2 monstruos se encuentran

Luego de haber escapado sigilosamente de esos marines en la taberna gracias al revuelto causado por esos extraños monstruos estaba realmente frustrado. No solo que por culpa de ese estúpido espadachín con ese pez super-desarrollado perdí mis preciadas muestras, sino que también ese maldito intento de científico voló por los aires a mi inútil ayudante... aunque ella había sido la única que cumplió bien con papel así que estaba perdonada.

Ahora me encontraba vagabundeando oculto por la oscuridad de la noche en las vacías calles de esta horrible villa tratando de encontrar a mi querida ex-esposa muerta para poder continuar mi viaje de destrucción/salvación mundial, extrañamente tan opuestos y tan iguales.

Recorro callejones, callejuelas, reviso esquinas y cualquier lugar posible, algunos gatos callejeros se esconden al escucharme acercarme pero no logro encontrarla... No sera que... No.. Imposible, lo sabría... Pero... No debo encontrarla como sea...

Zefiro se encontraba apoyado en una pared, cerca de la entrada de un callejón, observando la melancólica luz de la luna. Hacía el suficiente frío como para que entre cada respiración se exhalara una pequeña bocanada de humo. Comenzaba a sentir frío en las manos, por lo que se las llevó a la boca para tratar de calentarlas, pero se dió de cuenta de que ambas estaban cubiertas por guantes, por lo que echarles aire caliente no serviría de nada. A pesar de todo, disfrutaba de aquella fría noche, la cual le prometía una absoluta libertad de acciones, aunque añorara la luz del sol, seguiría disfrutando de la luna como si fuese el mismo sol.

En un bar cercano parecía haberse levantado una pelea, lo que había acabado con las atmósfera mas o menos apacible del lugar. Gritos se oían, alguien debía haberse metido con la persona equivocada. Hizo el ademan de mirar pero siguió apoyado, no tenía nada que ver con el. Pero lo que le hizo reaccionar realmente fue el ruido que realizaron unos gatos en el callejón anexo, parecía que fueran asustados por algo, alguien venía por allí, por lo que se asomó para ver quien era. Su cara le sonaba, no era ese uno de los que había viajado con el antes. Vio que venía solo, algo extraño, siempre solía llevar a la novia cadáver con el, y la verdad era que no parecía venir de un valle de rosas, puesto que tenía en ese momento una mirada vacía, aunque, cuando ese sujeto no la tenía...

Acabó por mostrarse al completo.

- Me suena de haberte visto antes, es posible que nos conozcamos- No temía que le sucediera nada, estaba en su terreno.

Seguía con la mirada perdida divagando por las calles:

-Debo encontrar a mi querida Eliza… La muy inútil seguro que no puede moverse sin que la repare… Pobrecilla debe de estar asustada y extrañándome… Que se joda por ser un puto pedazo de chatarra andante… La extraño mucho…- Suelo ser bastante bipolar a veces.

Cuando de repente una voz familiar me interrumpe:

-¿Posible? Zefiro Nightmare, Alias: “The Dark Shooter”, Artillero y espadachín, tu cabeza vale unos 7 millones, además poses algún extraño e interesante poder de fruta sobre las sombras y manifestación de las mismas.- Lo miro de arriba-abajo, no parecía TAN impresionante aunque podría servir como sujeto de experimentación –Estabas entre los que íbamos a formar esa improvisada banda pirata antes de que todos desaparecieran, no creía que quedara ninguno de ustedes por aquí ya, yo soy el que hizo moverse al barco por si no lo recuerdas- Era obvio que me recordaba, no todos los días vez una cadáver andante acompañado de una cadáver andante y que hace navegar un barco como por arte de magia –Un gusto volverte a observar, pero si no te molesta estoy buscando a mi querida ex-esposa muerta viuda perdida, la muy inútil voló por los aires en una pelea y todavía no puedo encontrarla.-

Zefiro observo a la decadencia misma, la cual no parecía tener tiempo ni para hablar ni para pensar. A pesar de que claramente tenía en mente diseccionarle, ya lo había tenido claro la ultima vez que lo había visto, no le vendría mal entablar alguna relación con ese sujeto, gente dispuesta todo escaseaba en esos días, y no le vendría mal saber de el en alguna que otra ocasión si necesitaba algún que otro arreglillo en armas o saber que demonios era una cosa.

