Zeus V. Nixer

3 am. Momoi.

Una figura se alzaba en una de las calles principales de Momoi. Este ser era de una altura más bien mediana, vestía una larga gabardina negra que casi llegaba al suelo,combinada con un pantalón del mismo color, y una camiseta blanca.. En su cabeza, se podía apreciar como un sombrero y una bufanda colocadas estrategicamente ocultaba su rostro. Ya tenía constancia de sobra lo que ocurría en esa ciudad sobre aquel que no tapaba su cara. Aquel que se atrevía a no silenciar su rostro era castigado duramente con deportaciones a otras islas o incluso encarcelamiento.

Enrealidad, le parecía bien, se ejercía una justicia, una justicia que él no compartía pero sin embargo, regía a los habitantes, y por tanto, estaba bien hecho. La ciudad estaba muy poco iluminada a esas horas. Calles solitarias se cernían delante de él, inmensidad de callejones esperaban por ser explorados o permanecer ocultos, manteniendo el peligro entre sus dos paredes. Interesante. Interesante ciudad. Se colocó bien su abrigo. Viento corría y no tenía intención alguna de coger un resfriado simplemente por una búsqueda de algo que nisiquiera sabía si realmente existía.

Camino por el duro asfalto, observándolo todo a su alrededor sin perder la vista sobre nada. Las casas estaban construidas en piedra, recubiertas por una capa de pintura negra. Que ruín. Esto las hacía a veces poco visibles en la oscuridad. Ya sé porque llamaban a esta ciudad "La que algo esconde". Los aldeanos -enrealidad el único que se habia encontrado- le comentó que los visitantes no eran bien recibidos, y que si quería sonsacar algo a alguien, tendría que tener una muy buena razón. Con razón, se refería claramente a fuerza o a obligarlo, porque parecían tener una mente cerrada a todo tipo de propuestas.

- Que así sea.- Le comentó el extraño sujeto de sombrero y bufanda cuando terminó de hablar con ese hombre. El "visitante" anduvo durante un par de horas, tomando notas en una pequeña libretita que llevaba. Era bastante meticuloso en ese sentido. Apuntaba tanto la hora en la que charló, como la distancia recorrida o la cantidad de casas que había a lo largo de 20 metros. Todo esto lo hacía por una simple razón. Una vez tuviera todos los datos necesarios, conseguiría una especie de "mapa" didáctico que le llevaría hasta el sujeto del cual se decía que tenía una fruta escondida en su poder.

En la espalda del recien llegado a la isla, de Nixer, se encontraba un bisento de 1'60. Solo 10 centímetros lo separaban de topetar con el suelo. El bisento era un arma milenaria que Zeus había aprendido a usar, y que, con ella, había arrebatado muchas vidas piratas al mundo. Combinación entre rapidez, elegancia y corte... Poco a poco, el Cipher Pool se fijó en algo. Un pequeño bar con carteles luminosos en los que se podía leer claramente "Bar el Centinela". Ese nombre, lo volvió a apuntar en su libretita y quedó durante un momento callado, mirando esa libreta que tenía entre sus manos.

Una combinación de palabras y signos. Había obtenido una combinación de palabras y signos que señalaban que la clave se encontraba en ese bar, aunque como todo, los cálculos nunca eran exactos, pero por comprobarlo no pasaría nada. Se acomodó el Bisento para cogerlo rápidamente si era necesario, y empezó a andar dirección aquel luminoso bar, que brillaba cual luciernaga entre las tinieblas. Llegó y abrió la puerta que daba al interior de este establecimiento.. ¿Lo primero que notó? Un intenso olor a alcohol que tras abrir la puerta impactó contra su olfato.

-Dios..- Susurró para si mismo, detestaba el alcohol, y más, tales concentraciones de este olor. Sin mas bajo dos pequeños escalones que había en la entrada y se situó en el centro de la sala. El decorado era en un grisaceo claro, y se podían ver como varias cabezas de animales estaban colgadas en la parte alta de las paredes como símbolo de.."poder" o algo así, patético. El bar estaba también adornado como no, por los típicos borrachos tumbados encima de la mesa y desprendiendo un hedor que realmente afirmaba que no se habían duchado en más de un mes.

Mas algo le llamó la atención a Zeus. En el fondo del bar, en un rincón poco iluminado se encontraba un sujeto, con una careta de fantasma, dejando ver unos ojos totalmente negros que eran todo lo contrario a la careta, resaltando en demasía. El mesero, desde la barra le dijo algo a Nixer.- ¿Quieres algo? Aquí o se consume o te piras.- El CP alzó una ceja, pero debido a que iba tan tapado con el sombrero y la bufanda, fue imposible que viera su expresión. Entonces, con total cortesía y tranquilidad, sin alterar su pulso en lo más mínimo respondió.

-Podría matarlo en este momento, mesero. Sin embargo, no le vengo buscando a usted, así que sírvame agua.- Tras eso, se puso bien el sombrero para que no se notara que en su expresión había una sonrisa maligna. Realmente era capaz de asesinar al estúpido regente del bar, mas como ya le comentó, no era su máxima prioridad. El dueño del bar, algo asustado, le dió un vaso de agua. Se lo llevó en la mano y se acercó hasta la última mesa, en la que estaba aquel extraño sujeto con la máscara de fantasma. Pude notar su mirada recorrer mi cuerpo, como si estuviera tenso.

-¿Puedo sentarme? - Preguntó,mirándolo y girando levemente su cabeza, haciendo que su cola de pelo en la cabeza volviera a caer en línea recta. Hubo unos segundos de silencio, y fue entonces cuando aquel tipo respondió.- Sí, puede usted.- Tras eso, Zeus retiró la silla levemente hacia atrás y se sentó en ella, bebiendo un pequeño trago de agua. - Las doce..- Susurró casi para sí mismo el sujeto que estaba acompañando al Cipher Pool.- ¿Qué ocurre a las doce?- Preguntó interesado Nixer, ya que ahora tenía bastante curiosidad.- Nada, tengo que irme. Cárga tu vaso a mi cuenta.- Explico con rápidez levantándose y cogiendo su abrigo, dispuesto a salir.

-Me parece que no.. O usted me dice por lo que tiene tanta rapidez a las doce, o nínguno de los que estamos aquí saldremos.- Imperó el CP sin levantar su tono de voz pero dando una orden clara y precisa. Fue entonces cuando el sujeto sacó una fruta y dispuesto a comérsela, estiró la cara hacía ella. -"¡La fruta!"- Pensó el de sombrero y bufanda, estirando rápidamente su pierna y creando una onda cortante que impactó contra la cabeza del sujeto, cortándosela y dividiendo su cuerpo en dos partes sin tocar la fruta. Sin duda la maestría y la precisión de Nixer en las técnicas del Rokushiki era digna de admirar.

-Te lo dije..- Susurró cogiendo la fruta, mientras el mesero rápidamente llamaba a los marines. Para nada, porque practicamente podía decir que ese civil intentó agredirme y fin de la historia. Salió de la taberna y se perdió en la oscuridad de la noche, comiendo la fruta, notando un inmenso frío y como sentía sus músculos menos..¿Eficaces? Esto era lo que yo estaba buscando, pero no sabía con exactitud si era la fruta deseada. Tras eso, se marchó de Momoi en una pequeña barquita que tenía en el puerto. Hora de regresar.