Parece que me odian

-¡¡¡AL SUELO, GUSANOS!!!. ¡¡¡TREINTA FLEXIONES!!!. ¡¡¡INMEDIATAMENTE!!!.-

La sargento mayor Ha-Neul gritaba como una loca a los 20 aprendices de marines que se encontraban haciendo su hora de ejercicio en la cubierta de uno de los buque de travesías del North Blue. Tenían que dirigirse al East Blue, concretamente a la Villa Shimotsuki para trasladar a tres prisioneros piratas al calabozo de la base de aquel lugar. ¿Por qué tan lejos? Porque un comodoro importante del East Blue se hallaba muy cerca de allí y tenía que dirigirse a Impel Down, entonces, para aprovechar más el tiempo la marina acordó que el grupo de Ha-Neul encerrase a los piratas en la base de Shimotsuki, para que posteriormente el comodoro los llevase a su prisión.

Ha-Neul era una mujer de apenas 23 años, alta, delgada y aparentemente frágil (realmente era increíblemente fuerte). Su cabello era de color negro y tenía un rostro considerablemente agraciado. Vestía con una camisa de color negro, con un chaleco azul con la insignia de la marina estampada en el mismo. Llevaba pantalones vaqueros (adivinad de qué color... Sí, habéis acertado, de color negro.). Su arma era una espada medieval muy pesada que ella blandía con una facilidad extrema. Su hobbie era insultar a los jóvenes reclutas y obligarlos a hacer flexiones y abdominales. Estaba siempre de muy mal humor. Para ser una persona tan bella gritaba como una demente.

La jefa de los criminales se llamaba Dafrosia y era hábil en el uso de la espada. Su arma era conocida como la Eseen Saptha y se trataba de un florete único, con una empuñadura y la casoleta de plata chapada en oro con engarces de rubíes, topacios y esmeraldas, con una hoja de color azul zafiro y tenía una longitud de 110 cm. Sus dos compañeros (de la pirata) se llamaban Homobono y Caconaimo. Ambos eran expertos en las armas de largo alcance. A pesar de ser piratas de poca monta, no tenían escrúpulos en matar a la gente, incluso solían hacer competiciones de a ver quién mata más hoy, es por eso que el gobierno decidió mandarlos a Impel Down derechitos.

-¡¡¡BIEN!!! ¡¡¡AHORA HACED CUARENTA ABDOMINALES SIMULTÁNEOS!!! ¡¡¡VAMOS, VAMOS, VAMOS!!!-

"Y encima Ha-Neul significa cielo". Scott se hallaba entre los 20 aprendices sudados, vestido con el uniforme oficial de la marina, el cual el ex-pirata lo tomaba como humillación. Y es que él quería llevar su traje azul que echaba tanto de menos.

En ese momento, una voz dijo por megafonía que ya estaban a punto de llegar a la Villa Shimotsuki. Ha-Neul señaló a Scott y a otros cuatro marines aprendices para que llevasen a los prisioneros al calabozo de la base. Ninguno de ellos tenía muchas ganas después de hacer tanto ejercicio, trataron de explicárselo pero la sargento les miró con una de esas miradas penetrantes que asustan tanto, así que los pobres reclutas tuvieron que ir derechitos al lugar donde se encontraban atados Dafrosia, Homobono y Caconaimo.

-¿Ya hemos llegado?- Preguntó Homobono nervioso. -Os proponemos un trato: Os damos todas las berris que queráis de nuestro botín escondido si a cambio nos dejáis escapar ¿Qué os parece?- Homobono era un hombre "cachas", calvo y con cara de simio pero incomprensiblemente cobarde. En esos instantes estaba ataviado con un pijama de prisionero.

En ese instante, Dafrosia le pegó un cabezazo en toda la frente a su compañero gritando por todo lo alto:

-¡¡¡¿¿¿CÓMO SE TE OCURRE PROPONER ESO SIN MI AUTORIZACIÓN???!!! ¡¡¡YO SOY LA CAPITANA, Y "NUESTRO BOTÍN" ES SÓLO MÍO!!!- Dafrosia era una mujer rechoncha, su pelo era de color
rubio y su ojo izquierdo azul y su derecho amarillo (Sí que era rarita la tía).

-Razón no le falta a la jefa, es más, ¿dó está tu honor y orgullo de pirata?- Dijo Caconaimo. Caconaimo era un hombre demasiado delgado y demasiado alto. Su cabello era pelirrojo, su tez alargada y morena, sus ojos negros y su manera de hablar, demasiado caballerosa.

Scott y sus camaradas siguieron atentamente aquella discusión absurda. ¿De veras tenían que llevar a esos payasos a las seguras celdas de la base de Villa Shimotsuki?

-¡Es que nos van a llevar a Impel Down, jefa. De ahí nadie a salido con vida.- Trataba de excusarse Homobono -¿De qué nos servirá nuestro dinero si ya estamos prácticamente muertos?-

-Es cierto que nadie ha salido con vida de Impel Down. Pero por eso seremos los primeros en escapar. ¡Ja!. ¿Habéis oído eso ¿eh, marines? Tan sólo sois unos pringados con un pañuelo en el cuello so'estúpidos.-
Como podréis observar, Dafrosia no era nada distinta a Ha-Neul en su manera de hablar. Ambas daban un miedo que te caes pa' trás.

