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| Comentarios: 10 |
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| La peleona, la malhablada, el asesino saltarín y la borracha | |
| | Autor | Mensaje |
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Aile D. Jacqueline Capitan Pirata
Profesión : Artillera
4810
6, 300, 000 Mensajes : 289 Fecha de inscripción : 12/09/2011 Edad : 30 Localización : Buscando Skypeia
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| Tema: La peleona, la malhablada, el asesino saltarín y la borracha Miér Oct 19, 2011 2:05 pm | |
| - Spoiler:
Social en presente de Aile, Miyu, Ezio y Nym.
Había sido un viaje largo. Muy largo. Jacqueline estaba cansada de remar, con los brazos como piedras y un hambre atroz. No es que le faltaran provisiones, pero con su casi nula navegación, no podía fiarse de llegar en poco tiempo al East Blue, ni mucho menos, Loguetown, la ciudad que visitaría por segunda vez. Había decidido escapar del South Blue para despistar a los marines. Como no los tenía en muy alta estima, esperaba que eso bastase para que no la siguieran persiguiendo. Pero, ¿por qué Loguetown? La respuesta era sencilla: quería ir a Grand Line. Ese había sido su objetivo desde el principio. Sabía que no podía sobrevivir en aquellas aguas tan peligrosas solas, por lo que estaba decidida a unirse a una tripulación que pudiese llevar. ¿Y qué mejor lugar que aquella ciudad del inicio, a través de la que se accedía al misterioso mar? Incluso plagada de horribles marines, conservaba aquel grandioso atractivo. Sin embargo, tras varios días oteando el horizonte, contemplando sólo agua, agua y más agua (terrorífica agua que podía acabar con ella si se caía del bote), vislumbró la isla y, como buena previsora que era, lo primero que hizo fue empezar a engullir todas las reservas de comida, muerta de hambre. Podría comprar más en la isla, así que no era ningún problema, y realmente lo necesitaba. Amarró el bote en el puerto y, saciada, sólo había un sitio al que acudir para equilibrar la balanza. Obviamente, se trataba de la taberna. Así que, ni corta ni perezosa, se puso en marcha.
Última edición por Aile D. Jacqueline el Jue Oct 20, 2011 1:58 pm, editado 2 veces | |
| | | Ezio Auditore Cazarrecompensas
Profesión : Espadachin
3300
Mensajes : 57 Fecha de inscripción : 02/10/2011 Edad : 31 Localización : Tengo una serpiente en mi bota ! D;
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| Tema: Re: La peleona, la malhablada, el asesino saltarín y la borracha Jue Oct 20, 2011 12:55 am | |
| [ Tras haber salido de aquel establecimiento que le había traído algunos problemas, aunque en realidad ahora podría ser conocido como un héroe, aunque en realidad no le importaba mucho, por que debía pasar desapercibido totalmente, entre menos se escuchara de su nombre y su apariencia mejor, así ningún pirata marine o revolucionario tendría una pista de el y el podría actuar frente a ellos en caso de requerirlo y sus enemigos no saber ni siquiera como es su rostro, Ezio quería mantenerse en total anonimato y bueno parece que seria complicado. El Auditore se encontraba sobre las casas moviéndose a gran velocidad sobre ellas, era muy hábil en el desplazamiento su velocidad y su físico ágil y fuerte le permitían superar cualquier obstáculo que se presentara, podía dar grandes saltos correr a gran velocidad tener buenos reflejos y ser muy ágil, cosa que había ganando con los años y el entrenamiento que había recibido así como las bondades de la genética. Ahora se encontraba en dirección hacia el puerto donde iba a buscar información sobre los piratas buscados en esta ciudad y que se sabia que andaban paseándose por ahí, este trabajo lo debería hacer los marines pero algunos eran demasiado incompetentes, mientras tanto el joven caza recompensas ya había llegado al puerto donde había barcos de todo tamaño de todo tipo formas y colores distintas banderas, algunas parecían de piratas por la distintiva cabeza de esqueleto.]
- Ahh... bien... haber que encuentro...mmm… debe haber algo por aquí -
[ Decía en voz baja y para si mismo el Assassin, moviéndose a una de las casas mas cercanas al puerto mas bien eran una especie de bodegas, llegaba a ellas y con sigilo empezaba a caminar mirando a cada barco viendo si alguno era sospechoso o parecía raro, el encapuchado siguió andando por los andenes en busca de algo pues estaba casi vacio hasta que vio como un pequeño bote se detenía en el puerto y una chica de apariencia rara , rara para estar encallando su barquito en semejante puerto lleno de piratas, hizo que Ezio se admirara un poco, aunque por su mente paso la idea de que pudiera ser de esas mujeres que piensan que la vida de pirata puede ser interesante, sonriendo ligeramente, sonrisa que era ocultada por sus ropas, el mas pequeño de la casi extinta familia Auditore que ahora era un formidable caza recompensas se dispondría a seguir a esta chica haber hacia donde pretendía ir , claramente guardando la debida distancia precaución y con el mayor sigilo posible, haciendo uso de todas sus habilidades de Asesino, pues tenia curiosidad de ver a donde se dirigía tan linda chica ser y aparentemente inofensiva, era una mujer de cabello azul lo llevaba corto, también era algo alta y cuerpo ligeramente formado no era de mucha edad si no joven y con facciones muy lindas y delicadas o eso creía Ezio ya que podía mirar su rostro, era bello y fino parecía una niña a pesar de tener un cuerpo de mujer, eso era lo que podía observar el chico que andaba por arriba de las casas moviéndose entre ellas, sin perder de vista a la mujer de cabellos azules, la cual parecía ir hacia donde se encontraba una taberna donde usualmente vendía bebidas y a veces hacían una que otra buena comida. ]
- Acaso...pretendes entrar ahí como si nada ? mmm... no debes ser una chica normal eh? -
[ El chico ya había decidido bajar un poco mas, moviéndose a uno de los negocios por donde estaba por pasar la chica, de ahí se quedo de pie sobre uno de ellos que se encontraba antes de cruzar la calle a la taberna, que estaría a unos 15 metros de ahí, quedándose de pie en la esquina del techo de esta construcción mirando hacia abajo con los brazos cruzados y soltaba las palabras ya dichas, en un tono amigable por así decirlo y lo menos golpeado posible pues no era común que un hombre sobre los techos te dijera eso y menos con la pinta que Ezio portaba a leguas se veía que no era un simple civil, así que espero unos segundos a la respuesta de la linda chica de ropas un tanto diferentes a las usuales, pero el que podía decir tampoco era muy común en fin, el nacido en los mares del norte, se quedaba observando a la mujer pero sin tratar de incomodarla mucho con la vista, pero ahora por lo que podía la chica tenia ojos azules como el mismo cielo que combinaban muy bien con su cabello de verdad era linda pero Ezio no se fijaba en eso aunque se le hacia peculiar la presencia de ella en esa parte de la isla y por eso mismo había decidido seguirla. ] | |
| | | Miyu D. Blass Pirata
Profesión : Luchador
5200
3.800.000 Mensajes : 95 Fecha de inscripción : 05/10/2011 Edad : 29 Localización : Detras tuyo...
| Tema: Re: La peleona, la malhablada, el asesino saltarín y la borracha Jue Oct 20, 2011 7:34 am | |
| Esa misma tarde, había salido a caminar, lo usual en mi persona, el ir de aquí para allá con intenciones de ver que había de nuevo en la ciudad, la jungla de cemento, arboles de piedra...muchos nombres para un mismo lugar que se resumía a una de las ciudades de mi mar natal, Logue Town. Como era de esperarse siempre era de pasar por la plaza antes de decidir a donde ir finalmente, la plaza, el lugar más famoso de esta ciudad, quien no conocería la ultima ubicación del rey de los piratas mientras el se encontraba en su estado de vida, o al menos así de bello era hasta que un par de piratas lo había destruido no hace mucho, era un pequeño resentimiento que guardaba hacia ellos, pero ya que, no era mi problema por el momento, entonces después de mirar el lugar por 10 minutos aproximadamente y luego dirigir mi mirada al astro que gobernaba el cielo a esa hora, tal vez eran las cinco de la tarde, no tenia reloj, pero la posición de la bola de fuego asi lo delataba, nada más bajar la vista hacia el frente comencé a poner un pie enfrente del otro asi retomando mi caminata diaria, de hecho parecía algo aburrida mi vida ya que siempre hacia lo mismo, pero en realidad era solo el primer paso de lo que terminaría en un día lleno de persecuciones o golpes, nadie apreciaba eso como yo, pues marcaba lo que eran mis principios en la piratería, sea que ninguno de los pleitos habían sido generados por mí, no me importaba, aunque lo que más me gustaba era que en cualquier de estos bares donde se preguntaban por mi nombre era conocida en cualquiera de ellos, la pelirroja que acababa de salir corriendo o acababa de saquear algunos berries, pero bueno, no podía sentirme culpable porque todo el ajetreo que yo llegaría a provocar siempre tubo explicación, tal vez no coherente, pero era demasiado como para que me perdonaran, o eso pasaba por mi cabeza en esos momentos, pues era sabido ya que la marina no perdonaría jamás ni hasta al más mísero pirata.
Ya paso tras paso me encontraba en la esquina de un bar, aunque había frenado mi caminata porque me había parecido ver una persona correr por los techos a una buena velocidad, "que diablos hace ese hombre", inmediatamente pensé, no le di mucha importancia y me encamine al bar que enfrente de mí se encontraba. Ya adentro del mismo como de costumbre mucha gente ya estaba borracha o comenzando a beber, se me hacia agua la boca por tomarme unos cuantos vasos de cerveza, pero al menos ese día procurar no llegar caminando de cordón a cordón a casa, ya que siempre me levantaba al día siguiente con una resaca que parecía un castigo del mismo dios, así que ahora era de controlarme un poco, ya ni bien pasaba por los leves pasillos que se encontraban entre las mesas algunos "conocidos" ya me habían fichado entre sus ojos, yo simplemente los veía de reojo y no le daba importancia, ya que en su mayoría habían sido o golpeados o al menos los hice retar, todo por mi parte, no me enorgullecía en nada lo de andar peleando porai, pues no es como me habían criado mis padres, pero algo que si me hacía sentir bien es que era capaz de defenderme a mi misma y mis padres estarían felices de ello, al menos pudieron irse del mundo con esa "garantía" de que yo estaría bien este donde este, o eso es lo que por lo menos creía y, no le di mucha importancia y llegue a la barra donde el cantinero era nada más y nada menos que el mismo hombre que yo había hecho encerrar hace un buen tiempo a manos de Escualo...Mis ojos se abrieron de par en par, pero rápidamente compuse mi mirada a la despreocupada de siempre y rezando por qué no me descubriera pedí lo que me gustaba, cerveza. Jeje, eeemm hola amigo, ¿podrías darme un vaso de cerveza? ¿Por favor?
