Pesca y Cetrería

Habíamos dejado a los dos nuevos integrantes en la banda, pero me preocupaba bastante más la situación de Erza, debía ganarme su lealtad y además, ponerla a prueba. Además, ya que tengo cinco millones siempre viene bien ocasionar algun destrozo por la ciudad para incrementar la suma, ya que voy a ser perseguida, hagamos que sea una gran persecución.

Era una usuaria de la Tori-tori modelo águila, así que... pondremos a prueba su lado animal, a ver si es tan acuciado y siniestro cómo en mis otros camaradas. Pero... por ahora...

- En primer lugar Erza, tendremos que cambiarte de traje, ese... ese no te pega- dije, tocando su ropa verde y pasando la mano por su espada- Y esa espada... bueno, tampoco. Habrá que darte un cambio de apariencia, un traje, algo más oscuro, o rojo, quizás rojo... somos los Demonsfire al fin y al cabo.- Las creaciones cayeron al suelo, y Niko fue metido entre mis ropajes negros, mi capucha fue puesta de nuevo, mi arpón, oculto y tintineante dentro de mi capa negra, y la guitarra, bien visible a la espalda.

Los tres caminaban en triangulo por la calle, abriendose camino entre las personas que no dudaban en apartarse, quizá por miedo al reconocer a Norcissa como una pirata o simplemente por el hecho de temerlos al ver sus peculiares vestiduras. Cuando algunos niños que se atrevían a señalarlos, preguntándoles a sus madres quienes eran para intentar saciar su infantil curiosidad, estas les daban una pequeña riña y se los llevaban del lugar, apartandolos de ellos, temiendo que alguno de ellos quisieran hacerles daño.
Quizá ni la misma Erza sabía hasta que punto cambiaría su forma de vida, su actitud o incluso su forma de pensar por la desición que había tomado.

Miró a Norcissa, que caminaba con naturalidad, acostumbrada a la actitud de las personas a su alrededor, estaba extrañamente pensativa, preocupada, incluso.
Se giró hacía ella con esponatiedad y una velocidad que la tomó por sorpresa. le tocó el kimono con la mano, diciendo que debía cambiar de atuendo a unos de tonalidades más oscuras, la miró sería. Y antes de que pudiese tocar su preciada katana le sujetó la mano por la muñeca con relativa fuerza, la suficiente para que no la moviese. Eso había sido peligroso.
Desconocía las habilidades de la mujer frente a ella, a pesar de haberla perseguido durante mucho tiempo. Se había tomado demasiada molestias para ocultar sus habilidades y justo por eso no podía permitir que tocase su katana -más por precaución que por temor-, de hecho, a contadas personas se lo había permitido. Lo único que sabia era que gracias a sus habilidades, esos muñecos que la acompañaban eran capaces de moverse, quizá era capaz de controlar algún tipo de telequinesia y de ser así, podría robarle su katana sin problemas. Quería demasiado a esa katana para permitirlo.

-Veré que puedo hacer. - dijo respecto a la ropa, soltándole la muñeca a la que era su capitana. No le tenía gran aprecio a su kimono, se lo había comprado porque le pareció bonito y ligero y aunque la había acompañdao durante bastante tiempo no le importaba cambiar de ropa. -Pero la katana se queda conmigo. - dijo con fuerza en la voz y una mirada sería, sin dejar lugar a réplicas.

Ahora lo sabía, en lo que estaba pensando antes de hablarle era seguramente en la forma que la pondría a prueva, ver si de verdad podía confiar en ella. Parecía que con aquella mujer cerca tendría que estar más alerta de lo que pensaba.

Habíamos visitado el barco pero ya estábamos saliendo de nuevo de a caminar por la ciudad parecía más activa desde la última vez en el bar caminábamos haciendo un triangulo, era obvio que la capitana iba en medio, yo caminaba a uno de los lados abriendo camino o más bien la gente me habría camino para no chocarse conmigo, venia con mi traje negro y la capucha que apenas dejaba ver mi boca, caminaba con las manos en los bolsillos escuchando a la capitana hablar con erza sobre su peculiar uniforme a mí me gustaba pero las sugerencias de la bruja parecían más indicados para la tripulación a la que formábamos parte mira de reojo como erza se molesto con que le tocara su arma, como cuando chica no le gustaba que tocara sus recuerdos de la familia, pero continúe andando en silencio como siempre solía hacer me gustaba el ruido a nada, era el mejor modo de tener paz.

