintura cual saco papas, y con mi poder activado sobre la cadena que rodeaba mi cuerpo, imitando un salto, llegamos arriva. Procediendo a soltarle.

- Se que no ha sido muy elegante... así que omitiremos esta parte de la historia.

—Um...cuatro rasos... —me susurra le lanzo una sonrisa. Estoy un poco más animada— ¿Quieres que te guarde dos o me encargo yo de todos?

Me sonríe de manera socarrona y eso hace que yo eleve una de mis cejas y sonrío un poco. Aparta la gente que nos molesta en el camino y observa la base. Se dirige a los dos marines de la derecha mientras yo me quedo un poco retrasada.

Ignoro a Jack para ponerme con lo mío. Me adelanto unos pasos y utilizo mis conocimientos de medicina para librarme de los otros dos que quedan. Presiono un punto en el cuello de cada uno de los marines para que caigan a mis pies, inconscientes.

Sonrío a Jack cuando termino mi misión. Tomo la daga que se encuentra en mi muslo y abro las gargantas de los dos marines para que no molesten el trabajo que vamos a hacer. La sangre encharca el suelo y la pantera ruge en mi interior al verla. Sedienta de este líquido rojizo.

—Um... ¿Nami? —sonríe al encontrarme. Me hallo de pie con los dos marines a mis pies— ¿Qué tal? ¿Seguimos?

—Claro que sí —comento como respuesta con una sonrisa.

Debido a la impaciencia de Jakie a la hora de atacar a aquellos marines, tras matar a los dos con un rapido movimiento de espada, recibio un disparo en el hombro de los otros dos, que le llevo a caer al suelo con el cañon de uno de los rifles apuntando a su sien...Por suerte Namida estaba alli y con un simple gesto noqueo a los dos marines restantes, quienes fueron degollados manchando el suelo con su sangre.

La herida no era muy profunda, por suerte los cadaveres de aquellos marines habian detenido gran parte de las balas y solo se habia llevado una de poco peligro para su vida. Namida, quien conocia perfectamente la herida, sabia que no era mortal, sin embargo podria ser un problema para pelear.

Off: Como T abandona el foro si puede ser Nami, me gustaria que rolearas que te lo llevas al pueblo o algo asi para no tener que matar a su pj, en caso de que quiera volver algun dia.

On:

Mientras eso ocurrio en el interior de la base no parecia haber nadie alertado por los gritos de aquellos marines, de hecho se encontraban algo mas preocupados por ver la ceremonia que estaba teninedo lugar en uno de los torreones.

La llegada de Nor y Arsen no paso totalmente desapercibida, un cadete, quien necesito urgentemente usar el muro a modo de servicio, se encontro con dos piratas a su espalda, provocando que este quedara con la cara totalmente azulada, con un miedo de tal nivel que no era capaz ni de gritar.

*Estoy muerto* Pensaba entre sollozos, mientras que, para su suerte, dos de los marines que patrullaban el interior, consiguieron ver a los intrusos. -Alto ahi, queines sois y porque estais ahi-. Exclamo a punta de pistola, a unos cuantos metros de ellos.

Al tiempo que todo esto ocurria fuisteis capaces de ver un gran cumulo de marines que entraba al interior de la torre, rodeando a un grupo de personas que no conseguisteis distinguir ni reconocer debido al monton de personal que se movia hacia la torre.

Miré al lado, por suerte no habían visto el cómo habiamos llegado... a excepción de nuestro amigo cagoncete...

- No nos apuntéis...- dije con tristeza cómica, alzando los brazos mientras me acercaba al marine de espaldas a nosotros, pegandome a su espalda, totalmente, quizás con un leve restriego, siempre me gusta poner nerviosa a la gente. - Sólo queremos ver a los fantásticos nuevos marines que han llegado, queríamos colarnos, ¿tan malo es admirarles?

Los marines comenzaron a mirarse entre si, no entendian como habian entrado, y mucho menos que hacia aquella mujer restregandose con alguien que, por el puro miedo, habia parado repentinamente de "vaciar el tanque" y se encontraba a la espera de una muerte rapida.

*Esta mujer no esta en sus cabales, porque hace eso...Quiero irme a casa* pensaba entre sollozos entrecortados por sus intentos de no moquear y quedar aun mas patetico que ahora, con los pantalones bajados casi completamente.

-Alejate de ese cadete y marcharos de aqui cuando antes-. Replico uno de los marines, dando un paso al frente y bajando levemente la mira de su pistola, aunque el otro seguia encañonandonos, primero a Norcissa y despues a Arsen, tanteando unos segundos entre cada uno de los dos. -Me importa poco la admiracion que sintais, al igual que los aldeanos, se os prohibe la entrada, acompañadnos ahora mismo por aqui, no hagais ninguna estupidez-. El marine lo dejaba bastante claro y, retomando de nuevo la mira de su pistola, espero pacientemente a que te retiraras del joven y caminaras hacia la salida.

