Entre borrachos

Luego de preparar un delicioso banquete para todos mis compañeros del barco me dirijo a Norcissa

-Capi me voy un rato a los bares del pueblo, no zarpen sin mi ehhh!!!- Le digo y bajo todo contento del barco, sin esperar la obvia respuesta, me cortara la cabeza cuando vuelva.

Decido quedarme en los bares cercanos al puerto, suelen ser los menos vigilados y con la peor clientela, si llego a meterme en problemas seré uno mas de todos los idiotas marinos que esta de paso. Voy caminando tranquilo y a paso lento, no tengo apuro y decido tomarme mi tiempo en elegir mi lugar en el mundo. Finalmente llego a un lugar apartado y muy descuidado en el final del puerto, cuando me acerco un poco debo agacharme para esquivar a un tío que salio volando por una ventana haciéndola añicos.

-¡Sep! ¡ Aquí es definitivamente!- Sonrió por mi suerte, cargando al que voló por los aires entro al lugar pateando la puerta, para gritar -¿Quien fue el idiota que me lanzo esta porquería?! Vengo a devolvérsela!-

Al entrar observo todo a mi alrededor, es un lugar bastante pequeño como para 25 o 30 personas, con 5 mesas y sus sillas, una larga barra en el fondo con taburetes, esta sucio y desarreglado y se nota que todos los presentes están relacionados con cosas del bajo mundo, algunos encapuchados en al barra y por el bar, junto a tipos que mostraban cicatrices y tatuajes.
Todos mi miran luego de esa entrada y escucho murmullos, un tipo que estaba en la mesa mas cercana a la puerta y a mi se levanta, es un gigante calvo de pasaría los 2 metros, fornido, con una cicatriz que cruzaba toda su cabeza hasta el cuello y se dirige a mi:

-Yo fui quien lanzo a ese estupido debilucho por la ventana- Se acerca amenazante unos cuentos pasos -¿Algun problema capullo?-

Lo analizo de arriba a abajo "El típico grandote con mucha fuerza y nada de cerebro, esto sera fácil" le lanzo al tipo que llevaba colgado, con lo que el tipo cae destrozando la mesa donde se encontraba antes.

-Claro que tengo un problema ¿Quien te crees para ir tirando basura por doquier? Y peor, lanzandomela a mi!-

Mi actuación de ofendido tuvo la reacción que esperaba, talvez mas, varios se levantaron y trataron de ayudar al grandote mientras que otros me rodeaban. Me limito a quedarme parado y sonreír, veo como el pelado se saca de ensima a sus socorristas a base de puñetazos.

-Estas muerto enano, te retorsere el pescuezo como una gallina- Se abalanza sobre mi con los brazos extendidos pretendiendo atraparme.

Lo tomo por ambas muñecas y las utilizo para impulsarme, dándole un rodillazo en medio de la cara que le hunde la nariz en la cabeza y cae muerto al instante, mientras sostengo el cuerpo muerto miro fríamente a los demás que retroceden espantados.

-¿Algún otro valiente que quiera impedirme beber en paz?- No recibo ninguna contestación, dejo caer el cadáver y me siento solo en el final de la barra -Cantinero, un ron-

El cantinero, un tipo que rondaria los 50 años, alto, fornido, no parecía inmutarse de aquello simplemente estaba parado limpiando un vaso con un trapo, me mira de reojo y se agacha a buscar algo en la parte inferior de la barra, luego de unos minutos se vuelve levantar con una botella llena de polvo la cual sopla un poco y se me acerca para dejarme el vaso y la botella. Cualquiera pensaría que me estaba dando una botella olvidada en algún rincón por lo que se ofendería, pero como buen conocedor de tabernas se que esas botellas son las mejores guardadas y cuidadas por su gran calidad.

-Toma, a cuenta de la casa- Lo miro extrañado, ese tipo de cosas no se regalan y se da cuenta de mi sorpresa -Ese gorila estaba arruinando lo que quedaba de mi negocio, por lo menos déjame agradecertelo de esta forma, antes de que te maten sus compañeros o te lleven los marines-

-Muchas gracias, no era necesario se lo tenia merecido por capullo- Le contesto y me sirvo un vaso -Trae un vaso para beber conmigo, total según piensas estoy por morir y no le negarías una petición a un condenado- Le hago un ademan de servirle un vaso. El viejo me mira con los ojos bien abiertos y se ríe, trae otro vaso donde le sirvo hasta el borde.

-Eres un cabrón raro- Bebemos el vaso al tiempo hasta el fondo.

-Pues si entrar a un lugar y cargarse al mas gilipollas es raro, soy de lo mas raro- Digo riendo y sirviéndonos otro vaso, me giro a ver al grandote tirado y veo que algunos lo estan empezando a cargar.

-¿Que van a hacer con el?- Le pregunto al cantinero, estaba por levantarme a acabar con los otros tipos para que no me delataran cuando me detiene con su mano en mi hombro.

-Se lo llevan a algun lugar para hacerlo desaparecer, estas cosas pasan y nadie de los de aqui quiere llamar la atencion de la marina, si tu me entiendes- Se bebe su vaso y sirve mas, luego continua hablando -Igual no se irán por mucho tiempo, volverán con varios tipos a por ti, yo te recomiendo que te vayas ahora y te quedes cerca de algunos marines-

Me vuelvo a sentar, bebo pausadamente mi vaso y me sirvo mas -Que vengan, son un montón de basura comparados a un pirata.- Miro de soslayo al viejo para esperar su reacción.