- Veré que puedo hacer... minimi mi mi mi.- comenté, mientras seguía andando, ridiculizando su voz, imitandola con mi musicales habilidades, para algo soy ventrílocua... - Le tenéis demasiado aprecio a los objetos...

Avancé, ciertamente... me quité la capucha, ya que estábamos que nos persiguieran marines, hay que probar a los nuevos.

- Veamos que podemos encontrar en este estúpido pueblo de ganaderos.

Norcissa burlándose de ella, imitando su voz en un infantil gesto de molestia. Tenía gracia... había conseguido algún tipo de reacción en ella con su forma de actuar.

Miró a Kenner que caminaba con tranquilidad, oculto tras sus ropas negras y su máscara. Pero su atención fue captada por la acción de la pirata frente a ella, que se quitó la capucha que la ocultaba parcialmente. Desde luego, esa manera tan imprudente de exponerse era pedir a gritos que la marina viniese a capturarla, alertados por la llamada de alguien que la reconociese.
Y marines ahora era sinonimo de probelmas, especialmente para ella.

EL ve la forma tan infantil de comportarse la taicho y suspira mientras mira el piso sintiendo un ruido ella se había sacado la capucha y con dos tipos como nosotros al lado de ella enseguida nos caerían alguno que otro caza o marine, al pasar por los carteles de buscado vi mi imagen ya estaba siendo buscado por el incidente de la isla, mi tapadera no la podría tenerla más ni para mi capitana, que en poco tiempo descubriría mi verdadera identidad, volví a mirarla de reojo en cuanto notaba y sentía hostilidad en el aire algo se venía esperaba que no fuera muy importante .

De reojo mire nuevamente erza la tendríamos que hacer pasar a escondidas pero ya temía que era muy tarde para eso seguí caminado esperando el movimiento del enemigo o de nuestra capitana en especifico

-estamos siendo rodeados le dije sin siquiera mirarla

- Por pueblerinos mediocres, vacas... y algún que otro panchuflo marine, no es problema...- me encogí de hombros, mirando las mercancias desatendidas de los puestos mercantes cuyos poseedores se escondían, cinco millones inspiran miedo. Además, los dos de Kenner tambien ayudan...

- Vaaya, así que tienes recompensa- dije mirando hacia uno de los carteles puestos por la zona. Me busqué. - Ja, ves, yo tengo más... y salgo mejor. Quitate la máscara y las tonterías que llevas encima, lo primero que hay que tener es orgullo.

Los marines no tardaron en rodearlos, si que trabajaban rápido si se trataba de hacerse con los cinco millones de Norcissa.
Los mercaderes que trabajaban en los humildes puestos del lugar se escondían con temor en sus casas, dejando en cuestión de minutos las calles completamente desiertas y todos sus comeercios desantendidos.

Miró al tablón de anuncios que había captado la atención de la pirata. Era cierto, ya habían puesto un precio a la cabeza de Kenner. Miró al chico con tristeza injustificada, se había convertido en pirata para salvarlo no para sacarlo de ese mundo.
Suspiró, estaba cansada y todos esos marines gritando a su alrededor estupideces como ''¡Rendios y no os haremos daño!'' no ayudaban en lo más mínimo. Salió del circulo que habían formado aquellos hombrecillos de aspecto poco imponente, apartando a dos de ellos por los hombros y caminando con tranquilidad, intentando llegar hasta un banco cercano para sentarse.

Y parece ser que un arrebato de coraje, uno de los hombres que había apartado se abalanzó sobre ella espada en mano, probablemente sintiendose humillado al haber sido ignorado, no solo por ella, sino por Kenner y Norcissa tambien.
Desplegó una ala con una velocidad que muy pocos podría haber visto y sin girarse ni prestarle mayores atenciones, lo golpeó con fuerza desmedida, si bien no toda la que tenía, gran parte, mándandolo a volar con violencia hasta que un puesto de verduras frenó su vuelo, dejandolo reducido a un montón de maderos rotos con un toque de verdura aplastada rebozada en polvo.
Sacudió levemente la ala y la plegó después, cogiendo una manzana del puesto frente a ella y dejando una bolsita de monedas que cubriría los desperfectos del puesto destrozado.

