A por la muchacha¡

A pesar de los años que habian pasado desde que se le ordeno aquella mision, Lavi no se habia olvidado para nada de ella, es mas, habia marcado todos y cada uno de los dias, durante 10 años, para volver a Shelltown y rescatar a la hermana de Nero, el falso cazarrecompensas que se vio extorsionado por alguien cuyo nombre nisiquiera queria recordar.

Concretamente llego a la ciudad 1 semana antes de que la chica muriera, o aparentemente muriera, ya que los unicos datos de los que disponia eran las habladurias de un majadero aspirante al trono de Dios. Aun asi, tenia fe en dar con la muchacha y para ello su primera parada fue la mas logica...La clinica medica.

Necesito un par de minutos para encontrarla, por suerte estaba cerca del astillero, posiblemente porque alli era mas normal las caidas o contusiones y por tanto mayor beneficio para sus encargados.

-Hola buenas tardes-. Golpeo la puerta un par de veces mientras entraba al interior con una leve sonrisa. -Necesito hablar con un medico-. Recalco, a pesar de lo evidente, ya que no ibas a por una cerveza a un recinto como ese, mas Lavi siempre queria dejar las cosas claras desde un principio.

-¿Si?, ¿vaya me pregunto si quedara alguno?-. Respondio un tipo de corte de pelo perfecto, gafas y una bata enorme de color blanco, cuyo sentido del humor parecia haberse esfumado junto con su sensibilidad a la hora de dar malas noticias.

En un primer momento el muchacho se mostro reacio a contarle su problema, sin embargo compredio que era una de las pocas personas que podria ayudarle y encima el tiempo trabajaba en su contra, ya que, cuanto mas dudara, mas posible era que aquella niña estuviera muriendo.

Estoy extrañado, no se porque la gente mi mira asustada y tampoco porque toma a sus niños y se los lleva, tal ves no estaban acostumbras a ver doctores caminar por la calle con su ayudante... o quizás era por mi extraña forma lleno de cortes y que mi asistente parecía una Frankenstein moderna, maciza y casi sin ropa... "Seguramente nadie debe ver a sus doctores por la calle, pobresillos"

-Que ciudad aburrida que es esta ¿No te parece querida?- Le digo a Eliza mientras camino a pasos alargados y raros.

-No es aburrida... A mi me gusta, es muy bonita... Lo que pasa es que tu eres muy raro y no me digas querida...- Me contesta prestándome poca o nada de atención mientras me seguía.

-Jooo... Hieres mis sentimientos querida- Le digo a modo de burla. Ella simplemente me pega un coscorrón que me hace irme de bruses y sigue caminando.

-Vamos encontremos algo para que hagas antes de que comienzes a aburrirte y abrir gente por diversión... Y deja de decirme querida-

-Jajajaja como me conoces querida-

Lamentablemente Lavi no poseia absolutamente ningun dato que pudiera ayudar al medico para conseguir un diagnostico clave.

- Vera, se que esta envenenada y podra morir en una semana, pero no conozco el tipo de veneno ni nada parecido-. Explicaba algo alterado, moviendo sus manos de forma acelerada con la intencion de que aquel medico soltara algo por su boca que fuera de ayuda.

-Mira niño, no estamos aqui para perder el tiempo, si te gusta gastar bromas ve a la taberna, tal vez alli te den lo que te mereces-. Dijo el medico evidentemente cabreado ante las palabras del pelirojo.

El muchacho se puso a pensar en sus propias palabras y tenia mucha razon, nadie podria ayudar a quien iba soltando incoherencias por la boca o sin decir la mas minima pista para ayudarle a salvar a la niña, lo que le llevo a marcharse resignado por la puerta de aquel lugar, tras la impecable mirada del medico, quien no soportaba a la gente que no era rapida y concisa en los sintomas que padecian.