Lo que voy a darte es otra cosa...aaah Fueron sus palabras así nada mas sin pensarlo y directamente se había echado a perseguirme a través del vistoso bar con un cuchillo para picar hielo, yo no podía creer que al menos un día de mi corta vida no tenga uno que sea tranquilidad plena, pues era de esperarse que este tipo saliera de prisión, y como era costumbre comenzaba a correr sobre las mesas de los clientes que ya hace un tiempo se encontraban antes que yo, provocando la misma reacción y el mismo pensamiento en sus cabezas seguramente los cuales eran "Voy a matar a esa pelirroja"...En mi cara se podía denotar una especie de ganas de llorar algo cómica, y al mismo tiempo rezando que el hombre de gran altura y fornido que me seguía se haya cansado de correr pero al girar mi cabeza todas mis esperanzas se reducían a lo mismo, "Miyu era perseguida por el típico cantinero que o había golpeado, o había hecho líos en su bar", aunque en mi cara se denotaba esa simple sonrisa de que al menos en mi ciudad natal había hecho mi fama de una vez por todas, ya la ciudad conocería el nombre de Miyu D. Blass, tal vez no de manera temida, pero si como la chica que más gente ha tenido persiguiéndola en la última década...¿Molesto?, para nada, ¿Gracioso?, tal vez, la misma rutina de siempre terminaba tanto aburrida como graciosa, pero me hacía sentir a pleno y por lo menos me mantenía en forma...Sabía que no iba a escapar siempre permaneciendo dentro del bar entonces corrí hacia afuera y al girar mi cabeza ahora eran el cantinero y su sequito, deseaba esta vez llevarlos hacia el bosque y encargarme de ellos esta vez allí, ya que nadie me vería y yo iba a poder divertirme de lo lindo. Corría y corría por la calle principal de la ciudad la cual estaba llena de movimiento el cual se veía pausado por una corrida que parecía tanto, una caravana o una corrida de toros, para colmo esas personas cambiaban sus caras de susto por la repentina corrida a una cara de normalidad al ver que yo estaba al frente de todos esos tipos, ¡Miren gente! ¡jajajaja! exclamaba a modo de gritos para llamar mas la atención de los que allí espectaban tal acontecimiento, que era lo normal, pero era un punto más para mí en ese caso... Ya llegando por cerca del puerto había doblado en una cuadra cerrada, y ya cansada de tanta corrida comencé a volar un poco para descansar las piernas cosa que había extrañado a ms perseguidores, pues la mayoría de ellos no sabía que yo poseía una fruta, aunque no les importo al parecer y me siguieron...Más adelante pude divisar a ese mismo tipo que pasaba de techo en techo, el cual estaba parado y al parecer conversando con una mujer que se encontraba entre medio de los civiles, los cuales ya se habían hecho a un lado por la corrida que se llevaba a cabo en el lugar, yo les grite: ¡Cuidado! estos toros los atropellaran y no estoy jugando!
Y ya dichas esas palabra me habia cansado de escapar, ya supuse que no llegaria al bosque entonces en mi vuelo di un giro cerrado lateralmente en mi eje y termine dandole una patada al primero que se me acerco, viniendo uno por uno yo los mantenia al margen como era debido...a golpes, por el momento no usaba ninguna otra habilidad que no haya sido la de volar con mi akuma, mas que simplemente cargarmelos con puños y patadas, saltos y piruetas para desocparme un tanto, luego mientras luchaba observe mi mirada hacia los dos que alli se encontraban haciendoles señas con mis manos de que vengan mientras me defendia con mis piernas, ya que ellos no tenian la pinta de un civil comun, lucian a que eran algo mas, esa chica de cabello azul, y el otro chico que se encontraba envuelto en sus ropajes similar a un ninja, de esa manera espere a ver que hacian ellos, ayudarme y entretenerse o solo observar como me los "comia" a todos mis perseguidores...
off: hago valer el apodo que me pusiste jacqi jaja | |
| | | Nymerya Cazarrecompensas
Profesión : Espadachina borrachuza (dos espadas)
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Mensajes : 42 Fecha de inscripción : 10/11/2010
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| Tema: Re: La peleona, la malhablada, el asesino saltarín y la borracha Jue Oct 20, 2011 1:21 pm | |
| Vhamosh hah ver shi nosh entendhemosh... - le estaba diciendo Nymerya, razonablemente, a un árbol - the eshthoy dhiciendho queh qhuedash detenido en nombre de los Marinesh por osh… oshthentar clarosh indiciosh de confratherni ¡hic! Confrhaternozhacion pirata. - El árbol no respondió a eso. Sheñhor, me eshtha ushtedh obligando hah-cer usho de la ¡hic! la fuerza, ashi que shi no viene conmhigho le vhoy a…La gigante se interrumpió, volviendo la cabeza hacia atrás. Estaba escuchando bastante jaleo a su espalda unas cuantas calles más abajo. En su cabeza circularon muchas ideas, la mayor parte asociadas a una sargento de los marines lora y a como esta le había pedido que fuese una ciudadana más responsable y justa con las leyes. ¡Y no estaba dispuesta a decepcionar a su nueva-mejor-amiga-al-menos-mientras-estuviese-borracha! Shargentho - dijo la enorme gamberra borrachuza a un buzon - lhealhe sus derechosh y ashegureshe de que no shescapa. - termino señalando al árbol para no dejar duda de quién estaba hablando. A continuación se agacho, por un motivo que no estuvo claro para nadie cogió un carro de madera, se lo puso en la cabeza como una gorra y comenzó a avanzar hacia el alboroto. A su paso dejo un montón de gente atónita ante el espectáculo que había sido ver a una gigante intentando detener a un árbol por acusaciones de piratería y al carretero llamándola de todo menos guapa. Camino entre casas y edificios, a veces rompiendo algunas ventanas y balcones cuando daba saltitos de lado para pasar entre callejones, mientras el alboroto se iba alejando poco a poco, como si una turba de matones estuviese persiguiendo a alguien. Ocasionalmente doblaba una esquina, estaba a punto de caerse al suelo, pisaba algún puesto del mercado, volvía a estar a punto de caerse al suelo, daba un brinco, alguien la insultaba, volvía a estar a punto de caerse al suelo, volvía a pisar algo… así a trancas y barrancas acabo llegando al puerto. Y allí vio a los causantes del alboroto. Un montón de indeseables se estaban dando tortazos con una… Nymerya agudizo la vista, apoyándose sobre un tejado para no resbalarse y aplastar vete a saber que… con una indeseable que… bueno, tenía menos pinta de indeseable que los otros indeseables, pensó la borracha. Mientras Miyu se defendia de todos los matones sin mucha complicaciones, uno de ellos se acerco por uno de sus lados, a punto de saltar encima y dejarla… ¡BOOOOOOOOOOM! Desde una distancia de sesenta metros, entre las casas, y seguramente salida de la nada para todos los presentes, una enorme bota negra se interpuso entre el matón y Miyu. Esta bota estaba unida a la figura de una muchacha que vestía unos pantalones negros medio rotos, unos guantes negros medio rotos de aspecto resistente y un sujetador que también era negro y también estaba medio roto. De la parte trasera de un cinturón medio roto colgaban dos espadas. Y la muchacha media lo que un séptimo piso… bien mirado, con ese tamaño, renovar el vestuario tenía que ser bastante difícil. Era guapa, de ese modo especial en que es guapo algo que necesita varias minutos para verlo del todo, de ojos rubios y cabellos verdes. O al revés. Da igual, estaba borracha. Por un instante, no dijo nada, mientras todo el mundo miraba a la recién llegada con los ojos como platos. Solo se balanceo adelante y atrás, a punto de caerse durante unos segundos… gracias a dios, se estabilizo. Sheñoresh - empezó a decir, levantando un dedo, con un tono que indicaba claramente que estaba borracha - lhesh infhormho que eshthan ushtedhes alhtherandho el dhesharrollo normal de nshuestra ciudad y que como buenos ciudadanosh...Uno de los extremos del muelle hizo “crack” bajo el pie de la gigante. Esta solo dijo - uhys va… - antes de caerse de lado, volando sobre todos los presentes hacia el mar, desapareciendo en una enorme zambullida tan rápido como había aparecido. | |
| | | Aile D. Jacqueline Capitan Pirata
Profesión : Artillera
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6, 300, 000 Mensajes : 289 Fecha de inscripción : 12/09/2011 Edad : 30 Localización : Buscando Skypeia
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| Tema: Re: La peleona, la malhablada, el asesino saltarín y la borracha Jue Oct 20, 2011 2:03 pm | |