Sin mayores preocupaciones se sentó en el banco con las piernas cruzadas y mordiendo la manzana, preguntandose cuantos segundos tardaría Norcissa en deshacerse de aquellos marines.

-¿Los marines de ahora son así de débiles? - susurró más para sí misma que para otras personas, recordando cuando su padre estaba en la Marina, y conseguía que cualquier pirata que viese el uniforme blanco huyera despavorido.

Le ardía levemente la espalda, frunció el ceño, irritada, no es que no fuera capaz de controlar su propia fuerza, tan solo era que no se sentía cómoda controlándola. Pero parecía ser que las transformaciones parciales todavía no era capaz de controlarlas por completo, algo que le molestaba demasiado.

Aun encapuchado después de mi aviso los marines nos rodearon rápidamente, yo mire de reojo a lo que decía la capitana, había visto mi cartel pero no se había dado cuenta de mi apodo

-Me gusta mi capucha y mi traje dije cortante, si ella me quería en su tripulación que se aguantara a mi vestimenta gótica, como me caracterizaba.

Estos siguieron rodeándonos armando un circulo completo a nuestra vuelta estábamos al lado de los carteles de se busca por lo tanto armaron mas una media luna, yo me apoye contra la pared alado de estos malditos carteles manteniendo mis manos en los bolsillos esperaba no tener que usarlos, ya que mi estilo no eran con ellos, observe como Erza mandaba uno volando, sonreí sádicamente viendo como ella se sentaba frente a nosotros yo mire a la capitana a ver lo que haría a mi no me gustaba meterme en el calor de una batalla por gusto, lo encontraba pérdida de tiempo, no me gustaba hacer cosas innecesarias por más que odiase los marines con toda mi alma, matar estos idiotas no me traería nada de nuevo yo quería a los peces grandes no estás mocosos que parecían más acobardados al vernos a mí y a Norcissa uno de ellos grita

cuidado que son la bruja y el fénix negro dos malditos que matan por diversión!

Yo le mire por debajo de la capucha y el chico retrocedió pero sintió coraje en sus colegas que le rodeaban

-¡juntos podemos con ellos son solo dos, pero no os olvides de su compañera!

Volví a mirar a mi capitana a ver que decía o asi ella

Un puñado de berries menos... el destello fue contemplado a la luz del día, un leve destello proviniendo de mí, de las monedas, que a suma velocidad, se habían introducido en los cañones... tengo que ponerle un nombre a este truco tan ruín... pero, por ahora, me contento con no acabar como un colador.

-...pobres muchachos... pobres pobres muchachos, sóis los marines de un pequeño pueblo del mar más debil de todo el mundo...- avancé, sin temor, principalmente porque ya los cañones estaban ocupados por las respectivas monedas aguantadas con mi poder, porque si no, de avanzar, ja, nanai. - Y no mato por diversión, mato por...-moví la mano circularmente, dejando que fluyeran las palabras- afianzar mi posición como pirata... si, eso.

- Así que sed buenos chicos, iros a otro lado, dejadnos hacer....- no se que estabamos haciendo exactamente- turismo...

Tras aquella locura en Logue Town fue hacía una isla en donde había una villa cuyo nombre era Fuschia, el de cabellos rosados que era mujer en ese momento únicamente miraba la isla desde la orilla mientras que llamó al navegante de la marina para que la escoltara. Pronto aquel/la chic@ caminaba por aquella villa y escuchaba algunos gritos de personas a lo lejos, pero no le tomo tanta importancia como para llamarle tal atención como para ver que pasaba en aquella villa que apenas se había enterado que había existido en todo el mundo.

Pronto aquella chica vio a algunas personas que se le hacían conocidas, en especial la peliblanca, ya que al ser una 'pirata reconocida había hecho un revoloteo en el mundo.

Ruido, ruido y más ruido. Entendía que era lo normal cuando los piratas y los marines coincidían por ''azares'' del destino ¿Pero es que aquel puñado de novatos no sabía hacer su trabajo sin los berridos que estaban soltando?

