¿Extraños?...Para nada.

No habian pasado ni 5 meses desde la muerte de sus padres, Kaeru estaba totalmente abatido, apenas se alimentaba y su unica intencion era tratar de quitarse de la cabeza aquellas horribles imagenes que dejo en su pueblo.

En ciertas ocasiones habia pensado en terminar con su vida, ya no le quedaba nada, solo su conocimiento medico y las habilidades que le otorgaba la fruta que encontro en un viejo pueblo en ruinas. -Que deberia hacer-. Se decia a si mismo mientras se acercaba a los limites de la Villa de Syrup. Su ropa estaba destrozada y su mirada habia perdido cualquier haz de luz...Realmente estaba irreconocible para aquellos que le conocian de su niñez.

Bajo al pueblo, mas que para tener contacto con aquellas personas, para conseguir algo de comida y poder continuar su viaje, cuyo unico proposito era el de alejarse mas y mas de su antigua vida. Por donde pasaba todos le miraban con una expresion vacia, como el mendigo que era, nadie se atrevia a acercarse, "¿me podria robar?" "¿Nos pegara alguna enfermedad?", esas debian ser las preguntas que rondaban sus mentes, mas a Kaeru le daba igual.

Se quedo cerca de un restaurante, en un pequeño callejon donde pasaba casi desapercibido de aquellas frivolas miradas, esperando pacientemente a que la comida sobrante fuera arrojada a la basura y el pudiera tomarla...Evidentemente no era el metodo mas higienico y honorable del mundo, pero cuando una persona pasa hambre todo es valido.

Y por fin, el premio de tirar las sobras le llegó a Kaeru, que se escondio para que no tener problemas por si le echaban y siquiera le permitían alimentarse de aquellos restos.
Y cuando hubo pasado el peligro, se acerco, temeroso y con cuidado, destapando la que desafortunadamente sería su cena.

Pero, derrepente, una ala en forma de mano salió del cubo de basura, alzandose y tras el un lorito que luchaba por respirar, ¿que si lo hacía dramaticamente? Pues claro.

- !No vuelvo a hacer de teleñeco en la vida¡ Es demasiado peligroso¡...-respiraba, por la boca... bueno, pico, viendo como aquel chaval se había mantenido en su posición, mirandole con...¿ cierta empatía?
- ¿Y tú... levantador de tapas, quien eres?

Kaeru aguardo pacientemente hasta que aquel tipo lleno el cubo con lo esperado, algunos restos de los manjares que otros clientes no se querian comer. Se acerco con tranquilidad al cubo, abriendolo y encontrandose, para su sorpresa, un pequeño loro quien habia sido enseñado a hablar, y con una soltura bastante inusual, cosa que llamo la atencion del muchacho, aunque, sin mostrarlo externamente, ya que, sin hacer ninguna alusion al pajarito, le aparto un poco con la mano, extrajo del cubo un poco de carne y lo cerro de nuevo, alejandose un par de metros.

-Ahh, que estupido soy-. Dijo arrepentido ante lo que acababa de hacer, por lo que abrio de nuevo el cubo. -Te pido disculpas lorito, debes de ser un pajaro con suerte, salir de un cubo de restaurante con vida-. Dijo en un tono mas amable aunque inexpresivo, permitiendole salir y contemplando mas detalladamente su fisionomia... *Este pajaro ha tenido que pasarlo peor que yo, ese cuerpecito tiene que estar desnutrido* Pensaba el peliazul mientras se rascaba la cabeza tratando de imaginar como podia volar con semejante almendra.

-Me llamo Kaeru, no sabria decirte si soy alguien...Digamos que quiero comenzar una nueva vida-. Explicaba el muchacho con una mirada un tanto perdida, sentandose al borde del callejon y comiendo con sumo cuidado lo que habia rescatado de aquel cubo. -¿Y tu?, ¿se puede saber que hacias jugando en un cubo?, podrias haber muerto-. En parte le sermoneaba, no era costumbre suya, pero desde luego ese pajaro tenia que haber pensado un poco mejor en donde se ponia a realizar sus actuaciones.

Abrio los ojos contemplando lo que estaba haciendo, estaba... estaba... Bajó del cubo de basura, mirandole
- Tia Wolderefrina...- dijo mirando el trozo de pollo. Pero luego calló en que era un loro, y si era un loro no podía ser un pollo su tita...