| Su único pensamiento estaba puesto en el sake. Incluso a cierta distancia de la taberna más próxima al puerto, Jacqueline ya podía oler (aunque en realidad, todo estaba en su cabeza) el dulce aroma de esa exquisita y fuerte bebida; oír el dulce sonido que hacía al rellenar su copa una, y otra, y otra vez; e, incluso, saborear el inexistente líquido que imaginaba bañando sus labios y su garganta, hasta límites insospechados. Sí, Jacqueline tenía sed, y estaba dispuesta a disparar a cualquiera que se interpusiera en el camino restante al bar, fuera un batallón de marines con los que no pudiese competir o una tierna niña de tres años en su monociclo. El caso es que estaba tan concentrada en saciar sus ansias y continuar con mal hábito y su adicción, que no era buena idea interrumpirla. Aunque eso, por supuesto, no lo podía saber Ezio, el temible cazarrecompensas que la había observado y seguido desde el mismísimo puerto. Jacqueline ni siquiera había notado su presencia. Quizá fuera por su absoluta atención en el sake, que la distrajo de todo lo que a su alrededor pasara, pero pensándolo bien, muy probablemente tampoco se hubiese fijado en condiciones normales. Al fin y al cabo, se consideraba una piltrafilla sin valor, ni merecedora del esfuerzo como para atraer la atención de alguien. Salvo de la Marina, claro, pero ellos eran un caso aparte. Por eso se sobresaltó al escuchar una voz dirigirse a ella, aunque no tardó en localizarla. Se trataba de un hombre joven, alto y vigoroso, de ropas blancas, y que tapaba su cara con una capucha, por lo que Jacqueline no podía ver nada reconocible de su rostro o familiar. Igualmente, por la voz, sabía que no lo conocía. Todo aquel secretismo la hizo desconfiar desde el primer momento. ¿Quién era él y por qué se interesaba tanto en lo que hiciera? Jacqueline nunca había sido amiga de las explicaciones, y no le gustaban que le exigieran una sin motivo aparente. Aún así, quiso andarse con cautela. Al menos, hasta saber más sobre el misterioso encapuchado. Sonrió socarrona, con la idea de que si le hacía hablar, podría saber más de él. — Ningún tugurio como éste encierra algún secreto que no conozca ya, pero gracias por tu preocupación, inútil que necesita ocultarse el rostro. ¿No me digas que tienes miedo de que te reconozcan? Eso no dice nada bueno de ti. Quizá entonces debas ser tú quien tenga cuidado en sitios "como ése" —soltó tan pancha. Si era más fuerte que ella, y muy orgulloso, acababa de cavarse la tumba. Pero Jacqueline era Jacqueline, al fin y al cabo. No iba a callarse por miedo a su posible futuro entierro, cuando también había posibilidades de salir bien parada. Entonces, y por algún extraño motivo, el pánico cundió en la calle. Había estado tan distraída con la conversación que ni se dio cuenta hasta que una chica pelirroja, alta y menuda, de unos ojos iguales a los suyos y de ropa de colores naranjas, les gritó una advertencia (algo sobre unos toros y jugar a no sé qué, que la pirata no oyó muy bien) mientras huía de sus perseguidores. La gente se había apartado y sin quererlo ni pretenderlo, Jacqueline, el muchacho y la joven habían acabado en mitad del mismo escenario, a la vista de todo el mundo. Jacqueline maldijo por lo bajo. ¡Tan pronto, no, por favor! ¡Ella sólo quería entrar al bar, no en medio de un conflicto! Sin embargo, al observar los gestos de ayuda de la muchacha, suspiró y frunció el ceño, pero finalmente se rindió y acudió a su lado. Como la chica ya los había implicado, si ella perdía, no quería darle motivos a sus perseguidores para que se centraran luego en la pirata, por lo que su mejor opción era ayudarla. Espero que lo que sea que hayas robado tenga algún valor, granuja —le murmuró a la chica, aunque ni siquiera sabía lo que había hecho como para que la persiguieran. Jacqueline, sin querer esperar a que llegaran hasta ellos, se lanzó hacia el primero de los perseguidores, un esbirro del que lideraba toda aquella revuelta, y ejecutó su Coup de pied, una patada ascendente en la mandíbula que lo lanzó por los aires hasta acabar cayendo nuevamente al suelo, con algo más que la clavícula destrozado. Los siguientes, ya fuera por su culpa o por la de alguno de los otros dos (la chica o el extraño muchacho, si participaba), correrían la misma suerte. Pero increíblemente, no todo había acabado. Una bota gigante apareció en la plaza, aplastando a otro de los hombres (o varios, Jacqueline no lo tenía muy claro) y revelando un cuerpo enorme y tambaleante que acabó cayendo al mar. ¿Desde cuándo la situación se ha vuelto tan irreal?, se preguntó Jacqueline, atónita, pero dispuesta a aprovechar el momento de confusión que había generado la cazarrecompensas. - Spoiler:
Lo único que he añadido es la última línea =P
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| | | Ezio Auditore Cazarrecompensas
Profesión : Espadachin
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Mensajes : 57 Fecha de inscripción : 02/10/2011 Edad : 31 Localización : Tengo una serpiente en mi bota ! D;
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| Tema: Re: La peleona, la malhablada, el asesino saltarín y la borracha Vie Oct 21, 2011 12:05 am | |
| - Off Rol, Sonido Ambiente:
Pueden leer el post escuchando el siguiente link si gustan. https://www.youtube.com/watch?v=3LUpFTsyQdA&feature=related
[ El calor parecía calmarse haciendo que la tarde casi noche comenzara a refrescar un poco con la brisa del mar, el día avanzaba el sol se empezaba a ocultar en la grandeza del cielo, esto pasaba lentamente mostrando cada vez con menos fuerza los rayos de este astro que brindaba calor y luz a los seres de esta ciudad, que usualmente sufrían de calores y temperaturas algo altas, pero eso hacia que la gente anduviera paseando por las calles a todas horas o los mismos turistas que visitaban la ciudad para recorrer las calles que el mismísimo rey pirata había pasado, pero en fin... el sol comenzaba a caer y la noche estaría por llegar, la luna que aun era tenue comenzaba a asomar a sentido contrario del sol, como si este par de creaciones del cielo se estuviera despidiendo, era un paisaje único, pero la gente no solía fijarse en esas cosas y por ahora no había mucho tiempo para que Ezio contemplara como debía ese lindo paisaje, así regresando al lugar de los hechos, el Assassin se encontraba en contra esquina de una de las calles donde mas bares cantinas tabernas como fuese que le llamaran había, y por eso mismo se había decidido hablarle a la chica de cabellos azules, pues no era una mujer que se viera del tipo que buscaba problemas, pero después de que el Auditore le dirigiera esas palabras un tanto de sorpresa, la chica le había contestado en un tono respetuoso pero a la vez burlándose un poco de lo que veía, aunque el chico pudo ver la cara de sorpresa ante lo que pasaba por parte de aquella mujer de lindas facciones, pues si en efecto era raro ver a un tipo como el en la calle mas bien sobre una casa y en el techo de esta, mirándo a "Aile" desde arriba como si de un águila se tratara y hablándole de la nada, preguntando a donde se dirigía, si era un tanto raro pero para Ezio fue igual ver que una chica como ella anduviera por estos lares, aunque su rostro se le hacia conocido podría ser que lo viera en alguna de las fotos de "wanted" pero en fin era raro de todas maneras ver a esa niña por estos lugares, que eran conocidos por estar repletos de problemas con nombre de "Pirata", el chico escuchaba la respuesta de la mujer que hacia que en el rostro del caza recompensas se formara una sonrisa que podría ser vista por ella, Ezio se había sorprendido un poco al ver el tono, la seguridad y la forma con la que esta aparentemente frágil mujer se refería a el, preguntándole por que se ocultaba el rostro entre otras palabras mas a lo que el encapuchado respondía. ]
- haha... tenia razón... luego te diré por que... y bueno respondiendo a tu pregunta...por que vengo así?... por que no me interesa que nadie me conozca no quiero fama ni poder... ahaha tan solo se me ah echo curioso ver a una chica como tu por acá, no necesitas saber mas… no te ofendas tan solo pensaba que no es lugar para ti y bueh...-
[ Entonaba sus palabras el encapuchado sin fallar en ninguna sin titubear ni un poco, lleno de confianza y seguridad en un tono de voz calmado pero a la vez un tanto desafiante, aunque en realidad el caza recompensas quería hacerse de algunos conocidos que a futuro podrían ayudarle, el era una persona de inteligencia y siempre iba u paso adelante, pero parecía que esta vez no iba salir todo bien, pues un incidente hizo que el dejase de hablar y no pudiera concluir sus palabras ante la bella dama peli-azul, pues en la calle se podían escuchar unos gritos de una mujer pero no de una mujer asustada si no de una mujer acelerada la cual sin entenderle mucho decía algo parecido a que unos toros estaban por llegar , después de escuchar la voz vio la imagen de la mujer que gritaba eso la cual parecía levitar sobre el aire a unos 2 metros sobre el no era mucho pero ver eso ya era algo inusual, eso hizo que el Auditore dejase de cruzar los brazos y sin alertarse demasiado se preparaba para cualquier cosa que pudiera suceder, pues la linda mujer de ropas anaranjadas que había aparecido de la nada les hacia señas ambos personajes como si pidiese ayuda, una mujer en peligro y aun mas raro una mujer pelirroja en peligro! mujer pelirroja que vuela sobre los suelos ¡ ¿wtf?, Ezio reía sin soltar ningún sonido tan solo su risa era interior pensando en sus adentros. ]
"hare hare... que cosas se ven ahora tan solo falta que..."
