¿En qué me he metido?

* A la mañana siguiente de la salida de Shelltown *

*Alta mar *

Sueño con imágenes inconexas, voces gritando, espadas cortando, sangre por todos lados...y siempre, siempre, la misma voz de por medio. La misma voz femenina que, una y otra vez, insta al desconocido asesino a liberarse, a aparecer de nuevo, a matar a todos los que encuentre...por el simple placer de hacerlo.

Despierto, repentinamente, de un sueño que no recuerdo, aunque se que ha sido algo malo. Lo primero que veo es mi brazo, extendido delante de mi, pues he dormido de lado. Al parecer, sigo en mi forma híbrida, ya que veo las runas en mi piel. Siento un pequeño peso en mis alas, por lo que me giro despacio, para poder deslizarlas bajo ese peso y poder darme la vuelta sin dañarlas.

Al darme la vuelta veo a Norcissa dormida, desnuda, donde antes estaban mis alas. Al parecer se había colado en algún momento, usando un ala como almohada y otra como manta. Incluso unas cuantas plumas se han desprendido de ellas, cayendo a su alrededor, y remarcando la blancura de su piel.

¿ Que cojones ? - Casi grito, sorprendido al verla - ¿ Que haces aquí ? ¿ Y porque estas desnuda ?

Que brusco despertar, pero aún no ha acabado mi escena. Encojo la cara enfurruñada y apretando los ojos. Alargo la mano incoscientemente buscando mi manta, es decir, su ala, girandome y tapandome con ella. Dandole la espalda y debido a la unión de su ala con el, tirando de Jack hacía mí.

- No grites tanto, dejame dormir un rato más....

Norcissa casi ni se inmuta, simplemente pone cara de ligero enfado y, girándose y cogiendo mi ala derecha, se tapa de nuevo, arrastrándome hacia ella e increpandome que la deje dormir un rato mas.

Al estirar del ala me produce un gran dolor, debido a las heridas del día anterior, por lo que, justo cuando ella termina de taparse, empiezo inconscientemente a volver a mi forma humana. Llego a replegar las alas a la mitad, dejando a Norcissa sin tapar durante unos segundos, mas pronto recuerdo el..." acuerdo " al que llegamos ayer, por lo que vuelvo a mi forma híbrida para que, lenta y gentilmente, mi ala vuelva a cubrirla.

De tanto estirar, nos hayamos completamente pegados, de forma que mi torso choca contra su espalda desnuda. Su piel, blanca y fría, contrasta bastante con la mía, curtida por el sol y los viajes y ligeramente mas caliente de lo normal debido a las runas. Debido al frío que ella desprende, mi cuerpo inconscientemente aumenta la temperatura de las runas un poco mas, para nivelar la temperatura, lo cual deja el ambiente de la habitación en una temperatura bastante agradable.

< Dios - Pienso, inmovil mientras Norcissa duerme para no molestarla - ¿ En que me he metido ? >

Ciertamente es una manta perfecta... su forma híbrida posee cotidianas utilidades. Anotado.

Parece que me quedo destapada unos segundos... pero pronto, va rindiendose... bien... lo más curioso de todo... es...

Muevo mi mano hacia arriba, alzandola derrepente.
- Bien, he dormido suficiente, hay que aprovechar el día... ve a hacer el desayuno mientras me visto, a menos que prefieras que me quede así, claro está...

Sonrio picaresca, girando la cabeza para que mire mi ladeada sonrisa.

Rápidamente y sin previo aviso, Norcissa levanta la mano para indicarme que es momento de que prepare el desayuno mientras ella se viste...aunque señala que se puede quedar así, si quiero.

Por supuesto, lo hace con esa sonrisa tan propia y picara, que me indica que no hace mas que burlarse de mi, jugar con su nuevo juguete.

Me levanto de la cama despacio, de forma que mis alas acarician levemente su cuerpo al desplazarse. Mi intención no era esa para nada, pues me levanto despacio debido al dolor que siento, pero el mal ya esta hecho.

