El regreso del cuervo

Avanza en silencio, el tacón de sus zapatos resuena en la empedrada calle de la isla/fortaleza de Shelltown. Sonríe, se siente tranquilo y en paz. Pasa su mano sobre el bolsillo de su pantalón y siente claramente en estuche metálico de bisturís que en algún momento perteneció a su padre. Sobre su espalda cuelga la katana que tiempo atrás le había obsequiado su sensei. Sonríe nuevamente al observar como una vieja mujer que lo observaba a través de una ventana se esconde dentro de su casa bajo la presión de su mirada. La noche es clara y fresca, en el cielo no hay ninguna nube y en la calle ninguna alma. No puede evitar hacerlo, pasa su mano derecha sobre el bolsillo que su chaleco de vestir tiene a la altura del pecho y saca una pequeña caja metálica, muy parecida a su funda de escalpelos. Abre la caja saca un cigarrillo y un cerillo, y comienza a fumar dando grandes bocanadas. Es un habito despreciable pero le tranquiliza, le baja la emoción y evita que salga corriendo por la calle desenfunde su katana y asesine al primero que vea. Esta ansioso, ha pasado mucho tiempo desde la ultima vez que asesino a alguien. Demasiado para su gusto. Inhala el cigarrillo y exhala una nube de humo que se esparce con la suave corriente de viento marítima que pose toda ciudad costera, y en general toda ciudad importante. Y en medio de ese humo hay sueños almacenados, y recuerdos dolorosos, felices pero dolorosos.

Los recuerdos comienzan a fluir de forma demencial. Caen todos juntos y de la forma mas salvaje mente posible, esparciéndose por su mente. Vuelve al principio. No de su vida, ni de su aventura, no al nacimiento de El Cuervo, o el de Poe. Vuelve al punto en que el vuelve a ser el mismo. Todo comienza en esa extraña isla, instintivamente de alguna forma ya sabia que esa "aventura" no era mas que un sueño. Pero también sabia que había algo mas, algo siniestro. Recuerda todo.

Abre los ojos y se encuentra sobre la arena de la playa, sin su katana ni sus bisturís. Nada mas que su pantalón y la maldita mascara alrededor de su cuello que se niega a abandonarlo. El cielo es negro y el mar esta alocado. Lo ultimo que recuerda es estar en la isla, hablaba con su amigo ninja. Y entonces todo se vuelve extraño. Sucede algo pero el no participa, y no recuerda bien. Como si fuese un sueño.

Se levanta y observa la isla, es pequeña. Extremadamente pequeña, máximo unos 20 metros de radio y con nada mas que una pequeña cueva en medio de la isla con una vieja puerta de madera debajo de la cual se desliza una luz parpadeante.

La puerta se abre de golpe y un hombre vestido con una larga y harapienta túnica sale. Es un sujeto alto y musculoso. Y porta un mandoble en la mano derecha que carga como si su peso no fuese ningún problema para el. Se acerca a el en silencio y lo sujeta por el cuello para levantar lo por el aire. Stephen intenta usar su fruta, pero su cuerpo no cambia. El hombre alto entra en la cueva cargando a Stephen con al mano extendida sin hacer ningún esfuerzo aparente. El delgado muchacho continua forcejeando, golpea el codo intentando dislocar lo pero el enorme hombre se muestra inamovible.

Después de la puerta de madera hay una larga escalera de caracol, iluminada por antorchas esparcidas a lo largo de las paredes, la cual baja sin problemas, después un largo pasillo.Todo talado en la misma roca de lo que ahora es obviamente una cueva submarina, Stephen no sabe hasta que punto de profundidad llega esa extraña construcción pero esta seguro de que el no esta viendo mas que "la punta del iceberg", casi literalmente.

El hombre sigue avanzando y de cuando en cuando se encuentra con otros sujetos enormes parecidos a el con diferentes vestiduras. Continua avanzando a lo largo del pasillo hasta que finalmente se detiene frente a una reja, la abre y arroja a Stephen adentro.