[ Pensaba dentro de si mismo y adivinen lo que estaba por decirse ? si claro.. tan solo faltaba que una rubia sexy apareciera y comenzar a golpear a todos, pues... algo hacia había pasado, pero otra vez su mente no le dejo acabar el pensamiento así que el mismo no sabia lo que ocurría, pues de la nada aparecía una pierna gigantesca que aplastaba a uno de los hombres que perseguía a la mujer, lo que hacia que Ezio levantara su mirada sin impresionarse igual nadie podría ver su rostro al portar esa capucha , tan solo quería ver que había sido, aunque era obvio que un gigante era lo que ocasiono que el pobre brabucón fuese aplastado, al levantar su mirada pudo ver que si en realidad era un gigante, mas bien una gigante pues era una mujer de hermosa figura, acaso podría ser la caza recompensas de cabellos rubios que había empezado a tomar fama en esta isla, aunque fuese una gigante no podía descartarse lo bella que era la rubia, pues Ezio al mirar su rostro, su enorme pero lindo rostro, si.. enorme para el, se quedaba pensando por un segundo, sonreía de nuevo aunque nadie lo viera ,hasta ahora se había encontrado a 3 chicas, las 3 parecían demasiado buscapleitos, un tanto desobligadas y despreocupadas de si mismas y de lo que la gente fuese a pensar de ellas, la pelirroja de ropas naranjas se encontraba peleando con aquellos brabucones que la seguían, de igual manera la mujer que antes había cruzado algunas palabras con el, ya se encontraba en apoyo para la mujer de cabellos rojos, dos bellas damas peleando, aun peor peleando con hombres que no tenían rostro de piedad o compasión, pues cada movimiento que daban eran con ganas de aplastar los lindos rostros de aquellas chicas, quienes hábilmente se deshacían de ellos con diferentes movimientos, Ezio seguía mirando desde las alturas sin mover un dedo tan solo su mirada, se movía entre las 3 mujeres, bueno ahora dos por que la rubia de colosal estatura había desaparecido tras un breve sonido como de una explosión en el agua, pues el puerto se encontraba a unas 2 cuadras de donde ellos estaban, y al parecer la peculiar gigante que no parecía en sus 5 sentidos había caído al agua, dejando solo a dos de las mujeres en escena, mientras el Assassin estaba expectante a lo que sucedía pues al parecer las mujeres tenían todo bajo control, aunque eso era por ahora, pues dicho alboroto haría que mas de estos tipos aparecieran y aun mayor... los marines hicieran acto de presencia lo que haría que todo fuese mas problemático pero a la vez mucho mas "divertido". ] | |
| | | Miyu D. Blass Pirata
Profesión : Luchador
5200
3.800.000 Mensajes : 95 Fecha de inscripción : 05/10/2011 Edad : 29 Localización : Detras tuyo...
| Tema: Re: La peleona, la malhablada, el asesino saltarín y la borracha Vie Oct 21, 2011 2:08 pm | |
| Ahí estaba yo, defendiéndome como podía de todos mis perseguidores, uno por uno el cual se acercaba terminaba con moretones, sangre en sus rostros y demases, además era cansante el estar en todo momento moviéndose para no recibir ninguno de los impactos de aquellos agresores, por suerte la chica peliazul había acudido a mi llamado, diciéndome unas palabras que no me agraciaba mucho escuchar, me había llamado granuja, ¿acaso era una persona que no le interesase lo que piensen los demás?, pues a nadie le gustaría un "cumplido" de esos que ella había soltado hacia mi persona, entonces la mire fijamente con una cara de enojo pero a la vez de gratitud porque por lo menos no había dudado en ayudarme, o eso al menos creí yo, luego al desviar mi mirada hacia el muchacho encapuchado pude percatarme de que el ni siquiera había movido un músculo, parecía una estatua humana, y como diría el dicho, lo mejor puede ponerse mejor aun, siendo así que iba a ser atacada por la espalda siendo interrumpido este acechador por una gran pierna que bajo con fuerza al suelo terminando con su vida tal vez, yo observe atónita pues era la única vez en mi vida que divisaba algo así, una gigante mas específicamente, era algo asombroso de ver, pues no es muy fácil encontrarme con uno de ellos pensaba yo, entonces le hice una seña con mi cabeza asintiéndola a modo de gratitud hacia ella también, ya que me había salvado de...tal vez....un golpe mortal, luego de otra vez enfocarme en mis asuntos y defender espalda a espalda a mi "compañera" se escucho un gran estruendo proveniente del mar, solo pude ver una gran ola que había chocado con las edificaciones pero sin atraer graves daños, era un consuelo, y mientras golpeaba a los que se acercaban dirigí nuevamente mi mirada hacia ese chico, porque se mantenía así de oculto, jamás vi vestimentas de ese estilo, pertenecía a una organización en especial tal vez, no descartaba esa idea, pues el día de noche de brujas no había llegado y tampoco estaba cerca, aunque podía admitir que me parecía un gran disfraz, no muchos se veían así, era algo original, entonces le sonreí en signo de complicidad para luego volver mi mirada a los matones que allí se encontraban y al mismo tiempo diciéndole... ¿Quien sos? nunca te vi por aquí amigo... a vos tampoco chica peliazul jeje, bueno seria molesto llamarlos asi toda la hora asi que ¿por que no me dicen sus nombres? pues el mío es Miyu D. Blass un gusto...
Exclamaba sonriendo a los dos desconocidos que al parecer estaban de mi lado, luego tocaba la persona que mas me daba gusto golpear, el señor jefe del bar, jefe de los matones, jefe de la persecución, a este ya que era el ultimo que quedaba lo observe con una mirada totalmente asesina y de repente a mi alrededor comenzaron a girar en torno a mi objetos de pequeño tamaño rápidamente mientras me acercaba lentamente a el con las mas puras intenciones de romperle su “linda” carita a golpes, solamente mi boca había cambiado sus movimientos para decirle: Ahora solo quedamos vos y yo, ¿algo que quieras pedir antes de tu muerte?, el solo observo con mucho miedo y escucho nervioso lo que le dije ya arrodillándose ante mi y pidiéndome plegarias, que bien se sentía eso, ya que jamás había logrado que alguien se arrodillase ante mi para implorar por su vida, entonces solamente comencé a reírme de su miedo para decirle; Ahh jamás mataría a alguien ni siquiera mate una mosca en mi vida, y aunque tenga bronca contigo, menos jeje, pero no quiere decir que no te vaya a dar un regalo, entonces levante una cubeta que se encontraba en el entorno para lanzársela con fuerza contra su cara golpeándole con la base de la misma, provocando que le saltara un chorro de sangre cayendo inconsciente, y ya de habernos encargado de todos los chicos "malos" me había limitado a explicarle la historia de porque me perseguían esos maleantes, o ¿era yo la maleante?, no lo creo pues en el pasado ellos habían comenzado el pleito, y no recuerdo haberme ido de su bar sin pagar ni una vez, entonces volví a mirar a la chica que me había dicho granuja y sin rodeos le dije "ya te dije mi nombre, así que espero que lo uses bien" para luego desperezarme y comenzar a elongar mis brazos por el cansancio que habían provocado esa tanta de tontos, mmm, los invitare a beber algo pensé mientras esbozaba una gran sonrisa, dándoles así a ellos la idea para marcarnos camino hacia alguna taberna, que por lo menos, no este enbroncado conmigo en ningún sentido, pero justamente antes de dar el primer paso había recordado a la gigante que cayo al agua, pues tenia un gran olor a alcohol y no podía dejarla allí, entonces emprendí vuelo mientras con mi mano le hacia seña de "stop", rápidamente llegue a donde se suponía que ella había caído, y me puse a buscarla sin acercarme al mar, pues como era de saberse por todo el mundo, el agua poseía kairouseki lo que era "mortal" para los usuarios de las akumas, las raras frutas que no abundan en el mundo, pues por eso son raras, entonces al acercarme lo suficiente al agua, pude ver que ella estaba en el fondo, luego gire mi mirada hacia unas cadenas de anclas las cuales servían para mantener en estado pasivo a los botes que allí esperaban a sus dueños, usándolas para atar de las piernas y brazos a aquella mujer haciendo uso de mi habilidad pudiendo levantarla así sacándola del agua y colocándola en tierra firme, luego volé algo alto y pegue un grito "¡EEEY VENGAN! ¡AYUDENME CON ELLA!" Independientemente de que vengan o no a ayudarme como mi palma no seria suficiente como para despertarla me pare en su rostro y comencé a saltar con las esperanzas de que eso al menos le hiciera notar mi presencia... Por lo que se veía era una tomadora habitual pues tenia ese característico olor a las bebidas tales como ron, sake, güisqui etc. Así al darme cuenta que no serviría brincar tome unos pescados podridos que en la playa se encontraban, vaya quien seria tan malo de pescar a estos seres y no llevarlos, era algo que me producía mucho enojo, pero en este caso podía agradecerle un poco ya que me servirían para despertarla, acto seguido tapándome mi nariz coloque los muertos peces debajo de su nariz, cosa que al respirar se despertaría por tal pestilencia, ya que ni borracha su sentido del olfato iba a desaparecer, entonces me pare a su lado aguantando por el momento en el que abriera sus ojos... Bueno, eso bastara, quiero invitarla a ella también a tomar algo, ella de seguro que no me lo rechazara, jejeje, para nada, y de paso hacerle muchas preguntas sobre su procedencia.
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| | | Nymerya Cazarrecompensas
Profesión : Espadachina borrachuza (dos espadas)
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Mensajes : 42 Fecha de inscripción : 10/11/2010
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| Tema: Re: La peleona, la malhablada, el asesino saltarín y la borracha Vie Oct 21, 2011 4:11 pm | |
| Plaf.
Nymerya sintió que algo blandurrio y apestoso le atizo en la nariz. Intento abrir los ojos, pero sin mucho éxito. Otra cosa blandurria y apestosa le dio, esta vez en una mejilla. Desganada, movió la mano sin abrir aun los ojos, sintiendo que le atizaba un guantazo a alguien que salía volando… sin preocuparse mucho se limito a decir.
Dhadhadha… déjame en paz, ya me despertare luego.
Agitándose, acurrucándose y volviéndose a quedar adormilada, otra de esas cosas le atizo en la napia. Nymerya dejo escapar un gruñido un tanto molesto antes de que otra de esas cosas le diese en la mejilla. Momento en que abrió los ojos, molesta por la luz del sol y molesta por los… ¿pescados podridos? Que la maleante con menos pinta de maleante le estaba tirando. - Vamos a ver ¿es que en esta ciudad no respetáis a la gente decente mientras duerm…? - comenzó a decir, apoyando una mano en el suelo e incorporándose, mirando bastante mal a Miyu D. Blass.
Se quedo mirando en silencio a la pelirroja. Le dolía la cabeza, hacia mucho sol y no tenía muchas ganas de nada, menos de bronca. Con un largo suspiro, sacudió la cabeza y comenzó a incorporarse - …mira, olvídalo.
Se levanto acariciándose la cabeza y mordiéndose un labio, claramente molesta. Mucho sol, mucho ruido y mucha resaca. Además, había tres tipos con pinta bastante sospechosa en el suelo. Cualquier gigante idiota se lo tendría muy creído y les trataría con desprecio, pero a Nym ya la había apalizado las suficientes veces su maestro. Sabia de lo que los humanos eran capaces. Eran capaces de darle una somanta de palos estelar.