- No comas comida de la basura, es malo, yo te invito a comer... no es nutritivo comer de la basura, tienes que llevar una comida equilibrada...- comenzó a decir, mientras se sacudía la mierda de encima y avanzaba para salir del callejón. - Vamos.

-¿Que te pondras sobre un plato con algun tipo de salsa?-. Se burlo el peli azul al escuchar las palabras de aquel loro, como iba a tomarselo en serio, nisiquiera podia salir de un cubo, de llevar algo de dinero se lo habria robado el primero que le hubiera visto.

-Mira, tan solo dejame comerme esto, no es necesario que me invites a nada, estoy acostumbrado a comer poco-. Explicaba de nuevo algo mas amable...Tenia la guardia algo baja, estaba oculto y hablando con un loro por lo que no se dio cuenta de que, en la entrada, un viejo gordo y de aspecto repulsivo se acercaba hacia el, tomandole del brazo y levantandole cual muñeco de feria.

-Vaya...vaya, necesitaba un buen esclavo, creo que tu podrias ser el indicado, estas algo debil, pero nada que no arreglen un par de latigazos-. Solto por aquella boca con 4 dientes contados, su aliento era realmente desagradable lo que llevo a Kaeru a burlarse de el de una manera un tanto estupida...Quedandose dormido.

-¿Pero que?, sera estupido el niño este-. Cabreado lanzo al muchacho contra el suelo, rodando un par de metros. -Tendre que enseñarte modales antes de llevarte con el resto de los esclavos-. Sonreia crujiendose los dedos mientras avanzaba un poco mas hacia el muchacho, ignorando lo que le rodeaba, pues solo habia un pequeño pajaro llamativo.

-¿Ahre ahre?, me quede dormido, suele pasar recien comes algo-. Decia el muchacho rascandose la cabeza por el golpe que habia recibido, sin mostrar dolor ni una minima mueca de miedo. - Ya me manchaste la ropa,¿ estas contento?-. Replico mientras se sacudia los harapos que llevaba, provocando la furia de aquel indeseable.

-Niñato, no seras esclavo, moriras-. Grito enfurecido mientras corria...Si esque a eso se le podia llamar correr, hacia el.

Poly se quedó contemplando la escena... le habían interrumpido, y según el guión no aparecía hasta que salían de alllí, había deshonrado el nombre de los guionistas... y por ello, caerá.

- Bueno, Kaganderu... Kalimero... Kaperu... Kaeru... na que tontería, nadie se llamaría Kaeru, Tú, chico. Vamos ya a comer.

El gordo... el sumamente gordo se me quedó contemplandome.
- Un loro que habla¡
- Un gordo que habla¡... y yo gano el concurso de obviedades.

Kaeru observo con algo de incredulidad la charla que estaban manteniendo aquellos dos.

-Vale vale-. Dijo algo cansado de tanta estupidez, era partidario de la misma, pero cuando alguien esta con el estomago aun rugiendo por comida, pocas cosas pasan a ser comprensibles. -Ya he tenido suficiente, por favor lorito echate a un lado-. No estaba bromeando, no tenia ganas de escuchar a un tipo tan asqueroso como para mancharse las manos con esclavitud , por lo que, sin previo aviso, se posiciono con un potente salto hasta unos centimetros de su estomago, propinandole una patada que lo mando unos metros hacia atras, lo necesario como para que abandonara el callejon incosciente.

No necesito transformarse, al ser una persona de semejante tamaño, su propio peso se habia vuelto contra el, tan solo necesito propinarle la patada en el momento exacto para que todo el peso realizara la inercia necesaria como para salir despedido tal y como habia ocurrido.

-Dios, es la tercera vez que me pasa en lo que llevamos de mes, empiezo a estar cansado de tanto listo-. Decia algo ofuscado mientras regresaba hasta donde se encontraba el loro. -Por cierto no me has dicho como te llamas y sobre todo, ¿donde esta ese dinero que dices tener para invitarme a comer?, dimelo rapido aun tengo hambre y ese cubo puede contener cosas que se esten enfriando ahora mismo-. Explicaba algo mas calmado, total, que necesidad tenia de amenazar a un loro deforme y que le ayudaba a soportar algo mejor la soledad que venia trayendo consigo desde el fatal accidente.