-¿Pirata? Bueno es cierto que no se les comparan, ¿A que te dedicas?- El maldito viejo ese parece ser de hielo, no se mosquea en lo mas minimo.

-Solía ser un artista marcial, ahora solo soy un cocinero- Lo miro sorprendido por su naturalidad y sus preguntas.

-En fin... Si no quieres escapar y estas entrenado... Trata de no destrozar mucho mi bar, es lo único que tengo- Por fin avisto algo en el, al decir esa ultima frase en sus ojos veo una mezcla de amenaza, suplica y... ¿Tristeza?. Bebe de un trago su ultimo vaso y vuelve pesadamente a su trabajo atendiendo a los demás clientes.

Lo miro unos minutos luego de que se fuera antes de terminar mi vaso y servir otro, la pared detrás de la barra tiene un gran espejo que utilizo para vigilar todo el lugar.
Los que se habiendo llevado el cadáver volvieron encabezados por un tipo extraño, acompañados por algunos mas y se me acercan.

-Mi nombre es Henry... Henry Clars y el que mataste era mi hermano- Escucho que me habla pero paso de el para seguir bebiendo -Solo quería que supiera el nombre de quien te envió al infierno- Saca su espada y la alza por ensima de su cabeza, restando le importancia termino de beber, sirvo el ultimo vaso dejando la botella vacía.
Blande su espada para matarme, esperando el ultimo segundo agacho la cabeza tomo la botella y se la estrello en su cara, dejándolo desfigurado.

-Mátenlo!!- Grita agarrandose, se abalanzan sobre mi, con lo que quedo de la botella apuñale a uno en el cuello ganando tiempo para levantarme, tomo al próximo y le rompo un brazo con una llave, un tercero me parte una silla en la espalda a lo que respondo con una patada a su pecho alejandolo varios metros, continuo golpeando y siendo golpeado.

Luego de varios minutos peleando, habiendo asesinado a otro par y lesionado otros tanto se escucha un grito -Quietos todos!- Uno de los encapuchados se había levantado de su lugar y ahora revelaba un feo rostro y un sombrero marine -Están todos arrestados!- los encapuchados se levantan y muestran ser marines armados.

Enseguida todo el bar se vuelve un enorme caos, marines atacando a los bandidos que se defendían como podían los muy desgraciados, algunos pocos intentaron escapar por la puerta pero solo se escucho una serie de disparos y varios gritos, una compañia de fusilamiento seguramente.

-Muchas gracias, te cargaste a los mas peligrosos y nos ahorraste muchos problemas y bajas- Se me acerca el que habia gritado, enseñandome una maliciosa sonrisa -Ahora se un buen pirate y dejate atrapar, no tienes escapatoria- Saca un par de esposas abiertas y me las deja en la barra esperando que me las ponga yo mismo.

Tomo las esposas y las miro detenidamente, el sujeto sonrie aun mas pensando lo sensillo que fue su mision y el ascenso que seguro lo daran, decido borrarle la sonrisa de la cara... O mas bien alargarsela, antes de que pueda reaccionar utilizo las esposas para atravezarle ambos cachetes hasta que choco con el hueso de la mandibula y lo dejo retorciendose de dolor en el piso. Sonriendo mientras camino hacia un marine que había quedado horrorizado por lo que hice, no opone resistencia cuando le rompo el cuello.

-Oye cocinero! Por aquí!- Me doy vuelta y veo al cantinero evitando que un tipo me dispare por la espalda, haciendo que se dispare el solo a la cabeza -Si quieres vivir sígueme- Y lo veo desaparecer detrás de la barra, salto para buscarlo pero solo veo una puertilla oculta abierta.

Reviso que nadie estuviera viendo para saltar dentro de la trampilla, cerrándola detrás de mi, veo al cantinero esperándome con una antorcha encendida y cuando me ve bajar da media vuelta a caminar por un pequeño túnel.

-Siento lo de tu bar- Le digo mientras lo sigo -De verdad no era mi intención que nada de esto pasara-

-Tsk, deja de molestar que no fue tu culpa, esos malditos marines lo iban a hacer estuvieras o no tu- Se da vuelta y me da un coscorrón tan fuerte que me hace caer al suelo -Parece que esos idiotas decidieron no pagar por la protección de ese sargento al que tu le dejaste esa sonrisa, por cierto me gusto ese toque- Continua caminando sin esperarme.

Me levanto extrañado "Maldito viejo..." apuro el paso para alcanzarlo -Viejo! ¿Como ese debilucho estaba destruyendo tu negocio si eres tan fuerte? ¿"Protección"? Diablos no entiendo nada- Me pongo a su lado y lo miro mientras camino.

Esta vez me da un puñetazo directo a la cara que me hace quedar en la pared -Crío idiota, PROTECCIÓN! Los tipos le pagaban a unos marines para que no los arrestaran, por eso mismo yo no podía hacer nada, me hubiesen arrestado a mi- Me pone en pie con una mano y me hace avanzar nuevamente.

-Ok ok, solo deja de golpearme- Le digo agarrándome la mejilla, esto dolerá mañana -¿Que piensas hacer ahora entonces?- Se para y me encara, me cubro para evitar que me golpee... Pero no lo hace, veo la furia contenida en sus ojos.

-Pues no queda mas que volver a mi vida anterior... Pirata como tu- Lo dice al tiempo que abre otra puerta oculta y salimos a un callejón en el otro extremo del puerto, la cierra detrás de mi. -Cuídate chico no dejes que te maten, hoy has hecho feos enemigos... Y un buen aliado, ya nos encontraremos y te pagare el buen momento de hoy- Se aleja entre callejones y yo decido volver al barco sin que nadie me vea.