Tener el pelo verde

Tras la llegada a la isla y la adquisición de un disfraz, Taro decidio dar una vuelta por la isla para ver el ambiente, Tras dar unas cuantas vueltas pudo observar un pequeño parque, cansado de dar vueltas decidio entrar para sentarse en algun banco o estirarse en la hierba para descansar. El muchacho optó por la segunda opcion, y se estiro en el cesped al lado de un pequeño estanque, dejando la bolsa con el disfraz a su derecha.

Era raro, ya que en todos los lugares había un ambiente de fiesta, pero en ese parque se estava tranquilo, posiblemente debido a que el parque era una zona de relax o algo similar, el chico cerro los ojos para descansar del paseo, había estado bastate tiempo andando.

Ataviada en su precioso vestido rojo de fiesta, que dejaba gran parte de su pecho y piernas a la vista dejando bastante a la imaginación, se paseaba con unos tacones de aguja de diez centímetros por nada menos que un dichosos parque.
Se sentía extrañamente avergonzada y fuera de lugar, quería ir al casino y había acabado en el maldito parque. Se avergonzaba de su incapacidad orientativa.

Cda vez que caminaba se le undian los tacones en la hierba y cuando estaba a punto de lanzarlos en un arrebato de furia incontrolable al mar pisó algo demasiado blandito. Miró hacía abajo y vio como le había clavado el tacón de los infernales zapatos en la boca del estomago un chico que estaba felizmente estirado en la hierba.
Se extrañaba de no haberlo visto, aunque con la oscuridad nocturna y su curioso pelo verde tampoco era tan de extrañar.

-Lo siento. - retiró el pie lo más rápido que pudo, levemente sonrojada por lo bochornosos de la situación.

El chico se encontraba en el suelo completamente relajado disfrutando de la pequeña paz que había en aquella isla, cuando de repente noto una fuerte presión en la boca del estomago, era un dolor muy fuerte provocado por el pisotón de una preciosa mujer con un traje rojo muy elegante, la mujer le había clavado uno de sus tacones en el estomago, Taro no pudo evitar retorcerse de dolor, la chica pidió disculpas, Taro se levanto con la mano izquierda en el estomago y con cara dolor, se llevo la mano derecha a la nuca y dijo - Tranquila estoy bien... Supongo que he tenido un poco de culpa por estirarme en cualquier lugar- su cara cambio, ahora se podía observar una sonrisa, aunque el dolor seguía estando allí.

-Por cierto, me llamo Taro... Taro Kajiya, ¿podría saber el nombre de mi agresora?- dijo comicamente para no hablar del golpe que había recibido, no quería darle vueltas al asunto -Esto... ¿Porque vas tan elegante mientras paseas por el parque?- dijo al volver a mirar a la chica.

Debía reconocer que el chico era bastante atractivo y aunque podía tener unos ojos o una sonrisa bonita, su inusual pelo verde la tenía absovida, era tan... adorable.
Llevó las manos a su pelo, con los ojitos brillantes, los labios formando un 3 y levemente sonrojada.

-Erza Scarlet. - le dijo aun cautivada con su pelo. -Porque me he perdido... - estaba absorvida por el verde tan verde de su pelo, sino nuncá lo hubiera reconocido.

Y entró en razón justó en aquel momento.

Se levantó y comenzó a actuar con absoluta naturalidad y como si nada de lo anterior hubiera pasado.

-Estoy de camino a la fiesta. - algo que hubiera colado si no fuera porque confesó su debilidad a un desconocido en medio de un delirio manchado de verde.

-¿Y que hacías tu tirado en el suelo como un pordiosero? - preguntó como si tal cosa, tendiendole la mano con una sonrisa para ayudarlo a levantarse.

La joven llevo sus manos al pelo del chico, con los ojos brillantes, la chica se llamaba Erza Scarlet, y resultaba que se había perdido, por eso llevaba un vestido tan elegante en un parque, despues de decir aquellas palabras comenzó a actuar con normalidad como si no hubiera echo o dicho nada de nada, e intento rectificar su respuesta, el chico no puedo evitar reir un poco tras aquella excusa, dada despues de la respuesta correcta - Bueno me lo creeria si no me hubieras dicho que te has perdido- dijo con una amplia sonrisa en su rostro.

El chico cogio la mano de la muchacha que le ayudaba a ponerse en pie, y una vez de pie respondio - A eso, supongo que no tendria que haberme estirado en cualquier lado- hizo una breve pausa -Pero estaba estirado para descansar, llevo un rato viendo la ciudad y me apetecia descansar- suspiro y se llevo la mano al estomago - ¿Supongo que este es mi castigo por estar estirado por ahí no?- dijo mienras miraba a la muchacha con una amplia sonrisa.