-Siempre duele cuando te arrojan así, ¿cierto?- Stepen voltea hacia atrás, la parte mas oscura de la celda. Y observa a un hombre anciano, un viejo delgaducho con una enorme barba.
-¿Donde estoy?- Pregunta Stephen consternado y sentándose en posición de seiza.
-Lamento informarte joven que tuviste la jodida y asquerosa suerte de quedarte atrapado en la "Isla del Tiempo"- Dicho esto el viejo carraspea la garganta y escupe un asqueroso y espeso gargajo color amarillento. -Esa es tu cama- Dice sonriendo y mostrando sus viejos dientes amarillentos y delgaduchos afilados como navajas. Apunta a un trozo de tela sobre el suelo, probablemente la mitad de algún viejo saco pues el hombre viejo se encuentra recostado sobre otro igual.
Stephen decide relajarse y descansar, ese viejo claramente no esta en sus cabales, y el necesita pensar en una forma para salir de ese lugar.
-Me llamo Edgar por cierto- El viejo sonríe y se acuesta a dormir. Todas las luces se apagan derrepente y Stephen decide imitar al viejo y descansar. Despierta horas después con la luz de las antorchas de nuevo encendidas. Tan profundo en la cueva es imposible saber si es de día o de noche. Se levanta y observa al viejo comiendo con las manos de un plato metálico que contiene una asquerosa masilla blanca amarillenta llena de grumos, Stephen prefiere no comer. Antes necesita conseguir respuestas.
-¿Que es exactamente este lugar?- El anciano continua comiendo durante unos segundos hasta limpiar por completo el plato.
-Te diré todo lo que se si me das tu porción- Stephen obedece y le entrega su plato, y el anciano se dispone a hablar. -La Isla del Tiempo, es como se le llama a esta misteriosa isla que desaparece...... y reaparece cada cierto tiempo a lo largo de todos los Blue. Se supone que la isla fue formada por un grupo de sabios que tenían el poder demoníaco de las frutas del diablo, y que colocaron en esta isla..... Pero uno de ellos los traiciono, no quería...... nakamas y no quería compartir su poder. Así que tomo todo los poderes para si mismo y encerró a los viejos en jaulas como estas. Con el tiempo se empezó a volver paranoico y comenzó a atrapar...... a cualquiera que estuviese remotamente cerca de este lugar...... La isla tiene poderes extraños, se supone que neutraliza cualquier habilidad de akuma, y perfora tu mente hasta enloquecerte..... pero principalmente, aqui el tiempo avanza de forma extraña, antinatural. Por eso es la Isla del Tiempo.....- El hombre hace una pausa mas de las muchas en su relato, se queda con la mirada fija en el vació y después comienza a comer desesperada mente.

Camina lentamente inhalando profundamente de su cigarrillo. 6 años, nada mas y nada menos que 6 años. El viejo estaba en lo correcto, al menos en eso, el tiempo avanza de manera extraña para los prisioneros de ese extraño recinto. Para el pasaron 6 años, mientras que para el resto del mundo no fueron mas que unos cuantos meses. Su apariencia ahora es completamente diferente a la que tenia antes, es considerablemente mas alto y maduro, y cuida bastante mas su apariencia. Prueba de ello es su traje, un pantalón y camisa de vestir, negro y blanco respectivamente. Y un chaleco de vestir encima. Dejando de lado la egolatría, hasta podría decir que se ve bastante atractivo.

Llega finalmente, una enorme y vieja casona de la cual provienen unos cánticos alegres de borracho y la típica luz reconfortante de las velas de una taberna. Abre la puerta lentamente y entra, los cánticos paran un segundo y los hombres ahí adentro se quedan observando al extraño que entra con una actitud por la cual lo podrían matar. Stephen los observa fijamente y avanza hasta acercarse a la barra. El cantinero se acerca con actitud despreocupada y los cánticos borrachos se reanudan.

-¿Que tomaras?- Dice tranquilo el tabernero.
-Quiero ron tabernero. Y algo de información-

El tabernero no se muestra ni ligeramente desconcertado, después de años de atender una taberna en un puerto durante la Gran Era Pirata, uno se acostumbra a que marines, caza-recompensas e incluso otros piratas lleguen buscando a alguien, o algo. Sirve el baso de ron y Stephen le da un pequeño sorbo.

-Le ayudare en lo que pueda señor- En un principio solía pedir dinero a cambio de los chismes que oía, pero en una ocasión casi pierde la cabeza por intentar sobornar a un pirata encabronado. Ahora prefiere dejar su recompensa en manos de la generosidad de su interlocutor, y así asegura su salud. Aunque también sirve tener un mosquete debajo del mostrador.
-Los hombres presentes, ¿son piratas verdad?-
-¿Puedo ver su certificado de la marina?-
-No soy marine.... ni caza recompensas-
-Entonces si son piratas-
-¿Sabe como se llama su banda?-

-Somos los BlackFire, y ya que no eres marine ni caza recompensas podrias decirnos que deseas.- Los canturreos y la música se ven interrumpidos por la fuerte y grave voz del líder de la banda pirata, la misma que en algún momento redujo el hogar de Stephen a un montón de ruinas submarinas.