Pienso en hacer una broma sobre su desnudez, para indicarle que la prefiero desnuda y, tal vez, alterarla un poco. Pero no estoy de humor.

Salgo de la habitación, conviertiendome en mi forma humana, de forma que la habitación vuelve a su temperatura anterior. Llego a la cocina donde, sin muchas ganas, preparo un desayuno a base de tostadas con mermelada, café y fruta. Yo, por mi parte, solo como rápidamente una tostada sin nada, con la luz del sol ya me ira bien.

Llevo el desayuno a Norcissa, dejandoselo en la cama, y justo cuando voy a salir me giro, mirándola.

...¿ Algo mas ? - Pregunto tras un suspiro de resignación.

Brr... que escalofrío del plumífero...

Me visto desplazando las ropas con mi poder una vez ha cerrado la puerta. Trayendo mi guitarra y tocando un acorde, comprobando que sigue a tono. Todo correcto.

Tomo la bandeja de sus manos, oliendo el café... no sabe hacer café, aún así he comido cosas peores... por suerte tostar pan no es tan dificil. Como, lentamente, mirandole, para solo contestar.

-...si... tenía una pregunta para tí... pero... te la haré al final del día.

< ¿ Una pregunta ? >

Extrañado, miro como Norcissa desayuna y suspirando, salgo a cubierta. Me dirijo al timón, tomando los mapas y la brújula, para decidir hacia donde nos dirigiríamos esta vez.

Miro el mapa, extrañado, pues nunca había oído hablar de esa isla en la cual nos era obligatoria la parada, ya que no nos quedaba mas comida. Yerou.

Tras fijar rumbo, calculo que en una media hora podremos divisarla, como mucho una hora si el viento va en contra. Me dirijo, pues, al camarote de Norcissa. Toco la puerta, sin entrar, para no molestar.

Norcissa, llegaremos pronto a nuestro destino: Yerou.

Tras eso salgo a cubierta y me siento delante del timón, con las piernas y los brazos cruzados, para conseguir mi propio " desayuno "

- Yerou...- aparezco en cubierta, capucha al canto, guitarra en mano, y arpón en espalda.- Dime porqué es famosa o algo, no se de islas. Aparte de ser famosa porque repostaremos allí.

Le miro, tomando el sol.

-...hoy no me apetece andar, así que tendrás que llevarme tú... y vamos ya a la isla.

No es famosa por nada, al parecer - Respondo tranquilo - De hecho, acabo de conocer su existencia.

Entonces suelta la piedra, me toca llevarla a cuestas. Abro los ojos, sorprendido por su " petición ".

¿ Lo dices en serio ? - Pregunto, ofendido - ¿ Hasta tal punto piensas llegar ?

Ella simplemente me mira, frunciendo el ceño. Suspiro agachando la cabeza y cambio de nuevo a mi forma híbrida. Tras subirla delicadamente a mi espalda, aunque pesa un montón debido a tanto trasto que lleva, emprendo el vuelo, habiendo dejado antes el barco bien amarrado y escondido.

Tras unos minutos de vuelo llegamos al cielo de Yerou, donde me dispongo a aterrizar en algun lugar discreto. Finalmente, me decido por el jardin de atras de una mansion que parece abandonada. Al aterrizar, Norcissa se baja y yo cambio a mi forma humana.

¿ Todo bien ? - Le pregunto, cansado.

Mierda, mierda, mierda. Desde que dejé el barco tiempo atrás me lo he pasado buscando a mi padre. Sé que Norcissa ha de estar muy cabreada conmigo pero no tengo palabras para explicar lo que sentí. Algo me trajo a este lugar donde no había más que campesinos y gente normal. Al llegar allí me encontré con dos sorpresas, ambas desagradables. El chico de los ojos color mercurio se hallaba allí por unos días y me crucé con él. Fue él quien me dijo donde se hallaba mi padre.

