Nombre: Animation R. Tinguili
- Apodo: “Rorinaizu” o "El ojos locos"
-Edad: 21 años.
-Clase: Humano.
-Especialización: Luchador y Cocinero.
-Banda: Pirata. Rorinaizu no Ichimi
-Cargo: Novato.
-Descripción Física:
Cabello desalineado de color naranja. Mide 1.76. Peso 80kg. Brazos fuertes y piernas fuertes. Cara sin imperfecciones.
- Armas:
1.- Mi cuerpo.
2.- Muy poco usada....Espada mítica de fenix conjuntada con polimerización de acero y diamante.
- Sueños:
Lograr ser el mejor pirata de la historia para mostrarle a la marina de que esta hecho y así llevar la verdadera justicia al mundo. Llegar al alto mando de la justicia y llevar la paz al planeta entero.
- Descripción psicológica:
Un sujeto amable y tranquilo. Tiene traumas del pasado por la muerte de sus padres. La muerte de su amigo Dylan le dejo un vació pero su espíritu es fuerte y muy capaz. Es aventurero por naturaleza y muy trabajador de sus habilidades. Es gracioso y su mente esta entrenada por la marina lo cual lo hace un ser dedicado y firme en sus decisiones.
Historia:
Animation R. Tinguili
Cuenta el paseo de voces que hace 21 años nació un niño en los confines del mar. La marina estaba en una expedición que duraba 7 años de viaje y ya uno cumplido. En ella se encontraban dos Vicealmirantes y un almirante acompañados de 1000 marines. Mientras pasaban por la isla Pacific Blue del East Blue el cielo se torno oscuro y los fuertes vientos comenzaron a llevar problemas. Las grandes olas hundieron sin piedad dos de los acorazados (que en total eran 4) y en uno de ellos viajaba una mujer marine que estaba embarazada, más de 400 hombres en el mar y una mujer que no podía moverse. Él bebe ya quería salir de su caparazón y ahí en las profundidades más remotas y como testigos cientos de peses vieron el nacimiento de Animation R. Tinguili. La mujer quedo desmayada de dolor pero aun no estando en sus sentidos cogió al niño y lo llevo a la isla Pacific Blue donde cayó tendida y jamás despertó. El padre del niño busco a su mujer por todo East Blue durante 3 días. Encontró el cuerpo de la mujer inerte en la isla y que abrazaba un ser pequeño que lloraba sin consolación. El niño tenía un biberón que ya estaba casi terminado y contenía un color diferente a la leche normal.
El hombre cogió a su hijo y dio santa sepultura a la madre. La cara de aquel sujeto era cubierta por una barba color dorada y no mostraba ningún gesto. Al llevarse el biberón se dio cuenta que había algo raro. Su rostro se asomo de aquella oscuridad y miro fijamente. Sus ojos se saltaron y observo a su hijo. En aquel niño no había más que una sonrisa y aquel hombre que volvió a la poderosa barba que cubría su rostro, se quedo en silencio y guardo un secreto al mundo.
Pasaron los 7 años y los acorazados regresaban a Marineford para entregar los datos de su investigación. Cientos de informes de especies marinas y lugares donde desembarcaron. Pero solo el nacimiento de una nueva persona que se encontraba entre sus navíos. El niño Animation R. Tinguili. Apenas cumplía la edad de 6 años cuando llego a ver aquel inmenso fuerte de la marina. Sus ojos se saltaron. Su cuerpo sintió emoción. Toda su vida solo había escuchado las habladurías de sus compañeros de cocina en el acorazado.
Al entrar nadie hizo caso de él. Su padre que había alcanzado un puesto de almirante no fue capaz de decirle nunca que él era su padre. Para Tinguili sus padres murieron en ese hundimiento en Pacific Blue. La marina era grandísima y él se sentía como un bicho. Aun así su perseverancia y querer llamar la atención de sus superiores para cumplir el deseo de ser el máximo general en la marina hacía que se entrenase en cuerpo y el alma por más de 72 horas seguidas. Mientras todos le miraban y le trataban como un loco. No tenía amigos, era un poco solitario y todos los jóvenes marines no le querían en su entorno.
Un día después de cumplir 14 años y ya 7 años en Marineford. Tinguili había formado un cuerpo esbelto y fuerte. Estaba listo para misiones con los marines y así fue. Para ese entonces ya tenía un gran amigo y acompañante que aunque era 5 años mayor que Tinguili, lo aconsejaba y daba mucha seguridad en si mismo. Ambos se alistaron a una expedición en Grand Line. Tinguili fingió tener 18 y su cuerpo le ayudo, ya que así lo aparentaba por todo el trabajo físico que formo entrenándose.