-Maldicion, entonces buscare a esa niña y cuando la encuentre la traere aqui para que la examinen-. Refunfuñaba Lavi mientras pateaba un par de veces el suelo en parte por la impotencia que le daba no tener ningun camino que seguir. Al estar distraido pensando en como podria averiguar donde se encontraba aquella niña, no vio que frente a el se encontraba una pareja, lo que llevo a chocar con el chico y retroceder un par de pasos hacia atras.

-Vaya, lo siento, culpa mia-. Dijo el pelirojo mientras alzaba la mirada y veia un hombre de cabellos rubios y mirada perdida...Era muy extraño, el simple echo de estar cerca de el le causaba algun tipo de escalofrio. - Lo siento, me gustaria disculparme como es debido, pero debo encontrar un medico que no sea tan idiota como los de ahi dentro-. Explico al hombre mientras se marchaba de nuevo metido en sus pensamientos.

Caminaba distraídamente detrás de mi... "Ex-esposa muerta viuda...?" Me preguntaba mientras admiraba su parte trasera "Hice bien en cambiársela por la de esa otra chica ^_^"

-Deja de mirarme el trasero y presta atención al frente- Me interrumpe mis pensamientos.

-¿Eiingg...? Demaciado tarde, me choco con in joven que venia apurado y no llegue a ver.

-Vaya, lo siento, culpa mía-. Dijo el pelirojo mientras alzaba la mirada - Lo siento, me gustaria disculparme como es debido, pero debo encontrar un medico que no sea tan idiota como los de ahi dentro-. Me dijo mientras se marchaba de nuevo.

De pronto la gente a nuestro alrededor gritaba espantada, pero sigo sin entender bien porque, me dirijo al muchacho al tiempo que Eliza le corta el paso y lo agarra -Tranquilo, parece que no acostumbran a ver doctores en la calle y no tengo problemas por el golpe- Me agacho para recoger uno de mis ojos y volver a colocármelo -¿Pero te importaría devolverme mi brazo que quedo enganchado en tu ropa? Y si tienes un caso extraño e interesante yo podría ayudarte- Le digo extendiéndole la mano que me quedaba y sonriendole como si todo fuera natural.

Tal vez si unos marines no estuvieran gritando -Pirata! Asesino! Pirata!- La gente no hubiese corrido... pero que sabre yo, soy un simple medicucho.

El muchacho trato seguir corriendo en busca de alguien que pudiera ayudarle, sin embargo se vio detenido en el aire por alguien que, sin hacerle daño, tenia la suficiente fuerza como para suspenderlo a unos centimetros del suelo e impedir que siguiera su camino.

-Hey, sueltame, tengo prisa, una niña esta apunto de... ¡¡Un brazo!!-. Exclamo el pelirojo mientras trataba de quitarselo de manera agitada, ya que aquella....¿Mujer?, eso parecia... Le tenia sujetado por los brazos y eso impedia que pudiera moverlos con libertad. -Dios que es esto,¿ eres un puzzle o que?-. Replicaba Lavi al ver la normalidad con la que le pedia el brazo robado.

Ante la situacion todos aquellos que gritaban pirata o asesino, se vieron sorprendidos por la naturalidad que tenia aquel chico para gritar y sorprederse por aquel brazo, lo que hizo que no le prestaran atencion, ¿quien lo cortaria para despues caer en panico al verlo en su ropa?.

-Vale vale, toma, llevatelo no lo quiero para nada, pero despegamelo que empieza a subirse a mi cara-. Decia todavia algo horrorizado. - Y porfavor dile a tu compañera que me baje al suelo, me gusta tener las charlas con personas disfrutando del agradable tacto del suelo-. Musito esta vez con un poco mas de animo, sobretodo al escuchar que aquel hombre podria ayudarle...No era exactamente un medico modelo, de hecho preocupaba ligeramente al pelirojo por su apariencia.

