El reencuentro

- Bueno, espero que usando tus demás... habilidades, no tengas porqué usarlos...- y porfín, la cuchara dorada... tiene un tacto tan fino y delicado... terminamos de limpiar los cubiertos, pasandos a ponerlos en una bandeja para ir a la mesa, disponiendolos bajo la atenta miradas de los marines.

Luego, nos disponen a las paredes de la estancia, muy alejados de la mesa, cuando ya los primeros invitados empiezan a entrar.

Al final, terminamos de fregar los platos, de forma que los dejamos en una bandeja y los sacamos al salón donde se celebra la fiesta. Por suerte aun no hay civiles, estando únicamente unos cuantos marines de guardia y el resto del servicio...junto con nosotros, por supuesto.

Norcissa y yo, en medio del servicio, estábamos alineados junto con ellos en una pared, discretos y en teoría preparados para asistir a los comensales cuando llegasen. Al fin, llegaron.El Tenyurubito, junto con su séquito. Llegaron, comieron, nos ordenaron...y terminaron. Miro a Norcissa, con semblante triste, para ver como ella asiente a mi pregunta muda. Era la hora de llamar la atención.

Suspiro triste, para luego ponerme serio y avanzar rápidamente hasta uno de los marines que estaba de espaldas a nosotros, cogiendo por el camino un cuchillo de una mesa y clavandoselo en el cuello al llegar hasta el. Ignoro los gritos del personal y de los clientes mientras recojo el sable del marine muerto y me coloco en la tercera posición Gnostica, preparado para luchar contra el resto de guardias que se dirigen hacia mi a gran velocidad.

< Y esto - Pienso dirigiendo una rápida mirada a Norcissa - Es solo el principio >

Y cuando la atención es llamada, la aurea muerte llega... mientras que falseo asco y miedo, para salir de la sala, como los demás sirvientes.

Ya no es necesaria mi presencia ni mi intervención, solo, una rápida huida antes de que se den cuenta del fatídico error.


Off: A correr

El pez gordo cae, a saber que había hecho Norcissa. Yo, por mi parte, ya tengo dos guardias mas a mis pies y un nuevo corte en el costillar, no muy profundo, pero si doloroso. Con un giro del sable en mi mano, y un giro completo de pies, ensarto a un tercero justo a tiempo de ver a Norcissa correr. Veo también de reflejo como el marine al que tengo ensartado alza una pistola apuntando a Norcissa. Sin pensar, me meto por en medio, de forma que paro la bala con el hombro derecho.

Termino de matar al marine, cortándolo por la mitad, para correr detrás de Nor hasta alcanzarla. Tiro el sable durante la carrera, para poder agarrarme el corte del costillar y evitar una hemorragia.

< ¿ Porque ? Podria simplemente haber dejado que la disparasen y nos hubieramos librado de ella - Pienso con cara dolorida mientras la miro -... ¿ Porque ? >

¿ Adonde vamos, por cierto ? - Pregunto intentando que no se note mi confusión

Los pasos se entrelazan, corremos, algun que otro tiro más se ha de eludir, mientras las puertas, a nuestro paso se vuelven a cerrar, impidiendo el paso, porsupuesto gracias a mí.

Le han herido, pero vi como me protegía... lo que quiere decir que ya al menos me tiene algo más de estima... eso es bueno, buen esclavo.

Por suerte, parece demasiado dolorido como para percatarse que las puertas impiden el paso de nuestros captores, finalmente, acabamos en el Soulsilver, sacandolo de puerto lo más rapido que podemos, Jack sangra...

-...me has salvado la vida...- comento, mientras termina de fijar el rumbo y se derrumba sobre sus rodillas... me arrodillo a su lado.

-...-tomo su rostro, débil, entre mis manos... y le beso.

Pero no dura la agradable sorpresa más de unos segundos, no cuando mi dedo se introduce en su herida y toca la bala, la cual es arrastrada hacia atrás con mi poder, es más efectivo que abrir más la herida para sacarla. Me aparto de el. Presionando la herida para que sangre en menor medida...
- Tendrás que transformarte para recuperarte de eso... al menos ya he extraido la bala.

Al final llegamos al barco, gracias a que las puertas, debido a algún motivo desconocido, se cierran en el momento mas oportuno, impidiendo el paso a nuestros enemigos.

Al fin, el Soulsilver zarpa, conmigo al timón, mientras con un mapa, aun viendo yo dos, marco el rumbo recto hacia la isla mas cercana, no me molesto en ver cual seria. Acto seguido, debido a la falta de sangre, caigo de rodillas, completamente mareado.

Oigo a Norcissa decirme que le he salvado la vida, lo cual aun me sigo preguntando porque, cuando de repente y sin previo aviso me agarra la cara suavemente y me planta un beso.

Asombrado, sin poder moverme, siento como tras el efímero beso, ella saca la bala de mi hombro de una forma limpia e increíble, no se como. Se aparta de mi, mientras yo sigo de rodillas, y me aconseja que debería convertirme para curarme eso.

Intento levantarme, pues no me agrada la idea de convertirme de rodillas, y menos delante suya, pero el dolor me lo impide, por lo que no me queda otra.

Suspiro mientras, poco a poco, las runas aparecen en mi cuerpo y las emplumadas alas aparecen a mi espalda. Mis ojos se vuelven de color celeste y el cuerpo brilla ligeramente debido a los sagrados tatuajes en mi piel. Arrodillado, estiro mis alas lo mas que puedo, abriendo los brazos, para poder absorber mejor la luz del sol. Al fin, consigo la suficiente como para que cierren las heridas.

Me levanto, dolorido, y aun en mi forma híbrida.

Norcissa, con tu permiso, me voy a dormir.

Paso a su lado, suponiendo que no tiene inconveniente, y conforme entro a los camarotes vuelvo a mi forma humana, cayendo rendido a la cama nada mas verla.

Le observo, y sigo en silencio... un angel en tierra que ha caido a los infiernos y ahora sirve al diablo...
Lucero, Lucifer, el más brillante de los angeles... sinceramente, el destino tiene un curioso humor... perfecto para mí, perfecto para mi banda.

Observo como se va quedando dormido... entro, descalzandome y quitandome las ropas de sirvienta que ya, no necesito. Hagome un hueco en su espalda... sus alas son muy interesantes de recorrer con mis dedos. Podrían llegar a partirse si se desplaza un ataque justo...aquí...toco su columna. Aún así, creo que me permitirán un suave reposo para esta noche. Y una agradable y divertida charla, a la siguiente mañana... jojojo , que nervioso se va a poner.