Llego el día de salida del acorazado. Tinguili miró Marineford y estaba orgulloso de pertenecer a ese sistema. El acorazado marcho y otros 3 lo acompañaban. El destino era Grand Line.
Luego de unos días de viaje unos navíos se acercaron y eran piratas. La batalla comenzó. Grandes balas de cañón aparecían de entre la neblina que cegaba a los marines. Los acorazados no se rendían y comenzaban a atacar. Tinguili surgió de las profundidades del acorazado y comenzó a sentirse asustado en algún momento pero ayudaba en cualquier cosa que se le pedía. De un momento a otro el acorazado se encontraba invadido por piratas. Solo se escuchaba una risa macabra de entre toda esa batalla campal. Unas carcajadas que hundían los sentidos. De repente un acorazado cayó al mar. Gritos de auxilio había por todos lados. Tinguili corrió de inmediato a pedir ayuda con un Den Den Mushi. Respondieron al llamado, pero ignoraron a Tinguili por ser un marine más de la flota y no el vicealmirante que se encargaba. Tinguili miro a su alrededor aquella guerra. Pero fue segundos después que su mundo cambió por completo. Su amigo Dylan el que lo ayudo a alistarse y que le dio la mano en tiempo de soledad caía presa de un ser gordo con barbaoscura y un sombrero pirata. Lo hundió en una pozo de desolación y después lo penetro con una espada. Y con una carcajada maldita lo lanzó al mar. Tinguili quedo en crisis nerviosa. Comenzó a temblar y al cerrar sus ojos escucho cada una de las personas que estaban muriendo y sufriendo. Como se perdían las voces de toda una generación de marines. Y en ese instante justo cuando se disponía a moverse todo en su circuito cambio por completo. Los dos vicealmirantes que acompañaban la expedición se encontraban delante del pirata que había lanzado a Dylan al mar. Pero Tinguili solo escuchaba la plática. Estaban lejos de él pero la escuchaba con un sexto sentido inexplicable. Abrió sus ojos y aquel pirata se había marchado del acorazado. Los dos vicealmirantes miraban a los marines caídos y escuchaban sus lamentos. Tinguili salió de aquel lugar y miró como aquellos vicealmirantes mataban a sangre fría a sus propios subordinados. Dejándolos tendidos. Los piratas que aun estaban en el acorazado sonreían como locos en señal de victoria. Los Vicealmirantes muy serios ambos se giraron para irse y subir a las flotas piratas. Todo lo que escucho Tinguili era verdad, no era parte de su imaginación y las palabras “traición” fueron la clave. Tinguili se volvió loco. Sus ojos llorosos mostraban la frustración y como fueron traicionados por sus vicealmirantes. Aun yacían personas vivas pero los vicealmirantes las liquidaban para no dejar huella. En ese momento Tinguili dio un fuerte grito. Sus ojos tomaron una forma roja intensa al ver aquella masacre, al ver el mar como testigo silencioso, al recordar la sonrisa del pirata que ataco a su amigo Dylan, al ver la sangre fría de los vicealmirantes para liquidar a sus subordinados, pero nada más apabullante que verse en medio de sangre y dolor. Sin darse cuenta los piratas y los dos vicealmirantes cayeron fulminados. Fue como si una onda expansiva los tumbara de seco. El pirata sombrío puso en marcha su flota y con su barbaoscura se fue sonriendo. Sus palabras al marcharse fueron claras “La nueva generación si que tiene sorpresas”. El cielo no se despejaba. Tinguili miró a los piratas y vicealmirantes tirados pero no presto la atención de porque sucedió. Solamente se lanzó al mar para encontrar a su amigo. Pero al caer no se pudo mover. Se daba cuenta que nunca se había lanzado al mar. Y que no sabía nadar. Se comenzó a ahogar hundiéndose poco a poco. Sentía que era su fin. Entonces una luz surgió. Una persona lo llevaba a tierra firme. Pero él cayó desmayado antes de ver el rostro que lo salvaba.