En este momento estoy en el cementerio, en la lápida menos conocida de esa maldita isla. Ya he descubierto el destino de mi progenitor. Paso una mano por la espada que hay clavada en la tumba y doy un puñetazo en el suelo. Sé que la pantera siente mi dolor por eso no hace nada, absolutamente nada.

Gimo entre lágrimas, tenía la ligera idea de que iba a encontrarlo muerto en algún lugar, pero de creerlo a verlo eran cosas muy distintas. Una rosa negra, tan negra como mi pelaje de pantera. ¿Quién la había dejado allí? Yo lo sabía, había sido ese chico extraño que no dejaba de seguirme allá donde fuera. Suspiro con pesadez mientras miro al cielo. Comienzo a caminar, saliendo del cementerio y me dirijo a un bar. Al llegar a la puerta encuentro a los mismos moscardones de siempre, que no dejan de acercarse a ver si pueden pillar algo. Golpeo a uno en la cabeza, no estoy de humor para sus tonterías. Entro al bar y me siento en la barra, estoy desganada. El camarero me lanza una mirada y me sonríe, es joven y guapo, pero no me interesa en lo más mínimo.

—Ponme lo de siempre —pido mientras desvío la mirada con cansancio. Estoy harta de llorar, y pronto tengo que volver al barco antes de que mi capitana se enfade más.

Yayjo¡ silver¡

Jack me sigue portando a su espalda, lo que es bueno, pues ahora será un pelín humillado, pero lo primero, hay que encontrar un bar, que el hambre aprieta para él, y para mi la viciosa sed.

Vemos a un grupo de ciudadanos atendiendo al que parece ser un extraño cacique, que mal rolllo todas las tias mojando bragas por el nota.

Y como necesitamos indicaciones para el bar...

- Sooo...-digo frenando a Jack- ¡Tú, maricona; - ¿Dónde hay un bar?¡ - pero antes de contestar, mi olfato y mi visión localizapriba, se activa... allí en la esquina.
- Anda ya lo veo.Ayjo, sivler - apremio a mi montura con un golpe en su costado. Un simple suspiro exasperado es su respuesta, y al bar partimos.

Al llegar trepo por mi montura, culeando en su cara para saltar hacia la barra. Pidiendo varias botellas de licor.

Norcissa decide que no, que no todo bien. Al parecer sigue " cansada " de caminar y se sube a mi espalda cual koala. Cruza sus brazos bajo mi cuello y sus piernas justo por encima de mi ombligo. Es como si llevase una mochila de acampada.

Encima, me trata cual caballo, llamándome Silver y haciéndome el grito típico a los caballos para indicarme que avance. Camino como si no tuviese a Norcissa a la espalda, intentando pasar lo mas desapercibido posible, mas la gente se fija en nosotros inevitablemente, lo cual me da bastante vergüenza, sobretodo con Norcissa encima dándole que te pego con el rollito del caballo.

Llegamos a un lugar donde podemos ver a un tipo sentado en un trono de madera con multitud de gente a su alrededor. De hecho, incluso había bastantes jóvenes alrededor que....bueno, que les gustaba bastante. Norcissa, con un irritante " Soo " me indica que pare, lo cual hago, para que ella pregunte al tipo ese donde había un bar. Sin embargo, no necesita de contestación, pues me arrea una patada en el costillar junto con un " Ayjo, silver " para indicarme que vayamos al bar. Suspiro, pues se que no servirá de nada discutir y cuando antes acabemos mejor. Con una leve inclinación de cabeza me despido del tipo del trono y me alejo al bar, con las manos en los bolsillos y Norcissa colgada a la espalda.

Al entrar al bar Norcissa realiza un extraño movimiento para saltar de mi cara con su culo y bajar de mi espalda. Tras eso, se acerca a la barra y se pone a pedir.

Yo suspiro, agachando la cabeza con resignación, cuando oigo a unos tipos riéndose. Levanto la cabeza, enfadado, para ver como una escoria de bar me mira riéndose airadamente. Paran en seco, sin embargo, cuando oyen el chasquido de Belfast saliendo de su vaina y ven mis fríos ojos azules mirándoles fijamente. Callan, reculeando, para volver a agacharse sobre su mesa y no molestarme mas.

