Kiricco Madarame

-Nombre: Kiricco Madarame

- Apodo: "Gatling" Madarame

-Edad: 18

-Clase: Humano

-Especialización: Luchador

-Banda: Pirata

-Cargo: Pirata Novato

-Descripción Física: Kiricco es un joven fornido, de una altura de unos 1,84 mts, su cabello es negro, y se encuentra desparramado por todo su craneo un tanto desordenado. Sus ropajes usualmente son oscuros, no le gusta mucho lucir colores, una camisa negra o blanca y una chaqueta negra constituyen su vestimenta del torso, y unas botas negras y unos pantalones negros, recubren su cuerpo de la cintura hacia abajo. En la parte de atras de su cabello, tienes unos adornos tribales que llegan hasta la mitad de su espalda. Su cuerpo esta recubierto completamente por cicatrices que fueron realizadas en su epoca de niñez.

-Armas: No posee armas.

-Descripción Psicología: El joven Madarame es una persona seria, se suele tomar muy a pecho su trabajo, es usualmente quien se pone los pantalones en lo momentos de problemas. Es un tanto perezoso, pero a la vez irasible, por lo que si se lo molesta puede ser lo ultimo que se haga. Cuando se enoja agacha un poco la mirada para que sus ojos queden oscuros tapados por su flequillo. Aun asi, el es capaz de dar su vida por las personas que ama, solo que no demuestra sus sentimientos, pero bajo esa coraza dura, hay un buen corazon.

-Sueños o metas: Ganar en una Guerra contra la Marina, encontrar el One Piece, destruir completamente la Prision Impel Down, convertirse en uno de los Yonkou mas temidos.

-Historia: Cobijado bajo el seno de la Familia Madarame, una rama prestigiosa de los habitantes mas comodamente acomodados en lo que a economia se referia, Kiricco nacio en la ciudad de Loguetown, hogar de innumerables historias de Pirateria y combates, y justo en medio de ella, en aquella legendaria plaza, se disponia aquel enorme palco, donde el Rey de los Piratas, habia encontrado su fin. El joven desde pequeño fue educado para llevar el negocio familiar, una pequeña empresa de vienes raices, a la que no le iva muy mal que digamos, y cuando fuera mayor de edad, una enorme herencia recaeria sobre el, una responsabilidad de lo mas pesada para un joven que ni siquiera sabia de los retos que daba la vida, aun. Pero en su familia, habia una persona en particular quien le daba fuerzas y animos, para seguir su propio camino, a pesar de los deseos de sus padres, el Abuelo Horace, un anciano que en su memoria, tenia historias e historias, de una vida no muy apegada a la ley.

Aquel viejo pirata, llenava de historias de proezas, combates, tesoros escondidos en lo mas recondito de los Oceanos, a aquel apantallado corazon, que quedaba enamorado de los relatos, que fueron llenando de vida sus dias. Asi, fue como su cautivada mente se fue alimentado y formando, hasta que en el momento de cumplir los nueve años, huyo aquella noche de luna llena, hacia lo mas recondito del bosque a las afueras de la ciudad, en busca de un poco de libertad, y aceptacion. Dia tras dia, el hambre aumentaba, en su juvenil mente solo se le habia ocurrido llevar cantimploras con agua y una que otra con zumo, pero milagrosamente, a sus ojos llego, aquella esplendorosa y de lo mas tranquilizadora imagen, un viejo dojo, donde parecia, un anciano tomaba el te, sentado bajo la galeria. Corriendo el joven Madarame, se avalanzo sobre las galletas que habia sobre un madero, recibiendo una buena tunda de aquel anciano nippon. Amablemente el anciano, ofrecio a Kiricco estadia, pero el joven buscaba algo mas, entrenamiento, lo necesario para convertirse en un pirata, pero no se habia dado cuenta, de que lo encontro en el mismo momento que vio el dojo.

Alli en aquel lugar, se hospedaba tambien otro joven, Yamamoto Bellwether, quien entrenaba fervientemente en el arte de las dobles espadas, ambas eran cortas. Ni bien lo vio, Madarame desconcertado, consulto al señil anciano si entrenaba algo mas "-Niño no te puedo ofrecer mas que lucha cuerpo a cuerpo, es lo unico que necesitaras, si completas el entrenamiento y consigues el premio." Dijo el anciano con sus ojos entrecerrados, y sin dudarlo, Madarame asintio. Los años pasaron, entrenando y entrenando para convertirse en un gran luchador, pudo ponerse a la par de su compañero Yamamoto, a quien ahora ya consideraba su hermano, hasta que aquel dia llego, el mismo momento en que los jovenes cumplieron 18, el anciano, les dio una caja a cada uno, que contenia una reliquia familiar. Expectante Kiricco abrio la caja, y entonces vio alli, aquella fruta extraña y unica en el mundo, y quiza fue un reflejo o tenia hambre, pero sin dudarlo, se trago aquel dulce manjar como si fueran caramelos. De repente, Kiricco callo en la cuenta de que su cuerpo era estirable... como si de goma se tratara, y un poder que nunca antes habia conocido se encontraba ahora en su cuerpo. Vio a su hermano, llamas naranjas brotaban de su estilizado torso, y dando media vuelta, ambos salieron del lugar, con solo un minimo saludo al anciano, pues a ninguno le gustaban las despedidas agobiantes. . .

-Datos extras:

Gomu Gomu no Mi:
Esta fruta tiene la habilidad de hacer que el cuerpo de la persona que la ingiere, se combierta completamente de goma, así siendo inmune a los balazos, disparos, y cualquier ataque con cualquier tipo de arma de fuego, mas no es inmune a pinchazos ni cortes.

Citación :

Aceptada & Cerrada