La mañana apareció. Tinguili se encontraba tirado en tierra firme. Justo delante de él 4 acorazados destruidos por completo. Y detrás de Tinguili como 50 personas que estaban enterrando cuerpos. Tinguili corrió hacía aquellas personas que no vestían como Marines y les grito que porque tocaban aquellos cuerpos. Ellos no respondieron y dejaban a Tinguili en su dolor. De entre todas aquellas personas surgió una figura con una presencia inconmensurable. Al solo acercársele, Tinguili sintió como una desesperación, pero rápido fue opacada por la voz de aquella persona. “Los muertos deben de tener su lugar de descanso eterno y el mar no es un lugar para ello. Puedes ayudar a enterrar sus cuerpos o puedes gritar como idiota y hacerlo tu solo. La muerte es un lugar donde nadie quisiera llegar solo”
Tinguili se quedo paralizado. Las personas comenzaron a mover los cuerpos y enterrarlos.
Mi nombre es Silver Reyoligh y te he salvado la vida. Deberías de estar un poco agradecido de ello. Yo use mi Haki para acabar con esa masacre. Pero eso no importa. Entre los heridos supervivientes se encuentra alguien que quiere hablar contigo. Acompáñame.
Tinguili había escuchado alguna vez ese nombre pero se encontraba aun con mucha información en sus haberes y decidió seguir a aquel sujeto. Al llegar a una cabaña en ella se encontraba Dylan. Muy mal herido y los doctores le decían a Rayleigh con la cabeza que “no había solución”. Tinguili se lanzó hacía su amigo y aquel joven de 19 años trataba de hablar pero su pecho había sido penetrado por una espada más que fina. “No te esfuerces” le decía Tinguili. Pero aquel joven herido logro articular palabra aun cuando era casi imposible. Sus palabras marcaron a Tinguili por completo. “Fuimos traicionados. Los altos rangos de la marina están liquidando a los marines. Un nuevo ser esta manipulando los hilos. La marina ya no es segura Tinguili. Huye. Huye amigo. Corre. Corre y escóndete. Serás buscado. La marina, la marina nos traiciono”. Después de decir todo eso con llanto en sus ojos, el joven Dylan murió. Tinguili no encontraba palabras. Se encontraba fulminado. Sus ojos se volvieron rojos de nuevo y con una apariencia maniaca. Todas las personas alrededor cayeron fulminadas. Rayleigh fue el único que quedo en pie y sorprendido ante lo que sucedió. Se giro hacía Tinguili pero el joven cayó de rodillas para después caer boca abajo en el la arena.
Pasaron los días. Reyoligh se ganó a Tinguili entre bromas e historias. Tinguili era un amante de las historias y anécdotas. El abuelo de Dylan, uno de los héroes del pasado en la marina, hablaba sobre su época como pirata y eso emocionaba a Tinguili. Saber las historias. Y ahora recordando, siempre quiso ser alguien demostrándole a la marina que tenía la fuerza y voluntad para lograr captar su atención. Recordó que el abuelo de Dylan hablaba que antes de ser marine fue un gran pirata y fue como luego llamo la atención de la marina para lograr ser un héroe a la postre para el bien. Ahora abrazaba un sueño el joven Tinguili. Y se lo dijo a Reyoligh mientras este se marchaba a su retiro. Disolviendo así una tripulación.
Nos volveremos a ver por los mares – dijo Tinguili con alegría -. El destino quizá nos cruce maestro Reyoligh.
No tutees a nuestro capitán – grito toda la flota -. Irrespetuoso.
Jajajajaja Me retiro de las andadas Rorinaizu-san – dijo Reyoligh con una botella en la mano -. Pero brindo por la decisión de querer buscar tus sueños como pirata. Y este brindis es en pos de la nueva generación. Esperemos vernos pronto. Y nos vemos en Red Line.
El barco se marcho y con el un gran pirata de la era pasada. Ahora Tinguili miraba el horizonte con un nuevo sueño. Una nueva línea de vida. Y con una fuerza excitante que lo impulsaba a hacer cualquier cosa.
En eso miro a los lados. “Que”. Dio un gran grito. “Reyoligh maldito no me dejaste ni una sola flota”…
Las palabras se perdieron entre el viento y el mar. La aventura comenzaba ya. La posibilidad de leyenda de Animation R. Tinguili estaba por empezar.
Al girarse desconsolado. Una espada se encontraba sumida en una enorme roca. Tinguili la saco con facilidad. Era una espada que le había dejado Reyoligh, lo supo porque a un lado estaba una botella de alcohol. Tinguili sonrió y comenzó a crear una pequeña flota para salir de aquel lugar cerca de Grand Line.