< Es posible que yo me haya buscado esto, pero no dejare que nadie se ria de un Staked >

Apuro lo que queda de mi vaso para pedir otro. El camarero se acerca con cara alegre porque lo llamara a él y no a su anciano padre. Cree que tiene alguna posibilidad conmigo. Lo que no sabe es que desde hace días, tal vez semanas, mi mente no puede pensar más que en una persona. Miento, en dos, pero eso no importa ahora. Me doy cuenta de cómo me mira. Hace poco que he cambiado mi vestimenta, ahora llevo una camiseta blanca que solo tapa mi busto y una falda negra sujeta por unos tirantes.

Suspiro al ver entrar por la puerta a... “¡Norcissa!” mi mente grita su nombre me fijo en su acompañante, Jack la lleva en la espalda. Frunzo el ceño. Unos a mi espalda ríen. Escucho una espada desenvainar, Jack, pienso.

Maldigo por lo bajo, debo escabullirme sin que se den cuenta ya que todavía no estoy preparada para volver con ellos. Gimo de manera inconsciente mientras el camarero toma mi mano. Yo la aparto rápidamente mirándolo con furia. Él retrocede. Me doy la vuelta, rezando por qué no se hayan dado cuenta. Me dirijo hacia la puerta, con la cabeza baja mientras recuerdos aparecen en mi mente. Las palabras de ese inútil de ojos grises. Todo para nada. Mi padre ya estaba muerto y él lo sabía.

Una lágrima escapa de mis ojos. paso junto a Jack esperando que no me reconozca.

Veo como se rien... la verdad es que es para reirse, me siento en un taburete, y a los segundos aquel viejo pero experimentado taberneror me sirve, alzo el vaso y lo tomo, lentamente.

-...ays... que bien...- suspiro, mientras capto la atención de un butarate a mi lado.
- Vaya preciosa, si que te gusta beber....
- Estás en el sitio de mi compañero.
- ¿No prefieres beber conmigo precio...- intenta tocarme, suerte que ahora tengo mis estrenados guantes metálicos, que falsearán mi poder, lo tomo de la mano y rompo su muñeca, aunque he de decir que algo me ha apretado mi propio guante, tengo que mejorar mi técnica.- oooo¡¡¡¡- una simple lanzada de lado es suficiente para tirarlo de la silla.

- Listo Jack, te han ofrecido el sitio¡

Una chica pasa rápidamente a mi lado tras silenciar yo a los pichafloja del bar. Parece que lleva prisa e incluso me parece reconocerla. Sin embargo, no es cuestión de seguirla por una corazonada y que no sea quien yo creía.

Busco a Norcissa con la mirada, para encontrármela realizando una extraña llave de combate a un tipo, tirandole al suelo y " dejándome " el asiento libre.

Me siento junto a ella, en el asiento anteriormente ocupado por el tipo, tras esquivar al pobre desgraciado tirado en el suelo. Hago un gesto al camarero, pidiendo una cerveza.

No sabia que conocías este tipo de movimientos, Norcissa - Comento, para luego beberme una buena parte de la cerveza mientras la miro, esperando su contestación.

< Al menos no parece ser lo suficientemente cabrona como para liarmela en el bar...Algo es algo >

—Adios —musito mi despedida tras pasar a un lado del chico. ME alegra que no me descubriera, aunque mi rosto no lo muestra. Salgo afuera y apoyo la espalda en la pared, justo al lado de la puerta. Me deslizo terminando sentada en el suelo con la espalda contra la pared. Dejo que la cabeza repose entre las rodillas para que me pueda tranquilizar. Siento una mano en la espalda y eso hace que me sobresalte un poco. Al elevar la mirada me encuentro con el camarero joven, todavía no se ha dado por vencido. Entrecierro los ojos al notar como baja un poco la mano. Ya estoy harta. Lo golpeo, para alejarlo, con la pierna y eso hace que caiga al suelo sentado. Me mira con sorpresa y luego frunce el ceño.