*Bueno, Lavi no debes juzgar a la gente por su apariencia* Pensaba tratando de tranquilizarse, esperando que le dejaran en el suelo para contar con mas detenimiento su historia. -Te advierto que es una mision un tanto...Rara, no sabria decirte siquiera si vamos a encontrar lo que buscamos...¿Aun asi quieres venir conmigo?-. Recalco el muchacho antes de contarle la historia, no queria gastar saliba para que luego no le hiciera caso.

[color=gray]-ajaajajajajja Tranquilo chico que no pasa nada, es inofensivo- Tomo mi brazo y vuelvo a colocármelo -Querida bájalo por favor que tenemos asuntos que discutir ¿Si?-

Eliza baja al muchacho y vuelve a ponerse a mi lado, propinándome otro golpe -Ten mas cuidado la próxima vez... Y no me llames querida-

Me doy vuelta y me pongo en el camino de las marines que venían corriendo pero todos quedaron paralizados luego de verme con mi brazo re-colocado -Chicos esta bien, solo a sido un accidente, me pasa todo el tiempo- Les digo mostrandoles una gran y muy escalofriante sonrisa, lo cual sumado a lo del brazo hace que salgan despavoridos gritando

-M.. Mons... MONSTRUO!!!-

-Ainss... Que escandalosos... En fin, pelirrojo!- Me giro hacia el -¿Extraño? Niño, niño... Acabas de ver como me re-colocaba un ojo y mi brazo suelo trepaba por tu ropa, ademas que mi hermosa asistente es mi Ex-mujer-muerta-viuda ¿Más raro que eso para que sea lo suficientemente cualificado para tu "rareza inalcanzable"?

Una vez le hubieron quitado el brazo de encima, el pelirojo respiro aliviado al tiempo que aquel hombre exponia todas las razones que le rodeaban para que la palabra "raro o rareza" careciera completamente de sentido en el caso de Lavi.

-Vale, te doy la razon, ven conmigo un segundo-. Dijo con un leve gesto de mano, desplazandose hasta uno de los callejones de la ciudad, sabia perfectamente quien era su enemigo y la cantidad de ratas a sueldo que podria tener escuchando todas las conversaciones. - Siento haberte echo venir hasta aqui, pero lo que te voy a contar no debe ser escuchado por nadie mas-. Explicaba de manera algo misteriosa, no negaba que el encanto de realizar una mision de tal nivel y mantenerlo oculto le gustaba, mas pronto regreso a la realidad, tenia que salvar a la niña y el tiempo seguia en movimiento.

-Me llamo Lavi, vengo del pasado, si salimos de esta te lo contare mas detalladamente, seguro que te interesa, pero ahora nuestra principal preocupacion es una niña pequeña, que esta siendo posiblemente envenenada en estos momentos... aunque es la deduccion de una amiga, podria estar enferma realmente, pero aun asi quiero encontrarla y averiguarlo-. Decia entre susurros tratando de explicar lo mas detalladamente posible lo que sabia hasta el momento. - Lo unico que puedo decirte con seguridad esque esa niña debe estar en algun edificio de la marina, o bien en el cuartel o en algun hospital que guarde relacion con ellos... No puedo prometerte nada, nisiquiera se si la encontraremos, pero necesito la ayuda de alguien o no me lo perdonare en mi vida-. Finalizo en su monologo, mirando algo desilusionado hacia la calle principal, ya que, segun hablaba se daba cuenta de que las posibilidades de encontrarla eran practicamente nulas.

Tomo algo de aire y miro a su reciente "adquisicion". -Dime, ¿se te ocurre algo?, ¿has escuchado de algun sitio que pueda contener material medico y la suficiente seguridad como para que nadie averigue que manipulan venenos?-. Preguntaba intrigado, total aquel era un medico que por su aspecto ya debia ocultar mas de un secreto...Si estaba en aquella ciudad tal vez conocia alguna clinica clandestina que reuniera esas caracteristicas.