-Em, ¿señores?, tenemos que llevarles a vuestras respectivas celdas en la base de Shimotsuki. Ahí montaremos vigilancia día y noche hasta que llegue el comodoro que os trasladará a Impel Down.- Comenzó a decir uno de los marines.

-¿Pero tú eres tonto? ¡Les acabamos de decir todos nuestros planes a esta gente!.- Protestó otro recluta.

-Ey, ey, no se peleen que si no la sargento Ha-Neul nos obligará a hacer trescientas flexiones en menos de ocho minutos y realmente no tengo muchas ganas de realizar eso.- Dijo Scott que empezaba a pensar que sus camaradas eran igual de payasos que los piratas.

-¡¡¡TÚ NO TE METAS, PIRATA!!!- Contestaron ambos al mismo tiempo.

-pero si ya no soy pirata...- Dijo por lo bajinis el pobre médico dolido.

Y es que nadie se fía de un pirata por mucho que se halla alistado a la marina.

-¡¡¡CALLAOS YA, GUSANOS!!!¡¡¡HABEÍS TARDADO MUCHO ASÍ QUE TENEÍS QUE HACER TRESCIENTAS FLEXIONES EN MENOS DE OCHO MINUTOS COMO CASTIGO!!!- Dijo Ha-Neul tan encantadora como siempre, después de haber golpeado a los cinco marines dejándoles el típico chichón en la cabeza de los tebeos de Mortadela y Filemón. Era un ángel caído del cielo (por si alguien no lo ha notado, esta última frase es totalmente irónica).

-¿Veís? Os advertí que acabaríamos así, el que avisa no es traidor.- Dijo Scott a sus compañeros.

-¡¡¡CÁLLATE YA, PIRATA MUGROSO!!!- Soltó la sargento al oír hablar al ex pirata.

-creo yo que me odian aquí demasiado, y encima ya no soy pirata .- Se dijo el pobre médico dolido otra vez para sí mismo mientras no cesaba de hacer las flexiones que le correspondían.

-¡¡¡EN CUANTO A VOSOTROS!!!- Dijo la “angelical” sargento (entre comillas, claro está) refiriéndose a los prisioneros. -¡¡¡OS LLEVARÉ YO PERSONALMETE A VUESTRAS CELDAS, SUCIOS PIRATAS!!!-

Dafrosia trató de decir alguna palabra malsonante, pero la mirada penetrante de Ha-Neul fue mucho más fuerte que ella, así que resignada, aceptó su destino y se dirigió junto a sus compañeros a la base con la sargento detrás vigilandolos con su dichosa mirada.

Los marines y Scott siguieron haciendo las flexiones (a pesar de que la sargento ya no estaba) sólo por miedo a que Ha-Neul apareciese de repente y les obligase a hacer más flexiones. Aunque Anderson no lo quería confesar, había tenido innumerables pesadillas con aquella mujer que daba más miedo que el demonio.

Dafrosia, Homobono y Caconaimo estaban ya en sus celdas esperando su destino. Mientras tanto los demás reclutas, incluyendo a Scott, estaban montando guardia (bueno, si montar guardia significa estar jugando a juegos de mesa contando chistes cutres, entonces sí, estaban montando guardia). Ha-Neul se encontraba hablando con su superior, el capitán Yori. El capitán Yori era el encargado de mantener el orden en la Base marina de aquel lugar. Era el típico anciano chino bajito que tiene una larga barba blanca que llega hasta el suelo, que es calvo y que viste con vestidos tradicionales. Todo aparentaba estar muy tranquilo mientras se esperaba al comodoro hasta que...

-¡¡¡SEÑOR YORI!!!- Dijo un joven recluta mientras entraba corriendo a la sala donde se hallaban la sargento y el capitán mientras hacía el saludo marine con nerviosismo.

-¿Qué ocurre, recluta?- Dijo Yori con tranquilidad.

-Es mi compañero Jones, mientras estábamos montando guardia lo encontramos... lo encontramos... muerto. ¡Fueron los piratas!-

- ¿El señor Jones muerto?- Yori se derrumbó en una silla pero volvió a levantarse con gran energía. -¡¡¡Ha-Neul, avise al resto de la base del asesinato!!! ¡¿Y usted. (refiriéndose al marine aprendiz) Cómo está tan seguro de que fueron los piratas?! Están encerrados bajo llave, recluta.-

-No, señor. ¡¡¡HAN ESCAPADO!!!.-

-¡¿QUÉÉÉÉÉ?!- Gritó Yori preocupado. -Pues mande a cerrar todas las salidas de la base inmediatamente, diga que es una orden mía. Esos criminales no deben estar muy lejos. Esta base es un laberinto.-

Mientras tanto, Scott Anderson se estaba dirigiendo solo al servicio (él desconocía la noticia del escape de los prisioneros) y se encontró con algo muy especial... Se encontró con un florete amenazándole en su cuello, pero no era un florete vulgar, era la Eseen Saptha, y su portadora, Dafrosia.

