Wan, wan.

-Nombre: Hachikō (ハチ公)

- Apodo: Con aspecto humano se le conoce como François “El Guardaespaldas” Chopin, mientras que los pocos que conocen su verdadera condición como perro le conocen como Chūken Hachikō (忠犬ハチ公, Hachikō, el perro fiel)

-Edad: 3 años y 7 meses.

-Clase: Lobo.

-Especialización: Luchador.

-Banda: Pirata.

-Cargo: Novato.

-Descripción Física: Nadie es capaz de dar con su raza canina y esto se debe a que en realidad es un lobo, sin embargo al haber sido criado desde cachorro como si fuera un perro todos –incluso él mismo- piensan que es un inofensivo can. Su pelaje es de color azul, con la panza y los pelos inferiores de la cola de color blanco al igual que la zona baja de sus patas, dando la sensación de que lleva calcetines. En los tobillos tiene unos aretes de pelo de color blanco y amarillo, y entre las orejas se puede vislumbrar una mata de pelo de un color azul más claro que en el resto del cuerpo, del mismo color que sus ojos. Como rasgos característicos destacan la pipa de fumar que siempre lleva en la boca a pesar de que no consume ningún tipo de sustancia nociva por esta, la cadena que lleva alrededor del cuello y la funda del cuchillo que lleva amarrado en la pata delantera derecha. Cuando se pone a dos patas alcanza los 170 centímetros de altura fácilmente y demuestra tener una gran fuerza en sus extremidades, pues es capaz de alcanzar enormes velocidades en poco tiempo y de soportar el peso de un adulto.

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Su aspecto humano es el de un adulto de 26 años, una estatura de 182 centímetros y complexión atlética, con pelo de color castaño oscuro hasta los hombros, peinado hacia atrás a excepción de un flequillo que le cae por el lateral izquierdo del rostro. Sus ojos son marrones claros, dando en ocasiones la sensación de que son rojos. Como atuendo lleva una chaqueta de cuero marrón de cuello amplio sobre una camiseta blanca y una bufanda oscura con los bordes naranjas alrededor del cuello. En la zona inferior del tronco viste unos pantalones vaqueros de un marrón un poco más oscuro que la chaqueta y unas botas blancas que le cubren la pantorrilla casi por completo.

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En su forma híbrida su condición física mejora visiblemente, obteniendo una complexión musculosa y superando con facilidad los dos metros de altura estando completamente erguido. Tiene el cuerpo cubierto por completo con un pelaje grisáceo y una cola de lobo bastante potente le nace de la rabadilla, como una prolongación de su columna vertebral que se separa del cuerpo. Conserva la camiseta blanca en el torso y los vaqueros marrones de su forma humana, estando estos últimos llenos de desgarrones.

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-Armas: Cuchillo.

-Descripción Psicológica: Debido a su linaje lupino tiene una mentalidad de manada, mostrándose receloso o distante con los recién llegados a la tripulación e incluso con los desconocidos, sobre todo si su instinto animal le da motivos para desconfiar. Por otra parte, gracias a su lado humano y su educación como perro le resulta más fácil relajarse y confiar en las personas que a un lobo común, y muestra un lado cálido con sus compañeros, sobre todo con Wei, para la cual es como una figura paterna. Tiene un gran sentido de la lealtad, llegando al punto de ser capaz de arriesgar su propia vida por el bien de sus compañeros o estallar en una ira homicida ante la más leve señal de estos en peligro. En otras palabras, su devoción por sus amigos no conoce límites.

-Sueños o metas: Siendo un perro y al no haber expandido su visión del mundo hasta hace poco no tiene un sueño propiamente dicho y por el momento su único objetivo en la vida es proteger a Wei.

-Historia:
-Mira, Natsumi, ¿ves ese callejón de ahí? Pues fue el escenario principal de una verdadera historia de amistad. ¿Quieres escucharla? Ah, veo que sí. Verás, hace un tiempo ese era el hogar de un pequeñín… Tranquila, no pongas esa cara era un perro, o al menos lo parecía. Y es que nadie lo sabía exactamente, si era un perro entonces era de una de las razas más raras que hay en todo el mundo, algunos decían que era un lobo o incluso algo mucho peor, como un monstruo que en cuanto creciera comenzaría a atacar a los nativos, aunque creo que eso lo dijo un borracho así que nadie le echó mucha cuenta. Pero claro, ya sabes la de enfermedades que pueden traer los perros callejeros, así que nadie se acercaba mucho a él, además siempre tenía esa cara de pocos amigos… Solamente se le acercaba un viejo, que le visitaba a la misma hora todos los días y cuidaba de él. Incluso le puso nombre. Era algo así como Hachi… ¿Hachijū? ¿Hachiku? ¡Ah, ya me acuerdo era Hachikō! Un día el pobre hombre falleció. Pero ni en su lecho de muerte se olvidó de Hachi, en su testamento le dejó su preciada pipa de fumar. ¿Raro, verdad? Según dicen el primer día que visitó a Hachi éste le cogió gusto a morder su pipa. Pero el perro tampoco se olvidó de su amigo, cada día, a la misma hora que solía visitarlo, podía vérsele sentado ahí, como si todavía estuviera esperando su regreso. ¡Y con la pipa en la boca!-
-¿Y que fue del perro, Tsukio?-
-Pues hará cosa de un año se fue con una niña pequeña. Pero la gente dice que todavía se puede sentir su presencia en el callejón, como si su alma se hubiera quedado aquí, esperando fielmente a su amigo. Y esa es la historia de Chūken Hachikō. ¿Te ha gustado?-
-Sí, es bastante bonita. ¡No sabía que pudieras inventarte cosas tan tiernas!-
-¿Inven…tarme? ¡Pero si es verdad! De hecho yo conocí al mismísimo Hachi y al viejo.-
-Claro, claro. ¿Nos vamos ya?-

-Datos extras: Hito Hito no Mi (Modelo humano)