Lo sigo tranquilamente hasta el callejón apartado donde me indicaba, donde comienza a contarme en susurros y de forma secreta toda la historia, se notaba que eso le gustaba bastante. "Se ve muy mono el chiquillo ^^!" Pienso antes de contestarle:

-Un gusto Lavi, mi nombre es Johan Fausto VIII pero puedes llamarme Fausto si quieres- Contesto extendiéndole mi mano para estrechar la suya a modo de saludo -Y ella es mi querida asistente Eliza- La señalo y contesta con una leve inclinación de la cabeza.
-Muy bien a lo nuestro, la paciente esta posiblemente intoxicada o enferma, oculta por los marines y sentenciada a muerte por lo que parece que cuentas- Empiezo a deducir -Siento decirte que acabo de llegara esta isla y no eh escuchado nada de nada sobre ese tema, pero me intriga bastante y la encontraremos, ya haremos hablar a algún marine del equipo medico que seguro conocen todos los lugares donde podría estar- Digo sonriendo y comenzando a imaginar todas las cosas necesarias para hacer hablar a una persona.

Por desgracia las palabras de Fausto no contenian buenas noticias, acababa de llegar lo que les dejaba con la unica pista de que guardaba relacion con la marina. -Muy bien, en ese caso creo que deberiamos comenzar por visitar alguna clinica privada donde solo se trate casos particulares relacionados con la marina-. Explicaba el pelirojo mientras salia del callejon y se llevaba una mano al menton. - Donde estuve antes es imposible, por lo que vi, aquel lugar era una clinica que trataba a todos los del pueblo, un caso como el que buscamos seria demasiado llamativo alli dentro-. Meditaba en voz alta, tratando de ir restando lugares y ganar asi algo de tiempo.

Bien pensado, Fausto iba a ser mas que un medico para aquella niña, su idea de asustar a los marines con su presencia posiblemente seria mucho mas efectiva, ya habia quedado demostrado cuando mando a correr a aquellos marines como si fueran niños que acababan de ver su primera pelicula de terror. -Muy Bien Faus y Eliza, creo que primero iremos alli-. Tras decir aquellas palabras, como si ya les conociera de toda la vida, señalo una pequeña clinica, con la insignia de la marina bordado entre sus letras, posiblemente se trataba de un lugar para tratar a marines heridos cuando la base no podia con todos ellos.

-Creo que la niña estara alli, pero...Seguro que como vamos vestidos no nos dejaran entrar, necesitamos o bien un disfraz o alguna manera de entrar sin ser vistos...¿Alguna sugerencia?-. Dijo mirando a los dos, esperando de ellos alguna astuta idea, por algo eran medicos, su mente deberia ser brillante para estos casos...O asi lo veia Lavi.

-ummm una pequeña clínica, aislada y nada llamativa, eso deberemos buscar chico- Digo pensativo, la idea de entrar a una clínica custodiada por marines y envuelta de misterios me parecía muy divertida.

-Querida!- Me giro hacia Eliza -Haz un reconocimiento rápido de todas los pequeños hospitales privados que trabajen con la marina! Si ves algún movimiento extraño me lo reportas! Ve rápido que estamos contra reloj!- Hablo emocionado, podría curar un paciente mientras mataba a otros no era algo común.

Me pega tal golpe que me estrella varios metros por encima de la cabeza del chico contra la pared, haciendo que me cabeza quede en sentido contrario a mi cuerpo -Pide las cosas con mas amabilidad la próxima ves... Y no me llames querida- Se aleja saltando por las paredes y llegando al techo muy rápidamente para perderse de vista. Luego de unos segundos caigo de la pared de espaldas al suelo -Esa es mi linda ayudante, niño ¿Quieres ir a tomar un café o algo mientras la esperamos?- Me levanto y me dirijo hacia la calle otra vez caminando hacia atrás como si nada.