Le devolvió la sonrisa, uun algo cautivada por su vibrante pelo verde. Hbía visto colores de cabello extraños pero el verde era nuevo en su gama crómatica particular.

Le dedicó un amplia sonrisa y pregúnto son escrupulos:

-Dime ¿Te tiñes el pelo?

Nunca se le había dado bien socializar con la gente, y aunque al tocar su cabello le había parecido natural, siempre cabía la posivilidad que que fuera un fraude.

La chica le dedico a Taro una amplia sonrisa y seguido preguntó si su pelo era teñido o no lo era, el chico no pudo evitar una pequeña carcajada, cuanta gente le había preguntado eso, ya no llevaba la cuenta, pero eso no le molestava, así que respondio la pregunta de la muchacha con una sonrisa - Que va, es 100% natural - posiblemente le podria costar creer que su pelo era de color verde ya que no es muy usual ver a alguien con ese color de pelo.

-Que te parece,¿te gusta?- dijo el muchacho al ver como la chica parecia hipnotizada por su color de pelo, tanto que se había olvidado de la festa y que estava en un parque con un traje muy elegante, el chico se enontraba a gusto hablando con la muchacha, era la unica que nada mas conocerle se había quedado enbobada con su color de pelo, tanto como para tocarlo, eso a Taro le parecia gracioso y no le molestaba, aunque no la conocia mucho la muchacha ya le comenzaba a caer bien

-Es hermoso. - llevó las manos otra vez a su pelo, con los ojitos brillantes y la cara cómicamente redondeada.

Volvía a estar fuera de si, tenía que estarlo para piropear a un desconocido, pero ese verde le resultaba mágneticamente atrayente, mostrando de ella una faceta que contadas persona habían visto. Seguramente Taro ya estaba pensando que era idiota.
Recobró la compostura, y alzó la barbilla en porte digno, aunque levemente sonrojada por la bochornosa de la situación.

-¿Vas a quedarte aquí o damos una vuelta? - lo mejor era caminar un rato, sobre todo para no volverle a manosear el pelo al hombre.

Aunque se quitó los tacones, no volvería a dar un paso con esos artefactos infernales en los pies.

-Jajajaja...Me alegro que te guste- dijo el muchacho con una sonrisa en su rostro al oír la respuesta de la joven, la chica estaba manoseando de nuevo su pelo verde, pero a Taro no le molestaba, a Erza le gustaba el color de su pelo y además se le veía feliz y no era la intención del muchacho privarla de esa felicidad.

La muchacha volvió en si y retomo su compostura, aunque estaba levemente sonrojada por la situación -Jajajaja eres muy divertida- dijo Taro al ver como la chica cambiaba de comportamiento tan repentinamente.

La preciosa chica se dirigió a Taro, quería dar una vuelta - Si buena idea, además creo que ya e estado suficiente tiempo en este parque- la joven se quito los tacones, Taro al ver aquello llevo su mano a la bolsa que llevaba para sacar de ella los zapatos de su disfraz -Quieres usarlos, al menos para no ir descalza- dijo con una amplia sonrisa mientras le mostraba los zapatos, aunque posiblemente le fueran grandes el chico no queria que se hiciera daño clavandose algún cristal o algo mientras dan un paseo

Se sonrojó levemente por el comentario del hombre, apartando la mirada... no llevaba bien los halagos, normalmente la llamaban monstruo o cosas así.

Vio como Taro le oferecía los zapatos del que debía ser su disfraz, no pudo negar que le sorprendió el acto aunque no dudó en aceptarlos con una sonrisa amplia y dulce.
Eran unos zapatos... curiosos, aunque le iban bien y eran terriblemente cómodos.

-Gracias. - le dedicó una sonrisa amplia, sincera incluso.

Hechó a andar con lentitud.

No estaba acostumbrada a que fuesen amables con ella y por extraño que sonara agradecía encontrar a alguien agradable.
Quizá que el que no la conociera ayudaba, pero se sentía cómoda con él.