- En vez de recorrer calles sin sentido, has pensado minuciosamente en donde podría estar?, de todas formas, yo mismo te podría echar una mano buscando-

No creía que costara encontrar a alguien medio cadáver, sin decir que a la mínima aparición del mismo frente a alguien no causaría si no un grito que llamaría su atención, ademas, la noche aun era joven, dándole así su pleno rendimiento. De todas formas, no sabía si el otro estaba dispuesto a ser ayudado. De todas formas, nada tenía que hacer esa noche.

-Claro, como es tan fácil pensar donde puede estar… simplemente estaba luchando a muchos metros de altura contra un científico que la mando a volar sin dirección mientras que yo peleaba con un monstruo gigante… Obviamente estaba tan desocupado que podía prestarle atención dejando mi cuello libre…- Digo bastante molesto como si no se me hubiese ocurrido antes –Pero si me ayudas sería una gran ayuda, 2 cabezas son mejor que 1 y 4 ojos ven más que 2-

“Aunque los míos ven bastante más que los tuyos” Pienso observando su alma: Oscura con un leve tiñe color carmesí, turbulenta y tranquila a la vez, su ética fluctúa entre lo que debe hacer y lo que quiere realizar, en fin, un alma perfecta para experimentar nuevas cosas.

Un cadaver en la noche, y dos personas buscándolo, por mucha fuerza que le mandaran, no deberían haber ido muy lejos de la zona, si no contamos que chocaría con edificios, que si no la frenaban en seco, cuanto menos ralentizarían mucho su marcha. Según le había contado, no podían volver al bar para inspeccionar rastros, puesto que unos marines estaban en el lugar, y teniendo en cuenta que su cabeza pagaba mas de un retiro de por vida, y que al otro lo tenían esa noche en el punto de mira. En definitiva, punto de no retorno. Podían separarse para cubrir más terreno, pero no sabría si la novia cadáver lo reconocería y no tenia ganas de tener que andar reduciendo a nadie esa noche, puesto que posiblemente se le iría de las manos y Fausto quedaría ya no semi-viudo, si no viudo completo.

-¿Haber como hacemos, buscamos juntos o por separado?, no se si tu, esto... mujer me reconocerá, ademas, esto después de tu espectáculo sera un avispero de marines, y no sabremos si ellos la encontraran antes, por lo que sería mejor que estuviéramos juntos, pero cubriríamos mas terreno por separado... a menos que con tu poder pudieras localizarla-

Zefiro aun no estaba muy seguro de como funcionaba el tema de las akumas, le había llegado de sopetón con una herencia en forma de caja de Kairoseki.

Odiaba admitirlo pero al oscuro tenía razón, por culpa de ese maldito pez superdesarrollado lo buscaban incluso cuando trato de ayud… “ajajajaajja ni yo me lo creo…” cuando trato de tomar muestras discretamente INTERPRETANDO que ayudaba.

-Mejor la buscamos juntos, si aparece algún marine nos los despachamos y almorzamos- Digo sonriendo amigablemente, otro de mis drásticos trastornos psicopatológicos extremos –Desgraciadamente mi poder no es lo suficientemente poderoso actualmente para poder localizarla, sino ya nos verías juntos como buena pareja que somos-

Respire profundo el fresco de la noche mirando el cielo, imagina que algún día conseguiría tantas almas como estrellas existían en el negro firmamento, ese pensamiento hacia que mi sonrisa se volviera más grande y sínica, tomándolo del brazo avanzo decidido a encontrar mi vieja compañera con mi nuevo compañero.

-¡Vamos! La noche es joven y tenemos mucho que recorrer- Y camino derecho por un callejón cercano para volver donde había empezado todo, sin darme cuenta de que mis brazos habían quedado abrazados al de Zefiro mientras que mi cuerpo seguía caminando sin ellos.