- Está bien.. está bien... - avancé hacia los otros dos captores, para, que entre de mis ropas la cadena se cerniera sobre la testa de mis enemigos, a la vez que giraba, como si hubiera hecho yo el ataque.

-...y tú, más vale que nos lleves ante los - extendió su mano, pegando indice y pulgar , para chasquear la boca- "ñik ñik". ¿Capichi?

La sangre de los dos marines asesinados por mis manos riega de un color rojizo mis pies mientras fijo la mirada en Jack, que también ha finalizado su pelea contra los otros dos.

Mis ojos lo evalúan y descubro daños, como ejemplo una bala incrustada en su hombro. En este momento la herida no es mortal, pero si la bala continuara dentro podría coger una infección y si serlo. Un dilema se abre en mi mente. Una batalla entre el deber con mi capitana y... “¿Qué mierda digo? Mi deber siempre será con aquellos a lo que tenga que curar” tomo a Jack y busco el modo más rápido de llegar al pueblo para poder extraer la bala y curar su herida evitando que coja una infección.

Al llegar a un buen lugar en el que poder trabajar con tranquilidad suspiro y comienzo a hacer lo que debía. Extraigo la bala y lo dejo en la cama, todavía inconsciente.

El cadete, quien ya habia parado de hacer sus necesidades y se habia puesto el pantalon correctamente, seguia de cerca a aquella mujer, algo mas confiado al tener a su espalda dos marines que le protegian con aquellos rifles. Se encontraba comodo de echo incluso se creia parte de la marina, lastima que esas ideas se borraran de golpe al notar como una cadena sujetaba su cuello y lo levantaba un par de centimetros del suelo...No le estaba ahogando sin embargo le resultaba bastante molesto que el unico punto de apoyo fuera su cabeza, por lo que rapidamente se coloco sus manos en aquella cadena e intento patalear para salir de aquel problema, volviendo a sentir en sus carnes miedo e impotencia...Algo, que desde que llego aquella mujer, empezaba a ser un sentimiento comun en aquel chico.

Los marines que estaban tras de ti se quedaron petrificados, mas por la hazaña de manejar con tal sutileza aquella cadena que por el echo de tener al cadete sujeto de ella. - Maldicion, bajamos la guardia-. Dijo uno de ellos mientras apuntaba al rostro de la mujer, secundado segundos despues por su compañero, quien habia sido omitido por completo de aquella conversacion, pero que pretendia seguir amenazando con su arma hacia la mujer. -Sueltale, no hagas estupideces, sabes que esto es una base y podemos traer refuerzos...La vida de ese cadete no nos importa en lo mas minimo, tenemos una orden mas importante, proporcionar seguridad a los que se encuentran en la torre-. Sus palabras, aunque duras, eran razonables, eran ordenes de su superior y en condiciones normales el no cumplirlas traeria consigo un castigo fisico y la posible deshonra de la base por tener en ella a personas de tal importancia.

Al escuchar aquellas palabras, observaste que el niño dejo de pelear, bajo sus brazos y comenzo levemente a soltar una lagrima tras otra, su sueño, ser marine, pisado por aquellos dos estupidos. En parte sabia que tenian razon sin embargo el estaba alli para un dia proteger al debil, no para usarle de carnaza cuando el momento lo requisiera, estaba enfadado, pero sabia que no podia hacer nada contra la fuerza de aquella mujer, posiblemente alli terminara su aventura.

Mientras todo esto ocurria uno de los ventalanes mostro una figura en las sombras, apartando una cortina y mirando la escena impasible, queriendo comprobar la pasta de la que estaban echos esos marines y porque no...La de aquella mujer, quien desde luego no era una aldeana de la ciudad.

El mundo muestra su ruin faceta, siquiera la vida de un chaval importa ahora, no valen ni los dos Berries que sellan rapidamente los tubos mecánicos, no importa nada... pero yo siempre fui diferente al resto del mundo.

-...no disparéis...- la cadena sobre su cuello bajó algo de presión, mientras se veía empujado por las manos de Norcissa- Vamos, tienes que llevarme ante los importantes... si lo haces bien no tendrás nada que temer.

Porsupuesto mi negativa fue respondida con disparos, dos explosiones y los cañones doblados hacia atrás mientras se deshacían de las armas y veían sus manos con esquirlas metálicas.

-...no te preocupes por ellos... al fin y al cabo, ellos no lo han hecho por tí. Camina.