La joven cogió los zapatos que el muchacho le había ofrecido para que no andará descalza y no se hiciera daño, la chica se puso los zapatos, le dio las gracias, y le dedico una amplia sonrisa -No hace falta que me des las gracias, me vale con esa sonrisa- dijo el muchacho con una sonrisa en la cara, Taro se llevo la mano derecha a su cabeza para frotarla y con una amplia sonrisa volver a dirigirse a la joven -Estarás pensando que estoy loco o algo así- hizo una breve pausa -Quiero decir, que aun sin conocernos de nada me comporte como si nos conociéramos de toda la vida- el chico se rió levemente de su comentario y volvió a hablar -Bueno yo soy así, me fió de todo el mundo, aunque no suelo fallar-

Taro comenzó a caminar justo al lado de Erza,esta lo hacía con lentitud, posiblemente para disfrutar de la compañía que el chico le ofrecía, mientras caminaban, Taro miro a la muchacha con una amplia sonrisa - Bueno Erza, ¿donde te gustaría ir?- le dijo para que la muchacha eligiera el trayecto para el paseo.

Realmente nunca la había piropeado tanto, era algo a lo que no estaba acostumbrada.

-Estarás pensando que estoy loco o algo así, quiero decir, que aun sin conocernos de nada me comporte como si nos conociéramos de toda la vida.

Lo miró con cierto interés. ¿Entonces eso a ella donde la dejaba?

-De ser así entonces yo sería una chalada. - rio levemente, dejando escapar una risa suave y melodiosa.

De hecho, ella le había sobado el pelo como si se conocieran de toda la vida, algo de lo que no estaba particularmente orgullosa, no solía dejarse llevar tanto por sus infantiles impulsos.

-Cualquier sitio está bien. - respondió extrañamente relajada.

No estaba acostumbrada ha hablar con tanta naturalidad, pero era agradable saber que por una vez no tendría que estar a la defensiva constantemente, por fin podía relajarse y no tener que pensar má en luchas inútiles que no llevan a ningún sitio, luchas guiadas por las ansias de poder de unos pocos que acaban con las vidas de muchos, ni tampoco preocuparse por sueños rotos y pasados tristes.

Taro rió levemente con la chica tras su respuesta a la pregunta del muchacho sobre si pensaba que estaba loco o algo así - Digamos que así es mas divertido conocer a alguien- dijo mirando a la chica con una amplia sonrisa en su cara, de echo al chico le gustaba estar de broma que no en un ambiente serio, y la manera de presentarse que tuvo la chica mas divertida no poda ser.

-Pues entonces simplemente caminemos sin dirección a ver donde acabamos- el chico rió levemente, a el también le daba igual donde ir, la cuestión era hablar con alguien tan divertido.

-Por cierto Erza, al igual que yo, ¿tu tampoco eres de esta isla no?- pregunto el joven con una sonrisa en la cara conociendo cual seria la respuesta de la muchacha, puesto que un habitante de la isla no se hubiera perdido buscando la fiesta y acabando en un parque.

Le devolvió la sonrisa.

-Mejor te sigo yo a ti, porque si no acabaríamos dando vueltas en circulos. - normalmente prefería morir a confesar que no era capaz de dar dos pasos sin perderse, pero estaba peligrosamente relajada con ese chico de llamativo -y atrayente- cabello.

-Por cierto Erza, al igual que yo, ¿tu tampoco eres de esta isla no?

Suspiró, no quería pensar en su pasado, justo por eso había aceptado esa invitación y estaba allí ahora.

-Soy de una isla pequeña. - le dijo como respuesta, intentando evadir el tema. -¿Qué hay de ti? ¿De dónde eres?

Taro no pudo evitar una leve risa ante el comentario de la joven, pero eso era bueno, Erza ya no escondía su problema, y eso quería decir que estaba a gusto con la compañía del muchacho, al igual que el muchacho estaba a gusto con su compañía -De acuerdo- dijo el muchacho que no tenia intención de ir a un rumbo predestinado.

La chica suspiro ante la pregunta de Taro, posiblemente no le gustara hablar de aquello, pero aun así la joven respondió que era de una pequeña isla, sin entrar en detalle, y después le pregunto de donde era el chico -Yo soy de una pequeña isla del North Blue- dijo con una amplia sonrisa en su rostro.

-¿Y a que te dedicas?... Quiero decir ¿eres pirata?- pregunto el chico mirando a la joven a los ojos.

Había ido allí buscando relajarse y parecía ser que lo estaba consiguiedo más rápido de lo que pensaba.

¿Y a que te dedicas?... Quiero decir ¿eres pirata?

Lo miró, eso era una larga historia.

-Al parecer ahora sí. - de hecho, se sentía una intrusa en el barco de los demos y la rozón por la que había traicionado todo en lo que creía ya no estaba.

-¿He de suponer que tu también lo eres?