Los humanos seguramente estaban de chachara. A ella le dolía mucho la cabeza, le parecía que todos y todo hacían mucho ruido y el mundo a veces temblaba un poco bajo sus pies. Con una resaca monumental se puso a rascarse la nuca, mirando su alrededor mientras bostezaba estirándose… - no es que yo quiera haceros de menos ni despreciaros pero… vamos a ver… tiene que haber por aquí… ah, mira, ahí - y con estas palabras, la gigante se dirigió a una esquina de un edificio, girándose y rascándose la espalda con la pared - ¡ah sí! Que gustazo.
Tras semejante espectáculo, la gigante se quedo mirando al trío, alzo una mano saludando y pregunto - Vamos a ver ¿Qué hora, de que día, de que mes de que año es? ¿Dónde estoy? Y lo más importante ¿Dónde hay una taberna?... por cierto, mis amigos me llaman Nym. | |
| | | Aile D. Jacqueline Capitan Pirata
Profesión : Artillera
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6, 300, 000 Mensajes : 289 Fecha de inscripción : 12/09/2011 Edad : 30 Localización : Buscando Skypeia
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| Tema: Re: La peleona, la malhablada, el asesino saltarín y la borracha Sáb Oct 22, 2011 8:01 am | |
| Ninguna de las respuestas del joven la satisfago, porque su intención al referirse a la capucha no era precisamente para saber el porqué, sino para tentarle a que se descubriera. No pudo enfadarle con sus palabras y, por tanto, no funcionó, pero la pirata no se sintió decepcionada. Al fin y al cabo, algo más importante sucedió en esa misma calle cuando estaba a punto de responderle: la interrupción de la chica pelirroja.
Jacqueline luchó contra la extraña pelirroja contra sus perseguidores, sin demasiado esfuerzo. Eran, a pesar de todo, matones de tres al cuarto sin más formación que la de la propia calle. Y cualquier pirata sabía que el mar era infinitamente más peligroso. Cuando ya quedaban pocos en pie, la chica a la que ayudaba se volvió hacia ellos, casi divertida, como si la situación no fuera nada peligrosa. Que tampoco lo era, en realidad.
Antes de responder, Jacqueline se fijó en el muchacho que también acababa de conocer. Hasta aquel momento, no se había dado cuenta de que no había tomado parte en la lucha. Se encogió de hombros, sin preocuparse por ello. Nadie arriesgaba su vida por una desconocida, y tampoco necesitaba intervenir. Peor para él, más cobarde queda, pensó Jacqueline, aunque sabía que quizá sus acciones estaban más regidas por la inteligencia que por la cobardía. Tendría que descubrirlo, si quería andar con cuidado por aquella ciudad tan peligrosa para los piratas.
—Sólo soy una idiota a la que nadie deja meterse a un bar para beber. Pero puedes llamarme Jac —decidió no darle el nombre completo, por si acaso lo recordaba de algún cartel. Además, prefería Jac a Jacqueline.
Finalmente, la lucha terminó con la derrota del líder, del que se ocupó personalmente Miyu perdonándole la vida. A Jacqueline no le importaba su destino, pero miró con curiosidad cómo Miyu intentaba reanimar a la gigante, la cual se levantó ante tanta insistencia y vocalizó algunas palabras poco comprensibles. Jacqueline, que no la había ayudado porque dudaba que semejante mole pudiera moverse incluso por sí mismo, se dio cuenta enseguida de que estaba borracha. No había nada en el mundo que no dejara tantas huellas como en alcohol. Resopló, indignada porque una masa como aquella hubiese podido beber, mientras ella seguía a dos velas. ¡Y encima se rascaba en una pared con todo el morro! Claro, como si le decían algo sólo tendría que aplastar al bocazas…
—¿¡A quién diablos le importa qué día, qué hora y qué año sea!? —le soltó a la gigante, bastante mosqueada—. En cuanto a dónde estás, ten por seguro que no es tu casa. Ah, y sobre lo que interesa de verdad, AHÍ hay una taberna —señaló la que tenía a la espalda, por la que había estado a punto de entrar—, y os importe o no, me voy dentro a refrescarme. Y tú —señaló al joven que no había participado—, si no quieres que me ofenda, ven dentro a invitarme a una copa YA.
Sí, estaba en su estado soy-exigente-como-me-contradigas-te-meto-una-flecha-por-el-gaznate, aunque seguramente se le olvidase lo de la flecha y fuera a beber la hiciesen caso o no. Encima, el escándalo seguramente atraería a los marines, así que Jacqueline quería aprovechar al máximo el tiempo que tenía antes de que aparecieran. Y si era posible, que no se la vinculara con el altercado. | |
| | | Ezio Auditore Cazarrecompensas
Profesión : Espadachin
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Mensajes : 57 Fecha de inscripción : 02/10/2011 Edad : 31 Localización : Tengo una serpiente en mi bota ! D;
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| Tema: Re: La peleona, la malhablada, el asesino saltarín y la borracha Dom Oct 23, 2011 2:59 pm | |
| [ Así como todo había iniciado, acababa la pelea o trifulca que se había llevado acabo en los alrededores del puerto de Longuetown, no duro mucho solo unos minutos en terminar esta peculiar pelea donde ahora se encontraban unos 15 heridos en una sola calle, cosa que hacia que la gente se quedara ahí mirando y no tardarían en llegar los marines, había pasado de todo en este lugar y habían aparecido estas señoritas, era un poco gracioso y a la vez demasiado raro que se encontrara el chico con esta clase de personas así en la calle, pero en fin el encapuchado miraba todo el espectáculo sin moverse ni un poco pues aquellas mujeres tanto la peliroja como la de cabellos azules habían podido terminar con la pelea en pocos minutos, dejando a todos los hombres tirados como si fueran juguetes, eso hablaba de que estas mujeres era diferentes, Ezio las miraba atentamente viendo sus rostros, no solo por que eran lindas caras si no para jamás olvidar dichos rostros pues sabia que en algún lado los había visto ya, pero al caza recompensas se le hacia difícil creer que estas chicas podrían encontrarse en uno de los tantos carteles de " Buscados" algo que lo hacia pensar al caza recompensas de quien se trataran estas mujeres, era el carácter que poseían pues un tanto orgullosas pero a la vez defensoras de lo que eran mujeres, pues había uno que otro imbécil que las hacia menos, y eso era un grave error, Ezio no tenia muchos amigos ni conocidos por estos lares, así que no le vendría mal conocer a estas chicas, así moviéndose de lugar a otro edificio de unos 3 pisos donde al lado en el otro edificio la bella pero colosal mujer se rascaba su espalda sin importar lo que dijeran de ella, eso le parecía simpático que las mujeres actuaran como quisieran pues no tenían que depender de una ley o del que dirán de la sociedad, en verdad las 3 chicas habían llamado la atención de el y ya ambas chicas les había dado curiosidad de quien era el encapuchado, la peliazul le respondía a la mujer que prácticamente se había chutado a todos los maleantes que la perseguían, sin tener mucha dificultad, pero entre sus movimientos Ezio pudo notar como esta flotaba ligeramente sobre el suelo y se movía como levitando, debía hacer por una akuma no mi y no había muchas que permitieran volar al usuario, pero no hizo mas caso a ese descubrimiento, pues sus pensamientos fueron borrados al escuchar la voz de la mujer de ropas naranjas que le preguntaba sobre quien era de una forma despreocupada como si toda la situación que acababa de pasar no fuera de gran importancia o eso daba entender la que se hacia llamar Miyu D. Blass nombre que al escuchar el Auditore recordó de por que se le hacia conocido su cara y cuando la otra chica contesto a la pregunta sobre su nombre y dijo “Jack”... Ezio tenia una duda si era o no una pirata al igual que Miyu que a pesar de ser ya una criminal con recompensa no era una mala persona, el encapuchado estaba atento a todo lo que pasaba y al escuchar que la peliroja le pedía su nombre la ignoro por unos instantes, solo por esos momentos pues no podía responder a las preguntas de ambas chicas al mismo tiempo. ]
-Soy... un viajero por ahí nada sin importancia tan solo me eh encontrado con ustedes 3... o bueno 2 y la que trata de levantarse… haha-
[ Decía estando desde arriba en un tono de lo mas amigable posible pero tampoco sin exagerar, solo tranquilo, esperando oír mas sobre estas mujeres piratas, pues sabia que la peliazul era una pirata conocida por la cual otorgaban una buena cantidad de recompensa, Ezio espero a que las chicas se acomodaran tras ir a donde se había caído la mujer gigante, sonriendo desde donde estaba dejando ver eso en su rostro pues la capucha sin sol dejaba de hacer menos sobran sobre el rostro de el, mostrando parte de su nariz y labios, dejando ver parte de ellos y una sonrisa, de aceptación , ante las peticiones de las chicas y mas de la peli azul que le exigía desde abajo que le tenia que invitar una copa así que sin mas Ezio bajo al suelo de un salto, pero de una manera sutil y elegante cayendo desde arriba , amortiguando su caída con la utilización de su fruta del diablo, haciendo que el impacto fuera totalmente relajado, al caer su capa se levantaba dejando ver por unos segundos la sublime espada que portaba el caza recompensas espada única que se podía notar a simple vista, desde la empuñadura con una cabeza de águila hasta la hoja tan brillante que poseía esta arma, el chico se ponía de pie tranquilamente, ahora ya estando cerca de Miyu y Aile pero no mucho si no a unos 5 metros al costado de la peli azul y con su mano derecha ligeramente levantada y poniendo su pulgar hacia arriba a modo de que aceptaba lo que ofrecía la peliroja … y también la invitación forzosa por parte de la chica que parecía muy mandona, las dejo que platicaran entre ellas, como mujeres que eran… hablando mucho, eso le hacia sonreír a Ezio, recordando por un instante aquellas épocas en donde se encontraba con su hermana, que era parecida a esa chica peliazul en cuanto al carácter, pero en fin tan solo fue un ligero recuerdo de su pasado, riéndose de eso pero nadie lo vería y/o escucharía pues estaba algo lejos de ellas en la misma calle que partía del puerto como si fuese una gran avenida, donde unas dos cuadras después donde se encontraba en una esquina del lado izquierdo una taberna. ]