-Ustedes atacaron la isla del Jardin de Pulpo- Dice Stephen Phillips parándose firmemente. Los piratas le responden con un montón de miradas furtivas y furiosas.
-Tu eres el que dejo el mensaje en la pared, ¿verdad?- Stephen sabe exactamente a que se refieren, tiempo atrás (años para el), había asesinado a su capitán y emprendido la retirada al darse cuenta de la imposibilidad de acabar con esa tripulación por su cuenta. No dejo nada mas que un mensaje escrito con la sangre del capitán en la pared de su camarote. Stephen asiente con la cabeza y todos los piratas desenfundan sus armas, sables, katanas, pistolas y mazos le apuntan en ese momento.

-¡Alto!, todos queremos un pedazo de este maldito por lo que le hizo al capitán. Y lo obtendremos. Haremos esto afuera. Camina condenado.- Stephen obedece y sale de la taberna en silencio acompañado por todos los marineros de la banda BlackFire.

Se coloca en medio de la calle y un circulo de piratas se forma a su alrededor.

Suspira, cierra los ojos un segundo y desenfunda su katana. Abre los ojos o observa a los piratas furiosos, todos tienen el mismo deseo sanguinario de matarlo. Y el siente lo mismo por ellos, solamente que no esta solo. Prácticamente puede ver a su padre y a su tío apoyándolo, y a todas las pobres almas de aquella isla que extinguieron su luz aquel trágico y traumatico día. Sonríe y saborea la venganza.
-Ataquen- Su voz es siniestra y burlona. Un par de hombres se acercan con las espadas en alto. Dos tajos horizontales y sus cabezas ya están en el suelo. Todos reaccionan, y se abalanzan entre todos sobre Stephen. Una katana le corta en el brazo, se saco a tiempo y la herida no es grave. Media vuelta y los intestinos de otros dos ya están sobre el suelo. Un par de puños lo golpean en el rostro y lo tiran de espaldas. Mueve su katana en diagonal formando una especie de circulo muy cerrado. La manos caen al suelo, junto con el. Su cuerpo comienza a recibir golpes, se rompen dos costillas y tres dedos. Su nariz y su boca sangran abundantemente, y sus ojos comienzan a inflamarse. Da un par de patadas y corta unas cuantas piernas, salta para ponerse de pie pero un enorme marro lo recibe con un fuerte golpe en el torso que lo arroja hasta la pared de la taberna contra la cual choca. El capitán de Black Fire se abalanza hacia el meneando su enorme maso. Stephen salta hacia un lado y recibe un balazo en su pierna mientras otros dos piratas intentan atacarlo con un par de hachas. Bloquea los tajos, otra bala se dirige a el. Un corte diagonal y el proyectil se parte en dos incrustándose cada una de las partes en la garganta de un par de piratas. Otro golpe del mazo del capitán. No hace contacto, Stephen salta por los aires esquivando el mazo y cae detrás de otro pirata al cual parte a la mitad en diagonal por la espalda. La calle esta llena de cadáveres y se comienza a formar un enorme charco de sangre. Stephen se encuentra herido, tiene las ropas rotas y un montón de cortadas por todo el cuerpo sumadas a unos cuantos huesos rotos. Le duele horriblemente, pero al mismo tiempo esta feliz como nunca. Voltea a los lados, al rededor de diez piratas huyen en dirección de los muelles. Otros dos se encuentran a un lado del capitán y su mazo. Y el resto yacen muertos. Los dos piratas disparan sus pistolas, Stephen su mueve rápido en zigzag evitando las balas, cada paso suyo salpica un chorro de sangre del suelo. Otro golpe horizontal con el mazo del capitán. Stephen salta pero lo hace una milésima de segundo tarde. El mazo le destroza el tobillo. Y Stephen cae de frente al suelo, otro par de balas se le incrustan en la espalda. El capitán se acerca furioso amenazando de destrozar su cabeza contra el suelo, usando un golpe vertical de su mazo. Un corte rápido en horizontal obliga al capitán a desviar el golpe para evitar perder la mano, sin embargo las arterias de su muñeca ahora derraman el preciado liquido vital. Staphen se pone de pie de un salto y siente como el punzante dolor de su tobillo roto se esparce por su cuerpo. Salta entre los dos tiradores y da un giro en el aire. Ambos pierden la cabeza. Otro golpe horizontal del capitán, Stephen salta y alcanza a apoyarse sobre el maso para volver a saltar. El aire, su territorio, arroja su katana y esta se incrusta entre los ojos del capitán que cae muerto de espaldas. Stephen desincrusta su katana y después de sacudirle la sangre la guarda en su vaina. Sonríe mientras saca sus bisturís.

-Flayed- Susurra sonriendo maliciosamente.