Zefiro se quedo bastante sorprendido al ver los brazos aun en su cuerpo, no le agradaba que se le hubiera abrazado, pero mucho menos quería que ese tipo de unión siguiera en pie. Soltándose los brazos, pensó, que tipo de poder podría poseer este. Le resultaba complicado entender eso de los poderes así por que si, debían de llegar de algún sitio, y no creía que algo que su estomago podía soportar fuera portadora de tanto poder. Aunque no comprendía ni sabía muy bien que poder tenía tras tomarse la fruta, tras pruebas se había dado cuenta mas o menos lo que hacía, o por lo menos una parte de la que hacía. Volvió a la realidad al darse de cuenta de que sujetaba ambos brazos de Fausto, aunque no estaba muy seguro de que hacer con ellos.

- Como hago con esto, te los coloco, o que?-

No estaba seguro de volver hacia donde el accidente, aunque, es siempre lo que se dice, cuanto mas evidente, menos de cuenta se darán, puesto que todos salieron desde hay para buscar, y seria raro que dejaran a nadie mas que uno o dos marines para calmar al dueño del bar y hacer recuento de los daños y perdidas, aunque no estaba seguro de que había ocurrido.

Sigue siendo raro como mi cuerpo se despedaza por momentos cuando quiere, debo mejorar mi cuerpo… Ya algún día, por ahora me da vagancia, de momento a recuperar mis brazos y a Eliza.

-¡Ohhh! ¡Perdona, perdona! Que modales los míos, ya mismo me arreglo- Colocándome como si lo abrazara mis brazos vuelven a su lugar y lo suelto –Listo perfecto, ahora vayamos- Me doy vuelta caminando hacia el bar –Mientras vamos te comento el problema que hubo, al parecer un cintificucho de 3° intentó un experimento con hombres mutados en un bar cercano donde se encontraban algunos marines- Voy relatando todo lo que había ocurrido tranquilamente caminando amparado por la oscuridad de la noche que parecía más densa de lo normal debido a las pocas personas en la aldea y por tanto las pocas almas iluminando el lugar –Mientras que yo intentaba obtener una muestra de unos de los monstruos Eliza trato de hacerle frente al científico, lástima que era medio-cyborg y no pudo hacer mucho siendo enviada por los aires y yo teniendo que escapar de los marines porque me vieron con una jeringuilla en la mano acercándome al monstruo-

Zefiro escuchó atentamente las palabras que ese extravagante ser tenía que decirle, y sacó una conclusión de ello, que o maquillaba la realidad para parecer menos psicópata de lo que era, o directamente recibía una visión distorsionada de las cosas que sucedían a su alrededor. De todas formas, ¿que fuera medio ciborg no sería de ayuda contra esa situación?, aunque a el no parecía serle de conveniencia, de todas formas, siguio a dicho Frankestein hasta susodicho bar. En el exterior no parecía haber signos de que la novia cadáver eyectara en aquel lugar, aunque no podía haber sido dentro del bar puesto que no había signos de ello. Solo había un pequeño grupo de gente observando como dos guardias formaban frente a la puerta, preguntandose que había pasado momentos antes. Como era de noche y llevaba la cara medio tapada por una bufanda, era casi imposible que lo reconocieran, a pesar de la gran recompensa que llevaba sobre sus hombros.

- Más o menos, en que dirección crees que salió volando- dijo discretamente a Fausto, sus labios, ocultos tras la bufanda, no parecían haberse movido, y mucho menos haberle dirijido la palabra a Fausto, pero las palabras se habían oído claramente, no pretendía llamar la atención en ese lugar, aunque no sabe como reaccionaría semejante individuo.

-La verdad que no tengo ni idea de donde podría haber caído, yo estaba ocupado contra uno gigantón de casi 3 metros aquí, tal vez si busco su aurora pueda encontrarla…- quedo en silencio durante varios minutos para luego darme hacerme un face-palm –Soy un completo retrasado, ¡Como no lo pensé antes!-

Dando vueltas comienzo a revisar el área en busca del color rosado y apacible del alma de mi pequeña Eliza hasta que por fin logro encontrarlo tenuemente a unos 60-70 metros.

-…- Miro a mi neuvo compañeros –La encontré… ¿Vamos? Esta en esa dirección…- Digo señalando hacia donde estaba la luz tapándome la cara de la vergüenza.