-Y es Kaeru-. Tras decir eso le dio un leve golpe con uno de sus dedos en la cabeza, lo justo para que no le molestara, no era ningun maltratador de animales.

-...madre de diooos¡¡¡ Pero tu que tienes aquí hijo mío, tienes que tener unos jamonacos como que paqué¡ Moviendo a ese cacho gordo¡¡- dijo, levantando las alas.

- Ouch... no me des en la cabeza, que estoy estudiando...- dijo llevandose una ala al cráneo. - Bueno, es sencillo, te daré de comer en la base de la marina, allí hay comida a montones... y galletas, gloriosas galletas.

No parecio incomodarle aquello, y bajo mis direcciones se le dispuso en una habitación , con una mesa con varias bandejas repletas de comida, así como un té que mi querida y amigable secretaria estaba sirviendo.

¿Una base marine?, ¿se puede saber que planeaba hacer un loro en una base marine?... Estaba algo confundido sin embargo sigio al pequeño loro por las calles de Syrup, esperando encontrarse con las puertas cerradas al ver el panorama que se acercaba a el. Un niño con aspecto de vagabundo y un loro deforme cuya unica preocupacion era no perder el equilibrio de su craneo.

A los pocos minutos se encontraron frente a la puerta de la base, donde, dos marines, miraron detenidamente al loro y le permitieron el paso sin la mayor objecion, cosa que intrigo al muchacho. *Seguramente es la mascota de algun oficial, aunque es algo extraño que le dejen hacer lo que le de la gana, incluso traer a desconocidos* Iba pensando tras del loro hasta que llegaron a una habitacion, la cual, pronto se lleno de comida y bebida, mas de la que Kaeru habia visto en su vida, lo que, seguido de un rugido estomacal terrible, le llevo a comerse todo a una velocidad sobrehumana.

Tardo segundos en devorar el manjar, terminando con su estomago evidentemente lleno y simulando una panza terriblemente inchada. -Por fin algo que comer-. Decia mas relajado observando como segundos mas tarde le traian un te a aquel loro. -Tengo que reconocerlo, los marines viven mejor de lo que me esperaba-. Musitaba entre pequeños eructos mientras miraba aquel despacho, cuidado y en perfecto estado...Realmente daba una cierta envidia, pero no era la vida de un tipo como el, preferia ver mundo y meter en su cabeza recuerdos que remplazaran a los viejos.

- Bueno, bueno, para algo soy capitán... ¿Saaaraaah, no hay galletas?
- Pues claro que no. - dijo reprochando- debe llevar una dieta equilibrada...
- Pero para eso inventé las galletas de tomate, de pasta, y de carne....
- Pero llevan mucha azucar.
- Pero para eso tenemos las sin azuc...
- Que no.- el loro musitó maldiciones entre dientes, mientras bebía el té con el meñique estirado y metiendo su pico en la taza sin levantarla.

Sarah mantenía las distancias, al menos fisiciamente con el chaval, siempre le ponían nerviosas las personas, Poly parecía ser una excepción... al menos a veces.
- Iré a traerte ropa... y a tí tambien.- dijo primero amablemente y luego reprochando su desnudez a Poly, al menos era Poly , y no Pauline.

¿Capitan? este loro se tenia muy creido todo lo que posiblemente habia escuchado de su superior, motivo por el cual Kaeru no le dio importancia, total, un loro repite lo que escucha y posiblemente estuviera siempre por la habitacion cuando llamaban a su dueño capitan, o jefe.

*Pobre muchacha, tener que servir a un loro como si fuera quien le pagara, debe ser duro* Pensaba el muchacho mientras la miraba de reojo, echandose a un lado para no incomodarla, cosa que era evidente a simple vista...Posiblemente por su aspecto.

-Tranquila, aunque me veas asi no me dedico a tirarme por el suelo ni a morder a la gente-. Musito el peliazul mirandola con su inexpresiva mirada. No intentaba asustarla ni mucho menos, tan solo le era imposible mostrarse feliz. - Aun asi Gracias por la comida-. Dijo mirando hacia otra direccion, no sonrio, mas se notaba en el tono de sus palabras que estaba verdaderamente agradecido por su ayuda.