Lavi se dispuso a comenzar la busqueda por toda Shelltown, sin embargo se vio bruscamente detenido al escuchar las palabras de Fausto. No estaba totalmente seguro, porque iba a ser mejor que una sola persona buscara informacion a que la buscaran tres, desde luego cuanto mas tiempo estaba con el mas dudas le entraban de si su ayuda seria valiosa.

-Bueno me parece bien que busque ella tambien pero...-. Cuando trato de explicar el motivo por el que el tambien iba a buscar por su cuenta, Fausto salio despedido de un puñetazo por aquella mujer...O marioneta, en fin daba igual, el caso es que termino contra una pared provocando que en esta quedara una leve marca de su rostro. -Dios, menudo genio-. Susurro para si mismo al ver el resultado de una palabra cariñosa como era querida...Mejor apuntarsela para no decirsela en broma.

Tras ello se marcho cual agil gato entre los tejados de la ciudad, era algo increible ver la manera en la que la habia perdido de vista. -Vaya tengo que reconocer que es una autentica maravilla, me cuesta creer que estuviera muerta por lo que me contaste-. Dijo el muchacho aun mirando hacia arriba, para despues encontrarse el rostro de Fausto en su espalda. -¿Sabes que?, no he dicho nada-. Musito con una leve gota de sudor en su nuca al ver la tranquilidad con la que Fausto llevaba una fractura mortal.

Decidio finalmente esperar a la llegada de la compañera del medico, sin perder de vista a todos y cada uno de los que paseaban por la ciudad, de esta manera, con algo de suerte, podria ver algo que le diera una pista sobre el paradero de aquella niña.

Avanzo.. ¿O retrocedo?... No avanzo tranquilamente por la calle admirando la casa tan bonitas y bien construidas, me detengo frente a un pequeño y pintoresco barcito donde me siento viendo la carta. Se me acerca un mozo distraído:

-Señor ¿Desea ordenar algo?- Bajo la carta para mostrarle la parte trasera de mi nuca -Me encantaría tomar un café irlandés con unos bollos de canela por favor- Contesto viendo al pelirrojo que se acercaba detrás de mi -Niño ven pide algo! Yo invito!- Tomo mi cabeza para ponerla en el sentido correcto y ver la cara de horror del mozo que estaba ahí paralizado.
-Vamos a trabajar muchacho- Le espeto chasquiandole los dedos enfrente de su cara a lo cual el desaparece dentro del lugar.

De pronto cae Eliza desde los tejados, cargando a un tipo que parecía un enfermero -Este parece saber donde llevan a los "pacientes especiales" de los marines- Dice lanzandolo al suelo, el tipo no puede creer todavia como a llegado hasta aqui.
-Muy bien querida, ahora dejamelo a mi- Me levanto para agacharme a su lado sonriendo

Spoiler:

-Quiero toda la información sobre esos pacientes si no quieres convertirte en uno de los mios-

Lavi miraba y seguia con sus ojos a todo aquel que pasaba por la calle, siendo interrumpido por su nuevo compañero, quien, con una postura un tanto antinatural, se dirigio con suma tranquilidad hasta una de las terrazas que habia en un bar. - No se como estas tan tranquilo, vale que esa chica es muy rapida y agil, pero no tenemos tiempo que perder-. Se quejaba mientras seguia de cerca al medico, observando como este se sentaba y intimidaba con un solo gesto al camarero, normal, ya que no todos los dias te saluda la nuca de un tipo con tanta naturalidad.