La marina ya no es lo que era... Solo unos payasos vestidos de blanco a los que les dan un arma y ya se creen Terminator. Y eso la decepcionaba,

Cerró los ojos con una expresión de disgusto, se le inchó la vena, teniendo en cuenta lo cansada que estaba, le daban ganas de empezar a escupir fuego y calcinarlo todo... si pudiera escupir fuego. Se fijó en el marine al que Norcissa le daba sus... explicaciones y el cambio de expresiones en el rostro del chico era bastante extenso. Empezó por una cara de absurda confianza, luego una de extrañeza, despues a varias que serían demasiado largas de describir hasta llegar a una de verdadero enfado, que causó que toda la cara se le pusiese roja y que empezara a decir demasiadas estupideces y a demasiado volúmen,

Cogió el hueso de la manzana que se estaba comiendo y se lo lanzó a gran velocidad y fuerza, impactando en su cabeza con inutil presición y causando un sonido hueco,

-Silencio.

Continúe apoyado en la pared mirando como ocurría todo la capitana estaba con buen humor hoy dando explicaciones y bromeando sobre lo que aquí hacíamos pero los marines no parecían querer dejarnos la vida en paz, mire de reojo a erza quien parecía cada vez más molesta por lo que decían estos niñatos, al punto de lanzar lo que estaba comiendo en su dirección, lo que hizo que unos cuantos marines se molestaran con ella grandemente, gritaban que se creía que era para hacer aquello y otras tantas estupideces que no les di importancia en lo mas mínimo, hice una rápida mirada entre los marines y eran unos nueve marines tres para cada uno y estaba demasiado fácil no me gustaba perder el tiempo así que me volví a parar y camine en la dirección contraria a la que estaba la capitana aun con mis manos en los bolsillos con estos quedamos armando un triangulo nosotros tres éramos los vértices del mismo mientras que ellos no sabían cómo dividirse para rodearnos yo mire fríamente a la capitana a ver que decía, si seguía haciendo idiotices yo acabaría con ellos en el mismo instante que se descuidaran, ya estaba aburrido de tanto teatro

Paso post, voy a seguir intentando enredarles.

¿Porque Norcissa no hacía nada? ¿Quería divertirse molestando a los marines o ver que harían Kenner y ella ante la situación en la que se encontraban?

Suspiró y se levantó con pesadez, caminando hacía sus dos nuevos compañeros. Miró a los alrededores, el espacio era demasiado cerrado, de montar una batallita campal lo más provable sería que algún civil resultase involucrado, además, en aquel momento parecía que ninguno de los tres tenían demasiadas ganas por zurrarse.

-Marchaos, aquí solo estáis haciendo el rídiculo. - espetó con seriedad y rudeza a los marines. -Si os dáis la vuelta ahora, quizá podáis conservar algo de dignidad.

Vi que nadie haría nada así que, estaba quedando hartísimo de ver tantos idiotas delante mío y parecía que mis compañeras no harían nada así que extendí mis manos en señal que sería arrestado como un buen ciudadano solo se escucho debajo de la capa

- Adelante, señor de la ley

Unos de los tres marines que me rodeaba guardo su espada y tomo sus esposas para atarme cuando coloco una en mi mano derecha lo empuje hacia la pared, use su hombro como apoyo para darle una patada en el rostro a cada uno y con la esposa suelta puse las manos para atrás y tome las esposas poniendo la cuerda en el cuello del marine contra la pared, de golpe lo voltee usándolo de escudo, el resto de los marine no sabían si mirarme o defenderse de las dos jóvenes

- Que aburridos son sujetos, de la marina no ofrecen ninguna resistencia, terminemos con esto de una maldita vez

- No todos somos así muchacho¡ - profirío una voz grave, gorda; de unos grandes bigotes en un enorme mostacho rubio, de piel morena, y casi calvo. Un jodido y gordo marine ; ciertamente era gordo y enorme, semigigante de seguro... acompañado por unos cuantos aliados al final de la calle armados con potentes armas de fuego que tenian la pinta de hacer mucha pupa.- SOY EL CAPITÁN WALLRUSS, TE HE SEGUIDO LA PISTA BRUJA, Y AHORA NO ESCAPARÁS.

- Oh dios... el gordo otra vez no...

Soltó una sonroja carcajada.