-Haha… Que le vamos hacer… vamos... y mi nombre es… Ezio, Ezio Auditore Di Firenze y soy un… bueh eso ahorita no importa haha señoritas mmm haber sus nombres… Miyu D. Blass, Nymerya y mmm dijiste Jacqueline?-
[ Ezio sabía que la mujer no había dado su nombre completo ni tampoco la Caza recompensas pero el recordó de dónde venían esos rostros, si en la cantina que antes el había estado entre los piratas se encontraban esos lindos rostros en carteles los de la peli roja y la peli azul como olvidarlos si venían en sus descripciones, aparte de ser un par de bellas damas y piratas quien podría olvidarlos, el encapuchado sabia lo que ocurría y quería advertir con eso a las mujeres ahí presentes, aunque a lo mejor no le harían caso y dejarían todo como seguía, ya que facilmente el decir el nombre completo de aquella pirata pues no seria tan complicado a las mujeres con ese nombre se les decia Jack, podrian pensar eso o no, igual el Assassin no iba hacer nada al respecto por estos momentos, la recompensa ofrecida por cada uno de estas mujeres no era tan alta y además se había dado cuenta que no todos los piratas eran despiadados, había excepciones y al parecer las había encontrado. Por otro lado, ósea el de la gigante Ezio la reconoció por obvias razones su altura y físico así como ya algunas historias de las veces que la chica de colosal estatura participaba ayudando a los marines aunque dejando algunos destrozos de mas, así el joven de ropas blancas el cual portaba una capa que cubría su costado izquierdo ocultando sus armas, no decía mas se quedaba quieto esperando que aquellas damiselas se dirigieran hacia la taberna, aunque no había mucho tiempo Ezio disfrutaba de cualquier momento que pudiera surgir, no importara que pasara iba pasar y lo mejor sería vivirlo, así si ellas tardaban o no en entrar si los marines llegaban o no ya lo tenia sin cuidado cualquier cosa que pasara seria entretenida y eso era suficiente para pasar esa tarde noche, donde el sol dejaba ver un anaranjado atardecer contrastado sus últimos rayos con el agua de mar dando un gran espectáculo era una hermosa postal la que se formaba en aquel puerto, donde el encapuchado esperaba a que las lindas pero rudas mujeres se encaminaran hacia la taberna, soltando sus brazos ya mas relajado pero aun sin perder la concentración ni descuidar sus sentidos pues este lugar no era tan pacifico para andar calmadamente por las calles por que de igual manera sabia que los marines podrían aparecer y hasta vincularlo con la pelea que había ocurrido, cosa que no le importaba pero su objetivo no era quedar como un delincuente busca pleitos si no un ejemplo de justicia y paz. ] | |
| | | Miyu D. Blass Pirata
Profesión : Luchador
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3.800.000 Mensajes : 95 Fecha de inscripción : 05/10/2011 Edad : 29 Localización : Detras tuyo...
| Tema: Re: La peleona, la malhablada, el asesino saltarín y la borracha Miér Oct 26, 2011 12:40 am | |
| Bueno. la gigante se había despertado por fin pero al parecer, no lo había hecho de muy buen humor, yo apenas había esquivado uno e sus manotazos, y me le quede mirando esperando su próximo movimiento, no vaya a ser cosa que por accidente me llegue a aplastar, esa gran altura no iba a soportarla ni el mas fuerte, o eso pensaba, ya que, a ella le picaba la espalda y bueno aproveche que estaba despierta para decirle gracias, pues me había ayudado, pero aquellos dos ni siquiera se habían inmutado en ayudarme con la rubia de 19 metros, pues solamente se quedaron allí parados hablando de sus cosas, no me importo para nada ya que de todos modos no los necesitaba tanto, entonces yo comencé a hacer lo que siempre había querido hacer, preguntas a una gigante, nunca como dije, había visto una, siempre eran historias tras historias sobre ellos, que vivían en una especie de isla, y otras cosas muy interesantes, entonces antes de que pudiera soltar una de mis preguntas, ella comenzó a preguntar, vaya lío, no me había ni siquiera dejado empezar las palabras, se había despertado y ya había comenzado un pequeño alboroto, pero al parecer la gente de esta ciudad estaba acostumbrada a lo que estaba pasando por lo que sus caminatas volvieron a ser lo mismo que la de todos los días, sus preguntas eran sobre el día, hora, fecha y todo eso, ya como era de esperarse la señorita que me dijo granuja estaba grosereando con la gigante, ella se llamaba Nym por la poca información que nos había dado, ni siquiera sabíamos porque ella se había encontrado borracha, bueno en realidad no importaba el porque seguro tenia sus motivos, lo mas divertido es que había preguntado donde había una taberna en esta ciudad, vaya una taberna, era de lo mas fácil encontrarlas ya que era un sitio grande, pero no se un poco pequeñas para nuestra nueva amiga, entonces como vi que la peliazul, la cual había escuchado porai que se llama jacq, le había preguntado aquel joven pintoresco si se pagaba unas copas, con gusto yo también se las pediría, ya que como todo buen hombre que seguramente el era tomaría la iniciativa en un trío de damas como nosotras, bueno no tan damas, pues una era borracha, la otra una grosera que no podía completar una oración sin decir barbaridades, y yo, lo mas escandaloso que podía verse por Logue Town, bueno era bueno en realidad, esta forjando una ruta de ascenso, luego gire hacia donde estaba el joven y le había preguntado "Ey ey ey, Ezio ¿no? bueno, ya que estamos aquí y bueno vos estas aquí porque no nos tomamos unas buenas como dio la idea esta chica de aquí, que te parece..." volví a mirar a Nym para decirle con señas que nos siguiera puesto que ahora el siguiente objetivo era encontrar una buena cantina donde tal vez, emborracharnos o al menos pasarla bien, a quien le importaba como terminara la cosa, sin autoridad o con autoridad, dicho estaba que eran los marinos, ya que, si jacq y yo habíamos podido con una tanda de idiotas, porque no podríamos con marinos, tal vez podíamos llegar a ser compañeras en lo que nos dedicábamos, unas poquitas diferencias no cambiaba un gran destino, era como un lema, profundo para el que lo entendiera y para el que no me importaba un comino, en eso entro a la taberna que se encontraba alado de toda la acción, donde primeramente iba a entrar la peliazul y aparto una mesa para que nosotros podamos acomodarnos, y arranque un momento el techo con mi habilidad para que Nym también pudiera sentirse a gusto, estaba exagerando tal vez con destruir propiedad ajena, pero bueno solo había arrancado ese techo, lo volvería a componer después, no era trabajo duro, para nada, pero como dije estaríamos mas a gusto, luego observe a los muchachos con una sonrisa preguntándoles "¿Que vamos a pedir chicos? yo por mi parte le voy a pedir cerveza, ya que es mi favorita jajaja, bueno solo díganme y yo les hago el pedido por ustedes", entonces solo me quede allí esperando que ellos me respondieran lo que querían que les pida... off: perdón por el rol sin emoción y por la tardanza, es que ando a las apuradas, aparezco conectada pero ni estoy en la PC, para la próxima será mejor | |
| | | Nymerya Cazarrecompensas
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| Tema: Re: La peleona, la malhablada, el asesino saltarín y la borracha Jue Oct 27, 2011 12:01 pm | |
| Una de las maleantes, concretamente la maleante con mas pinta de maleante del grupejo de gente con menos pinta de maleante que se habían enfrentado a los maleantes mas maleantes (a Nymerya le dio un pinchazo el cerebro por pensar tanto en su estado, llegados a este punto) se puso a contestarle a gritos. La gigante levanto las manos, protegiéndose, mientras daba un torpe paso hacia atrás, murmurando - vale vale vale… que mala leche hay por aquí - no tenia muy claro si la maleante con menos pinta de maleant… en fin, si la gritona la había oído o no, pero esta se limito a largarse andando, refunfuñando en busca de alcohol.
“Nymerya”. Como si le hubiesen pegado un bofetón, la gigante desvió repentinamente la vista hacia Ezio, mirándolo suspicaz, aunque gracias a la resaca mas parecía que estuviese biroja. Aun con toda la resaca encima sabía que había dicho Nym. No Nymerya. Y Nym no es un diminutivo tan escasamente común para atribuirlo solo a Nymerya… luego, pensándolo más fríamente, decidió que no debía ser muy común pasearse por la ciudad cuando esta solo te llegaba a las rodillas, así que no debería haber muchos gigantes por Loguetown. Seguramente su nombre se habría extendido entre algunos círculos… y la gigante no sabía si sentirse orgullosa o preocupada.
Cuando acabo de pensar todo esto, vio que todos ya se habían echado a andar en dirección a la taberna.
Se limito a bostezar, estirarse y seguirles, vigilando donde pisaba. Todos entraron en el edificio y al de poco, a saber porque diablos, el tejado comenzó a levitar. “ehhh, nonono, malo malo malo…” con rápida velocidad se lanzo agarrando el tejado… noto bastante resistencia, pero finalmente salto y uso toda su fuerza y peso mientras caía para asentarlo sobre la taberna. No tenía ni la menor idea de que había pasado, pero sabía que los humanos se enfadaban montones cuando alguien les rompía la casa ¡Uhy si lo sabia! Lo último que quería es que el humano de esa taberna se enfadase y llamase a los Marines.
Tras eso la gigante asomo la cabeza por una ventana bastante agrande, agachándose y mirando dentro de la taberna. Vio al listillo que sabia su nombre, a la maleante con menos pinta de maleante y a la gritona maleante con mas pinta de maleante. Tenía que esforzarse en averiguar sus nombres… igual se los habían dicho, pero no se sentía especialmente lucida. También vio al tabernero al fondo. - eh… perdón por el tejado. Ni idea de que ha pasado, en serio… si hay algo roto ehm… ya se lo pagare luego.