-Bueno tomaremos algo pero tiene que ser rapido-. No necesitaba decirlo, aquel camarero ya se encargo de traer un par de bebidas sin nisiquiera pestañear, lo unico que pretendia era que aquel hombre se fuera y no asustara a todos los clientes. De pronto, cuando el nerviosismo alcanzaba puntos criticos en la cabeza del pelirojo, bajo del tejado aquella mujer, trayendo consigo a un hombre que como poco, estaba a un par de dias de morir, posiblemente habia obtenido aquella apariencia al ver los restos de una difunta reconstituida a base de remiendos y costuras. Para colmo aquel hombre no se marcho de un problema para meterse con otro al ver la cara de Fausto cuando le preguntaba lo que queria saber, Lavi no aprobaba del todo la intimidacion, pero desde luego estaba funcionando a las mil maravillas, ya que entre mocos y suplicas, aquel hombre solto todo lo que supo.

Averiguaron la localizacion de aquel lugar, y no solo eso, si no que el era uno de los guardias que vigilaban el perimetro, lo que les dio informacion del interior de la instalacion. -Muy bien Fausto y Eliza, os agradezco la ayuda, cuando regresemos permitidme invitaros a algo-. Dijo Lavi con una sonrisa, comenzando a pensar en la idea de formalizar una banda pirata con su ayuda... No estaba seguro, no era el tipo de persona que podria adaptarse a su personalidad, sin embargo era interesante y podria ser lo que le faltaba para formar un caracter fuerte que otros debieran respetar.

-¡No! Por favor, gracias a ti por darme algo entretenido que hacer y no salir huyendo como el normal de la gente, no sé porque escapan al verme- Digo mostrándole una gran y amistosa sonrisa al pelirrojo, entonces cambio la cara a una mucho más seria -De todas formas el próximo paso tal vez no sea muy de tu agrado Lavi, la mejor forma de entrar es que él sea nuestra escolta y yo me haga pasar por un doctor externo enviado para revisar a la niña con ustedes como mis ayudantes pero… - Le hago una seña a Eliza que toma al enfermero para que no escapara y siendo visto desde fuera aprecia que lo estaba consolando -… no confió que no se acobarde y nos delate en mitad de todo, aunque tengo una manera para evitarlo eso sería lo que no te gustara, comienza con matarlo- Espero para ver la reacción del chico ante esa propuesta, es verdad que no es muy lógico todo lo que acaba de decirle pero sería lo mejor para nuestra misión.
El enfermero estaba tan consternado por toda la situación que solo lograba llorisquear bajo los brazos de Eliza y mirar suplicante al joven pelirrojo, estaba trabajando lo más tranquilo en su usual puesto de control cuando una mujer cayó encima del para llevárselo hasta un lugar donde pretendían matarlo, si no lo hacían ellos seguro del susto moriría de un ataque de nervios.

Lamentablemente en la mente de Lavi no se encontraba la necesidad de matar aquel pobre hombre para descubrir el paradero de aquel lugar, y por ende trato de explicarselo a Fausto para convencerle y por un segundo detener ese extraño instinto asesino que pocos medicos deberian tener.

-Fausto mirale-. Dijo el muchacho con una voz serena mientras apuntaba con su mano extendida. - Esta claro que no dira nada, sabe perfectamente lo facil que seria eliminarse si fuese necesario-. Explicaba conforme apoyaba su mano en el hombro de aquel sujeto, provocando que este se sobresaltara y se cubriera el rostro con ambas manos. - No se que clase de truco pretendes usar, ya que es la primera vez que me proponen algo como eso con tanta soltura...Nisiquiera se si es posible...Pero no creo que debamos llamar la atencion del pueblo, tan pronto terminemos esto nos iremos-. Con tono firme pero comprensivo, Lavi pretendia hacer entrar en razon a su compañero, girando el rostro hasta su rehen.

-Mira, no se quien eres ni que quieres, pero acabo de darte una pequeña oportunidad para que conserves la vida, tan solo debes ayudarnos a entrar...Si por cualquier cosa te negaras, este señor de aqui convertiria la muerte en la mas maravillosa de tus opciones-. Lo decia con una sonrisa, realmente no reflejaba terror, pero era demasiado extraño ver como ese joven se referia con tal sutileza a la tortura o diseccion que la mente de Fausto estaba ya planeando. Aquel hombre simplemente asintio, con los ojos llorosos y la nariz desbordando mucosidades que le hacian ver un tanto repulsivo.