—Solo intentaba ser amable, preciosa —comenta mientras se levanta y se acerca mucho a mi posición. Lo miro con una mirada retadora, esperando que haga algún movimiento.

—Pues deja de serlo —le ordeno como respuesta esperando que me haga caso y se aleje—. A menos que quieras perder alguna parte de tu cuerpo.

Él no me hace caso y esto hace que me levante de golpe y lo aparte con la mano. Él toma mi muñeca antes de que me pueda soltar.

—Te lo he advertido antes y no me has hecho caso. No te puedes imaginar la mala suerte que has tenido por encontrarme hoy —le grito. Él me lanza una mirada sorprendida—. Hoy... me he enterado de que mi padre está muerto. ¿Crees que eso me deja muy feliz? Pues no, estoy de lo más furiosa. ¡Y no te puedes imaginar el ansia de sangre que mantengo escondido en este momento!

Cómo no, Namida no puede ser discreta, mira que ya la había visto al salir, como para no verla... siempre con esos trajes escotados... ays, es para matarla, que poco ha aprendido de mí.

- Oye Jack, tu novia ya la está liando demasiado, quieres ir a comerle la boca, y dentro de un ratito, cuando ya estéis mas tranquilos, vuelves? Se me da bien beber sola, no te preocupes.- digo, para luego tomar un trago de Whisky, mientras me mira con cara de no creerselo, o eso pienso, tampoco es que le mire.
- Que sí, que es Nami, venga, fus, huye.

Un grito se oye fuera, un grito que se reconocer. Nami. Por impulso me levanto, rápido, e intento salir por la puerta, mas miro a Norcissa no sea que ella tuviese otros planes.

Sin embargo, ella misma me dice que vaya a " comerle la boca " y que volvamos cuando estemos mas tranquilos.

Salgo corriendo por la puerta, antes de que termine su otra frase, para ver a Nami con un camarero a sus pies...literalmente. Nami le esta gritando, enfurecida, y el pobre tipo parece tener algun hueso roto.

Nami, ¿ Que haces ? - Saludo, contento de verla, para luego mirar al pobre desgraciado - Tu vete.

Me detengo al escuchar la voz conocida de Jack. Pero ya no hay vuelta atrás, sé que me derrumbo. Gimo mientras unas lágrimas comienzan a brotar de mis ojos y caigo al suelo de rodillas. Esto no está bien, no ha sido demasiado bueno enterarme así de golpe que mi padre había muerto, ha sido un shock. Me abrazo a mí misma, sin hacer el intento de ponerme en pie. El otro se va corriendo, buscando el cobijo del bar.

—Gritarle —comento tajante. Cambio de expresión a una sonrisa amarga—. La verdad es que no estoy muy feliz después de enterarme que he estado buscando a un muerto.

Aparto la mirada mientras suspiro intentando tranquilizarme. Mierda odio dar escenitas, pero no lo puedo evitar. No ahora.

Intento levantarme y me tambaleo un poco al apoyar si peso sobre mis pies.

—¿Qué hay de ti? —pregunto mientras miro hacia el suelo—. Hace algo de tiempo que no nos vemos. ¿Cómo habéis llegado hasta aquí?

No parece que haya llegado en buen momento. Nami cae al suelo, llorando y abrazándose a si misma.

Tajante, me espeta que estaba gritando al camarero y que no esta feliz tras darse cuenta de que a quien buscaba esta muerto.

Me quedo inmóvil en el sitio. No conocía mucho de la historia de Nami, pero eso petrifica a cualquiera. Cuando se intenta levantar, aun temblando, la abrazo lentamente, intentando tranquilizarla.

Yo...yo estoy en un aprieto... - Digo, sonriendo triste - Pero tengo una buena noticia que darte. Ya no eres mas la esclava de Norcissa.