A medias el tabernero estaba atónito con el grupo que había entrado en la taberna, con que el techo se hubiese separado del edificio por unos segundos y con que una gigante le estuviese hablando a través de la ventana. Así que se limito a asentir pálido. Muy pálido y muy tembloroso.
Yo tomare a un hombre joven, atado a un poste y… - aunque sonreía, Nymerya fue muy consciente de cómo la estaba mirando todo el mundo ¡Caray con los humanos! Ni una broma aceptan - eh eh, solo era una broma. Un barril de leche… “no tengo la cabeza para ponerme con cerveza otra vez…” pensó Nymerya mientras dejaba un brazo dentro de la taberna, la cara asomada desde fuera y toda ella sentada contra la pared afuera. | |
| | | Aile D. Jacqueline Capitan Pirata
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| Tema: Re: La peleona, la malhablada, el asesino saltarín y la borracha Sáb Oct 29, 2011 1:52 pm | |
| Jacqueline miró inquisitoriamente a Ezio. Le había llamado “Jacqueline”. Su nombre completo. No Jac. Y no era muy fácil que digamos sacar la conclusión, ni en tan poco tiempo. Había algo que no cuadraba y la pirata no tardó en dar con la clave. Gruñó por lo bajo, al recordar que su diabólica imagen pululaba por aquellos mares como si de rosquillas se tratase. Bueno, rosquillas no, tampoco tanto porque no era muy famosa, pero sí… Si algodones, por ejemplo. Aún así, trató de salirse de la incómoda situación por la tangente. — No, mi nombre es Jac a secas. Límpiate los oídos, ya lo he dicho antes —le soltó con un tono borde, buscando desviar el tema y molestarle. Así dejaría de pensar en la Pirata Aile. Miyu también entró en el local, después de ella, pero fue la primera en pedir. Cerveza. No le desagradaba, pero por supuesto, ya tenía sus propios gustos. Iba a hacer lo mismo, cuando la gigante volvió a aparecer, en el techo. Bueno, en realidad, donde antes estaba el techo, porque arrancó de cuajo el tejado y se coló como quien entra en la casa del vecino si éste se ha dejado la puerta abierta. Sabiendo un poco que había causado un tanto de conmoción, pero sin importarle mucho, pidió un barril de leche. Interiormente, Jacqueline pensó que necesitaría otros tres mínimos para llenar semejante panza. Y un hombre atado a un poste, de postre. Eso sí que no sería mala idea. — Entonces… una cerveza, un barril de leche, una copa de sake y… —fui recitando al camarero, mientras me giraba a Ezio—. ¿Qué va a tomar el vergonzoso?Por supuesto, vergonzoso venía por lo de la capucha. A Jacqueline le seguía pareciendo curioso que no se dejase descubrir. A veces, oculto, llamaba muchísimo más la atención que si se hacía pasar por un simple viandante. Jacqueline lo sabía muy bien, por eso siempre había prescindido de disfraces. Aun así, no dejaba de sentirse algo inquieta al no saber realmente con quién estaba hablando. Pero no dejó que se le notara y continuó con sus rudos modales. - Spoiler:
Lo siento, estoy enferma y me ausentaré un tiempo, esto es todo lo que he podido hacer >_>
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| | | Ezio Auditore Cazarrecompensas
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Mensajes : 57 Fecha de inscripción : 02/10/2011 Edad : 31 Localización : Tengo una serpiente en mi bota ! D;
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| Tema: Re: La peleona, la malhablada, el asesino saltarín y la borracha Mar Nov 01, 2011 10:54 am | |
| [ La noche caía sobre el puerto de Longuetown, las calles se comenzaba a iluminar con tenues llamas de fuego, las antorchas, usadas para iluminar gran parte de la ciudad, después de un momento un tanto intranquilo para los habitantes de este lugar, la paz y calma parecían llegar a las calles de esta gran ciudad, donde unas mujeres un tanto revoltosas habían causado algunos destrozos, mujeres muy hermosas pero igualmente problemáticas, al menos de esa manera era como las veía Ezio, que ahora se encontraba en el suelo de estas empedradas calles no se veían mal aunque igual podría ser que estuvieran un tanto agrietadas por la pisada de aquella colosal mujer de cabellos amarillos, pues su peso y sus movimientos un poco inapropiados causaron algunos daños en las calles, mientras tanto la peli azul de nombre o mejor dicho sobre nombre Jack y la de cabellos rojos de nombre Miyu se habían encargado de despertar a la mujer que ahora junto a las demás se dirigía hacia la taberna que se encontraba una o dos cuadras del puerto, las chicas se notaban despreocupadas y alegras cada una con un carácter distinto, el encapuchado también se encontraba mas relajado aunque había escuchado las respuestas a sus palabras, sabiendo que había logrado incomodar ligeramente a la peli azul, pero aun ellas no sabían a que se dedicaba el, y el si sabia a que se dedicaba cada una de ellas, lo que lo dejaba en ventaja... pero igual no tenia planeado hacer nada por ahora tenia claro que no debía actuar en esos momentos... pero... ]
"are... qe dificil podria... pero.. mmm... no asi no funciona... "
[ Palabras que retumbaban en su pensamiento, que eran sobre lo que estaba pasando, podía tomar las cabezas de ese par de mujeres, que se encontraban confiadas sin temor alguno de nada, Ezio venia detrás de ellas caminando antes de entrar al lugar, a un par de metros de estas mujeres...con un simple movimiento de sus manos podría atravesarles la yugular y darles fin a su vida a ambas... al mismo tiempo y de la gigantona ni tenia que preocuparse seria sencillo escapar, podía idear un plan en ese mismo instante de ser necesario, pero...no, simplemente guardo ese pensamiento que no iba con lo enseñado por su maestro, asi que se relajo un poco mas y siguió sus pasos mas relajados, así hasta llegar a la taberna, mirando como la llamada Miyu D. Blass mostraba sus habilidades así sin mas... no se preocupaba por llamar mas la atención de lo debido y con esas mismas habilidades estaba desprendiendo el techo de este establecimiento a lo que la otra chica de gran gran... gran altura, tomaba y reacomodaba de nuevo sentándose por afuera donde había una gran ventana que dejaba ve parte de ella, Ezio no hablaba mucho ni murmuraba casi, pero se podía ver una ligera sonrisa sobre su rostro, ya que la capucha que portaba mostraba parte de sus labios y barbilla, mientras cada una de las ahí presentes comenzaba a pedir una bebida, una pedía sake la otra cerveza y la mas dolida por el alcohol pedía leche, le parecía un poco raro al Auditore pero, entendía ahora el por que la mujer había caído al mar, pues si tenia una fuerte resaca, parecían un tanto divertidas esas mujeres, eso hacia que Ezio se sintiera un poco mas cómodo, pero igual su vida su actitud y todo no lo dejaban confiar en cualquier persona. ]
- Para mi… igual que ella -
[Con una sonrisa amable y una frase corta sin expresar mucho con un tono de voz normal bastante relajado, era como hablaba el encapuchado, dirigiendo sus palabras al hombre que atendía la taberna, con la mano derecha en forma de una pistola le señalaba a la mujer de cabellos azules, para que el viejo que tomaba la orden entendería que a el también le apetecía una copa de sake, aunque el no bebiera alcohol, lo solía a ser en ocasiones especiales y esta parecía ser una de ellas. Mientras la peli azul terminaba de ordenar el se sentaba en una de las mesas de ahí, una cercana a la gran ventana donde se podía observar a la gigante, una mesa de 4 personas, ósea con 4 sillas Ezio se sentaba dándole la espalda a la entrada del lugar, esperando que aquellas mujeres hicieran lo mismo, pues beber de pie no era lo suyo para todo había tiempo siempre decía eso el joven caza recompensas, al sentarse acomodo sus codos sobre la mesa y recargo en sus manos entrelazadas su barbilla en una pose de relajación esperando a que aquellas damas tomaran su lugar, ya que el y la colosal cazarecompensas ya se encontraban sentados, bueno ella en la parte de afuera ya que en dicho lugar no había suficiente espacio para esa chica, así las cosas parecían ir tranquilas, Ezio se había propuesto no entrar mas en el tema de los piratas por ahora… o al menos que se diera la situación. ] | |
| | | Miyu D. Blass Pirata
Profesión : Luchador
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3.800.000 Mensajes : 95 Fecha de inscripción : 05/10/2011 Edad : 29 Localización : Detras tuyo...
| Tema: Re: La peleona, la malhablada, el asesino saltarín y la borracha Vie Nov 04, 2011 1:17 am | |
| Un techo destruido, una junta de conocidos recientes en un bar y una mujer de gran tamaño afuera pero acompañada de nosotros los enanos de todas maneras, gente ya acostumbrada al ajetreo en la ciudad, a las corridas y peleas ya que es un punto en común para los piratas y todos los que se dirijan al grand line, mas de lo normal aunque si haya gente que se sienta algo asustadiza por lo que se puede encontrar con tanto extraño movimiento por estos lares, el bar estaba conmocionado, había hecho que el tejado volara solamente para darle un lugar a nuestra gran amiga Nym, como había dicho que le digamos, o eso recuerdo, ya que dijo amigos y supongo que de haberla ayudado y ella a nosotros, se había vuelto ¿nuestra amiga?, era lindo de pensar eso, pero por mi mente no recorrían tantas cosas cursis tan repentinamente, ya que llevaba su tiempo y mas en una persona como yo, así que mientras cada uno pedía lo que quería al buen mesero el cual tenia unos ojos bien abiertos, su nariz chorreando y la boca tambaleante hasta sus palabras, yo giraba para volver a observar a aquel tipo de raras pero llamativas prendas, encapuchado hasta su nariz prácticamente sin poder analizar su completo rostro, por lo cual había comenzado a agacharme un tanto casi pegando mi cara contra la mesa para ver debajo de ella, aunque no podía, estaba bien escondida su cara, estaba cumpliendo muy bien su meta de ser el señor misterio, me decepcionaba un tanto el no poder reconocerlo, así que me levante de mi lugar para dirigirme un momento al tocador no sin antes sonreírle a los chicos diciéndoles "Ya vuelvo, no me extrañen jeje" para caminar hacia el cuarto de baño...Ya adentro me había lavado las manos pues un tanto de sangre estaba manchando mi blanca piel, y no quería andar por todos lados con eso dando malas impresiones, bueno, mas de las que ya había dado, frotaba fuertemente mi piel para que desapareciera hasta el mínimo color rojo, mientras me mire al espejo un momento y no pude evitar pensar "Mmm, algo se esta tramando, porque no se saca esa capucha que lleva puesta, eso es raro, solo sabemos su nombre y nada mas, la curiosidad es la peor arma que alguien puede imponer ante mi, bueno, mi deber es saber de quien se trata..." entonces una sonrisa grande se dibujo en mi cara y me salí del lugar dirigiéndome nuevamente a la mesa, donde ellos estaban ya recibiendo sus tragos, mientras veía a la gigante lindura esperando por su barril, aunque con uno no alcanzaba era seguro, yo la veía empapada todavía por su reciente caída al mar, eso había logrado sacarle un poco su borrachera, por lo menos así que me calme y me saque de la cabeza el miedo de que se pueda romper algo alrededor, bueno el techo lo arreglaría luego...no era hora de pensar en eso, llegue a la mesa y dije...
