Ikaru Honô VS Norcissa

Era de noche en aquella isla desierta, vacía...El viento se desplazaba lentamente entre los campos, agitando con suavidad las ramas de los pocos árboles que aún perduraban en aquel inhóspito paraje, algunos estructuras que parecían poco sólidas aún aguantaban en pie, aunque el paso de los años les había dado un tono desgastado y decrépito, la luna llena brillaba con fuerza en el lugar, no habría habido nadie de no ser por el encontronazo entre Ikari y Norcissa, una mujer de la que decían que era una temible pirata, una mujer sanguinaria y fuerte como pocas había en aquellos mares, así pues era lógico que el chico se echase a temblar de la emoción al oír aquel nombre, y más aún cuando rememoraba la cara de sorpresa de aquella mujer, cuando en cruzarse en aquella isla vacía (que también era casualidad), el chico, lo primero que gritase fue que le retaba a un duelo para ver quién de los dos era el mejor, mientras caminaba hacia el claro donde habían quedado para pelear, Ikari notaba su sangre hervir de emoción, sabía que era un rival duro, pero también confiaba en sus propias capacidades y sabía que por muy complicado que fuese, al menos, daría un buen espectáculo, cosa que serviría para que las gentes de todos los océanos oyesen hablar de él y de su hazaña.

Tras unos 5 minutos caminando, el joven llegó hasta el claro, estaba algo elevado respecto al nivel del mar (unos 100 – 150 metros si cabía), estaba rodeado de montañas y a un par de metros s e encontraban los restos de una antigua civilización, era difícil determinar cuántos años de antigüedad tendrían esas ruinas, aunque eso al chico no le interesaba, con una sonrisa de emoción en su rostro se plantó con fijeza en el terreno, mirando a su alrededor, su cabello azabache se removió con la ligera brisa que hacía en aquel lugar, su torso desnudo, reflejaba vagamente la luz de la luna, movía impaciente sus pies, cubiertos con sus zapatos de piel negros y sus manos reposaban en sus pantalones del mismo color, su cuerpo ya empezaba a emitir calor, desde que dominó la fruta hacía 5 o 6 años, cada vez que se encontraban en situaciones en las que sentía un sentimiento muy fuerte (como era la emoción de aquella batalla), inevitablemente, su cuerpo empezaba a emitir calor, eso le había salvado de más de una situación peliaguda, sin embargo, aquello era otra historia, lo importante ahora era lo que había venido a hacer allí y lo que le esperaba....Si ganaba, la gloria y el honor, si perdía....Si perdía bueno, volvería a intentarlo, cuantas veces fuera, hasta que le derrotase, el no se daba por vencido.

Miró al cielo y observó las estrellas, hacia un día ideal, ni una gota de lluvia, eso no sería bueno para su forma de pelear, pues el agua rebajaba su calor corporal y le dificultaba el uso de su fruta, cerró sus puños impacientes, su cuerpo debía de estar ya a unos 50 grados centígrados, miró al frente con decisión y de pronto de forma impulsiva gritó:

- Eh tuuuuuu! Narcisoooooooo!!!!! Sal a pelear! –

Ikari sonrió satisfecho y a la vez emocionado al ver aparecer a su contrincante subiendo la cuesta, portaba en su diestra un arpón y en su zurda un escudo metálico, aquella mujer no parecía gran cosa, aquellas armas no eran demasiado complementarias, si al menos llevase una espada y un escudo se entendería....Pero no iba a subestimarle, si era tan conocida no era por ser débil precisamente, así que no se fiaría... Frunció ligeramente el ceño mientras se colocaba en posición de combate, con su brazo derecho medio alzado, sobre la cintura y con el puño cerrado y con su brazo izquierdo un poco más bajo y con la mano abierta, aquellas palabras de desprecio le habían molestado, se atrevía a menospreciarle sin siquiera conocerle, le decía que no era apto para ser el rey de los piratas....Aquello le enfureció ligeramente y mientras ella demostraba la gran ‘’diferencia’’ que había entre ambos, el cuerpo del chico se calentaba más:

- Te voy a demostrar que yo seré el rey de los piratas! No pienso dejarme vencer por alguien como tú! – El chico dio entonces un fuerte salto hacia el cielo, debió de alcanzar con facilidad los 2 metros, sus músculos se habían activado con el calor al fin y al cabo, y aquella proeza física, en aquel momento, no le implicaba grandes dificultades, el joven giró sobre sí mismo en el aire mientras su cuerpo empezaba a calentarse más y de pronto utilizó su mano derecha para lanzar una potente ráfaga de vapor de agua hacia su espalda, que le impulsó a una velocidad vertiginosa hacia su rival, el chico se desplazó a una gran velocidad y justo antes de tocar a su adversario, a apenas 4 o 5 centímetros, lanzo de forma frontal un fuerte puñetazo con su diestra dirigido hacia la cara de la chica, con aquel impulso, junto con el factor de activación muscular que implicaba su akuma no mi, y la temperatura a la que estaba su puño, conjuntamente, aquel golpe implicaba un potente ataque en caso de golpear al objetivo.

