Paseo nocturno

Zefiro había cambiado de dirección a la que se dirigía, al fin de al cabo, no tenía ganas de internarse dentro de uno de esos lugares donde la codicia sobrepasaba límites casi humanos. En cambio, siguió andando por las calles, mirando todo tipo de puestos al pasar, aunque ninguno poseía nada que atrajera su interés. Al final acabó saliendo de la ciudad y se vio caminando por una camino que lo llevaba a un faro. Zefiro sonrió, irónicamente, parecía una polilla acercándose, cuando precisamente el debería de alejarse del lugar. El ruido de un búho atrajo su atención, proveniente dicho sonido del bosque. Al ser noche, ese animal estaría cazando animales.

" Estaré yo también condenado a llevar a cabo las mismas acciones que ese animal, viviendo en una oscuridad eterna y matando a todo el que encuentre y sea mas débil que yo..."- dijo mientras se miraba las manos, las cuales ya habían dictado sentencia en muchas ocasiones arrebatando la vida a aquellos que Zefiro encontró en su oscuridad. El sabía que la vida era lo mas importante, una vida no se crea como quien crea un arma, sin embargo, la vida era algo tan frágil como una hoja mecida en el viento.

-Me das asco, odio que alguien como tu me hiciera suya-

Una silueta se veía frente el faro, su pelo negro se mecía sobre una ligera brisa que recorría los alrededores e inundaba el lugar con olor a sal marina. Debido a que en el lugar era muy oscuro no se podía distinguir fácilmente. Estaba apoyada sobre un arbol, y la sombra que proyectaba el faro hacia prácticamente imposible saber quien era esa persona.

Vete, sabes que yo nunca quise saber nada de ti, no sabía lo que eras- dijo Zefiro mientras levantaba levemente su mirada de sus temblorosas manos, aquel día seria uno de los que más se arrepentiría de toda su vida, pero nunca podria dejarlo atrás, puesto que siempre lo sufriría hasta el día de su muerte.

Zefiro se recostó en una roca próxima, sabía que quien tenía delante no se iba a ir fácilmente, dándole la espalda su acompañante que se apoyó sobre una roca. Ella sería siempre su peor pesadilla, pero a su vez, y a su mayor desgracia, sería la mejor aliada que tendría jamas. Zefiro se puso pensativo, siempre que se encontraba con ella la daba muchos motivos para pensar, porque nadie como ella lo conocía mejor.

- Siempre te odiare porque a pesar de poseer un poder tan enorme, te niegas a usarlo, no te das de cuenta que tu podrías ser capaz de hacer cualquier cosa, tienes el poder de la creación en la oscuridad, ¿porque no te dejas llevar por tus deseos?, serías mucho mas feliz-

Zefiro volvió a mirarse las manos, unas manos que podrían llevar a la destrucción de este mundo, pero negó con la cabeza.

- Pero, mi joven amiga, ese sería mi deseo, o sería lo que tu quieres que desee, mi deseo no es nada en especial, pero no es la avaricia que quieres que yo consiga para ti junto conmigo-

Ella soltó una sonora risa, estaba claro que no estaba de acuerdo que Zefiro pensara esas cosas, siendo ella una sádica, que busca el tormento de los demás y que vio en Zefiro una herramienta que ella se propuso limar para su posterior uso, pero Zefiro no estaba dispuesto a que alguien lo viera como dicho objeto.

Ella siguió riendo un buen rato, pero acabo calmándose y continuó con su conversación.

- Eres idiota, siempre imponiendo el bien de los demás antes que la tuya, que clase de hombre eres-

Zefiro se levantó y comenzó a caminar hacia el faro.

- Soy aquel que no se dejará manipular por tus artimañas estúpidas, hablas de felicidad, pero para mi la felicidad es compartir mi vida junto con demás personas, no acabando con todos, no veo la felicidad en el caos y destrucción bañados en sangre-

Ella también se levantó de la roca y alcanzó a Zefiro. Sus pasos eran bastante mas rápidos que el de una persona normal y corriente.

- Tu solo me necesitas a mi, que ves en aquellos que te pueden abandonar en cualquier momento, aquellos que no están unidos a ti de una manera tan especial, son todos prescindibles, solo son cosas que usas para conseguir más y más poder-

Zefiro la agarró por el cuello y la empujó contra el faro notoriamente cabreado, no quería que ella hiciera nada a sus amigos, y tampoco quería que ella lo intentara volver en contra de las personas las cuales había conseguido entablar una relación amistosa, no quería perder a nadie más...

- Eso, enfádate, deja que tu odio controla tus acciones, así solo conseguirás que seas mío -decía burlonamente mientra sonreía de forma macabra.

Zefiro la arrojó hacia un lado, no tenía ningunas ganas de seguir aguantándola, dirigiendose a la zona rocosa que rodeaba el faro y que daba hacia el mar.

Ella se levanto de nuevo y suspiró, Zefiro ya se estaba cansando y la haría desaparecer por la fuerza, ya llevaba tiempo