-Norcissa, no sabía que tu vida sentimental fuese tan.... - cerrró los ojos en busca de una palabra adecuada. -... amplia, literalmente.

Como aquel mastodonte saltara, el eje de la tierra cambiaría.

Suspire y deje inconsciente al marine que estaba a mi lado para mirar aquel gordo me moleste un poco viendo como abarcaba toda mi visión otros dos marines vinieron encima mío y le di a cada uno una patada en el rostro con las manos en los bolsillos
– tsk…. Que son molestos estos marines se va caminando hasta el lado de la capitana acomodando su capucha y guardo mis manos en los bolsillos recostándome en la pared y mirando al gordo

-Uno de tus amantes taicho… Tsk

- Más quisiera ese... ¿¡Y QUÉ MANERA ES ESA DE HABLARLE A VUESTRA CAPITANA?¡- comenté, alzando los brazos, molesta.
- Larga historia, ese gordo nos siguio durante varios días en nuestro barco, intentando cazarnos, un porsaco increíble- negó comicamente. Mientras las ordenes de entregarse a la marina que profiría el capitán Wallruss eran ignoradas.

- Peeeelotoooon¡¡¡- recordamos, que eran de armas de asalto.

- Vale chicos, creo que Erza puede volar, y Kenner... bueno, apañatelas. Caronte.- el suelo se formó bajo mis pies en una pequeña tabla de surf, suficiente para dos personas , por si Kenner quería subirse.

Sonrió, la bola de sebo había reunido a su pelotón en un claro intento de capturar a Norcissa... pobre idiota.

Se acercó al gordo.

-Te has metido con la peor tripulación. - sonrió, desplegando las alas con elegancia y porte digno, en su forma hibrida. -Si necesitas apoyo aéreo solo tienes que decirlo. - elevó el vuelo tras dedicarle unas palabras a su capitana.

La cosa se estaba poniendo muy interesantes, y lo más divertido era que podría descifrar las habilidades de norcissa. Y solo con el hecho de que le aconsejase levantar el vuelo y la extraña tabla que formó a partir de la tierra bajo sus pies le dejaban ver que provablemente era capaz de manipular la tierra.

Suspire al escuchar a la capitana hablar sobre escapar era algo que no me llamaba la atención pero hacer lo que eran ordenes de la capitana así que no quedaba otra que obedecer di un salto quedando detrás de la capitana de brazos cruzados esperando para arrancar con esa plancha de surf mientras miraba a nuestros enemigos, me mantuve de espalda a norcissa esperando que empezara andar con aquello

-Cuando quieras taicho…

Sin decir más nada me coloque en equilibrio esperando a la joven observe a erza en el aire dominaba una zoan estilo águila suspire mirándola sería igual de monstruosa que la mía esperaba que no si no habría problemas, serios problemas el estaba dormido dentro de mí y era lo mejor que podía acontecer mantenerse dormido.

Espera a lo que hiciera la joven

- Si eso, pegate a mi culo con tu novia delante - sarcasmeé, aplaudiendo igual,o incluso más sarcasticamente.- Que poco discreto eres...-negué comicamente, alzando el vuelo con rapidez bajo una metralla de balas.

- Al barco vamos vamos vamos¡

Una retirada estrategica, vaya, que aburrido, pensaba que iban a poner a adelgazar a aquella bomba de marine.
Aunque bajo una lluvia de plomo poco podrían hacer.
Ignoró el comentario de Norcissa y voló hacía el barco tal y como ella había dicho, siguiendola a la misma velocidad que la mujer llevaba desde el aire.

-¿Porque no retiramos? - le preguntó aún volando con velocidad, podrían haber ganado perectamente. -Dudo que sea por tu ''bondadoso'' corazón.

Escuche lo que ella decía y no tuve mas remedio que voltearme y tomar a la capitana de la cintura, el ardía por dentro queriendo salir y hacer “cosas” que no eran nada saludables para nadie, me mantuve sujetado de su cintura debido al movimiento brusco de acenso que hizo erza nos seguía volando yo también podía hacer lo mismo pero no quería darle chance al sujeto a salir al mundo una vez mas

-Tsk…. Eso que tú crees taicho

Dije sin emoción o motivación alguna, mis ojos destellaron rojos a su espalda y contuve lo que el quería añadir