- Maldito Narciso! Eso es trampa! – Gritó el joven al verse frenado de golpe al golpearse frontalmente con aquella red metálica, era lastimoso y patético como le había logrado frenar de aquella forma tan sencilla, bastaba con un simple movimiento para darse cuenta, su rival estaba a un nivel y a una categoría totalmente fuera de serie, nada que ver con él, un novato, un simple muchacho que ni tan siquiera controlaba del todo su Akuma no Mi, Ikari, miró a su adversario que con prepotencia se alzaba del suelo, no iba a dejarse vencer.

Ikari cerró sus puños con rabia, la temperatura de su cuerpo volvía a elevarse de nuevo de forma exponencial, aunque aquello era, probablemente, mejor, pues cuanto más calor desprendiese más daño le haría a su rival, miró a Norcissa con fijeza y sonrió: - Ya estoy listo para el segundo asalto....- Mientras decía eso se quitó sus zapatos y los lanzó hacia un lado, el calzado rodó un par de metros y quedó lejos de la vista, miró a su rival directamente a los ojos y rápidamente corrió hacia su rival, en cuestión de segundos recorrió gran parte de la distancia que les separaba, su cuerpo irradiaba una calor apabullante, ya sería difícil soportarla para una persona normal y corriente que se encontrase cerca suyo, pero aquella mujer no era normal y corriente, y no bastaría con un poco de calor para derrotarle, a pesar de que el cuerpo de Ikari debía rondar ya los 90 grados (Off: Es una dato de aproximación, no digo que mi pj lo sepa).

Una vez se encontró frente a Norcisa, a la distancia de apenas un metro, dio un fuerte salto hacia arriba impulsado con una corriente de vapor que salió de su cuerpo, maniobró en el aire rápidamente, situándose por un metro encima de aquella mujer y a una gran velocidad empezó a girar sobre si mismo liberando una gran cantidad de vapor de agua hirviendo por los poros de su cuerpo, dicho vapor se concentró lentamente alrededor de Ikari, girando con él y adquiriendo cada vez más velocidad, hasta que en menos de un par de segundos se formó un pequeño tornado, de un diámetro del cuerpo de Ikari y una longitud de un par de metros...El chico dejó de girar sobre sí mismo de forma súbita y golpeó con fuerza con su puño el tornado, impulsándolo hacia abajo, donde se encontraba Norcisa, el tornado de vapor de agua, a una elevada temperatura, capaz de quemar y hacer mella en el cuerpo de cualquier persona empezó a descender de forma vertical hacia su objetivo mientras Ikari se impulsaba hacia atrás con una columna de vapor de agua, posicionándose a un par de metros de su rival, de pie en el suelo y en alerta mientras el tornado descendía a una velocidad vertiginosa.

El chico abrió mucho sus ojos sorprendido de aquel despliegue de fuerza, una sonrisa asomó en sus labios, era increíble, aquella mujer era un adversario temible y lo acababa de demostrar, no solo había tirado por los suelos su ataque, si no que ahora, preparaba un contraataque temible e imparable, aquella ola de tierra se acercaba a cada segundo más al chico, rápidamente y de forma intuitiva, Ikari extendió la palma de su mano diestra hacia el lado y lanzó de nuevo una columna de vapor de agua que le lanzó impulsado hacia su zurda, donde se encontraban las ruinas, volvió a lanzar otra y así hasta tres, hasta que impactó de costado contra un pequeño edificio que parecía ser una casa y que era de los pocos edificios que seguía en pie, aunque su estado no era el mejor del mundo, notó un pequeño dolor en el costado al chocar lateralmente contra la estructura, algunos rasguños aparecieron en su espalda, suspiró y a toda prisa se coló en la casa por la ventana y escudriñó a su alrededor mientras se sentía aliviado de haberse salvado de la ola de tierra por el momento, aquel lugar era ideal, ya tenía un plan....

Se aceró a la pared opuesta a la ventana por la que había entrado y se recostó, teniendo una visión constante de las entradas al edificio, rápidamente empezó a aumentar la temperatura de su cuerpo de nuevo (debía alcanzar los 80 grados centígrados), al ser un espacio cerrado, la habitación empezó a calentarse lentamente debido al calor irradiado por el joven, a la par que liberaba una gran cantidad de calor, el chico iba desprendiendo pequeñas olas de vapor de agua de su cuerpo igualmente a una gran temperatura, a los pocos minutos aquel lugar estaba tan cargado de humedad y calor que casi se hacía imposible respirar, la trampa estaba lista, a Norcissa le esperaba una buena sauna si se le ocurría entrar en el lugar en busca de su presa.