La muchacha se marcho en busca de algo de ropa, sin embargo hablo de ropa...¿Para un loro?, ¿acaso se habia metido en algun tipo de circo y lo acababa de descubrir?, cuanto mas tiempo estaba con aquel loro mas raro era todo lo que le rodeaba y mucho mas cuando, aquella simpatica mujer aparecio algo decepcionada con la unica ropa de la talla del muchacho, enseñandosela con un leve sonrojo de mejillas y no era para menos.

-¿Un gorro de rana?-. Dijo el muchacho sujetando entre sus manos un gorro de color negro con dos ojos de un tamaño descomunal, acompañado de un traje negro y amarillo, algo mas elegante que aquella cabeza eso si. -¿Como puede tener esta base algo como esto?-. Siguio preguntandose, añadiendo mas y mas interrogantes a su lista de rarezas que habia encontrado en aquel lugar, para despues desviar la mirada tanto a la chica como al loro.

Sarah dejó el uniforme de Pauline tambien, mientras el loro se metía dentro cual topo.
- La verdad... es que esa ropa es de nuestra capitana...- y el bulto comenzó a crecer, mientras Pauline emergía de las ropas,. Y Sarah, sintiendo la presencia de su capitana, se sonrojó levemente.

- Veamos...- crujío su cuello, mientras se rascaba su peinado. - Esa ropa... la cosí hace bastante... mucho tiempo quizá... -cuando... trabajaba en aquel circo... pero, esa es otra historia- Espero que sepas valorarla.

Miró al chaval, que siquiera se mostraba atónito ante la transformación.
- Sarah, sal un momento.- La secreatria obedecio, mientras al salir, se cubría la cara con las manos, queriendo no volver a sonrojarse debido a su superior.

-.¿..porqué te he encontrado muerto de hambre en las calles?- comentó, mientras levantaba la taza de te y bebía, echandose hacia atrás en la silla y poniendo los pies sobre la mesa.

El muchacho atendio a las palabras de la mujer que habia salido de las ropas, cosa que rapidamente le llevo a entenderlo todo. Aquella mujer era la capitana de aquel lugar y era una usuaria de una akuma no mi, un poco extravagante, cierto era, pero un poder al fin y al cabo.

- Mmm interesante... He de decir, que con ese aspecto de loro podrias entrar en cualquier lado, nunca sospeche que tu eras la capitana de todo esto-. Felicito el peli azul mientras se colocaba el gorro y trataba de ajustarselo adecuadamente. -Te agradezco la ropa, imagino que cuando tenga dinero me comprare nueva y te la devolvere-. Decia el muchacho a pesar de no ser del todo cierto, ya que, era la primera vez en meses que alguien era tan amable con el y si aquel traje, por ridiculo que fuera, era un regalo de alguien como ella, no pensaba deshacerse de el, al contrario, lo cuidaria como si fuera su mas preciado tesoro.

- Mis padres fueron asesinados, no quiero volver a esa casa ni mucho menos a mirar a los habitantes de aquella ciudad a la cara, simplemente quiero comenzar una nueva vida pero por mi aspecto nadie quiere contratar mis servicios como medico-. Explicaba con el mismo tono de voz, como si fueran palabras ensayadas miles de veces y que carecian de un sentido en particular para Kaeru. -Pero no quiero aburrirte con las historias de un niño-. Finalizo, volteando la cabeza y recorriendo con su mirada mas detenidamente aquella habitacion, despreocupado de los planes que aquella mujer tuviera para el, no podria ser pero que lo que ya habia vivido.

Así que huerfano... al parecer somos dos rarezas en este mundo, pero bastante iguales... incluso se dedica a la medicina.

- Te comprendo, nadie quiere tampoco que yo lo trate, mucho menos cuando adopto mi forma más... alocada.- comento, sonriendo levemente, hace bastante que no sonreía.
- Pero como comprenderás, además de autoabastecerte trabajando, deberás aprender a defenderte, al menos contra adversarios que no sean unos obesos mórbidos.- me levanté, mirando al chaval.
- Vamos afuera... a ver de qué pasta estás hecho.

En condiciones normales Kaeru habria rechazado la pelea, ya que no estaba en su naturaleza combatir sin ningun motivo aparente, pero en esta ocasion se lo estaba pidiendo alguien que le habia dado ropa y comida, por lo que no podia decir que no.