Los marines no fueron capaces de ver el rapido movimiento que ejecutaron aquellas dos monedas introduciendose en los cañones de sus fusiles. Estaban apuntando a la mujer y sus palabras no eran escuchadas, ya que, al no verlo, tan solo pensaban que era una burda estrategia para ganar tiempo y no recibir un disparo.

-Dispara-. Exclamo el que habia mantenido la conversacion durante casi todo ese tiempo, viendo como instantes despues su cañon se ensanchaba y un humo negro les tapaba la vista. -Cof...cof...Maldita que has hecho, debes ser bruja-. Exclamaba uno de ellos tirando el arma al suelo y viendo sus manos llenas de sangre, provocando que ambos se marcharan corriendo ante la mirada atonita del cadete.

En parte tenia razon, porque se preocupaba de quienes le habian echo semejante jugada, de no haber sido por la personalidad de aquella mujer habria muerto o en sus manos o en una posible bala perdida de sus propios compañeros...Se limpio las lagrimas, se acabo llorar por alguien que no lo merece, se dio media vuelta y señalo la torre. -No nos esta permitido entrar alli dentro, sin embargo se que la 3 planta aguarda a los que posiblemente vienes a atacar-. Te explicaba mientras se tomaba su tiempo para indicarte donde estaban cada una de las escaleras, pasillos y habitaciones que necesitabas conocer para llegar hasta alli. - No se lo digas a mis superiores, pero por las noches siempre entraba porque la segunda planta tiene la despensa y mas de una vez me han castigado sin comer...por eso conozco el interior-. Decia algo cabizbajo por haber roto las reglas, aunque ahora que habia descubierto que la marina no siempre es justicia, estaba algo mas tranquilo consigo mismo.

Miro a aquel muchacho... quizá y solo quizá, si sigue dándome ventaja, quizá pueda quedarse en nuestra banda... y remplazar a los inútiles que deberían haber atacado ya a la base por el frente.

- Quédate con el niño Arsenio. Y busca algo interesante que puedas obtener mientras yo apalizo algún que otro marine. Si acepta, que se venga con nosotros, necesitamos alguien que cocine..- arranco la cadena del cuello del niño, avanzando hacia donde se me ha informado, preparandome para afrontar más de un problema, situando mi arpón en mi mano, y mi guitarra a la espalda. Y una bala, en el bolsillo interior de la capucha.

Sin que nadie pudiera verlo, nisiquiera Arsen, aquel niño, aprovechando que te encontrabas a espaldas de el, mostro una macabra y fria sonrisa por un segundo, como si todo lo que estuviera ocurriendo fuera algo que ya conocia de antemano, para aquellos que la veian aquella mirada retiraba de inmediato la palabra niño o mocoso de su vocabulario para referirse al cadete.

Antes de que pudieras reparar en la ventana con aquel sujeto, este ya se habia ido, en el momento en el que habias inutilizado a esos dos marines habia recaudado la informacion necesaria sobre ti, mostrando una leve sonrisa seguida de un leve movimiento de su lengua recorriendo toda su boca... El hecho de haber visto la sangre le gustaba y ahora ansiaba mas. Debido a un pequeño resquicio de luz, se pudo observar un rostro quemado, entorno al ojo derecho y una sonrisa adornada por un pintalabios...Fuera quien fuese no era un notavo y te lo iba a demostrar.

-Chicos-. Dijo una voz femenina bastante sensual a la par que amenazante. -Tenemos compañia... Esta sola, pero no me importa, quiero matar a alguien, lo necesito-. Musitaba con un cierto tic de nerviosismo.

-Pe..pero señor, usted habia venido a por este muchacho que prometia tanto-. Decia el marine que previamente habia esperado a la llegada de aquellos marines, apuntando al mismo joven tembloroso que no se atrevia ni a mirar a quienes tenia delante.

-Por dios, ¿en serio cree que este estupido niño merece mi atencion?, no se preocupe, yo se porque hemos venido aqui, ahora si me disculpa-. De forma educada y con un cierto rintintin de superioridad, dejo atras a los presentes y, de manera pausada, comenzo a bajar las escaleras seguida de varias sombras cuyo numero aun estaba por determinar.

Mientras tanto en el exterior de la torre, tu no sabias nada de lo que alli dentro ocurria, sin embargo si pudiste ver que, en la entrada, ya habia un pequeño escuadron de marines, posiblemente alertados por aquellos que habian terminado con las manos inutilizadas, ya que, por sus movimientos, sabias perfectamente que tenian miedo, no habia nada mejor que el boca a boca para atemorizar a quienes no habian tenido nunca un combate real.

-¡Al...alto ahi bruja!-. Exclamo uno de ellos, confirmandote las sospechas...Desgraciadamente quien tenia miedo era mas peligroso, ya que cualquier paso en falso que dieras podria provocar que comenzaran a disparar de forma frenetica.