Veo que el mesero ya trajo nuestras copas, bueno no hay de otra que ponerse a conversar y beber jeje, peeeero bueno, solo queda algo por hacer... Decía mientras se levantaba de su actual lugar para dirigirse hacia la ubicación del joven para sentarme a su lado y tener una mejor perspectiva de el, mientras mas cerca mejor, ¿o no? Así fue como mantendría mas cerca al extraño hombre que se paseaba de techo en techo, aunque ya nada me parecía raro últimamente el había despertado la curiosidad que hace un buen tiempo no había salido a relucirse, mis movimientos eran muy demostrativos, dando a entender de que quería saber quien era, moviendo mi cabeza para ver debajo de su capucha, yo tratando de ser disimulaba, aunque no lo lograba muy bien, esperaba que los otros irremediablemente no se dieran cuenta de lo que estaba yo tramando, se trataba nada mas y nada menos de un intento suicida, el desencapuchar al fornido varón que se encontraba a mi lado, pues la curiosidad me llevaba a grandes locuras, por lo que creía que al hacerlo debería tener una explicación lista por invadir su espacio personal, tomaba un poco mi cerveza, algo así como de a sorbos para que me durara el vaso ya que no poseía mucho dinero últimamente, pues lo había gastado en helados y mas cerveza, que vicio lo mío, aunque no me importaba ya prácticamente, el señor misterioso se encontraba recargando su cabeza en sus manos, por lo que las tendría ocupadas, entonces lentamente levante mi mano por detrás tratando de alcanzar el pequeño copetito que se formaba en la capucha con la intención de tirarlo hacia atrás para revelar su identidad, pero de momento baje rápidamente mi mano y pensé "que estoy haciendo...apenas lo conozco y ¿ya estoy tratando de hacerlo sentir mal? mmm mejor lo dejo como esta, seria malo incomodarlo después de haberlo invitado a beber, mejor me quedo así nomás y espero que no le haya molestado el tomar un lugar a su lado así que por las dudas le preguntaría si yo no molestaba allí", mientras lo observaba finamente parte por parte, volvía la mirada a las chicas y de manera algo fuerte acomode mi codo en la mesa y con una mano me sostuve la cabeza mientras miraba al joven y decía...
Ey, ¿nos podrías decir quien sos?, estoy mas que segura que las demás también les gustaría saber la identidad del extravagante joven que de un día para otro apareció en la ciudad, en especial yo ya que nunca te había visto por estos lugares, solo conozco tu nombre y de hay mas nada, así que ¿nos decís o no? ah y por cierto, pone un tema de charla lo único que te vi hacer es acomodarte para solo quedarte callado, y por cierto me gustaría que hables y no te quedes así nomás... Me quedaba mirándolo fijamente con mi ya conocida sonrisa amigable, entonces decidí adoptar su misma pose en la mesa con mis manos entrelazadas sosteniendo mi cabeza en ellas y poner cara como de amarga, suponiendo que esa era la cara que el tenia en ese momento, para un ratito después girar mis ojos para verlo de periferia y volver a acomodar mis ojos hacia el frente para decir "hooola soy el forajido encapuchado que no habla mucho" entonces comencé a reír a carcajadas mientras le daba un palmazo en la espalda a señal de confianza, para detenerme momento seguido y ojearlo otra vez, luego me gire hacia donde se encontraba la chica de pelo azul, vaya el bar con nosotros ahí parecía un arco iris de tantos colores, ella se encontraba allí sin decir mucho tampoco por lo que me apoye en la mesa y acerque para susurrarle al oído "Ey, se que te gustaría saber quien es, lo siento en tu mirada y si estoy en lo correcto supongo que me ayudaras a averiguar la identidad de este muchacho, bueno ahora la pregunta es, ¿te prendes o no?, vamos de seguro no le molestara que un trío de chicas y unos cuantitos en el bar se enteren de quien es, de seguro no es tan malo..." emitía a murmuros en el oído de aquella chica que tenia un vocabulario algo "extenso" por decirlo de una manera no tan "desubicada" entonces me acomode normalmente ora vez y me puse a tomar de mi copa otra vez mientras observaba el cielo por la poca abertura que había, las estrellas y la luz de la luna estaban hermosos en conjunto esa noche, y mas conociendo gente nueva y un plan de desencapuchar a un tipo que parecía salido de una serie de televisión de la que no recordaba el nombre, y de paso unos tragos, que mejor que eso para pasar el rato, hace tiempo que no encontraba divertido un momento que era tranquilo, me sentía rara al no estar siendo perseguida o con intentos de asesinatos hacia mi persona, ahora estaba haciendo amigos, o bueno eso esperaba yo que este sucediendo en ese bar, y no que salga algo mal como para ganarme el odio de alguna gente, y menos con ellos tres teniendo una pinta de "te mataremos si te saludamos" bueno ya que, ellos me dirigieron la palabra sin problemas cosa que me demostraba que me había ganado algo de su atención, pero todavía tenia varias cosas por hacer eso era seguro, la noche recién iniciaba y esto daba para mas de seguro
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| | | Aile D. Jacqueline Capitan Pirata
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| Tema: Re: La peleona, la malhablada, el asesino saltarín y la borracha Sáb Nov 12, 2011 2:23 pm | |
| Ezio pidió lo mismo que Jacqueline y Miyu se ausentó un momento, pero volvió casi enseguida, a tiempo para cuando el camarero les repartió sus pedidos. Nada más recibir la copa de sake, la pirata procedió a vaciarla de un solo trago, relamiéndose satisfecha de poder volver a probar tan divino sabor. ¿Cuánto hacía que no lo tomaba? ¿Meses? ¿Años? ¿Décadas? Por supuesto, mucho menos que eso, pero seguía siendo inmensamente agradable y su cuerpo se lo agradecía cantidad. No prestó mucha atención a los demás, pero sí se dio cuenta que Miyu fue la primera en intentar dar un poco de conversación. Y en lo primero en lo que se fijó, igual que Jacqueline, era en el rostro oculto de Ezio, que no dejaba ver nada de su aspecto. Todos sentían curiosidad por ver lo que escondía, claro. ¿Unos labios carnosos? ¿Una nariz deforme? ¿Una cara tan infinitamente hermosa que haría que se derritiesen de solo mirarla? ¿Tentáculos? ¡Menudo misterio! Jacqueline creyó detectar en Miyu también un ligero enfado por su aparente timidez, o más bien su frialdad, como la describiría mejor la pirata. Cuando la chica se inclinó sobre la mesa para susurrarle al oído, Jacqueline estuvo casi segura de qué le diría a continuación. Y acertó. — Sólo los idiotas esconden su identidad, por miedo a que se les reconozca —bufó en respuesta Jacqueline, entre murmullos para que no se enterara ninguno―. No negaré que siento curiosidad, pero es su problema. Puede que algún día, cuando sea más valiente y vaya descubierto, lo veamos, pero ahora no me apetece ganarme enemigos.Sí, Jacqueline tenía muy claro que si aquel no era su último encuentro, acabaría desvelando la identidad de Ezio. Pero como por el momento no parecía que fuesen a tener más futuro conjunto, se limitaría a relamer el sabor del sake que se había quedado en la boca y disfrutaría del placer de una buena copa, acompañada de personas no muy desagradables y con una gigante arranca-techos por encima. Sin embargo, Jacqueline era consciente de que el revuelo sin duda había atraído a gente más indeseada. Y ella no era precisamente una cara desconocida en los mares Blue. Ni siquiera estaba segura de cómo reaccionarían sus compañeros cuando apareciera la Marina, aunque por supuesto, no creía que fueran a oponerse a ella ni a unirse a ellos. Excepto, quizá, Ezio, aunque su actitud parecía indicar más que se mantendría al margen y observaría, como en la anterior pelea. ― Diría que ha sido un placer beber con vosotros ―reconoció la pirata, mientras se levantaba y depositaba unas pocas monedas para pagar su consumición en la mesa―, porque, al menos, no me habéis desagradado. Pero veréis, están a punto de venir unos amigotes míos, y cuando digo amigotes quiero decir capullos sin escrúpulos que lo que más les gusta de mí es lo que tengo de cuello para arriba, así que no puedo quedarme a completar la velada. Dadles una patada de mi parte si os amargan la bebida. Nos vemos. O no.Sin mayores despedidas, salió del bar y se fue a inspeccionar Loguetown, sola, alejándose para desviar la atención de la Marina de ella, pensando también en las personas que acababa de conocer, y en si las vería de nuevo o no. Sin duda, no era gente tan normal como la que conocía a menudo. Interesante… - Spoiler:
Nym ha desaparecido y la verdad es que he perdido el entusiasmo inicial del social, así que me adelanto y me salgo del tema. Si queréis, podéis continuar o finalizarlo, o darle dos turnos más a Nym para que no esté descompensada, como queráis/veáis, según si reaparece o no.
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| | | | La peleona, la malhablada, el asesino saltarín y la borracha | |
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