Necesitaron varios minutos para devolver aquel rostro a la normalidad y poder pasar por la puerta de la clinica. -Muy bien Fausto aqui es donde entras tu, necesitamos la mejor mentira medica que puedas decir para convencer a esos dos de ahi y que nos dejen pasar a los 3-. Explico entre susurros mientras iba su rehen por delante, tratando de mostrar la mejor sonrisaa y tranquilidad que pudo.

-¿Mentira medica? ¿3? Chico recuerda que Eliza viene con nosotros también y si la niña está siendo envenenada como tú dices no diré ninguna "mentira medica"- Comento tranquilamente al pelirrojo como si lo conociera de toda la vida y me giro al enfermero ya con mejor color, lo suficiente para pasar por una persona viva y no el zombi de antes, me sonrió a mi mismo por la ironía de lo que pensaba.

-Confirmemos las cosas que sabemos ¿Te perece pequeño? Tu eres un “vigilante”, tienen a 2 guardias en la puerta y otro mas siempre con la niña, que es quién vigila al doctor cuando va a suministrarle sus “medicamentos” en el 1° piso, son pobres reclutas que creen vigilar a la hija muy enferma de un alto cargo marine y no saben nada de esos malditos negocios sucios que llevan a cabo en la clínica- Digo más para mi mismo que al enfermero que a cada palabra asiente como tonto –Perfecto, entonces quiere decir que no los matare pero eso no impide que luego pueda volver a terminar con estos “trabajitos”, espero que no te encuentres aquí cuando venga a cargarme toda la organización ¿Entendido? Bueno vamos- Tomando al tipo del cuello lo levanto de la silla donde estaba y rodeando su cuello con el brazo lo llevo como amigos de toda la vida hasta la clínica. Una vez allí ignorando a todo el mundo paso charlando con el tipo hablando banalidades, mujeres y riendo, mientras Lavi nos seguía detrás nuestro sin mirar a nadie, ambos estaban muy tensos no sé por qué. Cuando llegamos a la puerta de la niña los jovencitos me detuvieron con gran recelo pidiendo papeles identificaciones y toda la cosa, dándole un pequeño empujoncito a mi “amigo” lo pongo enfrente tapándome y colocando un bisturí en medio de su espina dorsal, solo por precaución, que inmediatamente se hizo el enojado:

-¡Malditos críos! ¡Este es uno de los más grandes y reconocidos doctores del mundo! Fue traído aquí especialmente para tratar a la hija de vuestro jefe y ¿Así es como lo tratan? Muévanse a un lado- Los empuja y pasamos rápidamente cerrándola puerta detrás, donde el otro chico marine nos miraba sorprendido y se ponía firme por mi “excelentísima presencia”.

-Descansa soldado, es simplemente una formalidad innecesaria- Digo con total naturalidad, señalando la ventana sigo hablando amigablemente -¿Serias tan amable de abrirla? No me acostumbro al encierro y calor, muchas gracias- Me coloco junto a la niña cubriéndola en el momento que el guardia esta abriendo la ventana, dejando vía libre a Eliza que caía sobre el dejándolo inconsciente sin hacer un solo ruido –Te dije que mi querida vendría, ahora si eres tan amable nos retiramos por aquí también, “vigilante” da la alarma dentro de un rato porque no me gustaría tener que matar con la pequeña al frente pero tampoco dudare en hacerlo- Subiendo a la espalda de Eliza, ella tomo en brazos a la niña y a Lavi, salto por la ventana y nos alejamos siendo cargados por ella.

-Esto… Te costara caro…- Dice en un tono neutro pero que denotaba odio intenso… “Mierda…Estoy muerto… ahhh cierto que ya lo estaba, no hay problema entonces”