-Espera, ¿tú eres Scott Anderson "El asesino Médico"?- Preguntó Dafrosia que había estado a punto de matar al pobre Scott al que toda la marina destestaba.

-Sí, soy ese Scott.- Contestó el nuevo marinet mientras miraba con desconfianza el florete que estaba a unos centímetros de su yugular.

-¡Ya veo!, tu recompensa es muy elevada, pero ¿qué haces vestido como esos paletos blanquiazules? Tú eres pirata ¿cierto?- Dafrosia estaba hablando muy amablemente.

-No, ya dejé eso. Era demasiado malo para mi reputación. Si hubiese seguido siendo un criminal, acabaría terminando como tú. Porque tú eres Dafrosia "Espada veloz", una asesina sedienta de sangre que no siente empatía por nadie. ¿Verdad?-

-Te propongo un trato, si nos ayudas a salir de aquí no te mataré y encima te daré todo nuestro botín.- Dijo ella pasando un kilo de la ofensa que le había hecho el joven recluta.

-Me niego totalmente. Mi sitio está aquí, en la marina. Yo no disfruto matando como tú, despreciable asesina.-

En ese momento, Scott se había pasado de la raya y por ello Dafrosia trató de clavarle la punta de su arma en el cuello, sin embargo, el pirata fue mucho más rápido y se apartó. Extendió el dedo índice de su brazo derecho en dirección a la criminal y susurró Pistol. Ese dedo sufrió una rápida transformación en un cañón de pistola, listo para ser usado.
La pirata a pesar de estar sorprendida, dio cinco estocadas en menos de dos segundos (era rápida) en el marine, que se agarró los lugares donde la sangre estaba empezado a manar de las heridas. Dolía lo suyo.
Ahora tocaba contraatacar y por ello disparó cinco proyectiles a Dafrosia que dieron en el blanco. La criminal se cayó al suelo, agonizante. Estaba en desventaja.

Pero se levantó sin dificultad con una sonrisa en su rostro y clavó el florete de nuevo en la carne de Scott. Por suerte, no fue un ataque muy profundo. Dafrosia llevaba un chaleco antibalas y había estado fingiendo como una vulgar mentirosa para que el marine cayese en la trampa. Anderson quiso reaccionar pero la pirata esta vez fue más veloz y le pegó un puñetazo seguido de una patada al cuello. Scott cayó al suelo y pegó un disparo más que no llegó a su destino. Dafrosia le pisó la cabeza al marine y se preparó para dar el último golpe de gracia: Una estocada vertical al cuello de su enemigo. Quería sangre.

Justo antes de que la criminal realizase su ultimo ataque, Ha-Neul apareció en la sala.

-¡¡¡¿¿¿QUÉ HACES, GUSANO???!!! ¡¡¡LEVÁNTATE Y DEFIÉNDETE, MUGROSO!!!- Gritó la sargento a Anderson hecha una furia (como siempre). Llevaba una espada medieval pesada en su mano derecha y en con su otra mano agarraba el cuello de Homobono, el otro pirata.

Pero Scott no podía hacer nada, estaba totalmente inmovilizado. Tenía como máximo tres segundos antes de ser enviado al otro mundo. Pero se oyó de repente...

-Shigan.- Y el pie que presionaba la cabeza de Anderson se retiró. Dafrosia se había caído al suelo, su chaleco antibalas no había podido evitar que el dedo del capitán Yori penetrase su propia carne mediante una de las técnicas más complicadas del Rokushiki.

Ahora sólo faltaba encontrar a Caconaimo y todo habría terminado.

Sin embargo, Caconaimo ya había caído hace tiempo gracias a los demás marines de la base, que lo habían acorralado.

Al día siguiente, el comodoro Nikolay llegó a la base y se llevó a los piratas asesinos a Impel Down disculpándose por su tardanza y lamentando la muerte del recluta Jones. Hubo un entierro y los días que siguieron a aquel fueron muy tristes, nadie tenía ánimos de nada. Incluso la misma Ha-Neul estaba más calmada que de costumbre.

-¿Recluta Scott?- Preguntó el capitán Yori un buen día.

-¿Sí, señor?-

-Tome, esto es para usted.- Dijo el capitán entregándole sus dos bisturíes, sus dos armas. -Ya hemos conseguido arreglarlos. El capitán Benito me ha contado que eres muy diestro con esas cosas así que te los altos mandos de la marina te han permitido usarlas como armas personales.-

-Gracias, señor.-

El capitán Yori se retiró, pero Scott permaneció quieto sumido en sus pensamientos. Estaba contrariado. Tenía que ser más fuerte. Una sensación estaba empezando a aflorar en él, y esa sensación era odio. Odio hacia los piratas, odio hacia su sucio pasado. "A partir de hoy no tendré piedad con ningún pirata. Voy a ser mucho más fuerte empezando desde ya. Los criminales me temerán y con motivo"