Le explico lo del trato con Norcissa mientras entramos al bar, terminando justo al entrar.

Tras eso nos acercamos a Norcissa.

Ella te lo puede explicar mejor que yo, Nami.

Miro como vuelven... Que yo puedo explicar mejor aaah, ya entiendo.

- Bien, pues tu querido Jack, ahora me pertenece, es mi esclavo y así será... porsupuesto es mil veces mejor que túgg¡¡- Nami me toma del cuello, transformada y alzandome, hijadeputa.

- ¡ESO ERA ENTRE TU Y YO¡ NO TENÍAS NINGÚN TIPO DE DERECHO A...
- Fué el el que se ofreció...-digo tomando su garra con mi guante, apretando. -...-miro hacia Jack- Detenla. Ahora.

Gimo entre los brazos de Jack mientras apoyo la cabeza en su pecho y agarro la camiseta con las manos. Espero unos segundos hasta que me calmo por completo y estoy segura de que puedo mantenerme en pie sin tambalear. Me alejo de él lentamente, agradecida por el abrazo.

—Yo... yo estoy en un aprieto... —me comenta con una voz que suena triste. Esto hace que frunza el ceño— Pero tengo una buena noticia que darte. Ya no eres más la esclava de Norcissa.

Lo miro con sorpresa, ¿Cómo que no soy ya la esclava de esa bruja? Él me explica que ha hecho un trato. Él tomaría mi lugar mientras Norcissa me dejara libre. Frunzo más el ceño, no es posible. ¿Cómo ha podido, esa maldita bruja, permitir que esto pasara? “Ella solo piensa en sus intereses”, contesta la voz de la pantera dentro de mí. Ella está tan indignada como yo. Veo a mi capitana sentada bebiendo.

—Bien, pues tu querido Jack, ahora me pertenece, es mi esclavo y así será... por supuesto es mil veces mejor que túgg —cansada de sus palabras me abalanzo sobre ella, ya sin controlar mi furia y la tomo por el cuello.

—¿Cómo te atreves? —musito en voz muy baja. La miro furiosa—. ¡Eso era entre tú y yo¡ No tenías ningún tipo de derecho a...

—Fue el él que se ofreció... —comenta mientras toma mis garras con su mano. Me doy cuenta que porta un guate duele, pero no la pienso soltar aunque me rompa todos y cada uno de los huesos. Ella aparta su mirada de mí y la dirige a Jack— Detenla. Ahora.

Namida se lanza sobre Norcissa como una fiera, espetándole que eso era entre ellas dos, después de que Norcissa se lo explicara, dicendole que yo era mil veces mejor esclavo que ella.

Norcissa, alzada del suelo, me ordena detener a Nami.

Me acerco rápidamente a Nami por la espalda, agarrándola por los brazos desde abajo, para alejarla de Norcissa.

Nami, por favor - Le susurro al oído - Es una de las pocas cosas buenas que he hecho en mi vida. No hagas que haya servido para nada.

Manteniendola aun agarrada, me dirijo al resto del bar, que estaba atento a la escena.

Todos fuera - Grito - YA

Namida me baja poco a poco, igual que poco a poco el bar queda tan solo con nosotros y el viejo experimentado tabernero, que jamás abandonaría su local. Siquiera en presencia de tales demonios.

Me llevo la mano al cuello. Podría haberla matado en ese mismo instante... pero no. Vuelvo a mi asiento, terminando mi bebida.

-...me estan dando ganas de mandarte a tomar por culo y no permitirte unirte a mi banda... de nuevo. Así que ten en cuenta los movimientos que haces... ni que fuera culpa mía que Jack se hubiera ofrecido...- trago,

- Vamos, sentáos... total, sitio hay...- dispongo la daga de plata de antaño sobre la mesa. - Esto pagará las molestias...-digo mirando al tabernero.- Y creo que la botella entera del licor mas barato.

Toma el trueque y deja la enorme botella del conocido "Matarratas".