-Muy bien capitana, acepto gustoso la pelea-. Dijo el muchacho mientras terminaba de colocarse la ropa y parecer una persona normal y corriente. Salieron al exterior, el patio era bastante amplio, algo le decia que aquella mujer entrenaba a diario alli o almenos todos los marines que estaban dentro habian recibido algun tipo de instruccion especial. *No estaria nada mal entrenar un poco, nunca he peleado en serio, y con un poco de practica tal vez le saque partido a mi fruta* Pensaba mientras miraba a Pauline.

-¿Y bien?, que es lo que tienes preparado, quieres una simple pelea o algo mas...divertido-. Musito el muchacho con la intencion de averiguar que pasaba por la mente de aquel loro para querer pelear con un simple vagabundo.

- Pues en primer lugar quiero ver que eres capaz de hacer...- llevaba un Den-den Mushick en la mano, disponiendomelo alrededor de las orejas, cual cascos, mientras el bichito, al que había apodado cariñosamente Bon, por el único sonido que emitía, bailaba sobre su cabeza, moviendo su afro.

- Bon, bon bonbon.

Pauline se dispuso en medio del campo de batalla, asintiendo levemente al ritmo de la música.
- Cuando quieras- pronuncio más alto de lo normal por la música incesante en sus orejas.

Kaeru se quedo mirando a su rival, la tranquilidad con la que se colocaba aquellos cascos musicales tan solo le llevaba a dos conclusiones, o era una experta en combate y perder el sentido del oido no suponia una desventaja para ella, o no tomaba en serio al peliazul y por ello preferia aprovechar su tiempo con un par de pasos de baile.

Al contrario que muchas personas que pudieran sentirse ofendidas por aquella reaccion, el muchacho la mira fijamente, inexpresivo, tratando de ver los movimientos que hacia con aquel baile, ya que en algunas ocasiones un baile refleja el estilo de lucha de una persona...Movimientos amplios de piernas, un uso mas excesivo de la cadera... Poco a poco creia tener al menos un patron de lucha contra aquella mujer, lo primero era detener ese juego de piernas y para ello que mejor forma que atacar al unico organo que estaba desprotegido, el higado.

-Alla voy entonces-. Se atrevio a advertir Kaeru, arremetiendo contra su enemigo a una alta velocidad de carrera, deteniendose a escasos centimetros del cuerpo de la marine, lo justo para que su cuerpo no estuviera al alcance de alguna patada, entonces uso el pie con el que habia frenado a modo de punto de apoyo, girando sobre si mismo y quedando a un costado del loro, tratando de usar el impulso de aquel giro para potenciar su patada e intentar golpearla en el higado.

Es rápido... no demasiado, pero bastante; aunque no debería haber comido tanto...
Con el giro, la silueta de Pauline se movio con rapidez, girando con su enemigo, posicionandose a su espalda, mientras el soltaba esa patada al aire. Do the conga.
Posicionó las manos en su cadera, mientras se movía ritmicamente, como si todo fuera un juego, un baile.
-¡ Conga! Cha cha cha cha chas , cha¡- canturreaba, mientras obligaba a su enemigo a dar unos cuantos pasos, más bien pseudo tropiezos, empujando con sus piernas a las de él.

Kaeru podria echar las culpas de aquella fallida patada a su estomago lleno, pero, por lo movimientos que pudo ver de su rival, el tiempo, velocidad...Todo le indicaba que aquella mujer no era lo que aparentaba, sabia perfectamente como pelear y si esta no hubiera sido una pelea de entrenamiento posiblemente el chico rana habria muerto en el primer golpe.

A pesar de la tranquilidad con la que se lo tomaba, insinuando que para ella no era mas que un baile, Kaeru sabia que estaba con los cinco sentidos en la pelea. - Vaya, debo decir que te infravalore, no esque me creyera mejor que tu, pero me esperaba que almenos esa patada te rozara-. Dijo Kaeru ignorando si le estaba escuchando o no, para el era mas importante decir en voz alta lo que pensaba a que alguien le estuviera escuchando y pudiera replicarle.

Aprovechando uno de los movimientos de cadera a los que estaba obligado a moverse por Pauline, el peli azul dio un giro brusco para poder soltarse de aquel baile, tratando de encorvarse y propinarle una patada mientras daba una voltereta hacia atras, apoyando sus manos en el suelo.