Kiricco Madarame

Al llegar a la sede del gobierno, me dijeron mi próxima misión, era la de escoltar a un hombre anciano el cual estaría en el puerto de aquella isla hasta llegar a su hogar, aquel hombre no era un hombre normal y corriente ya que este poseía un gran poder adquisitivo, al decir esto comprendí de que era un hombre muy importante para el gobierno, así que me subí a un barco y me fui hacia aquella isla. Al llegar, el hombre ya se encontraba sentado esperando al enviado del Gobierno, me acerque a él y le dije:

Urano: Disculpe, soy el Agente enviado para su acompañamiento hasta su hogar, me envía el Gobierno.
Hombre Anciano: Parece que el gobierno no ha tardado en enviar a un agente, esta bien, acompañame a mi casa.

El hombre se levanto del lugar donde estaba sentado, comenzó a andar y Urano posteriormente lo siguió.

Al poco rato de comenzar a andar, Urano le pregunto a aquel hombre.

Urano: Disculpe, ¿me podría decir donde se localiza geográficamente su casa?
Hombre Anciano: Esta en lo mas alto de aquella montaña, en donde la naturaleza es limpia.

Después de terminar su frase, un hombre se nos acercó y le dijo al hombre al que escoltaba:

Hombre: Señor, ¿ya ha llegado de su viaje?
Hombre Anciano: Eso parece.
Hombre: Espero verle por la ciudad pronto, en la taberna han sacado un nuevo menú.
Hombre Anciano: La semana que viene bajaré de las montañas para hacer unas gestiones, me pasaré por la taberna ese día.

Al terminar esta frase, seguimos nuestro camino y llegamos a la entrada del camino que nos llevaba a las montañas.

Al llegar a la entrada el hombre anciano me dijo.

Hombre Anciano: Es un camino muy largo, debemos pasar por el cuartel de la marina, seguir mas arriba hasta llegar al puente, después debemos seguir un camino hecho con piedras que termina en un río, al llegar al río deberemos seguirlo hacia arriba hasta llegar a otro puente y después seguir el camino de tierra hasta el final, en el final de ese camino de tierra hay un árbol grande y justo a la derecha de ese árbol esta mi casa.
Urano: Esta bien.

Los dos empezamos a subir la montaña sin problemas, hasta un punto en el que el hombre anciano tropezó y cayo al suelo, entonces le dije.

Urano: Disculpe, creo que es un poco duro para usted, déjeme echarle una mano.
Hombre Anciano: Gracias.

Cogí al hombre anciano subiéndolo hasta uno de mis hombros y comencé a subir la montaña con el anciano encima mía.

Al llegar a la mitad de la montaña, vimos el cuartel de la marina, en la salida del cuartel de la marina, había un sub-oficial de esta el cual me dijo:

Marine: Urano, ¿otra vez por aquí?
Urano: Sí, estoy en una misión acompañando a este hombre.
Marine: Cuando bajes de la montaña pasa dentro del cuartel, que en este lugar siempre podrás descansar después de una dura misión.
Urano: De acuerdo, gracias.

Continué subiendo la montaña hasta llegar al primer puente, cuando llegamos, nos dimos cuenta de que el puente estaba roto y no había forma de pasar. Entonces, como agente del gobierno, tenía que buscar la manera de pasar así que comencé a pensar el como poder seguir el camino.

Después de unos minutos pensando, miré ami alrededor para ver que elementos de la naturaleza podía usar para pasar, en un lado del camino, vi un tronco y se me ocurrió usarlo como puente, lo arrastre con mi fuerza hasta que quedara en paralelo con el puente destruido, me puse en el de pie, aguantando el equilibrio y lo cruce junto al anciano. Seguidamente continuamos el camino de piedras mientras el hombre anciano me dijo:

Hombre Anciano: Menos mal que se te ha ocurrido como poder pasar por ese lugar, sin puente no podíamos pasar y es un suicidio intentar pasarlo saltando.
Urano: Desde pequeño me he entrenado para este tipo de cosas, estoy acostumbrado.

Continuamos el camino de piedra hasta llegar al río.

Llegamos al río, así que el siguiente paso era seguir río arriba hasta llegar al siguiente puente, y eso fue lo que hicimos, llegamos al puente, lo intentamos cruzar pero el puente se tambaleaba mucho, así que teníamos que tener cuidado pero finalmente logramos pasarlo. Después seguimos el camino de tierra que me indicó al iniciar la subida de la montaña. Mientras caminábamos, vimos a un pequeño gato herido, el hombre anciano me pidió que parará y eso hice, bajo al hombre de mis hombros y lo puse en el suelo, entonces aquella persona se acercó al gato, lo cogió y dijo:

Hombre Anciano: Me lo quedaré, lo curaré y le daré de comer, no me gusta ver a los animales heridos.
Urano: Esta bien.
Hombre Anciano: Ya estamos cerca, puedo seguir andando.

Continuamos nuestro camino hasta ver el árbol grande del que me habló al principio.

Llegamos hasta el árbol y tal como me dijo, a la derecha estaba su casa, entramos en ella y aquel hombre curó al gato con un botiquín situado en el cuarto de baño de aquella casa, después me dijo:

Hombre Anciano: Urano, quédate un rato, el camino ha sido largo y creo que debes descansar un rato, quieres algún refresco para reponer fuerzas?
Urano: Se lo agradezco y aceptaré el refresco. Por cierto, ¿como esta aquel gato?
Hombre Anciano: Esta bien, tengo una idea, ¿porque no te quedas a dormir esta noche y mañana vuelves al pueblo?
Urano: De acuerdo.

Y así fue como pasó el día, se hizo de noche y ambos se fueron a dormir.

Al día siguiente, después de desayudar, me despedí de aquel hombre y baje de la montaña, pero antes de llegar a la ciudad, me pasé por el cuartel de la marina a saludar, después de ser recibido por los marines, me fui a la ciudad, me dirigí al puerto, preparé todos los alimentos y necesidades que tendría en el regreso a la sede del gobierno, me subí en el barco en el que había llegado el día anterior y partí a mi destino. Mientras el barco se movía podía ver a algunos marines despidiéndose con la mano. Al salir del perímetro de la isla dije en voz alta:

Urano: Nos volveremos a ver, hasta la próxima.

Urano en ese momento cerró los ojos y recordó que la forma de ser de ese hombre se parecía mucho a la de su difunto padre.